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20mar11


En Argentina el aumento del precio internacional de los cereales tiene como consecuencia el aumento del valor de las exportaciones


La suerte ya está echada. La sequía se cortó justo a tiempo y la Argentina se encamina una vez más a obtener una cosecha abundante en volumen y más generosa todavía en divisas. Según estimaciones de consultoras privadas, la producción agrícola del ciclo 2010/11 estará más cerca de los 95 millones de toneladas que de los 100 millones que pregona el Gobierno.

Es decir, no habrá récord productivo. Pero si el escenario de altos precios sigue como hasta ahora, la economía local sí podrá descorcharse por el ingreso de agrodólares más elevado de la historia: más de US$30.000 millones, unos 4.200 millones más que el año anterior.

Fue una gran fortuna que haya comenzado a llover justo en el momento más crítico para los cultivos de la "gruesa": la soja, el girasol y el maíz. Aunque en muchas zonas la seca produjo daños significativos, su interrupción a principios de este año permitió alejar los pronósticos más dramáticos. Así, habrá una pérdida aproximada de 4 millones de toneladas de granos (básicamente de maíz) respecto de lo que se esperaba en octubre de 2010, al comenzar la campaña. Entonces, la consultora Agritrend esperaba una cosecha total de 99,2 millones de toneladas. Hoy esa firma especializada predice 95,3 millones.

Esa pequeña merma productiva, de menos del 5%, fue compensada ampliamente por la fuerte suba de los precios externos de los granos en el último semestre. Gustavo López, el titular de Agritrend, hizo cálculos frescos al respecto. En octubre pasado, cuando se estimaba una cosecha mayor, el analista calculaba las exportaciones totales del sector en US$28.850 millones.

Ahora, con una leve caída de producción pero precios mucho mejores, las estimó en US$30.340 millones. Es decir, la fuerte suba de las cotizaciones -en caso de mantenerse- remediará las pérdidas física. Y aportará US$1.500 millones adicionales. Respecto de las divisas agrícolas de 2009/10, el salto sería de US$4.195 millones.

Pero, vale aclararlo, son pronósticos basados en cotizaciones probables de exportación (310 dólares por tonelada de trigo, 260 dólares en maíz y 490 dólares para la soja), que podrían modificarse de un momento a otro.

Al respecto, el analista Ricardo Baccarín, de Panagrícola, advirtió que la volatilidad será moneda corriente esta campaña. Su análisis no pasa ya por la oferta de granos de esta región del mundo, sino por lo que suceda en los Estados Unidos, el principal productor y exportador mundial de soja y maíz, en los próximos meses. "La oferta de la cosecha sudamericana será buena, con un evento de La Niña que resultó mucho más benigno de lo que se anunciaba en diciembre. Esto disipó muchos temores, aunque el plato fuerte de este ciclo será el que se inicie a partir de ahora en los EE.UU.", explicó.

"No quiero pensar que algo raro pase con el clima en esta temporada en Estados Unidos, porque allí sí que el cielo sería el límite" para los precios de los granos, añadió Baccarín, quien prevé un mercado oscilante -y muy pendiente del clima en la hemisferio norte- al menos hasta octubre o noviembre de este año. Por el lado de la demanda, el experto no percibe graves amenazas. "El mercado demostrará en este tramo que ofrece mayor resistencia a las bajas que a las subas, dado el actual estado de la demanda que, todo indica hasta el momento, seguirá igual o creciendo", aseguró.

En este contexto, regresando al pronóstico de cosecha de Agritrend, la Argentina tendrá para ofrecer 95,3 millones de toneladas de granos, apenas un 3% menos que en la campaña anterior. López espera 48 millones de soja, 20 millones de maíz, 15 millones de trigo (ya cosechadas), 3,5 millones de sorgo, 2,8 millones de girasol (aunque otros análisis dicen que este cultivo podría superar las 3 millones de toneladas) y 2,5 millones de cebada cervecera. Para vender al exterior, ya sea como grano, aceite o harina, la Argentina dispondrá de 68,6 millones de toneladas. De las divisas esperadas, una vez más el complejo de la soja aportará cerca de tres cuartas partes del total.

Los altísimos valores de los granos, aunque lejos todavía de los récords de 2008, asegurarán una buena renta para todos aquellos que comen de una cosecha, incluido el Estado nacional. Si el valor de los embarques finalmente supera los US$30.000 millones, al fisco podrían ingresar nada menos que 8.642 millones en concepto de retenciones, un 10% más que con la cosecha anterior.

Pero los productores, a diferencia de otros años, no tendrán motivos para quejarse. Y es que su rentabilidad --con las excepciones lógicas de algunas zonas puntuales-- sería de las más altas que se recuerden, incluso todavía más que en el 2008, cuando se desató el conflicto por la Resolución 125, que aplicaba retenciones móviles.

Como muestra, el especialista del INTA Pergamino, Reynaldo Muños, está calculando márgenes brutos elevadísimos para los cultivos de la zona norte bonaerense, por cierto una de las que tienen mayor aptitud agrícola.

En el escenario de rendimientos más bajos, la soja allí podría dejar al chacarero que trabaja su propio campo unos 480 dólares por hectárea y el maíz, hasta 595 dólares. Son estos, sin embargo, una minoría, pues 60/70% de la agricultura pampeana se desarrolla sobre tierras arrendadas. En esos casos, el margen bruto se reduce muchísimo y el negocio lo hace el propietario del campo.

[Fuente: Por Matías Longoni, Clarin, Bs As, 20mar11]

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