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27ago06
Periodista española defiende al jefe paramilitar "Jorge 40"
El jefe paramilitar 'Jorge 40' hace varias preguntas que no deberíamos echar en saco roto.
Esos interrogantes, como los mandamientos, se podrían resumir en uno solo: ¿queremos la paz y la reconciliación nacional o solo venganza?
El fugitivo.
'Jorge 40' no tiene el aspecto de un fugitivo, quizá porque no siente que esté huyendo de nadie. Lo encontré este viernes en una finca del norte del país, tranquilo en el medio en el que se ha movido como pez en el agua en los últimos años. Sigue emberracado con el Presidente porque no cree que fuese necesario darles tratamiento de delincuentes que quisieran eludir a la justicia, cuando están caminando por el sendero de la paz. Y no le falta razón. El extraño y tortuoso proceso con los paramilitares se lleva a golpe de impulsos, según presione un medio de comunicación, una ONG gringa o la Casa Blanca.
Ahora lo que tiene a la gente con los pelos parados es la incorporación de narcos puros, como si el mundo acabara de descubrir el agua tibia: que las Auc terminaron siendo un sancocho. Olvidan que todos eran necesarios para que el movimiento pasara de ser un grupo de amigos que confrontaba a la guerrilla en algunas pocas regiones con el dinero de ganaderos y comerciantes, a convertirse de la noche a la mañana en un ejército de 20 mil hombres capaz de disputarles el poder a sus enemigos en la nación entera. Eso exigía tanto mandos de la peor ralea, expulsados de la policía y las fuerzas armadas, como narcos con mucha plata. ¿Acaso la guerrilla actual y la pasada no los utilizaron?
Me pregunto: ¿qué es peor, un narquito que compra armas o un mando medio que haya masacrado a medio pueblo? El narco no deja ser parte del engranaje y tiene tanto derecho como el que más a desmovilizarse. ¿Por qué los 'Mellizos' no y 'don Berna' sí? ¿Por qué no Sierra y sí 'Macaco'?
Pero volvamos con '40'. Hace varias preguntas que no deberíamos echar en saco roto:
¿Qué es más útil: un jefe paramilitar que aún ejerce liderazgo sobre su tropa controlando la reincorporación de sus hombres a la vida civil desde un centro agrícola en su región, o encerrado en una celda lejana? Si fue su patrón por años, ¿para qué renunciar al liderazgo que aún pueda ejercer sobre una tropa inclinada a volver al monte?
Cuando hagamos el juicio a las Auc, ¿ignoramos la responsabilidad de un Estado ausente e indiferente? ¿Hacemos un juicio nacional a todos los responsables de la guerra, políticos, empresarios, actores armados, incluidos los legales, para buscar venganza o para encontrar la forma de no volver a repetir los errores?
¿Queremos la verdad para quienes solo buscan un show en los medios, o la que nos ayude a aliviar el dolor de las familias de los desaparecidos, como, por ejemplo, las de los del CTI y el odontólogo Ovalle? (Al menos ya reconocen que los mataron.)
¿Será (como dijo una vez el Vicepresidente) que nos tendremos que poner todos de acuerdo en cuál es la verdad que aguanta el país, porque las verdades recientes son siempre limitadas en los procesos de paz? (Por ejemplo, ¿cómo explica Bavaria o Postobón el pago de vacunas para operar en las regiones paramilitares? ¿A quién culpamos de colaboración: a Santo Domingo y Ardila o a sus subalternos? ¿Acaso los jefazos no sabían que alimentaban la guerra?)
¿Seguimos haciendo un proceso de paz entre el Gobierno y los 'paras' en exclusiva, como si no fuera con el país, o involucramos a todos? Porque tiene narices que la Andi ofrezca una supervisión a las Farc de las metas del milenio y no quiera saber nada de dar puestos de trabajo a los desmovilizados de las Auc. Y no digamos los empresarios locales. Para la guerra sí tenían billete y sí les merecían confianza los 'paracos'. Para la paz no hay nada.
¿Por qué al Eln se le quiere dar ya participación política y a los jefes 'paras' que ejercieron una acción política en sus regiones se la negamos?
Interrogantes que, como los mandamientos, se podrían resumir en uno solo: ¿queremos la paz y la reconciliación nacional o solo venganza?
Pues eso, señores, y esto ya es mío, tiene un costo altísimo, porque perdonar a criminales que se consideran sacrificados patriotas es muy, muy jodido. Y no les cuento cuando llegue el proceso con las guerrillas, a quienes habrá que darles perdón absoluto y olvido de Alzheimer. Pero creo, que aun así, merecerá la pena.
[Fuente: Por Salud Hernández-Mora, Bogotá, Col, 27ago06 Salud Hernández-Mora es corresponsal del diario español "El Mundo"; dirigió la delegación colombiana de la conocida empresa de tratamiento de imagen, Burson Marsteller. Preparó y escribió el prólogo de libro agiográfico sobre Carlos Castaño "Mi Confesión" y útimamente ha escrito un libro promocional sobre Lucho Garzón titulado "Un polo a tierra". En España integró el gabinete de imagen del Banquero Mario Conde, antes de que este fuera condenado por estafa. Fue asesora en las elecciones gallegas para el Partido Popular y también fue asesora de imagen en la primera campaña del ex presidente del Gobierno Español José María Aznar.]
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