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05jul06


Investigan venganza por 10 crímenes cercanos a los desmovilizados en Córdoba, Sucre y Antioquia.


Ocho asesinatos en Tierralta llevaron a Salvatore Mancuso a pedir la intervención del presidente Álvaro Uribe.

El asesinato de Gustavo Upegui, el mayor accionista del Envigado Fútbol Club, sería el último eslabón en una cadena de violencia contra personas cercanas a la cúpula paramilitar desmovilizada y refuerza las versiones sobre vendettas internas en los antiguos bloques de las Auc más permeados por el narcotráfico.

Upegui se movía en círculos muy cercanos a Diego Fernando Murillo, ‘Don Berna’, según autoridades de Antioquia que pidieron el anonimato . Ayer, ‘Danielito’, el ex jefe del bloque paramilitar ‘Héroes de 'Granada', estructura desmovilizada de ‘Don Berna’, acompañó el entierro.

Además de un tiro mortal en la cabeza, el cadáver de Upegui tenía una laceración en la pierna izquierda (como si le hubieran dado una patada fuerte) y otros golpes. A su lado había vómito, lo que podría ser señal de que lo sometieron a asfixia.

Esos métodos criminales, según los investigadores del caso, fueron muy usados por Pablo Escobar cuando "apretaba" a sus socios y enemigos para sacarles información importante y obligarlos a traspasar propiedades.

Y por el sitio donde ocurrió el crimen –San Jerónimo, al occidente antioqueño, donde el control ‘para’ todavía es fuerte–, así como por la información que tenían los asesinos sobre la seguridad y los movimientos del polémico dirigente deportivo, las autoridades dan por descontado que fue una acción ordenada por alguien con mucho poder en el mundo de la

mafia y cercano a la víctima.

A pesar de la aparente desarticulación de la ‘Oficina de Envigado’, la red sicarial controlada por ‘Don Berna’, esta ha seguido operando con ‘paras’ desmovilizados.

Fuentes que conocen el caso dicen que Upegui se había alejado en los últimos meses del círculo más afecto al detenido jefe paramilitar, por razones que no están claras. "Lo previsible es que toda esa estructura se esté reacomodando, y en eso surgen conflictos de intereses", aseguran.

No se descarta tampoco que el crimen sea un mensaje para ‘Don Berna’, pues afectó a una persona a la que conocía desde la década de los 80.

También contra Mancuso.

La racha violenta también tocó a gente próxima a Salvatore Mancuso, el máximo jefe del ‘Bloque Norte’ de las autodefensas.

El fin de semana, el ex jefe ‘para’ acusó a un nuevo grupo, ‘Los Traquetos’, que según él está conformado por ex ‘paras’ y ex miembros de la Fuerza Pública, de los homicidios de varios de sus allegados en Tierralta (Córdoba). Según Mancuso, se trata de una escalada contra quienes promueven la erradicación voluntaria de cultivos de coca en el Nudo de Paramillo.

La última víctima fue el joven Andrés Alberto Assías Álvarez, de 19 años y estudiante universitario que pasaba vacaciones en la región.

Él era hijo del ganadero y propietario de camiones Arán Assías, quien aportó tierras para los proyectos productivos de los desmovilizados. Junto al muchacho cayó asesinado Hernán Darío Giraldo Zuluaga, al parecer pariente suyo.

En carta al presidente Álvaro Uribe y al comisionado Luis Carlos Restrepo, Mancuso cuestionó que esos grupos siguen operando a pesar de que "las autoridades policiales tienen toda la información sobre las personas que hacen parte de ellos y cómo funciona su ilegal negocio".

Ayer, el comandante de la Policía Córdoba, coronel Jaime Orlando Velasco, le salió el paso a Mancuso y afirmó que algunos de los asesinados en los últimos 15 días en Tierralta están involucrados con el negocio del narcotráfico.

"Ha habido una coincidencia en que las personas que fueron objeto de homicidios son amigos, o han sido cercanos al señor Mancuso. Esto es un ajuste de cuentas, una vendetta al interior de estas organizaciones", precisó el oficial.

En las dos últimas semanas, ‘Los Traquetos’ –varios de ellos ‘paras’ de ‘Don Berna’ que no se desmovilizaron con el ‘Héroes de Tolová’– han cobrado unas ocho víctimas.

Uno de los casos se registró el sábado 24 de junio en la vereda Carrizola de Tierralta, donde fueron asesinadas tres personas en un negocio de billares. Dos quedaron heridas y fallecieron el viernes en un hospital de Montería.

Entre ellos estaba Óscar Alfonso Zapata Guerra, de 45 años, colaborador en el programa de erradicación de cultivos ilícitos, pero de quien los investigadores policiales dijeron que seguía teniendo nexos con los grupos que controlan el cultivo, procesamiento y transporte de coca en ese territorio.

A esos crímenes se suma el de Humberto Frasser Ortiz el pasado sábado en Sincelejo. Él, según fuentes policiales, era la mano derecha del desaparecido Rodrigo Mercado Peluffo, alias ‘Cadena’.

¿Temor a delación?

"Va a ser muy grave lo que se viene si de par en par se abre el mercado de los delatores, que deben estar impacientes. Mucha gente en búsqueda de beneficio nos va a querer señalar".
Ernesto Báez, vocero de las Auc

[Fuente: El Tiempo, Bogotá, Col, 05jul06]

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