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04ene06


La guerra del gas alerta a Europa del peligro de su enorme dependencia energética.


¿Se acaba la guerra del gas o sólo una batalla? La normalización de los suministros de gas ruso a Europa y la reanudación de las negociaciones entre Moscú y Kiev tras el cierre del grifo a Ucrania tranquilizaron ayer a Bruselas y a los socios comunitarios, pero sólo relativamente. La breve crisis ha dejado al descubierto la debilidad y enorme dependencia energética de los países de la Unión, que hoy evaluarán la situación creada por Rusia y en los próximos meses abordarán de modo más amplio posibles medidas contra los riesgos que acechan a los mercados de la energía, incluidos también la electricidad y el petróleo.

La dependencia energética de la UE -índice de importación de las materias primas- se aproxima hoy al 50%, pero la Comisión Europea calcula que en el 2030 alcanzará el 70% si se mantienen las actuales tendencias en los campos de la energía nuclear y las renovables. La necesidad de recurrir a mercados exteriores es mayor precisamente en los combustibles que más se utilizan (por este orden, petróleo, gas, carbón y nuclear): los Veinticinco importan en su conjunto el 51,3% del gas que consumen -el 25%, a Rusia- y el 76,8% del petróleo que queman; en el carbón, el índice de lo que la UE compra fuera es el 33,2%.

La inestabilidad política de los países proveedores, los frecuentes sobresaltos en el mercado petrolero y la entrada de diez nuevos países cuya dependencia se aproxima en muchos casos al 100% han llevado a los socios a plantearse medidas de coordinación para garantizar los suministros en la Unión mediante mecanismos de aprovisionamiento urgente de unos a otros. La Comisión Europea propuso en el 2001 la creación de stocks comunitarios para salir de posibles crisis. Los socios rechazaron la idea previa invocación de su "soberanía energética". Fuentes de la Comisión señalaban ayer que "tal vez" la crisis del gas ruso haga rectificar a los estados.

Expertos de los Veinticinco y representantes de la industria del sector analizarán hoy en Bruselas el impacto que la guerra del gas ha tenido en los países europeos a los que el enfrentamiento ha salpicado al pasar por Ucrania sus importaciones de Rusia. Al encuentro en la capital comunitaria están invitados representantes del consorcio estatal ruso Gazprom y la ucraniana Naftogaz. Asistirá además el comisario de Energía, Andris Piebalgs.

Es previsible que los convocados vayan más allá del problema concreto y aborden los riesgos de la dependencia energética. Así avanzarían pistas de la discusión que los gobiernos prevén mantener al respecto en los próximos meses. En octubre, los Veinticinco encargaron a la Comisión que, a ser posible antes de la cumbre de marzo, presenten propuestas de coordinación de las políticas y los mercados de la energía, sobre todo para emergencias. Los expertos y representantes de la industria se plantearán hoy, asimismo, posibles medidas de refuerzo de la directiva del 2004 sobre aprovisionamiento de gas, que los estados deben aplicar desde mayo próximo.

La UE instó ayer a Rusia y Ucrania, con éxito, a negociar para restablecer los suministros de gas ruso a Ucrania, cuyo corte por Moscú el pasado domingo afectó - por la consiguiente bajada de presión, por maniobras ilícitas de Ucrania o por ambos motivos- a unos cuantos países. Italia, Francia, Alemania, Austria, Polonia, Hungría y Eslovaquia informaron ayer de que sus importaciones de gas ruso a través de Ucrania, reducidas en diferentes grados, habían vuelto a los niveles normales. Moscú había declarado el lunes que enviaría cantidades adicionales de gas para restablecer el volumen recibido en la UE y compensar así las cuotas robadas por Ucrania, acusación que Kiev negó. Negociadores de Gasprom y Naftogaz se disponían anoche a dialogar.

Polonia, Chequia, Eslovaquia y Hungría, países que heredaron de la URSS una gran dependencia de las materias primas rusas, ayer abrieron consultas para una posición común sobre el gas. El primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsany, dijo que la UE "debe comprender que la energía no es un tema económico sino de seguridad". Y su homólogo polaco, Kazimierz Marcinkiewicz, anunció el inicio de conversaciones con países nórdicos y asiáticos productores de gas a fin de reducir el volumen que se importa de Rusia.

[Fuente: La Vanguardia, Barcelona, Esp, 04ene06]

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