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03abr10


Brasil noquea a México en la pugna por el liderazgo económico en Latinoamérica


Brasil se consolida como primera potencia económica de América Latina y el Caribe, dejando atrás en esta carrera a la otrora pujante México, y avanza a ritmo de samba como uno de los nuevos líderes de la economía mundial. Tras la bonanza iniciada en 2003, a la que puso fin la crisis global que arrancó en 2008, Brasil fue el año pasado uno de los pocos países del mundo que logró crecer (0,3%) frente al 6,7% de decrecimiento de su principal competidor en la región y antaño líder, México.

Según los datos recabados por El Confidencial de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), dependiente de la ONU, Brasil encabezará la lista de países que más crecerán este año, con una expansión estimada del 5,5%, mientras que México continuará rezagada con un 3,5%. El Instituto Internacional de Finanzas (IIF) también sitúa al país carioca al frente del crecimiento regional (5,8%), seguido de Perú (5,6%), Chile (5,5%) y México y Argentina, igualados en un 4,8%. La reciente Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), celebrada en Cancún (México), destacó asimismo el afianzamiento de Brasil como líder económico de Latinoamérica.

La recuperación en buena parte de la región para este año se proyecta en el alza de los precios de algunos productos básicos de exportación, lo que mejorará los ingresos públicos y un maltrecho saldo fiscal tras las reducciones de 2009 para impulsar el consumo privado y la inversión.

Pero la CEPAL advierte de que Latinoamérica necesita especialización productiva y comercial, incentivos a la innovación, diversificación de productos y búsqueda de nuevos mercados de destino, principalmente en Asia. El camino emprendido por Brasil y al que debe buena parte de su éxito.

"Brasil le ha ganado el liderazgo económico a México en América Latina. México está dormido ante Brasil y ante el mundo", asegura a El Confidencial el director de Consultores Internacionales, Julio Millán. Entre las claves del éxito carioca Millán destaca el pragmatismo económico por encima de las ideologías de su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, en consonancia con el modelo chino al que se ha abrazado en los negocios. México, con una estructura económica más abierta y excesivamente dependiente de Estados Unidos -primer foco de la crisis- es "más sensible" a los cambios de un mercado frente al que China se presenta "menos errática".

Dependencia exterior

Los distintos modelos económicos se plasman en las cifras de importaciones y exportaciones; mientras que para Brasil suponen el 22% de su PIB, en México se elevan al 45% -en su mayoría con EEUU-, y por eso "el impacto estadounidense es brutalmente directo en la economía mexicana". A ello se une que la demanda interna brasileña es "más sólida" que la mexicana y, por tanto, "menos vulnerable a los cambios internacionales".

Millán también le achaca a México su insuficiente capacidad de inversión en el que se supone el peor año de la crisis, 2009, cuando su tasa de recaudación fiscal fue del 11% de su PIB, frente al 38% de Brasil.

El deterioro de la imagen exterior de México por cuestiones como la gripe AH1N1 y el narcotráfico y la violencia han detraído la inversión extranjera, mientras que la bonanza financiera y el carisma de Lula han encandilado al capital foráneo. México atrajo en 2004 un total de 24.000 millones de dólares de inversión extranjera frente a los 18.000 de Brasil; en 2009, según los datos de sus Gobiernos, fue de 11.417 y 25.000 millones, respectivamente.

En este apartado, subraya Julio Millán, Brasil ha apostado por la energía, la innovación agrícola y la industria aeronáutica, sectores que "motivan su desarrollo" y atraen inversiones, mientras que la "estrella" mexicana, la automoción, se paralizó por el desbarajuste estadounidense. (En la imagen, el presidente Lula Da Silva visita una empresa energética.

En México, considerado una prolongación de la industria del motor estadounidense gracias al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), se produjeron en 2008 un total de 2,09 millones de turismos, de los que el 79% se dedicó a la exportación, copando esta área Estados Unidos con un 77%. En Brasil la producción fue de poco más de tres mil millones de vehículos, de los que la mayoría se destinó al mercado interno y sólo un 2% al gringo.

En el sector petrolero, ambos países han cometido errores, a juicio del analista. Brasil se extralimitó en la apertura al capital extranjero de Petrobras, mientras que México se quedó corto en Pemex y necesita "abrir algunas áreas de la reforma energética para aumentar la inversión en elementos de explotación y riesgo". Ambos parecen dispuestos a rectificar y "pueden llegar a converger". Para Millán, sería fundamental en ese momento lograr un acuerdo energético que daría ambos países "una fuerza real importante en el escenario mundial". El analista va más allá y reclama a Brasil y México un proyecto de cooperación económico a largo plazo, de cara a 2030, para complementar sus mercados e inversiones y lograr así "un nuevo equilibrio hemisférico".

Integración de ambos mercados

El primer paso se dio en febrero, cuando Felipe Calderón y Luiz Inácio Lula da Silva acordaron promover un tratado de integración económica y vincular un mercado de 107 millones de mexicanos y 195 millones de brasileños -que sumarían un PIB combinado de 2,66 billones de dólares, el 63% del producto de Latinoamérica- aunque sin llegar a un Tratado de Libre Comercio del que recelan empresarios de los dos países.

El comercio bilateral entre ambos fue en 2009 de 5.491 millones de dólares, de los que México vendió a Brasil 2.446 e importó 3.495, lo que arroja una balanza deficitaria para los mexicanos. Para plasmar ese acercamiento, se anunció la mayor inversión conjunta de su historia, de 2.500 millones de dólares, a cargo de la empresa azteca Idesa y la carioca Brasken para la construcción de un complejo petroquímico en México, Etileno XXI, que producirá un millón de toneladas anuales de etilenos y polietilenos, y empleará a unas 3.000 personas.

Para César Castro, de CAPEM Oxford Economic Forecasting, un tratado de libre comercio con Brasil abriría a México "las puertas de Mercosur, un mercado importantísimo de 300 millones de personas", por lo que criticó, en declaraciones a El Confidencial, que el país azteca "dependa demasiado de Estados Unidos" en vez de "mirar más hacia el sur". También auguró que Brasil seguirá liderando económicamente Latinoamérica y recomendó a México que "aprenda de su ejemplo", especialmente en una necesaria reforma energética.

Castro también aconseja al país norteamericano una "verdadera reforma fiscal" porque "no hay cultura de pagar impuestos" y "se consiente" a las empresas trasnacionales y nacionales más fuertes.

En cuanto al aspecto negativo, México y Brasil comparten más de lo que quisieran. La legislación laboral es "para llorar" en los dos países y requiere "cambios de fondo". Los trámites para crear un negocio son "enormes" y hay una excesiva burocratización del sistema, señala Millán. A ello se añaden problemas sociales como la pobreza o estructuras educativas y sanitarias deficientes.

Pese a eso, los indicadores económicos demuestran que el camino emprendido por los cariocas es casi imparable y que no sólo México debería tomar ejemplo.

[Fuente: Por Pilar Salas desde México, El Confidencial, Madrid, 03abr10]

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