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29jun12
Cada vez más aislada, Merkel se enfrenta a los otros líderes
Mientras los mercados financieros, los inversores y 500 millones de europeos desalentados por 18 cumbres "de crisis" en 30 meses esperan respuestas creíbles y duraderas, la canciller alemana, Angela Merkel, parecía ayer sola contra todos al abrirse, en Bruselas, una nueva reunión de líderes de la Unión Europea (UE), que debe decidir temas tan fundamentales como la mutualización de la deuda o, a largo plazo, la unión política del bloque.
A pesar de las divisiones, la primera de esas medidas fue adoptada ayer, cuando los 27 aprobaron el pacto para el crecimiento y el empleo que prevé consagrar 1% del presupuesto europeo (unos 120.000 millones de euros) a proyectos de inversión de desarrollo. Concesión de Merkel al presidente francés, ese pacto había sido prometido por François Hollande durante su reciente campaña electoral.
"Vamos a adoptar medidas importantes para el crecimiento y el empleo", dijo el presidente de la UE, Herman van Rompuy, y advirtió que los europeos están "inquietos por el presente y ansiosos por el porvenir".
La crisis se profundizó un poco más esta semana cuando España y Chipre se transformaron en el cuarto y quinto país de la zona euro que solicitan ayuda financiera, después de Grecia, Irlanda y Portugal.
Pero la mejor fórmula para atacar la crisis no es la misma para todos. Más bien, lo es para casi todos con excepción de Angela Merkel. Tres hombres -Hollande, secundado por el primer ministro de Italia, Mario Monti, y el presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy- intentan, desde hace semanas, convencer a la canciller de flexibilizar su posición. Una tarea que se anunciaba ardua.
Asfixiados por las exorbitantes tasas de interés impuestas por los mercados, Roma y Madrid, apoyados por París, defienden la idea de una unión bancaria en la zona euro, que se articularía en torno de una supervisión integrada del sector financiero. También quieren abrir la perspectiva de una emisión de eurobonos, dándole a la UE el poder de cambiar los presupuestos previsionales nacionales.
Durante esta cumbre, los tres países -apoyados por otros miembros de la UE, por la Comisión Europea (CE), el presidente del Banco Central Europeo (BCE) y Van Rompuy- pretenden establecer una hoja de ruta susceptible de ser profundizada antes de fin de año sobre cuatro ejes: unión bancaria, unión presupuestaria, unión económica y legitimidad democrática.
"Debemos adoptar soluciones rápidas para sostener a los países en dificultad, que ya han realizado esfuerzos considerables", advirtió Hollande poco antes de la reunión, refiriéndose a Italia y España.
Conscientes de que el mundo los observa con atención, los 27 debían anoche solicitar a cuatro altos responsables de la UE establecer una hoja de ruta para reforzar la integración.
Según el proyecto de conclusión que circulaba anoche en Bruselas, los países del bloque solicitarán además a la CE que haga propuestas para llegar a una unión bancaria, económica y monetaria. "Un informe intermedio será presentado en octubre de 2012 y un proyecto final antes de fin de año", dice el borrador de ese documento.
Ese plan, que debe ser aceptado aún por los dirigentes europeos, trata de conciliar la posición de países que, como Francia, desean un proceso de integración progresivo, y la exigencia de Alemania, que afirma que, antes de adoptar medidas de solidaridad financiera, debe producirse un auténtico avance hacia el federalismo entre Estados de la eurozona.
Hasta ayer, Merkel había sido inflexible: "Mientras viva no habrá mutualización de la deuda", advirtió ante el Parlamento antes de la cumbre. Para Alemania, es impensable mutualizar los riesgos sin poder intervenir en los presupuestos nacionales de la zona euro. En esas condiciones, la prioridad para la canciller es la unión política. Una posición considerada irrealista por los demás socios europeos, sobre todo por los que pagan altas tasas de interés.
Menos previsible
España se endeuda a tasas cercanas al 7% anual, una punción que podría llevarla rápidamente a demandar ayuda a los fondos de rescate europeos, después de haberla solicitado para su sector bancario. Para Italia, ese costo supera el 6%, una carga aplastante para un país en plena recesión.
Merkel "está más dura que nunca" y quiere "nuevas reglas para los países que utilizarían los mecanismos de ayuda europeos", indicó anoche una fuente diplomática. "Alemania bloquea por dos razones: porque estima que nada será suficiente para calmar los mercados y porque está convencida de que los Estados sólo reforman bajo presión", agregó.
Esas cuestiones, particularmente tensas, deben ser discutidas hoy en la minicumbre de los 17 países de la zona euro. A la espera de un acuerdo, esta reunión en Bruselas confirma un cambio fundamental de estrategia de la UE: tras cinco años de dominación francoalemana, las cumbres se han vuelto menos previsibles, con alianzas cambiantes y una mayor dominante multilateral. Esta noche se sabrá si España o Italia optarán por un enfrentamiento abierto con Alemania. En ese caso, todos observarán con mucha atención hasta dónde Hollande se mostrará dispuesto a seguirlos.
[Fuente: Por Luisa Corradini, París, La Nación, Bs As, 29jun12]
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