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03mar15
Tsipras no llevará al Parlamento griego el acuerdo de rescate
No es de extrañar la reacción de Alexis Tsipras atacando a España y Portugal por su claudicación ante el Eurogrupo. El primer ministro griego se enfrenta a serios problemas para poder aprobar el plan de ayuda financiera acordado con sus pares europeos. Hasta el punto de que tendrá que renunciar a aprobarlo en el Parlamento griego.
De acuerdo con fuentes griegas, al menos 30 parlamentarios podrían levantarse en armas y negarse a votar a favor de la prórroga del rescate heleno, imprescindible para que Atenas no incurra en un impago. Sin esas tres decenas de congresistas, Tsipras tan sólo contaría con unos 120 diputados y carecería de la mayoría suficiente en un Parlamento de 300 escaños.
El partido de la derecha antitroika Griegos Independientes ha apoyado al Gobierno de Syriza y cuenta con 13 diputados. Sin embargo, en este caso dejaría a Tsipras quemarse solo. De forma que al primer ministro griego sólo le cabría una alternativa: llamar a la puerta de Nueva Democracia, la formación liderada por Andonis Samaras, para que acuda en su ayuda y vote a favor del nuevo flotador financiero.
Los analistas políticos consideran que Samaras le brindaría su respaldo, pero que esto a su vez dejaría claramente en evidencia a Tsipras. Así que el primer ministro heleno ha renunciado a votarlo en el Parlamento. Ironías de la vida, en Alemania lo votan pero en Grecia no... ¿acaso esto no les suena?
A juicio del Ejecutivo heleno, las medidas de todas formas se irán aprobando una por una en la sede parlamentaria. Y en cualquier caso simplemente se trata de una prórroga conseguida a la espera del verdadero y definitivo acuerdo.
El discurso de Tsipras pronunciado ante el comité ejecutivo de su partido arremetiendo contra Madrid y Lisboa se interpreta como la búsqueda de un enemigo externo que galvanice a Syriza, una formación que se compone de la suma de distintas plataformas y que empieza a vislumbrar las primeras grietas. A pesar del mal resultado obtenido en las negociaciones con la UE, el respaldo de los votantes a Tsipras todavía alcanza registros récord de un 80 por ciento. La mayoría de los griegos considera que a diferencia de los anteriores este Gobierno no se ha asustado y ha intentado obtener un mejor trato. A la hora de tomar las medidas, el mayor enemigo del mandatario heleno se encuentra dentro de su propio partido.
El ministro de Energía y líder de La Plataforma de Izquierda, Panayotis Lafazanis, encabeza esta rebelión contra el acuerdo sellado. A modo de ofrecimiento, el Gobierno ha presentado ya su plan de ayuda humanitaria valorado en 2.000 millones de euros y que contempla electricidad y comida gratuitas para unas 300.000 familias por debajo del umbral de la pobreza, la reapertura de la televisión pública, medidas para evitar el desahucio de la primera vivienda y facilidades para abonar las deudas con Hacienda y la Seguridad Social.
Los obstáculos en las próximas semanas y meses serán difíciles de superar. Muchos de los países y las instituciones involucradas desconfían de la voluntad de Syriza para acometer las reformas. De hecho, sabiendo que Grecia puede contar con liquidez para sólo unas semanas, el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, ha intentado tender la mano y ofrecer un desembolso siempre y cuando Atenas aplique cuanto antes algunas reformas.
Por su parte, Guindos ha rechazado que España haya sido uno de los países más duros con Grecia. Desde luego, en ningún caso más que un Schäuble que tanto en público como en privado ha manifestado su mala sintonía con los nuevos mandatarios helenos. E incluso se ha mostrado partidario de echar a los griegos del euro si no cumplían.
[Fuente: Por Antonio Maqueda, Vozpópuli, Madrid, 03mar15]
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