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20ene07
Hughes Rodríguez Fuentes está pedido con fines de extradición por EE.UU. y acusado de paramilitarismo.
La primera semana de junio de 2004, varios documentos disímiles llegaron a la Fiscalía General de la Nación, en Bogotá. El primero era de una corte del distrito estadounidense de Columbia que había acusado a un ciudadano colombiano por varios delitos relacionados con narcotráfico y ante esa decisión el gobierno de Washington lo pedía en extradición.
Los otros documentos eran de dos congresistas de la Costa Atlántica que declaraban ante la Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía sobre el mismo ciudadano, en términos que más que una declaración parecían una carta de presentación. La persona de que hablaban, tanto las autoridades de Estados Unidos como los parlamentarios Mauricio Pimiento y Alfredo Cuello, era Hughes Manuel Rodríguez Fuentes, conocido como el Comandante Barbie.
La Embajada de EE.UU. en Colombia resumió así los cargos contra el mencionado individuo pedido en extradición:
“Los hechos del caso indican que comenzando en algún momento, en 1996, y continuando hasta por lo menos julio de 2004, Rodrigo Tovar Pupo (alias Jorge 40), Hughes Rodríguez Fuentes y Álvaro Padilla Redondo fueron miembros de una organización que transportaba cantidades múltiples de cocaína en embarcaciones marítimas conocidas como ‘lanchas rápidas’. La cocaína era transportada desde Colombia a varias islas en el Caribe y luego a los Estados Unidos”.
“(Jorge 40) era uno de los líderes de la organización, que realizaba su operación desde Valledupar, Colombia. A finales de los años 1990, Jorge 40 fabricó cantidades múltiples de cocaína en la parte sur del departamento del Magdalena. En noviembre de 1999, oficiales del Servicio de Guardacostas de los EE.UU. incautaron aproximadamente 1.300 kilogramos de cocaína que Jorge 40 había suministrado para un embarque de droga. Iniciando 2001, Jorge 40 comenzó a compartir las ganancias de la droga con Hernán Giraldo Serna”.
“Hughes Rodríguez Fuentes era el responsable de coordinar el despacho de las utilidades provenientes de la venta de narcóticos desde los Estados Unidos a Barranquilla. Rodríguez Fuentes, igualmente, hacía los arreglos para que las utilidades provenientes de la venta de los narcóticos se dispersaran en numerosas cuentas bancarias en Colombia y en propiedad raíz, a nombre de personas que actuaban en calidad de propietarios (o) testaferros”.
“En el año 2002, Rodríguez viajó a los EE.UU. con el propósito de hacer contactos para las ventas de la cocaína en los EE.UU. Hubo momentos en que Rodríguez, igualmente, intentó sobornar a oficiales colombianos de las fuerzas del orden a nombre de la organización con el objeto de proteger las actividades del tráfico de narcóticos de la organización”.
La carta de Cuello
Pocos días después de semejantes cargos, los hoy congresistas Mauricio Pimiento y Alfredo Cuello — sin saber del indicment de EE.UU.— salieron en defensa de su entrañable amigo de infancia, Hughes Rodríguez Fuentes, quien había sido vinculado formalmente al sumario 1.655 de la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía, que empezó a investigarlo por el delito de concierto para delinquir, en la modalidad de promover grupos ilegales o paramilitares (ver recuadro).
El abogado del Comandante Barbie le pidió a la Fiscalía que escuchara en declaración a los dos mencionados congresistas. Cuello envió su respuesta a la Fiscalía, mediante documento escrito, y en primer término, respondió a la pregunta de si conocía a Hughes Rodríguez:
“Sí, lo conozco desde mi niñez porque son vecinos de mis padres y amigos de toda la vida. Además, nuestras familias siempre han sido amigas y hemos compartido vida social y política. Hughes es un hombre a quien admiro mucho, por su capacidad sobresaliente de trabajo, luchador y exitoso. Asumió la responsabilidad de su familia desde que tenía 16 años de edad. Le tocó sacrificar su juventud y estudios para dedicarse a los negocios transparentes y lícitos de su familia”.
Alfredo Cuello, actual presidente de la Cámara de Representantes, le explicó a la Fiscalía, finalmente, que tuvo conocimiento de que grupos al margen de la ley (guerrilleros y paramilitares) acosaron y extorsionaron a su amigo Hughes Manuel, y citó como ejemplo el asesinato de la hermana de éste, María Margarita Rodríguez Fuentes.
La carta de Pimiento
En los primeros días de diciembre pasado, el senador Mauricio Pimiento rindió indagatoria ante la Corte Suprema de Justicia. Al igual que cinco congresistas más de Cesar y Magdalena, Pimiento está contra las cuerdas por el presunto fraude electoral que en las elecciones parlamentarias de 2002 promovió el jefe paramilitar Jorge 40. Pimiento está a la espera de que la Corte Suprema defina su situación jurídica.
“Hughes es un hombre trabajador y emprendedor, que pese a su corta edad, le tocó asumir la responsabilidad de su familia, desde que murió su padre. Mantiene con su madre, hermanas y hermanos una estrecha relación que lo distingue como un ejemplar hijo y hermano”. Y termina diciendo: “No creo que sea cierta (la supuesta relación de Hughes con los grupos ‘paras’ del Cesar)”.
