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04sep16


China desata el temor de empresarios argentinos


La participación del presidente Mauricio Macri en el foro del G-20 en China alertó a los industriales argentinos, ante la posibilidad de que el Gobierno reconozca al gigante asiático como una economía de mercado. ¿Por qué asusta tanto la economía del dragón? ¿Cuáles son los riesgos y las oportunidades de abrirle la puerta?

Para responder a esas preguntas hay que volver al inicio de este siglo. En 2001, la Organización Mundial de Comercio (OMC) le concedió a China -que venía de desarmar su economía comunista e incorporar capitales privados- un reconocimiento como economía de mercado por 15 años, a pesar de que no cumplía con muchos de los requisitos que se le exige al resto de los países.

Ese reconocimiento se vence en diciembre próximo y muchas economías líderes no quieren que se renueve (ver El mundo... ).

En estos 15 años, China fue virando su anterior estrategia de avanzar en el mundo sólo con precios bajos, a sumar diseño y calidad a sus productos, a incrementar su consumo interno y a convertirse en un fuerte inversor en mercados estratégicos, principalmente en Latinoamérica.

A esto sumó el intercambio de financiación por el reconocimiento de estos países de su condición de economía de mercado. Fue así que logró esta declaración de parte de la Argentina durante el anterior gobierno, que a su vez consiguió el tantas veces mencionado swap chino (un complejo mecanismo de compensación entre bancos centrales de cada nación), que sostuvo las reservas internacionales hasta las elecciones presidenciales de 2015.

Ahora, Macri se encuentra con razones insoslayables para renovar ese reconocimiento de China como economía de mercado.

A pesar de que el comercio en el lapso enero-julio tuvo para Argentina un déficit de 3.125 millones de dólares, es el segundo socio comercial (ver Estratégico ).

Además, es el principal financiador de obras de infraestructura en materia de energía hidroeléctrica (por ejemplo, las centrales en Santa Cruz que construye Electroingeniería), nuclear y solar; como para el Ferrocarril Belgrano Cargas, gasoductos, acueductos y otras obras viales, según el embajador en China, Diego Guelar.

También es un fuerte inversor en rubros estratégicos, como alimentos. Por ejemplo, la estatal china Cofco se convirtió en la principal exportadora de granos de la Argentina, sin contar subproductos y aceites.

Macri aún no se expresó directamente, pero lo hizo a través de Guelar, que aboga por un "acercamiento" con Asia y China a través de la Alianza del Pacífico.

Este "acercamiento" molestó a la Unión Industrial Argentina (UIA), principalmente a uno de sus integrantes, Techint, que tuvo su encontronazo con el gobernador Juan Schiaretti por la licitación de los tubos para los gasoductos troncales (la habían ganado proveedores chinos frente a precios 30 por ciento más caros del grupo argentino).

Hoy la única herramienta que tiene la industria nacional para defenderse de la importación china es la denuncia por dumping, mecanismo que prevé la OMC cuando el precio de un producto es más bajo que sus costos. Si el gobierno argentino declara a China economía de mercado, se hace más difícil de aplicarlo.

"Ahora, se puede tomar un producto chino y compararlo con los costos de otro país, por ejemplo de Brasil. Pero si el país declara a China economía de mercado, para tomar medidas antidumping debe tomar los costos chinos y sobre eso calcular los precios, algo que ya es más complicado", explicó Mauricio Claverí, especialista en comercio exterior de la consultora Abeceb.

En los primeros siete meses, las importaciones desde China bajaron dos por ciento, pero en cantidades subieron entre nueve y 10 por ciento, según el economista. "Hay que recordar que, por un fallo de la OMC, Argentina está obligada a una mayor apertura; si en 2017 la economía local se reactiva, no habrá posibilidades de frenar las importaciones", advirtió Claverí.

En tanto, para Marcelo Elizondo, titular de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), aquí se juegan las posiciones de dos industrias en posiciones diferentes.

"El problema de competitividad de la industria tradicional (automóviles, químicos, plásticos, acero) no es sólo con China; tiene el mismo conflicto con Brasil, Estados Unidos o Alemania, y hasta que no lo resuelva no va a mejorar, porque le compiten con calidad. Pero hay sectores como el agropecuario y la industria alimenticia que tienen una gran oportunidad", señala.

Un ejemplo es Chile: entre 2004 y 2014, la cantidad de empresas que exportaron a China pasó de 424 a 1.022; las principales fueron vitivinícolas, productos del mar, minerales y del agro.

¿Socio fundamental?

China recibe 9,1% de las exportaciones (principal destino para los alimentos) y 19 por ciento de las importaciones argentinas.

China financiará obras de infraestructura por 25 mil millones de dólares en los próximos cinco años, sobre todo en energía.

Entre enero y mayo, 14 por ciento de las exportaciones de granos las hicieron Nidera y Noble, que pertenecen a la estatal china Cofco.

[Fuente: Por Diego Dávila, La Voz del interior, Córdoba, Arg, 04sep16]

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