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28jun12


Berlín juega a fondo y rechaza un acuerdo para compartir deudas


En alemán "no" se dice "nein". Y eso es lo que escucharán los dirigentes europeos de la boca de la canciller alemana, Angela Merkel, en la decisiva cumbre que arranca hoy en Bruselas.

No a todo lo urgente . Sí a lo importante, aunque sin lo urgente lo importante podría llegar tarde.

Merkel dice "nein" a los eurobonos -emisiones conjuntas de deuda- que servirían para aliviar a Italia y a España. "Nein" a que el Banco Central Europeo (BCE) compre deuda de los países más vulnerables. "Nein" a una unión bancaria o a una unión fiscal si no conlleva, a la vez, una fuerte unión política y una masiva transferencia de soberanía a Bruselas. Y, por supuesto, "Nein" a aflojar la política de ajustes que tiene a media Europa de rodillas con 25 millones de desocupados.

Merkel lo repitió ayer al hablar ante el Parlamento y poco antes de ver en París al presidente François Hollande. Su discurso no ha cambiado. La alemana no piensa abrir la mano mientras no se asegure de que Bruselas tiene los mecanismos para controlar, reescribir y enmendar las cuentas públicas de la zona euro. Pero eso, lo importante, no sucederá hasta dentro de varios años. Y, para lo urgente, no hay nada.

Porque, mientras tanto, Merkel dice no a cualquier medida que ayude a calmar los mercados de deuda hasta que esa reforma institucional esté en vigor. A corto plazo, nada. La casa se quema, pero el presidente de la comunidad ha decidido que, antes de llamar a los bomberos, hay que discutir quién es el culpable del incendio .

Merkel repitió ayer en el Bundestag que "no hay una solución rápida ni fácil a la crisis", para añadir que las propuestas de sus socios -eurobonos, entre ellas- son "económicamente equivocadas e improductivas", además de contrarias a la Constitución alemana.

"Temo que en la cumbre se hablará demasiado sobre mutualización de deuda y demasiado poco sobre medidas estructurales", dijo Merkel. Porque su prioridad única parece ser que los países de la zona euro ganen competitividad a partir de "reformas estructurales", que en la mayoría de los casos se traduce por ajustes.

Merkel está bajo una enorme presión . Se está quedando sin aliados en Europa -apenas Holanda, Austria y Finlandia- y las principales instituciones internacionales (el FMI o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) le exigen que acepte algún mecanismo que ayude a Italia y a España rebajar el coste de refinanciar su deuda. El presidente español, Mariano Rajoy, admitió ayer que, con el riesgo-país al nivel actual, España no podrá refinanciarse sola mucho tiempo más. Si España perdiera acceso a los mercados, Italia seguiría el mismo camino y el fondo de rescates sería incapaz de levantar a dos economías que juntas son casi un tercio de la zona euro. Incluso, hasta el medido premier italiano, Mario Monti, ha venido amenazando de un modo sutil con la posibilidad de su renuncia si Berlín no cede, lo que sería trágico.

Oficialmente, en la cumbre se discutirá el informe del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que aboga por una masiva transferencia de competencias económicas y fiscales a Bruselas, además de una unión bancaria y un seguro común de depósitos bancarios, como medio de que Berlín acepte algún tipo de emisión de deuda conjunta.

Merkel dijo que aceptaba el informe pero que rechazaba cualquier sistema que haga recaer el costo sobre Alemania . "Rechazo la presunción que hace el informe de que la prioridad sea la colectivización" de la deuda. Los países deben cumplir las reglas acordadas -déficits al 0% y reducción de deuda". La revista alemana Der Spiegel decía ayer que la canciller pretende mantener su línea aunque cause una confrontación.

[Fuente: Por Idafe Martin, Clarín, Bs As, 28jun12]

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