La Corte Suprema
Son tan llamativas y particulares las respuestas de defensa que ante la Fiscalía dieron Cuello y Pimiento (ver recuadros en los que ellos dan sus explicaciones), que en los últimos días del pasado año judicial, la comisión de la Corte Suprema de Justicia que investiga los nexos entre la política y el paramilitarismo se hizo a una copia del proceso en el que el ente acusador llamó a juicio a Hughes Manuel Rodríguez Fuentes.
En el caso de Pimiento, un indicio más que hoy estudia la Corte Suprema. Y en el caso de Cuello Baute, una declaración que el máximo tribunal de la justicia ordinaria puede tener en cuenta para que empiece a pensar en él. Así sucedió con varios políticos cuyos nombres aparecieron referenciados en el llamado computador de 40. Aunque en el aparato sólo se hacía mención de ellos, las autoridades los rastrearon y al menos dos de ellos fueron llamados, poco después, a indagatoria.
Posdata
De Hughes Rodríguez, las autoridades sostienen que desde hace más de tres años es un fugitivo. Pero por lo que dicen los cesarenses, pareciera que aún sigue siendo “el ganadero más importante y rico de la región”.
El lío del mayor ganadero del Cesar
Los cargos por paramilitarismo contra Hughes Rodríguez tienen origen en una investigación que la Fiscalía inició tras el asesinato de una jueza del municipio de Becerril (Cesar), Marilys de Jesús Hinojosa Suárez, el 27 de enero de 2003.
Aunque en el proceso por estos hechos está más que claro que Rodríguez nada tuvo que ver en el asesinato de la funcionaria, con el correr de la investigación varios testigos dijeron en la Fiscalía que este hombre, de 43 años, era uno de los mayores financiadores y promotores de las autodefensas en el Cesar. La Fiscalía aseguró que no era cierto —como lo pregonaron varios declarantes— que Rodríguez hubiera sido víctima de las autodefensas. Al contrario, anotó la Fiscalía, sus negocios y utilidades crecieron de la mano de los paramilitares. Así las cosas, un juzgado de Valledupar lleva el proceso contra Rodríguez por paramilitarismo y falsedad material en documento público. La misma causa la comparte Eduard Heriberto, hermano del ex senador Alfonso Mattos Barrero.
“Nunca lo conocí como paramilitar”
El senador Mauricio Pimiento Barrera también se defendió por la ‘carta de presentación’ que ante la Fiscalía hizo del narcoparamilitar Hughes Rodríguez Fuentes.
“Él es un reconocido ganadero del Cesar, muy vinculado al sector cooperativo y a la industria lechera de Valledupar. La verdad es que yo no tenía idea de que estuviera en enredos con las autoridades norteamericanas”, dijo.
“Yo declaré por un conocido que, desde hace algunos años, está siendo procesado por concierto para delinquir, relacionado con el paramilitarismo. De todos modos, yo no conocí a Hughes Rodríguez por sus actividades. Es más, yo no soy ganadero ni hacendado, siempre he sido empleado público. Que quede claro también que nunca pertenecí a su estrecho círculo de amigos de actividades sociales”.
“El documento que elaboré para la Fiscalía General de la Nación, lo hice a petición de la señora madre de Hughes y de sus hermanas, a quienes conozco desde hace algunos años. Ellas me pidieron que si podía dar una referencia personal de Hughes, y en el documento dije lo que sabía de él. Nada más. Lo que se diga ahora de Hughes, la verdad, no me consta”.
“Quiero, finalmente, dejar en claro dos cosas: nunca conocí a Hughes como paramilitar, y si me hubiera enterado de que estaba pedido en extradición, seguro que no hubiera declarado en su favor. Tampoco tenía idea, como usted dice, de que Hughes fuera socio de alias ‘Jorge 40’ o Hernán Giraldo Serna”, sentenció.
“Yo no sabía lode la extradición”
El presidente de la Cámara de Representantes, Alfredo Cuello, le dijo a El Espectador que la declaración jurada que rindió en la Fiscalía “fue en favor de mi amigo de infancia, Hughes Rodríguez. Yo nací y me crié en una casa que quedaba junto a la de él. Sus padres eran amigos de mis padres”.
Cuello Baute aseguró que desconocía que sobre Rodríguez Fuentes pesara una orden de captura con fines de extradición, emanada de un tribunal de Estados Unidos. “Me acabo de enterar de eso por usted. Sé que él lleva varios años huyendo por un problema de concierto para delinquir o algo así”, aseveró.
“Yo no soy —como ahora— de los que niegan a sus amigos, o dicen que no sabían nada de nada. Yo soy amigo de Hughes, quien ha sido un ganadero muy importante en el Cesar y un hombre con mucha plata. Soy amigo de su esposa y de sus hijos. A ellos los saludé en Navidad o fin de año. Es más, normalmente a ellos no les pregunto por Hughes, porque me da pena”, agregó.
El congresista explicó también de dónde vino la idea de declarar por Hughes Rodríguez en la Fiscalía. “Su esposa me buscó y me pidió el favor de que declarara por él. Yo no vi ningún problema y así lo hice. Pero, con respeto por Hughes y su familia, no le quepa la menor duda de que si yo hubiera sabido lo de la extradición, no hubiera declarado”.
“No veo por qué a la Corte le pueda interesar mi declaración por este tema. Pero si me llama, le diré lo mismo que le estoy diciendo a usted”.
[Fuente: El Espectador, Bogotá, Col, 20ene07]
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