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03ene08
El banco Santander ejecuto los avales de apalancamiento de pasivo de Colonial a través de Gaesco
Los ladrillos de Colonial se desplomaron en bolsa por obra y gracia del Santander. El banco de la llama puso en el mercado una ingesta de papel de la inmobiliaria el pasado día 19 de diciembre como para ahogar el valor. Suficiente para desatar la posterior bola de nieve que se llevó por delante la cotización de la compañía: tanto como un 40% entre las sesiones posteriores de los días 27 (jueves) y 28 (viernes en que Luis Portillo dimitió como presidente). El estrépito ya no tenía marcha atrás.
Tanto el empresario sevillano como el resto de sus socios del núcleo duro vivieron con perplejidad la operativa del Santander. Ninguno de los capos de Colonial fue capaz de hacer ver al banco que con su decisión se provocaría una espiral que tumbaría innecesariamente el precio de la acción. Pero así fue. En sólo dos jornadas la entidad presidida por Emilio Botín colocó en el mercado 10 millones de acciones, correspondientes a la ejecución de posiciones de las que era contraparte.
La caída del día 19 de diciembre se llevó por delante las barreras de garantía que tenían comprometidos gran parte del núcleo duro de Colonial sobre sus participaciones en la inmobiliaria. El primero era el propio Portillo. Así, de acuerdo con fuentes próximas al consejo, estos productos habían sido contratados a través del broker Gaesco, que dada su imposibilidad para actuar como financiador de los apalancamientos había colocado al Santander como contraparte de las posiciones de sus clientes.
La exposición asumida vía Gaesco no gustó nada en el seno del Santander. Las señales de alarma se encendieron cuando el broker reconoció ante la CNMV, a finales de noviembre, la existencia de un agujero de 40 millones de euros tras asumir las pérdidas de clientes provocadas por operaciones con derivados en bolsa y divisas. Para salir del atolladero, la firma catalana vendió su participación en el holding BME, por la que obtuvo 37 millones, lo necesario para salvar su descubierto.
Sin embargo, la crisis de Gaesco no se cerró por completo. Sólo dos semanas después, ya en diciembre, el broker catalán sonó como candidato a ser comprado por otras firmas debido a su comprometida situación –un posible agujero de cerca de 100 millones-, situación que se había cobrado la cabeza del consejero delegado, Joan-Francesc Gelonch, y la retirada a un segundo plano de su presidente, Pere Perelló. Este desconcierto alarmó a varios responsables del Santander, que tras elevarlo al sanedrín del comité ejecutivo obtuvieron el visto bueno para ejecutar las posiciones sobre Colonial rebotadas desde Gaesco.
El resultado posterior es de sobra conocido. La venta masiva de papel de Colonial por parte del Santander provocó el pinchazo del miércoles 19 de diciembre, detonante de la posterior debacle. El banco no iba a asumir los descubiertos generados por la operativa de Gaesco, como sí hizo antes el broker. Antes, prefirió ejecutar las acciones ante la imposibilidad de los clientes -Portillo, Nozaleda y Díaz de Mera- de ofrecer nuevas garantías sobre las condiciones que financiaban su posición en la inmobiliaria.
Abierta la veda bursátil, otros bancos financiadores finales de productos derivados sobre acciones de Colonial, como Credit Agricole, comenzaron a seguir los pasos del Santander. La entidad francesa soltó algo más de 5 millones de acciones, ahondando aún más en el desplome. Sin embargo, el cuento no ha terminado. Estas entidades, junto a otras, poseen de manera indirecta una bolsa de acciones mucho mayor con garantías a revisar que sus propietarios -Portillo, Nozaleda y Días de Mera aglutinan 158 millones de títulos en derivados- tendrán muy difícil ampliar.
[Fuente: El Confidencial, Madrid, Esp, 03ene07]
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