EQUIPO NIZKOR |
|
12Oct11
Brasil teme un duro golpe por la crisis global y la economía china
El gobierno de Dilma Rousseff está convencido de que el "mayor peligro" para Brasil "viene de Asia". Más precisamente, según el ministro de Hacienda Guido Mántega, que el lunes se reunió 5 horas con su presidenta y otros altos funcionarios, una crisis mundial "aguda" impactará en la mayor potencia emergente asiática y provocará su desaceleración, al punto que contaminará al resto del planeta por la vía de una drástica reducción del comercio. Grandes proveedores de commodities minerales y agrícolas, como Brasil y Argentina, están en la primera línea de quienes sufrirán ese tsunami.
"Tenemos que rezar para que la economía china no se caiga", concluyó el ministro en una rueda de prensa en Brasilia.
Con una línea discursiva semejante, el ministro de Desarrollo e Industria, Fernando Pimentel, sostuvo que se asiste a la "emergencia de una crisis muy diferente de la de 2008-2009". En aquel momento existía aún la esperanza "de que fuera resuelta mediante medidas monetarias y fiscales, especialmente del gobierno norteamericano". Pero, según Pimentel, "la crisis no se resolvió y se prolongó. Ahora se transformó en otra cosa: en un quiebre del modelo vigente en las economías desarrolladas".
En una entrevista que ayer le concedió al columnista Fernando Rodrigues del diario Folha de Sao Paulo , el ministro evaluó que "se ha vuelto insustentable la convivencia con déficits públicos de 9% del PBI, como es el caso de EE.UU., o del 6 al 8%, como ocurre en Europa". Para él, las nuevas circunstancias del escenario internacional explican que Rousseff haya decidido aplicar políticas "diferenciadas" de las de su antecesor Lula da Silva.
En el estallido de la crisis a fines de 2008, Lula usó en forma masiva mecanismos de subsidio al consumo interno. Y le dio buenos resultados. Ahora, Dilma recurre a otros instrumentos: la devaluación del real y la creación de impuestos diferenciales para encarecer las importaciones elevando murallas alrededor del mercado brasileño.
Mántega expresó que el foco de su preocupación pasa por China por ser este país "el socio comercial más importante" de Brasil. En la evaluación de Dilma y su gabinete, "los chinos importan muchas materias primas brasileñas". Deducen que un ritmo de crecimiento mucho menor redundará en una baja de "la demanda de esos bienes" con impactos muy fuertes en la producción nacional brasileña . En la reunión del lunes en el Palacio del Planalto, el gobierno brasileño convino en que la crisis del banco franco belga Dexia revela una "lentitud europea" en dar ayuda. El rescate prometido por la alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy "recién vendrá dentro de 20 días. Para entonces puede ser tarde".
Mantega embarca hoy junto con el titular del Banco Central, Alexandre Tombini, rumbo a París para asistir a la reunión del G-20 entre este jueves y el sábado. La cita es previa al encuentro de jefes de Estado del 3 y 4 de noviembre en Cannes. En ambas cumbres hay un tema excluyente: la virulencia del nuevo brote de la crisis financiera.
Si los bancos europeos tomaron la posta que les dejó el sistema financiero norteamericano, como lo demuestra el caso del Dexia -que figuraba hasta hace poco como una de las mejores entidades europeas- un colapso como el temido por Mántega y Pimentel provocará la desaceleración china y la "retracción del comercio mundial".
Lo que afirman los especialistas es que aun cuando Beijing logre substituir su modelo de crecimiento basado en las exportaciones por otro que privilegie la demanda interna, el esfuerzo le demandaría no menos de 3 a 5 años. El interrogante es qué le pasará al mundo y qué a Brasil y Argentina mientras madura la nueva estrategia china. En el supuesto de ese escenario, Pimentel arrojó algunos datos.
En la entrevista con Folha de Sao Paulo el funcionario evaluó que "el precio del dólar en Brasil ya no vuelve a ese valor de 1,53 reales de hace unos meses. Ese nivel es insostenible. Lo ideal es que esté en un nivel de 2 reales por 1 dólar; si eso es posible el próximo año no se puede saber ahora. Es una incógnita". El futuro brasileño (ni qué decir el argentino) depende en ese sentido de qué hará Europa en los dos meses y medio que le resta hasta fin de año para aguantar los embates de su sistema financiero y de las crisis de países como Grecia, Italia y España.
[Fuente: Por Eleonora Gosman, San Pablo, Clarin, Bs As, 12oct11]
This document has been published on 19Oct11 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |