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03nov21
Cerrar Disneyland con 34.000 personas: así actúa China por un solo caso de Covid
Cierres rápidos, cuarentenas estrictas, efectivas aplicaciones de rastreo, testeos masivos, voluntarios que salen de debajo de las piedras, obediencia ciudadana, castigos a los funcionarios que actúan tarde y uno de los controles fronterizos más estrictos del mundo. A grandes rasgos, este podría ser un resumen de la inquebrantable estrategia de Covid cero de China. Pero toda historia se entiende mejor con ejemplos concretos.
Viernes, 29 de octubre. Tras 26 nuevos casos de Covid-19, a los más de 200.000 residentes de Heihe, ciudad fronteriza entre China y Rusia, se les puso de color amarillo el código de salud del móvil, lo cual significaba que debían permanecer en casa. La televisión local emitió imágenes de cientos de camiones desinfectando con mangueras las calles de la ciudad.
Sábado, 30 de octubre. En el condado de Yanshan, en el este China, las autoridades pusieron todos los semáforos en rojo para detener el movimiento de vehículos y viandantes. Se había detectado un caso positivo, un camarero de un restaurante. El primer contagio en casi dos años. En los siguientes dos días, los 386.000 residentes del condado pasaron por alguna de las 200 carpas levantadas para hacer pruebas PCR.
Domingo, 31 de octubre, Disneyland de Shanghai. Las autoridades decidieron cerrar el parque porque un visitante que estuvo el día anterior había dado positivo. En ese momento, había 34.000 personas que estaban celebrando Halloween en las atracciones. Nadie podía irse sin hacerse una PCR. Largas colas en la salida. Muchas horas de espera. Era medianoche. Los trabajadores del parque decidieron lanzar un par de rondas de fuegos artificiales para que el público al menos pasara un rato entretenido. Mientras, 200 autobuses los esperaban en la puerta para dejar a todo el mundo en su casa. Allí tienen que permanecer aislados un par de días y otras 100.000 personas que han visitado Disneyland el fin de semana han sido convocadas para pasar una prueba de coronavirus.
Martes, 2 de noviembre. En la ciudad de Qingtongxia, al norte de China, un ciudadano de apellido Li ha sido detenido por publicar en Wechat, el WhatsApp chino, un meme de un perro con una gorra de policía. Fue acusado de "alterar el orden público" y condenado a pasar nueve días de "detención administrativa" en una celda.
Castigado por criticar a la policía
Según han informado los medios chinos, Li estaba "descontento" por las restricciones sanitarias tras el último brote y había mostrado sus quejas en un grupo de WeChat que comparte con 330 vecinos de su barrio. Uno de los vecinos se chivó a la policía, diciendo que Li había compartido una fotografía insultando a los agentes.
Desde mediados de octubre, el último brote en China ha dejado más de 500 casos repartidos por 16 provincias. Una cifra que las autoridades han interpretado como suficientemente alarmante para retomar viejos confinamientos, pruebas masivas y prohibir algunos desplazamientos.
En Pekín, la Comisión de Salud alertó este lunes a los residentes de que no salieran de la ciudad, y pidió a los pekineses que ya se encontraban en otra provincia que "pospusieran su programa de regreso" a la capital, que este martes ha reportado un nuevo positivo.
Pekín acogerá el año que viene los Juegos Olímpicos de Invierno y el Congreso Nacional del Partido Comunista Chino. Muchos expertos señalan que estos dos eventos han provocado un blindaje aun mayor en la ciudad y que China, probablemente, no relajará su política de Covid hasta después de la reunión más importante de la élite política de la segunda potencia mundial.
El gigante asiático lleva desde marzo de 2020 con las fronteras cerradas. Sólo sus nacionales y extranjeros con permiso de residencia pueden entrar al país previa cuarentena de tres semanas en un hotel. "China continuará aplicando una política de transmisión cero contra el coronavirus porque la tasa global de mortalidad del 2% sigue siendo demasiado alta", ha dicho este martes el epidemiólogo Zhong Nanshan, principal experto en la lucha contra la pandemia en el país asiático, quien dijo confiar en que el último brote acentuado en las regiones del noroeste se pueda controlar de manera efectiva en aproximadamente un mes.
[Fuente: Por Lucas de la Cal, El Mundo, Madrid, 03nov21]
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