Información
Equipo Nizkor
        Derechos | Equipo Nizkor

oct89


Ponencias del seminario "Alternativas a los cultivos tropicales ilícitos"


Campaña Europea de Información sobre la Droga.

Informe del Seminario de Bruselas
2, 3 y 4 de octubre de 1989

Redacción: COTA
Traducción francés-español: CIMADE


INDICE



PROLOGO

El seminario "Alternativas a los Cultivos Tropicales Ilícitos", se realizó bajo la presidencia de Monseñor SAENZ, Arzobispo de La Paz, Bolivia, en el marco de la Campaña de Información Sobre la Droga, llamada "Droga: el estado de dependencia". Esta campaña, organizada por un colectivo de ONG franco-belgas, tenia como objetivo, la sensibilización del gran público, al problema de las relaciones existentes entre la droga, por una parte, y los problemas del desarrollo, por la otra.

Antes de los acontecimientos de Colombia, -que lanzaron dramáticamente el problema de la producción de droga en los países del Sur, a la primera plana de la actualidad-, la opinión pública europea ignoraba aún, que el flagelo de la droga no es solamente un problema de los países occidentales, -en los cuales una parte importante de la juventud está afectada por la toxicomanía-, sino que también constituye una fuente cada vez más profunda de desequilibrio para los países productores de materias primas necesarias a la fabricación de las drogas consumidas en nuestros países.

Hoy, los campesinos del sur, están contreñidos por la pobreza, a cultivar la coca o la adormidera de opio (amapola). Cualesquiera sean las condiciones de su producción, la droga engendra siempre una descomposición rápida de las estructuras sociales de los países productores. Ella constituye la negación de toda organización económica sana. Establecida sobre la miseria, la droga hipoteca a su vez toda posibilidad de desarrollo. Su reino precipita la descomposición del sistema político, prisionero, -más o menos directamente-, del poder de los traficantes.

Más allá de la difusión al gran público, de informaciones sobre este tema, -a través de campañas de prensa, animaciones o programas televisados-, los organizadores de la campaña han querido analizar más profundamente la manera en que la situación se presenta en los países del Sur. Con este propósito, han concebido este Seminario, que reúne diversos especialistas de este problema, representantes de ONG europeas, de Instituciones Internacionales, de los poderes públicos europeos, asi como también representantes de los campesinos productores. Este seminario ha permitido que sea escuchada, por primera vez en una manifestación de esta envergadura, la voz de los principales interesados, gracias a la presencia de representantes de las zonas directamente concernidas por la producción de plantas tropicales ilícitas (Perú, Bolivia, Colombia, Líbano, Laos).

Paralelamente se han realizado, en Luxemburgo y Estrasburgo, dos seminarios consagrados respectivamente, a los temas Droga-Salud y Droga-Justicia. Sus títulos son: "Salud, prevención, Europa-Tercer Mundo" y "Tráfico de droga, toxicomanía, justicia".

Las conclusiones y proposiciones de estos tres seminarios han sido presentadas con ocasión del Congreso que tuvo lugar en París, bajo la presidencia de la Señora Danielle MITTERAND, con el que terminó la primera fase de la Campaña de Información Sobre la Droga.

En estas Actas, hemos retranscrito las intervenciones realizadas durante los tres días del Seminario, así como también ciertas preguntas y consideraciones planteadas en el curso de las intervenciones. Hemos preferido reagrupar los textos por tema, más que según el orden cronológico de las exposiciones.

Después de la Presentación y Apertura del Seminario por Monseñor SAENZ y de la Introducción al tema del Seminario, retomamos dos textos que fijan el marco general de la problemática; enseguida pasamos a un exámen del problema de la sustitución, tal cual éste se plantea en cada una de las regiones, retomando el punto de vista de los diferentes actores del desarrollo alternativo; por último, algunos especialistas evocan el tema de los mercados nacionales de productos agrícolas y del mercado internacional de los productos de sustitución. Luego de un breve Debate de Síntesis, terminamos con las Conclusiones y Proposiciones del Seminario.

Nos queda agradecer a los participantes y expositores, así como a la Comisión de las Comunidades Europeas, la que, -gracias a su apoyo financiero y a la puesta a disposición de sus locales-, ha hecho posible la realización de este Seminario.


APERTURA DEL SEMINARIO

Monseñor Sáenz, Arzobispo de La Paz, Bolivia

Les agradezco el haberme invitado a este Seminario y el permitirme compartir con ustedes estos momentos y estas reflexiones.

Personalmente considero que el problema coca/cocaína, tal cual éste se plantea en Perú y Bolivia, es antetodo, un problema de pobreza. Este punto de vista, es también el de la Iglesia Católica boliviana. Es a causa de sus necesidades económicas, que nuestros campesinos se van a cultivar la coca, y es por esta razón que hemos sido invadidos por el problema del narcotráfico,- pues se trata claramente de una invasión. Este problema no ha sido "secretado" por nuestro país, él nos viene del exterior. Por ésto, y por muchas otras cosas, yo puedo ya decir, -desde la apertura de este Seminario- que el problema fundamental es el de la miseria.


PRESENTACIÓN DEL SEMINARIO EN EL MARCO DE LA CAMPAÑA

A. Ruellan, pedólogo, miembro de la CIMADE

"Las drogas esclavizan, el desarrollo libera": éste es, ustedes saben, el tema de la "Campaña Europea de Información Sobre la Droga", que tiene como objetivo la sensibilización y educación del público, y en cuyo marco se desarrolla el Seminario que hoy comenzamos.

Quiero recordarles que nuestro Seminario, consagrado al estudio de las "alternativas a los cultivos ilícitos", se realiza paralelamente a dos otros seminarios que tienen lugar:

  • uno en Luxemburgo sobre el tema "Toxicomanía, salud, prevención", con el apoyo de la UNESCO;
  • el otro en Estrasburgo, sobre el tema "Trafico de drogas, toxicomanía, justicia", con el apoyo del Consejo de Europa y de la MILT, Misión Interministerial de lucha contra la Toxicomanía.

Los días 6 y 7 de octubre de 1989 se realizará en Paris, el Congreso Internacional: "Droga, el estado de dependencia", en el cual se rendirá cuenta y se discutirán, los resultados de estos tres seminarios.

En lo que concierne al nuestro, "alternativas a los cultivos ilícitos", los objetivos que queremos alcanzar son claros:

  1. Establecer un primer balance de los logros de los proyectos alternativos de desarrollo emprendidos en países tan diferentes como Bolivia, Laos, Líbano y Perú
  2. Examinar estos proyectos, sus implicaciones, sus resultados, sus dificultades en relación a los mercados nacionales, e internacionales y en particular, en relación al grave problema de los precios de los productos agrícolas;
  3. Reflexionar sobre lo que podríamos proponer de concreto a los Estados y a las Instituciones Internacionales, en términos de aproximaciones que permitirían aumentar las posibilidades de éxito de los proyectos de desarrollo alternativo;
  4. Ayudar a las ONG del Sur y del Norte a mejorar las estrategias de realización de los proyectos alternativos existentes y por venir; ayudarlos igualmente, a elejir lo mejor posible, los proyectos destinados a ser presentados al público, en vistas a provocar una toma de conciencia y una solidaridad activas;
  5. Por último, articular el proceso de promoción, de estrategias alternativas de desarrollo, en particular de promoción de cultivos alternativos con los otros problemas:
    • por una parte, los otros problemas relativos a la droga: tendremos, -por ejemplo- que destacar el hecho grave de que la población rural de los países productores de droga (Pakistán, Tailandia, Bolivia, Perú, Colombia, etc...) están cada vez más afectados por las, consecuencias de estas actividades: los representantes de los agricultores de estas regiones podrán atestiguar que, de los jóvenes que contribuyen a la producción de drogas, son cada vez más numerosos que los que la consumen; la prevención en materia de salud, en las zonas rurales, deberá estar más estrechamente ligada a los proyectos alternativos de desarrollo
    • por otra parte, los otros problemas relativos al desarrollo de los países del Tercer Mundo. En este sencido quisiera evocar dos temas que me parecen absolutamente prioritarios:
      • la democracia
      • la valorización de sus propios conocimientos

La democracia: qué democracia para lograr el desarrollo?. Es claro que el desarrollo no se impone: los numerosos "proyectos" dichos "de desarrollo" y que han fracasado totalmente, lo demuestran.

No desarrollamos un pueblo. Un pueblo no puede desarrollarse sino que por sí mismo, por la valorización de sus propios recursos democráticos. Entonces, una de las vías de solidaridad internacional, es la de favorecer la emergencia de los recursos democráticos de cada pueblo, la capacidad de cada pueblo, a nivel de sus ciudades, de sus barrios, de sus grupos sociales, para organizarse y ganar la batalla del desarrollo.

Debemos ser más fuertes para denunciar, para reaccionar contra todas las formas de dictaduras nacionales y locales, públicas y privadas que impiden a las poblaciones de asumirse y tomar sus responsabilidades, que les impiden de organizarse para valorizar sus propios conocimientos y apropiarse de los conocimientos de los demás

Precisamente, la valorización de los conocimientos para el logro del desarrollo es de una gran prioridad. Siempre me sorprendo al constatar, en el curso de mis viajes, hasta qué punto el problema de la formación es difícil y conflictivo.

Yo creo que habría que decir simplemente esto:

  • los pueblos del Tercer Mundo tienen muchos conocimientos;
  • la experiencia demuestra que los proyectos de desarrollo transplantados, cuyos procesos y tecnologías no toman en cuenta éstos conocimientos están condenados al fracaso; Esto es válido tanto para los grandes como para los pequeños proyectos;
  • formar, no solamente transferir las tecnologías modernas que, en su mayor parte son occidentales;
  • formar es también hacer tomar conciencia a cada uno, de la riqueza y de las lagunas de sus conocimientos: las riquezas se valorizan y se modernizan, las lagunas se rellenan. Las tecnologías modernas pueden hacer ambas, las tecnologías tradicionales también. Las estrategias de formación deben ser completamente revisadas.

El éxito de las alternativas a los cultivos tropicales ilícitos, no se logrará sin la valorización de los recursos democráticos y de los conocimientos de la población de las sociedades y de las culturas concernidas.


CAPITULO I

CUADRO GENERAL DE LA PROBLEMÁTICA


LA CRISIS DEL TERCER MUNDO Y CONTEXTO INTERNACIONAL

J-Ph. Platteau, profesor en la Facultad de Nuestra Dama de la Paz, Namur.

El objetivo de esta exposición es el de desarrollar un narco de reflexión general para el análisis de los países del Tercer Mundo, y más específicamente, el de las masas rurales en América del Sur.

Cuando se examinan los modelos de desarrollo de los años 1950 a 1960, se puede ver que la idea fundamental sobre la cual se apoyaban, era que un desarrollo rápido de la industrialización urbana, dicha moderna, podría absorber gradualmente los excedentes de mano de obra de las zonas rurales de los países del Tercer Mundo. Se reconocía entonces, que había en el campo un gigantezco potencial de mano de obra subempleada o empleada a una tasa de productividad muy baja. Y como el nivel de productividad era bajo, los ingresos lo eran igualmente, y no se veía otra alternativa para aumentar el nivel de vida del mundo rural, que la de transferir esa mano de obra hacia sectores de productividad elevada. Se esperaba que la creación de empleos en los sectores modernos no agrícolas se haría a un ritmo suficientemente rápido, como para que se produjeran transferencias importantes de mano de obra desde el campo a la ciudad.

Sin embargo, las cosas se complican cuando se introduce en este esquema el crecimiento demográfico: en efecto, en muchos de los modelos iniciales, se suponía que el crecimiento demográfico no intervenía. Si introduzco esta variable desde el comienzo, es porque, desde el momento en que se incluye el crecimiento demográfico en el modelo, un problema extremadamente grave se plantea; si admitimos que la participación de la población rural en el conjunto de la fuerza de trabajo nacional disminuye, en otros términos, si se admite que desde el comienzo hay una transformación estructural, que se mide por un crecimiento de la parte relativa del empleo absorbida en el sector no agrícola (lo que ocurre en todos los países industrializados desde fines del siglo XVIII); si se accepta, por otra parte, que hay un crecimiento demográfico, se debe concluir que es posible que la población rural continué creciendo rápidamente, a pesar de la transformación estructural evocada.

Si vemos la experiencia de Europa, y más recientemente, la de Japón, a fines del siglo XIX y a comienzos del siglo XX, nos damos cuenta que el modelo "puro", que preveía una transferencia de mano de obra, en términos absolutos, desde las zonas rurales hacia las urbanas, ha sido verificado.

Las previsiones de Marx no han sido confirmadas por los hechos: no ha habido en el campo la acumulación de un gigantezco proletariado que hubiera debido desplazarse a las ciudades, donde habría encontrado empleadores industriales ávidos por emplearlos. Incluso en el caso de Inglaterra, tan a menudo invocado por Marx, esto no se produjo, debido a ciertas razones, entre las cuáles la más importante es la aparición, a fines del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX, de innovaciones tecnológicas agrícolas, que tenían como característica una fuerte utilización de mano de obra. Estas innovaciones permitieron absorber, en la agricultura inglesa misma, la mano de obra que fué expropiada por la extensión de la ganadería o por la presión demográfica. Lo mismo ocurrió en Japón. Sin embargo, en Japón, a fines del siglo XIX, 80% de la población vivía en el campo. La tasa de crecimiento del empleo industrial era del orden de 2,5 a 3,5%, es decir, la misma tasa que se obserba en promedio en el Tercer Mundo, en todo caso en Asia y América Latina, si se dejan de lado, los casos excepcionales que constituyen Corea y Taiwán. De todas maneras, en Japón a fines del siglo XIX, la tasa de crecimiento demográfico es inferior a 1% y es lo que permite reducir inmediatamente el número absoluto de trabajadores que viven de la tierra. Entre 1885 y 1915, el porcentaje de la población empleada en la agricultura disminuyó de 20%, lo que corresponde a una disminución absoluta de un millón de trabajadores agricolas.

Es a este nivel, que encontramos un contraste importante en relación a los países de A. Latina. En efecto, en éstos, la transformación estructural hacia un mayor empleo industrial no ha permitido disminuir la presión de las poblaciones rurales sobre la tierra. Si observamos la situación de las tres últimas décadas, vemos que el sector industrial ha absorbido menos de 35% de la mano de obra en los países en vías de desarrollo llamados "pobres". |1|

Tendríamos entonces que concluir que el modelo de Marx encuentra allí toda su fuerza. No existe en estos P.V.D., transferencia de mano de obra hacia los polos urbanos, donde existirían muy buenas oportunidades de empleo, sino que se produce el nacimiento y desarrollo del proletariado agrícola, que no puede emplearse productivamente en las ciudades y que encuentra cada vez más dificultades a emplearse productivamente en el campo.

Corea y Taiwán son, por cierto, excepciones. No es el momento de extenderse sobre estos casos. Sin embargo, es interesante destacar que estos modelos, que han sido "calcados" sobre el modelo japonés, han conocido un desarrollo muy precoz de la industrialización rural. Desde comienzos de este siglo en Japón, desde fines de la segunda guerra mundial en Taiwán y Corea, la mayor parte de las familias agrarias tenía a lo menos uno de sus miembros trabajando en industrias rurales; es decir que la industria producía una parte importante de los ingresos de los agricultores. Se puede pensar entonces, que el problema de la producción de drogas, debe encontrar una solución no solamente en una valorización diferente de los recursos agrícolas, sino también en el desarrollo y la valorización en territorio rural, de recursos no agrícolas.

America Latina, desgraciadamente, confirma el modelo de Marx, o contradice el modelo europeo-japonés. Cuando se analiza el problema del desarrollo rural, se puede constatar que la proporción del ingreso no agrícola en el ingreso total de las familias rurales en Colombia ha disminuido de 15% en los últimos 30 años, mientras que, en el mismo momento, esta proporción aumentaba del 30% al 50% en Taiwán. En Perú, a comienzos de los años 70, en 13 de los 24 departamentos del país, sea que no habia ninguna producción industrial, o, si la había, ésta no alcanzaba a representar el 1% de la producción industrial nacional De hecho, los 3/4 del valor agregado industrial en Perú se encuentra concentrado en la región urbana de Lima.

Tratemos de analizar la situación en A.Latina. Si se obserban las estadísticas relativas al período 1960-1980, la totalidad de los países registra una baja extremadamente significativa en el porcentaje de la población empleada en la agricultura: la baja va de 61% a 50% en Bolivia, de 52% a 38% en Brasil, de 57% a 44% en Ecuador, de 70% a 62% en Honduras, de 55% a 36% en México, de 52% a 37% en Perú. Lo que es interesante es que en ciertos países de A. Latina de ingresos intermedios, (México, Brasil, Argentina, Chile), y en la totalidad de los países latinoamericanos de bajos ingresos, el número absoluto de personas que viven de la agricultura ha crecido considerablemente durante los últimos 25 años.

Los únicos países donde el número absoluto de personas viviendo de la agricultura ha disminuido son Argentina (-15%), Cuba (-27%), Chile (10%), Colombia (-66%), Uruguay (-41%). En todos los otros países el número de personas viviendo de la agricultura aumenta considerablemente, como en Costa Rica 46%, en República Dominicana 48%, en Ecuador 52%, en Salvador 62%, en Honduras 82%, en Paraguay 79%, en Perú 20%, a pesar de una muy importante migración hacia las ciudades, y por último en Brasil 26% y en México 22%, a pesar de una industrialización impresionante.

Esto significa, que no solamente en los países pobres como Perú y Bolivia, sino también en países de industrialización rápida como Brasil y México, se plantea el problema de encontrar empleos productivos para un número de agricultores que aumenta a pesar de la transformación estructural acelerada en las ciudades. El crecimiento demográfico que pasó de menos de 1% a 3,5%, explica este fenómeno, no de una manera causal, sino de manera puramente estadística.

El problema es entonces, el de la absorción de la mano de obra rural. Para resolver este problema, se hubiera podido pensar, especialmente en A. Latina, en un aumento de las superficies cultivadas. Pero, exceptuando Bolivia, que ha logrado extender su frontera agrícola, en todos los otros países más pobres, es la situación inversa la que se ha producido: la superficie cultivada ha crecido a un ritmo mucho más lento que la tasa de crecimiento de la fuerza de trabajo agrícola, y la presión sobre los recursos agrícolas, expresada por la relación hombre/tierra ha aumentado fuertemente, en los países que presentan serios problemas de pobreza rural. Esto tiene relación con el hecho de que allí no se ha desarrollado un proceso de industrialización rural.

Hay entonces, una presión creciente de los hombres sobre los recursos en tierra. Esto no quiere decir que no existen tierras disponibles, sino que la estructura agraria en los países de A.Latina, especialmente en Colombia es tal, que las tierras eventualmente disponibles para la agricultura, no pueden ser explotadas como deberían serlo. Esto distingue radicalmente el caso de A.Latina del de Asia y en gran medida del de Africa, dónde hay muchas tierras disponibles pero cuya utilización, en muchas regiones, sólo es posible a un costo económico prohibitivo.

Menciono el caso de Colombia pues en este país, la situación se ha amejorado, desde comienzos de los años 70, en el siguiente sentido: una política gubernamental extremadamente enérgica, gracias a una demanda internacional sostenida para sus productos, orientada a desarrollar rápidamente ocasiones de empleo en los medios urbanos, ha permitido de disminuir fuertemente el número absoluto de personas viviendo de la agricultura. Colombia plantea entonces, un extraño problema, pues aparentemente, al mismo tiempo, los ingresos reales de la población rural aumentaron entre 1970 y 1985. En qué medida estas estimaciones toman en cuenta los ingresos de la droga, esto sigue constituyendo una pregunta abierta.

En Brasil igualmente, ha habido un esfuerzo por aumentar el empleo en el sector no agrícola, pero dada la amplitud de los problemas planteados por el crecimiento de la población rural, esto no ha permitido de disminuir el número de personas viviendo de la agricultura. De todas maneras, la extensión enorme de las superficies de la región del Amazonas, ha permitido limitar el deterioro de los ingresos reales de la población rural, lo que no ocurrió en el caso de América Central y del Perú, en dónde no existían esas posibilidades de extensión de la superficie agrícola.

Sobre las causas profundas de esta situación, existen un cierto número de opiniones diferentes. Existe en A.Latina un viejo debate entre aquellos que adhieren a la "Teoría de la dependencia", los economistas o sociólogos estructuralistas, y por otra parte, los formados en América del Norte. Desde un punto de vista intelectual, se puede deplorar que estas diferentes escuelas no se hablen o al menos, no suficientemente. Cada uno tiene efectivamente, elementos importantes a aportar al debate, sin que ninguno detenga la verdad absoluta sobre las causas del mal.

El argumento estructuralista está fundado sobre la idea de que el modelo de distribución de ingresos y la estructura de clases sociales de los países latinoamericanos, heredados de su historia reciente (siglos XVIII y XIX), ha llevado a un modelo de desarrollo desfavorable al empleo. El argumento puede resumirse de la manera siguiente: cuando, a partir de 1930, en ciertos países pioneros como Argentina y Brasil, se opta por el modelo de sustitución de importaciones, la producción privilegiada es la de bienes de consumo durable para satisfacer la demanda de una minoría urbana o de una élite rural de altos ingresos. En la medida en que la producción de estos bienes se hace según métodos fuertemente inspirados por la tecnología occidental, que requieren relativamente poca mano de obra, no calificada, al mismo tiempo que consumen enormemente de divisas, de capital fijo y mano de obra calificada, se genera un modelo que se auto refuerza, puesto que la producción misma de estos bienes va a privilegiar el empleo de los factores poseídos por la élite, en desmedro del factor del que disponen justamente las masas pobres, que quedan así encerradas en un circulo vicioso que les impide salir de su pobreza.

Nos damos cuenta también, observando los desarrollos que han tenido lugar en México y Brasil en los últimos 20 años, que la naturaleza de la demanda de los bienes de exportación de la industria o de la agricultura latinoamericanas, explica también que la tasa de creación de nuevos empleos en la industria ha sido generalmente inferior, de más de la mitad, a la tasa de crecimiento de la producción industrial. Hay que insistir sobre este punto, ya que el crecimiento industrial latinoamericano, o en todo caso el de los países líderes, es remarcable. Ningún país europeo, ni incluso Japón, la han alcanzado durante el siglo XX, y a fortiori, durante el siglo XIX. Lo grave es que las exigencias del mercado mundial obligan a A.Latina a producir bienes cuyas especificaciones técnicas imponen la elección de tecnologías altamente consumidoras de capital. Y A.Latina, como Asia, por otro lado, no tienen otra solución, en la medida en que una producción con técnicas menos sofisticadas, se traduciría en productos que serían, rechazados por el mercado mundial. En este contexto, mientras que la población y en consecuencia la fuerza de trabajo crecen más rápidamente que la capacidad de absorción en los nuevos sectores productivos, su precio implícito, es decir, el salario, está condenado a permanecer bajo.

Se podría concebir, en teoría, una sociedad transitoriamente no igualitaria, durante algunos decenios, en la cual habría que contentarse con una situación en que los ingresos reales de los trabajadores no aumentaran, mientras que los ingresos de la propiedad crecerían para que un día, la iniciativa económica de los propietarios pudiera traducirse en la creación de oportunidades de empleo suficientes. Pero, incluso más allá de las críticas puramente económicas que se puede hacer a un tal razonamiento, hay que entender que no se puede jamás razonar en términos de una economía pura, pues las economías son siempre políticas. En el contexto latinoamericano, es en efecto inconcebible, que se pueda admitir que los ingresos de la propiedad aumenten regularmente durante varias décadas consecutivas. Esto se debe al hecho de que el ideal democrático de estas sociedades urbanizadas es suficientemente fuerte como para que la política que privilegiara de manera prolongada al capital, sea condenada al fracaso, incluso si ella fuera impuesta a través de un gobierno autoritario, como pareciera testimoniar la caída de muchos de estos regímenes.

Por otra parte, hay que reconocer que muchos países de A.Latina han sufrido de una visión burocrática del desarrollo, es decir, una visión que tendría como ideal esencial la eliminación de los conflictos sociales y la verdadera problemática, para crear una especie de armonía social en la cual todos los agentes económicos quedarían satisfechos y donde los conflictos de clase desaparecerían. Viendo la historia de A.Latina, no es sorprendente que este punto de vista haya recibido tanto apoyo de parte de las clases dirigentes, a fines de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, esto ha llevado a excesos que han conducido a la bancarrota a un cierto número de estos países. Argentina, por ejemplo, conoció entre 1946 y 1949 un aumento de los ingresos reales de los trabajadores urbanos de más de 60%, mientras que el ingreso nacional per cápita aumentaba solo 4%. Esto creó, en un período relativamente corto, un movimiento popular en favor del General Perón que había lanzado un proceso de industrialización y que encontró un concenso nacional relativamente importante en favor del modelo económico elejido por los dirigentes argentinos. Desgraciadamente, cuando se producen diferencias tan grandes entre el crecimiento de la productividad media y el de los salarios reales, se crea un proceso que va a auto destruirse, provocando un deterioro de la situación. Es lo que se produjo en Argentina, cuando bajo el efecto de esta demanda masiva de bienes de consumo por parte de las masas urbanas enriquecidas, la balanza de pagos se deterioró, para finalmente entrar en crisis, bajo la presión de grupos cuyos ingresos reales habían disminuido a causa de la inflación.

El ejemplo de Chile bajo Allende es igualmente interesante en este sentido. En esa época en Chile, el alza del salario real recreó un concenso alrededor de la Unidad Popular. Esta política de ingresos fué apropiada durante 2 o 3 años, pues la capacidad productiva en Chile estaba claramente sub-utilizada. Pero en el momento en el cual ésta llegó a la plena utilización, el crecimiento continuo de la masa salarial se tradujo en un aumento de las importaciones, lo que puso rápidamente en peligro la estabilidad de la moneda chilena provocando una espiral inflacionista y una especulación sobre las tasas de cambio que condujeron a enormes exportaciones de capital.

Actualmente en A.Latina, el problema no se plantea en términos tan graves, pero sigue aún existiendo en numerosos países. Es en relación a ésto que la corriente neo-clásica lleva a una reflexión que permite establecer las causas parciales de la situación. Ella ha demostrado, por ejemplo, que las políticas monetarias de muchos países de A.Latina, contrariamente a la de los países Asia, tratan siempre de acomodar las demandas de grupos sociales potencialmente rivales. En este sentido, el hecho de que Latinoamérica no ha eliminado nunca su "clase feudal", su aristocracia tradicional, es un elemento que la diferencia de muchos países asiáticos, donde las reformas financieras han permitido la erradicación del feudalismo, y reduciendo el problema de la armonía social a términos mucho más simples que aquéllos en los cuáles se plantean en A.Latina. Es allí que encontramos, en gran parte, la razón de estos movimientos especulativos que sacuden A.Latina y que pueden explicar que centenas de millones de dólares (de los cuales una parte proviene de los ingresos de la droga) han sido depositados en bancos extranjeros.

Es importante entonces, y ésta será mi conclusión, analizar la situación de A.Latina en un contexto suficientemente amplio, pues la solución al problema de la pobreza rural, y en esa medida, el del desarrollo de alternativas a la producción de drogas, pasará necesariamente por soluciones macro-económicas y macro-sociales. Yo diría incluso, que no habrá solución si no se encuentra una salida a la crisis internacional actual. A.Latina será incapaz de resolver sus problemas, incluyendo el de la producción de drogas, si no se realiza en los próximos años un acuerdo de cooperación internacional, en particular con el mundo industrializado, y si sigue confrontada al peso de la deuda internacional. Deuda de la cual es parcialmente responsable, pero que no ha logrado aliviar a pesar de 10 años de "ajuste estructural" que han conducido a una caída drástica de las importaciones (por ejemplo -30% en México entre 1983 y 1987); ésto debido a la dependencia de las economías latinoamericanas respecto a la economía internacional, y en particular, a las variaciones de las tasas sobre los mercados de cambio y de capitales. Es indispensable que estos problemas se resuelvan, pues mientras continué la penuria de divisas ligada al peso de la deuda exterior, existe el riesgo de ver extenderse la valorización de recursos agrícolas "ilícitos", que permiten ganar divisas extranjeras "fuertes".

Uno de los grandes problemas de la expansión de la producción de drogas, es que éstas son pagadas en dólares, que son hoy día el recurso más escaso en A.Latina. Es entonces muy importante que esta cooperación internacional se manifieste rápidamente. No es por azar, por ejemplo, si Colombia ha decidido de declarar la guerra a los barones de la droga en el preciso momento en que recibía el apoyo de Estados Unidos para afrontar este problema. Es también evidente que una solución al problema de la droga pasa por la utilización de instrumentos bien conocidos de imposición. Es técnicamente imposible, sin soluciones a nivel internacional, de controlar el mercado de la droga, puesto que esta producción tiene el gran inconveniente de no ser "imponible", es decir, que allí hay un ingreso extremadamente importante, que escapa a los impuestos. Se puede encontrar todas las valorizaciones alternativas que se quiera, sea en la industria o en la agricultura, pero mientras no se haya controlado la producción de droga, al menos hasta allí donde ella puede ser controlada, no se encontrará ninguna alternativa que pueda superarla.

DEBATE

Jean-Marie ABBES:

Yo quisiera hacer dos comentarios relativos al problema de la fiscalización de los ingresos de la droga. Primeramente, debemos "relativizar" la ventaja fiscal de que disponen los productores de droga, señalando que, en Perú y en Bolivia, el dispositivo de fiscalización sobre las producciones lícitas en las zonas en donde se produce la coca es extremadamente débil. Enseguida, hay que señalar que el enorme impacto de la economía informal (de la cual la droga forma parte) sobre la economía de esos países puede motivar una "no intervención" por parte del Estado que estaría interesado en dejar que el dinero de la droga alimente esta economía informal

Alvaro Moscoso:

Existe, efectivamente, una actitud contradictoria del gobierno en relación a la lucha contra el narco-tráfico: el hecho de que la relación economía formal/economía informal es de uno a uno, hace que los gobiernos prefieran dejar un sistema que funciona, incluso si éste escapa a su control, para evitar presiones sociales que serían insoportables. Además, el dinero de la droga es una fuente de divisas irreemplazable para el tratamiento, en el corto plazo, del déficit de la balanza de pagos.


DROGA: HACIA UN PLAN DE ACCIÓN COMUNITARIA.

G. Stievenart, Administrador Principal DG1, Comisión de Comunidades Europeas.

La acción de la Comunidad en materia de drogas es reciente. Ella remonta solamente a la mitad de la década del 80. En efecto, este tema multiforme, que contiene aspectos relativos a la salud, a la seguridad y al orden público, había sido considerado hasta hoy, como dependiendo estrictamente de la soberanía nacional de los Estados miembros. Hasta el punto que sus políticas en materia de estupefacientes mostraban diferencias sensibles en relación a la naturaleza de las drogas consideradas como ilegales, a las penas infligidas y al estatuto de los consumidores y de los intermediarios.

Los primeros elementos de acción comunitaria en materia de estupefacientes, han comenzado a surgir a partir de la entrada en vigencia del Acta Unica, en la perspectiva del establecimiento del Mercado Unico, en 1993. A partir de ese momento, la Comisión ha reunido en una sola acción, los esfuerzos puntuales realizados hasta entonces, en los diferentes compartimientos de competencia comunitaria relacionados con la droga: cooperación aduanera en el marco del Consejo de Cooperación Aduanera, asistencia mutua (en el marco de la Convención de Nápoles), acciones piloto de cooperación al interior de la Comunidad, en particular en el dominio médico-social y en el de la educación del público.

A la demanda de los países productores

Es igualmente en ese momento que la penetración de la cocaína en Estados Unidos ha alcanzado proporciones insostenibles, perturbando las economías e incluso las estructuras de Estado de ciertos países de A.Latina (Bolivia en un comienzo, y más recientemente Perú, Colombia y Panamá), que caen en la actividad ilegal y la delincuencia bajo sus peores formas. Obligados a acceptar los métodos radicales impuestos por los Estados Unidos, incluyendo ciertas intervenciones militares, estos países han expresado, cada vez más insistentemente, su interés de ver a Europa jugar un rol más importante en este dominio, más orientado hacia el verdadero problema de fondo, el subdesarrollo, dramáticamente agravado por el endeudamiento y la caída de los precios de las materias primas (estaño, café, etc.) que constituían prácticamente sus únicos recursos en divisas.

Instrumentos específicos

Así, a partir de 1987, la Comunidad se ha dotado de instrumentos de cooperación específicos para intervenir en el dominio de los estupefacientes (5,5 M ECU para la Cooperación Norte-Sur en 1987), al mismo tiempo que participaba en el sistema de cooperación internacional organizado por Naciones Unidas. Simultáneamente, el Parlamento Europeo aprobaba un informe y adoptaba una resolución sobre las drogas, postulando la elaboración de un plan de acción global de la Comunidad. La acción conjunta de la Comisión y del Parlamento han permitido en 1988 y 1989, reforzar y diversificar este plan (presupuesto total para 1988 y 1989 de 13,5 M.ECU, de los cuales 11,3 para la cooperación Norte-Sur y 2,2 para la cooperación en Europa.

La Convención de Viena

La Comunidad ha participado activamente en la fase final de la negociación de la Convención Internacional contra el tráfico de estupefacientes y de sustancias psicotrópicas, adoptada en Viena, el 20 de diciembre de 1988. Esta Convención, esencialmente de naturaleza penal y judiciaria, comporta disposiciones relativas a los "precursores", productos químicos y farmacéuticos como el éter y acetona, fabricados y exportados legalmente de Europa -y de Estados Unidos- hacia los países en desarrollo y desviados con propósitos ilegales para la fabricación de drogas. Ahora bien, estos productos, bajo tarifa Aduanera Común en la Comunidad, deben ser objeto de un sistema de control internacional, para el cual es necesario preveer un grado elevado de coordinación y de cooperación en la CEE. Fundándose en su responsabilidad particular sobre este punto, la Comunidad negoció en Viena, en noviembre y diciembre 1988 y firmó la Convención, bajo Presidencia española en Nueva York, el 8 de junio de 1989. Conviene señalar el rol dinámico y constructivo de la Presidencia española, que ha concluido con éxito esta primera fase de acción de la Comunidad, en un dominio que se sitúa, recordémoslo, al margen de la responsabilidad y de la competencia comunitaria.

Un salto cualitativo se vuelve indispensable

El contexto actual está dominado por la dramática intensificación del tráfico mundial de estupefacientes, por la saturación del mercado norteamericano de la cocaína y por el desplazamiento del tráfico hacia Europa, por la contradicción -que hay que superar- que existe objetivamente entre un refuerzo de la lucha internacional y la eliminación de las fronteras interiores de la Comunidad, en fin, y más aún, por el impacto psicológico, económico y político de los recientes acontecimientos de Colombia (asesinato del Senador Carlos Galán) y de la guerra, declarada valientemente por el Presidente colombiano, Virgilio Barco, a la mafia del narcotráfico.

Esta evolución lleva progresivamente a los Doce y a la Comunidad a reforzar los lazos, a coordinarse cada vez más estrechamente, sobre todos los puntos, incluso aquellos que conciernen las políticas nacionales. No es concebible que la Comunidad no encuentre efectivamente, la voluntad y los medios de compatibilizar las legislaciones nacionales demasiado divergentes, -que en esta medida se neutralizan mutuamente- y de establecer un plan de acción global, única manera de progresar hacia un mejor dominio de la cadena "Drogas", incluso a través de una acción rigurosa a nivel de la demanda doméstica -acción que por otra parte ha sido pedida por los países en desarrollo- en Europa, en Estados Unidos y hasta en los países del Este.

El plan en siete puntos de la Presidencia

En el Plan de 7 puntos que el Presidente Mitterand acaba de proponer a los Doce ya la Comisión, se enumera los dominios en los cuales una cohesión comunitaria es esencial. Se trata de:

  1. El establecimiento de un diagnóstico sobre la toxicomanía en Europa y posteriormente, la creación de un observatorio.

  2. Compatibilización de las políticas nacionales en materia de toxicomanía.

  3. Refuerzo de los controles en las fronteras externas y de la coordinación de los Doce, asociando todos los servicios encargados de la seguridad pública.

  4. Establecimiento de la Convención "regionalizada"

  5. Coordinación de las políticas respecto a los países de producción y de tránsito.

  6. Definición de una política comunitaria en materia de blanqueo del dinero de la droga.

  7. Designación en cada país miembro y en la Comisión de un Coordinador "Drogas".

Frente a un problema de importancia y de urgencia mundial, la Presidencia francesa parece decidida a ir hasta el final del Acta Unica, a unir las fuerzas y los instrumentos de lucha de los Doce, y a hacer de la Comunidad un colaborador presente y eficaz de la estrategia internacional anti-drogas. Es de esperar que estas proposiciones serán confirmadas por el Consejo Europeo de Estrasburgo; los días 8 y 9 de diciembre de 1989, abriendo así la vía de un verdadero plan de acción global de la Comunidad en el dominio de las Drogas.

NDLR: Los jefes de Estado de los Doce han decidido durante el Consejo Europeo de Estrasburgo los días 8 y 9 de diciembre de 1989, de crear un órgano de coordinación de las políticas comunitarias en materia de drogas. Se le ha llamado: "Centro Europeo de Lucha Contra el Abuso de Droga (CELAD).


CAPITULO II

LA PROBLEMÁTICA DE LA SUSTITUCIÓN


LA PROBLEMÁTICA DE LA SUSTITUCIÓN: EL CASO DE PERÚ Y DE BOLIVIA

A.Labrousse, Coordinador de la Campaña Droga y Desarrollo.

Introducción

Si hemos decidido dividir en dos partes diferentes la presentación de la problemática de la sustitución, es porque nos parece que esta última -más allá de inevitables similitudes- presentaba características diferentes al interior de dos grandes regiones del mundo concernidas: es decir, en A.Latina, Bolivia y Perú, respecto a la coca, y en Asia, los países del Triángulo de Oro y del Creciente de Oro, respecto a la adormidera (amapola). Estas diferencias se deben, a la vez, a la naturaleza de las plantas concernidas y al contexto geográfico, humano y político en que son producidas.

Entre las diferencias que parecen más evidentes, y sobre este punto Marc DUFUMIER, -quién tiene sobre mí la ventaja de ser un especialista en problemas agrícolas, además de conocer América Latina, mientras yo ignoro casi todo sobre Asia-, podrá ser más preciso, está, en primer lugar, el hecho de que las dos grandes regiones de producción de coca, Alto Huallaga en Perú y Chapare en Bolivia, son zonas de colonización, e incluso, de colonización reciente. La mayoría de las poblaciones que se han establecido allí desde hace 15 años, provienen de los altiplanos andinos, es decir, de zonas cuya ecología es radicalmente diferente de la de la cuenca amazónica.

Por el contrario, en Pakistán y Afganistán, por ejemplo, las tribus Pachtoun tienen los campos de amapolas cerca de sus aldeas.. Si en el caso de Birmania, los Meos, los Akhas o los Yaos llevan una existencia itinerante y cultivan sobre chamicera, a menudo alejados de sus habitaciones, ellos permanecen siempre al interior de un mismo contexto ecológico. Mientras los campesinos de los Andes, en búsqueda de alternativas de vida bajan hacia la región Amazónica para plantar la coca, en las regiones del Triángulo de Oro, son los responsables de ciertos proyectos de sustitución quiénes buscan a desplazar las poblaciones montañeras hacia las planicies, para que allí puedan dedicarse a cultivos lícitos como el arroz. Lo que no deja de plantear ciertos problemas sanitarios.

La segunda diferencia, que tiene una incidencia directa sobre las políticas de sustitución, se debe a las características mismas de las plantas. La cosecha del opio se realiza una sola vez al año y la amapola debe ser sembrada anualmente. Por el contrario, sabemos que la coca da tres a cuatro cosechas anuales. Además, la misma planta produce durante un largó período, -entre 10 y 20 años según la región- aunque a la larga empobrece los suelos.

La tercera diferencia, es que una parte del consumo de coca es legal. Es verdad que se puede decir, que también una parte del consumo tradicional de opio es tolerado en ciertas zonas tribales, pero en el caso de la planta andina, es la legislación internacional misma, la que reconoce la legitimidad de una parte de los cultivos, desde la revisión, en diciembre de 1988, de la Convención Unica sobre los estupefacientes de 1961. Esto nos lleva a interrogarnos sobre el sentido de las políticas de sustitución que se aplican prioritariamente a zonas tradicionales, teniendo como única justificación, el que allí son más fáciles de controlar. Así, en Bolivia la FNULAD comenzó trabajando en los Yungas, a partir de 1985, y no se interesó en el Chapare hasta 1989. De la misma manera en Colombia, después que el Gobierno de ese país recensó 10 zonas de cultivo de coca, el único proyecto realizado, con el apoyo de Naciones Unidas, en 1989, se situaba en el norte del Cauca, donde los indígenas han cultivado, desde siempre, esta planta, para su utilización tradicional.

La cuarta diferencia, se debe a las formas de organización social. En Afganistán, Pakistán y el Triangulo de Oro, las poblaciones, continúan viviendo al interior de tribus que poseen sus jefes tradicionales. En Perú y Bolivia, al contrario, los productores de coca, pertenecientes sea a zonas dichas "legales", o a zonas de colonización, se agrupan en el seno de organizaciones sindicales, entre las cuales hay algunas de larga tradición de lucha, como la de los Yungas o las del Valle de la Convención. En la región del Chapare, -que la legislación boliviana califica "zona excedentaria en transición"- la Federación Especial de los Trópicos de Cochabamba reúne 40.000 familias. Estas organizaciones están "aureoladas" del prestigio de haber luchado por la Reforma Agraria y continúan mobilizándose en favor de la revalorización de los precios fijados por el Estado a los productos agrícolas o para obtener ventajas sociales y de equipamiento. Están politizadas y ligadas a grandes Confederaciones de nivel nacional.

Pareciera que es la ausencia de una poderosa organización de este tipo lo que ha permitido la implantación de Sendero Luminoso en la región del Alto Huallaga. En este caso particular, podemos sin duda comparar esta región a la del Triángulo de Oro o a zonas tribales de Pakistán o de Afganistán.

Una vez establecidas estas características particulares de la producción de coca, debemos señalar que las zonas donde se la cultiva están lejos de ser homogéneas.

1. Las diferentes zonas de producción de coca

Se puede distinguir dos zonas diferentes de producción de coca: los altos valles andinos de la ladera oriental de la Cordillera de los Andes, donde ella crece hasta a 1800 metros de altitud: se trata en particular de los Yungas de Bolivia y los Valles de la Convención y Lares en Perú: En estas regiones se la cultiva desde tiempos antiguos, a menudo la época pre-incaica, y la producción está destinada en gran parte al consumo tradicional.

En las zonas que pertenecen al altiplano, a la cuenca amazónica, al Chapare y al departamento de San Martin, ciertos grupos étnicos han conservado la tradición de "masticar" y una pequeña parte de la producción está destinada al consumo tradicional. Pero la casi totalidad sirve a la fabricación de la pasta básica.

Esta oposición geográfica y económica de dos zonas no es tan drástica, en la medida en que las regiones más bajas de los Yungas se van pareciendo progresivamente a los valles amazónicos colindantes.

Lo que yo diré de la problemática de la sustitución en estas dos zonas, constituye solo una aproximación esquemática, destinada a iniciar el debate. Efectivamente, tenemos el privilegio de contar entre nosotros, con representantes de las 4 zonas que he evocado, además de algunos miembros de ONG o especialistas que allí trabajan. Ellos podrán, más adelante, rectificar, corregir o profundizar mis proposiciones. Si yo me permito hoy de iniciar este enfoque comparativo, es porque he tenido la oportunidad de conocer -en ciertos casos de manera: rápida, en otros, más profunda-, estas cuatro regiones y de entrevistarme con los diferentes protagonistas del problema de la sustitución.

2. Qué debe entenderse por "sustitución"?

Creo que es importante de bien definir este concepto, para no entrar en una discusión sobre falsas pistas. Como lo indica la definición de la palabra, se trata efectivamente de reemplazar una planta por otra planta, un cultivo por otro cultivo u otra producción, no necesariamente agrícola.

Incluso si ciertos proyectos se refieren por ejemplo al desarrollo agrícola, en la práctica nos damos cuenta, que los técnicos exigen de los campesinos que renuncien a los cultivos de coca a cambio de una ayuda para producir otra planta o comenzar otras producciones, como ganadería o artesanías.

Constatamos que se basan siempre sobre el criterio de la simultaneidad: no se le pide al agricultor de comprometerse a reducir su producción en los meses o años que vienen, sino de arrancar la coca, en el mismo momento en que él recibe una ayuda financiera o técnica.

Por ejemplo, en la presentación del proyecto CODEVA, financiado por la FNULAD, que ha sido realizado en Cuzco, durante un foro en 1988, se hablaba de 3 grandes proyectos que serían realizados en el mediano plazo: colonización, infraestructuras camineras, desarrollo y consolidación del cultivo de café. Pero, se añade inmediatamente, y yo cito: "en lo que concierne a las experiencias relativas a la sustitución de las superficies de coca, el proyecto ha implicado el comienzo de un proceso de sustitución voluntaria por parte de 300 agricultores sobre 366 hectáreas de coca, por otras especies productivas". No se podría decir más claramente, que el conjunto del proyecto estaba de alguna manera condicionado por este gesto de buena voluntad.

Por otra parte, en ciertos casos -como en Bolivia- se han contentado con comprar la cooperación del agricultor, dándole por ejemplo, 2000 US$ por hectárea suprimida. No es asombroso que en tal circunstancia, después de haber recibido la indemnización y arrancado la coca, vaya a replantarla un poco más lejos.

En un documento de uso interno sobre un proyecto financiado por Naciones Unidas, se puede ver que respecto al costo de acciones que no tienen una relación directa con la sustitución, como la instalación de agua potable, se estima las dimensiones de la superficie suprimida que debería implicar esta acción. Como si a cada dólar gastado, debiera corresponder automáticamente la desaparición de cierto número de plantas.

3. Problemas planteados por la sustitución

Fué necesario extendernos sobre una definición de la sustitución, para ver enseguida cual es la problemática y las soluciones generalmente avanzadas.

  • El primer problema para el agricultor, cuando se exige la simultaneidad de la sustitución, es que los nuevos cultivos experimentados no producirán sino al cabo de 3 o 4 años. No existe entonces la posibilidad de hacer el "puente". Por otra parte, un cierto número de fracasos en el pasado, lo han vuelto excéptico en cuanto a su viabilidad y a su rentabilidad. Por ejemplo, en el Chapare boliviano, todo el nundo está de acuerdo en que los 56 millones de US$ invertidos en un gran proyecto, cofinanciando por la USAID, no han dejado nada a los campesinos. El único resultado útil, parece ser las investigaciones realizadas en una hacienda experimental, La Jota, situada en Chimoré.

  • Un segundo problema se plantea por el hecho de que la coca crece en tierras que son absolutamente inaptas para la agricultura. Hay especialistas que han determinado que en el Chapare boliviano, la segunda región productora de coca en el mundo, sólo 10% de los suelos podrían ser utilizados bajo cualquier condición, 33% serían reservados a cultivos muy específicos y el resto debería ser reservado a la ganadería o a la explotación forestal.

    En los Yungas o la Región de la Convención, una parte de la coca es plantada sobre laderas áridas, donde ninguna otra planta puede ser cultivada. Hay agricultores que han relatado, durante una Asamblea de la Federación que tuvo lugar en agosto de 1989, en presencia de técnicos de CODEVA, que han debido cavar las rocas con una perforadora para introducir las plantas de coca.

  • El tercer problema se debe al rol que juega la coca en el seno de la economía campesina. En ciertas regiones no se cultiva la coca porque ella rinde más que cualquier otra planta, sino simplemente porque es el único producto que permite ingresos monetarios. Los representantes de CEDISA que vienen del Huallaga Central, podrían confirmar que, en enero de 1989 ciertos campesinos de la zona se vieron obligados a emplearse en los campos de coca del Alto Huallaga (zona de guerra), debido a que ENACI -el organismo estatal encargado de comercializar la producción de arroz- no les había pagado la cosecha que había sido entregada dos meses antes. Esta situación provocó -por otro lado-, una huelga en todos los departamentos y manifestaciones que culminaron en la masacre de Pucallpa.

    A propósito del rol económico jugado por la coca, Enrique JUSCAMAITA, en un estudio publicado en 1983 por "Socialismo, y Participación" sobre los valles de Apurimac, una de las regiones más marginales del Perú, remarca que los campesinos cultivan justo lo que necesitan de coca -alrededor de 25% de las superficies- para poder financiar, en ausencia de todo acceso al crédito, la compra de semillas necesarias a los cultivos de subsistencia. La coca juega de esta manera, el rol de un banco.

    Sustituirla, más que procurar ingresos equivalentes, es permitir entradas monetarias regulares en función de las necesidades dictadas por el ciclo de las producciones agrícolas. Esto lleva, seguro a plantear los problemas de circulación de los productos, es decir, el de las redes camineras, los centros de almacenamiento, la electrificación, y el equipamiento de las zonas concernidas en general. Enseguida, el problema de los precios agrícolas en los mercados regionales y nacionales- que será analizado por Marc DUFUMIER-, y el de los precios internacionales de los productos de sustitución -que constituye el objeto de la intervención de Benoit DAVIRON.

    Pero yo diría que enfocar el problema bajo el ángulo de la sustitución, -como hacen a menudo los poderes públicos de los países concernidos o los organismos internacionales- conduce, en la práctica a desarrollar producciones alternativas...y a preocuparse sólo después de buscar los mercados.

  • El cuarto problema planteado por la sustitución, es común a todas las soluciones alternativas. Estas últimas tienen mucho más posibilidades de éxito si obtienen la adhesión y la participación de las poblaciones concernidas. Al contrarío, si se hacen contra éstas, se puede llegar a situaciones extremas, como la que reina en el Alto Huallaga, en Perú, donde la política de erradicación obligada practicada con el apoyo de los Estados Unidos a comienzos de los años 80, ha favorecido enormemente la implantación de Sendero Luminoso.

    Hemos dicho que en las regiones concernidas existen organizaciones sindicales muy representativas y que cuentan con el apoyo y la confianza de las poblaciones. Los proyectos no pueden tener chances de éxito, si no son negociados con éstas y si no obtienen su participación.

    Este parece haber sido el caso de las dos regiones concernidas en Perú. En Alto Huallaga, el proyecto financiado por Naciones Unidas, se ha desarrollado en un contexto muy difícil, con una participación muy estrecha de la Cooperativa Naranjilla. Jean-Marie ABBES, que era el responsable, nos hablará con más precisión y nos dirá en qué circunstancias se ha puesto fin a esta colaboración. En el Valle de la Convención, CODEVA ha sido igualmente negociado con la Federación Provincial de los campesinos. Y si bien es cierto que hubo dificultades, los puentes no han estado nunca, -creo yo-, totalmente rotos.

    Al contrario, en Bolivia, el Proyecto Agro-Yungas, no ha buscado nunca, -es lo menos que podemos decir- la concertación con las Federaciones Campesinas, sino que se ha contentado con negociar, caso por caso, con comunidades o asociaciones extremadamente minoritarias. Esta política terminó igualmente, por crear divisiones en el mundo rural. En el caso del Chapare, el Gobierno boliviano ha tenido una política muy fluctuante, y si al final se ha asociado las Organizaciones campesinas al Plan de Desarrollo, el PYDIS, ha sido bajo la presión de mobilizaciones que han tenido un costo social extremadamente elevado.

    Antes del cambio de Gobierno, en agosto de 1989, se podía incluso constatar una degradación de la relación entre los representantes de las instituciones bolivianas y los de Naciones Unidas. Las Federaciones Campesinas -por el contrario-, han demostrado que son no solamente representativos, sino que además, tienen el sentido de sus responsabilidades: en colaboración con una ONG, -el CIDRE-, la Federación especial ha presentado un Plan de Desarrollo Integral, para la región del Chapare, del cual ciertamente volveremos a hablar durante estos días.

    Este tipo de proposición es precisamente una alternativa a la filosofía de la sustitución, que me sugiere esta conclusión provisoria que someto a la discusión: no se puede considerar la sustitución fuera de un contexto más global de transformación. La palabra, y sobretodo la noción misma, deberían ser sustituidas por las de desarrollo integral, o si se quiere conservar la idea de que se trata de reemplazar una realidad por otra, la de desarrollo alternativo.

    Pero veremos igualmente, que este tipo de desarrollo no es concebible, si no se le inscribe en el marco de un proceso tendiente a modificar progresivamente el cuadro de las relaciones Norte-Sur. Es de esperar que los problemas creados por las consecuencias del tráfico y de la toxicomanía favorezcan -por parte de los decidores-, una toma de conciencia en este sentido.


SUBSTITUCION DE LA COCA Y DESARROLLO
REGIONAL EN BOLIVIA

V Brackelaire, sociólogo del desarrollo. Consultante.

INTRODUCCION: EL CONTEXTO

Se observa desde hace algunos años una correlación entre la agravación de la situación económica en Bolivia, y el aumento espectacular de las plantaciones de coca (pasan de 5.000 hectáreas en 1974 a 70.000 hectáreas en 1988)

Después de largos años de dictadura militar y del fracaso de la política económica de la Unidad Popular (1982-1985), con una inflación de más de 15.000%, catástrofes naturales, etc..., el Gobierno de Víctor Paz Estensoro implantó, a fines de 1985, una política económica ultraliberal, aconsejada por el FMI: bloqueo de los salarios, libertad de precios, fin de la seguridad del empleo, apertura de las fronteras al comercio exterior, cierre de las empresas no rentables (especialmente minas, lanzando a la calle 20.000 trabajadores y sus familias).

Las medidas de ajuste impuestas en el marco de esta Nueva Política Económica han tenido un elevado costo social, y no han hecho sino agravar una situación social ya delicada. Las tasas de desempleo y de sub-empleo se han disparado, los ingresos familiares y el poder adquisitivo han disminuido.

Incitados por la pobreza, los sectores más desfavorecidos de la población, especialmente los campesinos, no tienen otra alternativa que el desarrollo de sus propias "estrategias de sobrevivencia". "Es así como Bolivia se caracteriza hoy, por el predominio de la "economía informal", al interior de la cual, las actividades ilícitas se han vuelto dominantes. Entre éstas, el tráfico de cocaína-base, cuyos ingresos en dólares permiten vivir de manera directa o indirecta a una gran parte de la población.

I - VISIÓN HISTÓRICA DE LA POLITICA BOLIVIANA EN MATERIA DE DROGA Y DE SUSTITUCIÓN.

Una serie de acuerdos internacionales en los cuales participa, Bolivia, han permitido el lanzamiento de diferentes programas que buscan, a través de un importante aporte de nuevos fondos, la disminución o la eliminación de los campos de coca y la represión del tráfico de cocaína. Aparentemente los conceptos de reconversión agrícola y de desarrollo rural de las zonas de producción de coca, están cada vez más presentes en Bolivia. USAID financia desde 1980, un Programa de desarrollo (PRODES) en el Chapare y el Valle Alto de Cochabamba, y en los Yungas, el FNULAD (Fondo de Naciones Unidas para la lucha contra el abuso de drogas) financia desde 1985 el proyecto Agroyungas, cuyo objetivo principal es de "disminuir la dependencia económica del campesino respecto a la hoja de coca en las zonas tradicionales de cultivo, y evitar su expansión en las zonas de colonización".

No hay que olvidar, sin embargo, que hasta 1986, la Policía Boliviana (Dirección Nacional de Control de Substancias Peligrosas) centralizaba todos los programas que buscaban alternativas a la producción de coca, lo que demuestra la visión esencialmente delictual del fenómeno, dejando de lado sus dimensiones socioeconómicas y culturales y sin un real diagnóstico de fondo. Este tipo de posicionamiento institucional era indudablemente inevitable en ese momento, dentro de un contexto social y político particularmente agitado, en donde las instituciones podían desaparecer tan rápido como habían sido creadas.

La base conceptual utilizada por la legislación boliviana -cuestionada por gran número de políticos-, tiene su origen en la Convención Unica sobre los Estupefacientes firmada en la ONU en 1961, y revisada en 1972. Esta aprobaba una serie de normas, creando las Instituciones Internacionales encargadas de aplicarlas. La Convención establece especialmente, una lista de sustancias a controlar y limitar, en la cual se encuentra no solamente la cocaína, sino también la hoja de coca. Es esta calificación de la hoja de coca como estupefaciente y de su masticación como uso ilícito de droga, que es hoy, -30 años después- violentamente contestada en Bolivia, por la mayoría de los partidos políticos y organizaciones sociales. Se denuncia esta confusión, como estando al origen de todos los programas actuales de eliminación del cultivo de la coca, que no toman en cuenta su uso tradicional. Efectivamente, siguiendo la lógica de este decreto, el campesino cultivador de coca era clasificado como delincuente, y, en ese momento, Bolivia se había comprometido a eliminar el "acullico" (o masticación), en 25 años. Esta Convención carecía, desgraciadamente, de consideraciones más profundas a nivel cultural, tradicional y médico-antropológico.

El proyecto de la nueva convención de las Naciones Unidas, definido en la Conferencia de Viena en diciembre de 1988, modera los antiguos decretos, distinguiendo por ejemplo, la coca para el consumo tradicional, de aquélla para consumo ilícito.

Desde el 19 de julio de 1988, existe una ley (ley del Régimen de la coca y sustancias controladas) que establece los límites de la legalidad del cultivo de la coca (en lo que se refiere a su repartición geográfica ya su volumen anual de producción) y que reprime el tráfico de cocaína y de estupefacientes. Esta ley era la condición para acceder más fácilmente a fondos y créditos internacionales. Esta se propone atacar el problema de los excedentes de la producción de coca, haciendo de la reducción voluntaria un elemento estratégico del desarrollo, reducción que seguiría la disponibilidad de fondos bolivianos e internacionales para la substitución.

La ley es rechazada por la COB (Central Obrera Boliviana) y las Federaciones de productores de coca del Chapare y de los Yungas, porque éstos, cuando no forman parte de las zonas tradicionales, son considerados como narcotraficantes. La ley reconoce tres tipos de zonas de producción, según los cuales hay que definir modelos de substitución diferentes: una zona de producción tradicional, una zona excedentaria en transición (para la cual se desea encontrar rápidamente una economía de substitución, antes de saber, sin embargo, de dónde vendrán los importantes recursos financieros necesarios a su implantación) y una zona de producción ilícita (también importante y cuya desaparición reduciría al desempleo a miles de familias).

Es difícil decir si la ley es buena o mala, si no se ha definido, con los principales interesados, los reglamentos y planes de desarrollo precisos, que deben ser implementados simultáneamente. Es normal que la ley, en su estado actual, sea rechazada por los productores de coca. Se trata también de una presión de parte de los campesinos, para negociar planes satisfactorios. El desafio es importante, pues hay qaue velar a que esta ley, que es inédita e importante, no sea inaplicable socio-politicamente, y por otra parte, que no genere efectos perversos como lo es la narcoguerrilla existente en ciertos países vecinos.

Un acuerdo compromete hoy al gobierno a negociar con los campesinos las modalidades de implantación del futuro Plan Integral da Desarrollo y de Substitución (PIDYS), es decir, del principal instrumento, de aplicación de la ley sobre la coca y los estupefacientes. Este acuerdo sigue siendo mas teórico que concreto, pues no es aún respetado por la aplicación de la ley. Actualmente se viven momentos de cambio, de fuerte movimiento social de los campesinos, que deben reivindicar sus derechos cada día. El beneficio social y político de los campesinos gracias al PIDYS, puede ser enorme, pues éste institucionaliza el diálogo permanente entre ellos y el gobierno, situación nunca vista hasta ahora. Pero habría que encontrar los medios para consolidar este proceso y traducirlo en acciones concretas. Por primera vez el movimiento campesino boliviano dispone de un medio concreto de negociación del desarrollo en función de sus intereses.

Según el PIDYS, el desarrollo integral debe ser realizado con la participación de los productores de coca a través de sus organizaciones, desde la planificación, hasta la ejecución de los proyectos. Se desea, en este sentido, reformular los proyectos de cooperación internacional, como primera medida para nacionalizar la problemática boliviana de la coca-cocaína, e integrar estos proyectos en el PIDYS. Este constituirá un ambicioso programa de reducción de la oferta y de la demanda de drogas.. Se caracteriza por la integración de las acciones de prohibición y de desarrollo regional en un solo programa.

Los bolivianos tienen una necesidad urgente de fondos para su Programa de Reactivación Económica, y su obtención está condicionada por Estados Unidos a la ejecución de un Plan Trienal, para el cual no tienen dinero. Existe una manifiesta inadecuación entre la rapidez exigida a los bolivianos para eliminar la producción de coca y el ritmo real al cual es posible realizar el proceso de desarrollo y de substitución.

Últimamente Bolivia ha manifestado la necesidad de multilateralizar la lucha contra el narcotráfico y la búsqueda de alternativas a 1a producción de coca.

La única liquidez prevista directamente para la substitución de la coca, de la cual dispone actualmente el Gobierno boliviano, son los fondos asignados por la FNULAD para Agroyungas (20 millones de dólares desde 1985) y para un nuevo proyecto de desarrollo en el Chapare (15 millones de dólares desde julio de 1988).

II - EL FONDO DE NACIONES UNIDAS PARA LA LUCHA CONTRA EL ABUSO DE DROGAS (FNULAD).

El FNULAD tiene su origen en una resolución de la Asamblea General de la ONU de 1968, que recomienda poner fin a la producción ilícita de estupefacientes, mediante programas y cultivos de reemplazo. Creado en 1971, tiene su sede en Viena, y no es financiado a través del presupuesto de la ONU, sino que es alimentado por contribuciones voluntarias de los Estados. La FNULAD provee en recursos técnicos y financieros a los gobiernos que lo solicitan. Existe una política de largo plazo, que integra diferentes componentes:

  • Proyectos de desarrollo rural integrado, concebidos para reducir la dependencia de las comunidades frente a la economía de la droga y reducir o eliminar los cultivos ilícitos.
  • Apoyo a las Administraciones Regionales de Control, y la formación de personal de la Policía y de Aduanas (refuerzo legal).
  • Programas de prevensión destinados a estimular una cultura antidroga.
  • Programas de tratamiento de la toxicomanía.

Son los Programas de desarrollo, de eliminación y de reemplazo de los cultivos ilícitos los que constituyen la prioridad del FNULAD, y absorben el 45% del presupuesto del Fondo. Este tipo de acción nuestra que la Comunidad Internacional, reconoce hoy que la prohibición de los estupefacientes plantea un problema de desarrollo. Las acciones más representativas en este sentido, se han realizado o están en curso en Tailandia, Pakistán, Perú, Laos y Bolivia (proyecto que dispone del más alto financiamiento del FNULAD).

III - REGIONES PRODUCTORAS DE COCA EN BOLIVIA.

    1. Región de los Yungas (La Paz).

Esta región es reconocida por la nueva ley como productora tradicional de la coca consunida en el país, y las plantaciones que allí se desarrollan, son entonces, teóricamente, protegidas. Las autoridades buscan los mecanismos de control para impedir que esto se traduzca en un aumento de la producción local, que, a pesar de todo, también está actualmente, dirigida hacia el narcotráfico.

A nivel de los proyectos oficiales (sin considerar entonces la acción de las ONG), el desarrollo de los Yungas y la búsqueda de alternativas a la producción excedentaria de coca, se hace a través del Proyecto Agroyungas. Este proyecto, lanzado en Octubre de 1985, dispone del más alto financiamiento de la FNULAD en el mundo, alrededor de 20 millones de dólares en 5 años. Su objetivo es de disminuir la dependencia económica del campesino respecto a la hoja de coca en las zonas de producción tradicional, y evitar su extensión en las zonas de colonización, promoviendo la diversificación agrícola, la agro-industria y la comercialización de los nuevos productos.

Actualmenente, en el contexto de la nueva ley, se están adaptando las acciones financiadas por la FNULAD a la Nueva Política Nacional, tratando que Agroyungas se integre perfectamente en el Plan de Desarrollo Alternativo del país. Con este objetivo, la SDA y el Comité Regional de los campesinos de los Yungas han realizado, en marzo de 1988, una evaluación de Agroyungas, a fin de dar solución a los problemas encontrados durante los dos primeros años del proyecto, para poder integrarlo mejor en los nuevos planes. Esta evaluación lleva hoy (o debería llevar), a una reformulación de Agroyungas.

    2. Región del Chapare (Cochabamba)

Recordemos que el Chapare es la zona de producción intensiva de coca (60.000 hectáreas) destinada al narcotráfico, producción declarada ilegal en esta región, por la nueva ley.

En el Chapare hay una institución gubernamental que trabaja desde hace 8 años en el desarrollo de la región (ésta ha cambiado varias veces de nombre, lo que muestra el carácter poco definido de las instituciones), dependiente siempre del Ministerio de Asuntos Campesinos (MACA): llamada al comienzo PRODES, se llamó luego Subsecretaría de Desarrollo del Trópico, y por último, Programa de Desarrollo Alternativo de Cochabamba (PDAC).

Esta institución ha ejecutado en los últimos años, programas de desarrollo del Chapare, en colaboración con los técnicos de MACA-IBTA y de consejeros americanos de USAID (principal donador de fondos para estos programas). Estos programas se han limitado generalmente a granjas experimentales en el Chapare, como "La Jota", buscando de manera aislada, substitutos económicamente rentables a los cultivos de coca, sin poder establecer una comunicación y una difusión real entre los campesinos del Chapare (para los cuales, por otro lado, estas acciones estaban ligadas a una política represiva). Sin embargo, La Jota centraliza todos los datos relativos a las experimentaciones agrícolas realizadas en el Chapare, y representa un importante potencial de investigación agronómica para el PDAC.

Desde la firma del acuerdo para el PIDYS en 1987, existe un acercamiento entre las federaciones campesinas y el gobierno (vía la Secretaría de Desarrollo Alternativo-SDA), lo que ha permitido una mejor definición de los problemas y de los planes para resolverlos.

La acción de la SDA en el Chapare, se sitúa a diferentes niveles, en un contexto que sigue siendo difícil y peligroso:

  • La Dirección de Reconversión de la coca (DIRECO) controla la erradicación voluntaria de los cocales y paga 2.000 dólares por hectárea eliminada (para hacerlo, ella dispondrá de 100 millones de dólares).

  • Las granjas experimentales ayudan lo mejor que pueden a los campesinos interesados por los cultivos de substitución (café, cacao, etc...)

  • La SDA ha negociado, hace un año, con una Central Sindical del Chapare (Villa Nueva), un proyecto piloto de diversificación consolidación de la producción alternativa, a cambio de la eliminación de los cultivos de coca. Este proyecto, que dependía hasta hoy de la sola ayuda financiera norteamericana, es un fracaso, a causa de la total desorganización de la agricultura, provocada por el retardo infligido por los Estados Unidos para el desembolzo de fondos: efectivamente, éstos exigían que 70% de los cultivos de Villa Nueva fueran eliminados, en circunstancias que el 50% que se había logrado destruir a fines de 1988, (antes de llegar a sustituirlos), demostraban ya, un real esfuerzo.

Como ya lo hemos explicado, las presiones políticas, la rigidez de las condiciones de financiamiento y la rapidez de la substitución, pueden llevar a graves errores. Efectivamente, es indispensable poder realizar la sustitución de la coca por otros recursos, de manera equilibrada. Exigiendo la eliminación de la coca de la noche a la mañana, habría que procurar, al mismo ritmo, un cambio del equilibrio ecológico. Por otra parte, los almacigos de nuevos cultivos se demoran en producir y los cultivos como el café, necesitan muchos años para crecer. Además, las tierras del Chapare son generalmente muy pobres, en particular las de Villa Nueva donde lo único que crece con facilidad es la coca.

Si la prisa de Estados Unidos impide dar a los campesinos los medios apropiados para aceptar el desafío de la sustitución, poco a poco van apareciendo otros proveedores de fondos para el desarrollo del Chapare. Así, la FNULAD acaba de acordar 15 millones de dólares para un Programa que seguirá en el Chapare, la misma lógica que el proyecto Agroyungas, y permitirá lanzar el Plan de Desarrollo Alternativo cuando sea definido. Es de esperar que las condiciones impuestas por FNULAD serán más flexibles que las de Estados Unidos, para hacer más viable el desarrollo del Chapare.

IV - EL PROBLEMA DE LA SUSTITUCIÓN

Diferentes estudios muestran que las políticas agrarias de la última década han reducido la participación de los campesinos en la economía de Bolivia (especialmente a través de la dinámica de los precios). Esto demuestra que si hay un enorme aumento de la producción de coca (siguiendo la demanda de la planta para fines ilícitos), esta situación está absolutamente ligada a la degradación de la economía campesina.

Sabemos el interés y los beneficios que los cultivos de coca procuran a los campesinos. Estos generalmente no tienen acceso a la infraestructura mínima de servicios (salud, agua, caminos, electricidad, educación, ...). La política del Estado boliviano, que dispone de pocos recursos, los marginaliza y la coca y los recursos que ella genera, constituyen para ellos, una estrategia de sobrevivencia. Esta es hoy difícil de reemplazar: 1) a causa de la increíble extensión que ha alcanzado en 10 años (más de 70 000 hectáreas de coca permiten vivir aproximadamente al mismo número de familias), 2) a causa de la inexistencia de sustitutos rápidos permitiendo los mismos beneficios.

Actualmente no existen mercados para los productos alternativos: ningún cultivo es tan fácil y rentable como la coca, pero tampoco ningún producto podría disponer de un mercado interno para su realización económica. Por otro lado, el indispensable mercado externo (que paradojalmente no absorbe sino la coca...) es un problema grave para Bolivia: sabemos, en efecto, que el proteccionismo de los Estados vecinos y de los Estados Occidentales, le impide de exportar sus productos agrícolas.

Comprenderemos que la sustitución de la coca en Bolivia es un problema extremamente delicado, que el gobierno de ese país debe considerar con prudencia y equilibrio. Ningún otro país productor de droga, tiene a la base, una tradición milenaria de cultivo de la planta, tan fuerte como en Bolivia. El problema del gobierno boliviano es el de encontrar hoy día un equilibrio entre 1) reconocer de manera explícita que se debe respetar, en Bolivia un cierto volumen de producción de coca para su uso tradicional, 2) encontrar soluciones, (a un ritmo viable) para evitar la producción excedentaria de coca, cuyo producto transformado, es revertido sobre el mercado internacional por la mafia.

Bajo presión interna, el gobierno boliviano trata de esquivar las presiones internacionales en vistas a adaptar la política de reducción y de sustitución de cultivos a un ritmo más apropiado, en una perspectiva de más largo plazo. Se piden los recursos para poder demostrar al cultivador de coca que la sustitución es posible, si se sigue un programa de desarrollo basado sobre el criterio de la "simultaneidad". Es lo que exigen los campesinos: la eliminación de la coca, cualquiera sea la región, debe ir acompañada, simultáneamente de alternativas de desarrollo. Esto significa que, más que a la sustitución de las plantas de coca, se debe llegar a la sustitución de la economía de la coca.

La sustitución requiere tiempo, (el tiempo del desarrollo...) por razones técnicas (alli donde crece la coca, cultivo perenne, es difícil de cultivar enseguida otra planta), por razones económicas (deben crearse mercados para los sustitutos dela coca), por razones sociales (se debe procurar a los campesinos una infraestructura social que no existe), por razones políticas (en Bolivia no existe la tradición del diálogo entre los campesinos y el Estado).

En los Yungas, dónde la producción es tradicional, el objetivo no es el de elininar los cultivos, sino de inpedir que ellos se extiendan para alimentar el narcotráfico. Para ésto, Agroyungas establece convenios con las comunidades que se comprometen a controlar la producción de sus miembros, a cambio de un apoyo técnico para la diversificación.

V - UN EJEMPLO: LA EXPERIENCIA DE AGROYUNGAS

A fines de 1988, Agroyungas había concluido acuerdos con 53 comunidades, a través de los cuales se les aseguraba el apoyo técnico para la diversificación agrícola y para el desarrollo en general, a condición que ellas no extiendan sus cultivos de coca. Por otro lado, 195 comunidades sobre las 1.200 con que cuentan los Yungas, estarían interesadas por este tipo de acuerdos. Esto muestra que Agroyungas, con los recursos de que dispone (20 millones de dólares), no puede constituir un programa integral y completo de desarrollo de los Yungas, cubriendo hoy apenas 5% de las potencialidades regionales.

La encuesta realizada por Agroyungas en relación al impacto del proyecto sobre la limitación de la producción de coca, muestra resultados interesantes: a un nivel general, las comunidades que trabajan con Agroyungas, habían aumentado las superficies de coca sólo en 0,43% , mientras que las otras comunidades lo habían hecho en 24%, al cabo de un solo ciclo agrícola. Hay que saber que la rapidez del crecimiento de la producción de coca se acelera: se constata por ejemplo, que ciertas comunidades habían plantado durante la última estación de lluvias, 20% de lo que se había plantado en 15 años.

A comienzos de 1988, se pidió a Agroyungas de tratar de lograr la erradicación de un número significativo de hectáreas de coca en los Yungas (como en el caso del Chapare). Se obtuvo, difícilmente, que 72 campesinos eliminaran voluntariamente un total de 25 hectáreas, dándoles 2.000 dólares por hectárea, y créditos para la sustitución. Se trataba esencialmente de una experiencia, que no va directamente en el sentido del desarrollo y que, sin duda, no será fácil de continuar, a causa de la extrema dificultad de asegurar la simultaneidad de la sustitución, y a causa del nuevo estatuto de los Yungas.

Por otra parte, los acuerdos con las comunidades campesinas se refieren a la diversificación agrícola (café, cítricos, ganadería), a la agroindustria y a la comercialización, y a trabajos de infraestructura

VI - PERSPECTIVAS

El objetivo actual de Agroyungas, que trabaja a nivel de las comunidades, es de pasar a un nivel de acción micro-regional, lanzando actividades agroindustriales complementarias a la diversificación agrícola. La producción de cítricos, por ejemplo, es enorme en los Yungas, pero una buena parte no puede salir de la región, pues el mercado nacional no tiene la capacidad para absorberla y los precios bajan a tal punto, que los costos de tranporte les impiden todo beneficio. La única posibilidad de no perder la producción es de industrializarla, transformándola en jugos, mermeladas, frutas secas, etc que serían vendidas en los mercados interno y externo, a condición de que exista una política económica nacional que favorezca los productos del país y que tengan una acogida favorable en los países occidentales.

La característica de Agroyungas es que está ligado a una constante y obligatoria negociación con los campesinos. Esta negociación es directamente política, pues los campesinos han encontrado en la coca un instrumento de negociación extremadamente poderoso y al que no están dispuestos a renunciar, pues él les permite hoy día, reivindicar el desarrollo que a ellos les conviene. La negociación se realiza entonces sobre bases claras: para detener la extensión de la coca, se requiere un amejoramiento de las condiciones de vida. La acceptación de la gradualidad de estos dos procesos debe constituir el terreno de acuerdo y el punto de equilibrio.

Por otra parte, el contexto político actual es complejo y contradictorio: presiones de los campesinos por la mantención de la coca, mientras no exista otra economía viable, y presiones de Estados Unidos e internacionales por erradicarla y sustituirla. La prisa y la represión amenazan con anular dos años de esfuerzos de desarrollo en los Yungas. Es difícil de hacer comprender que el ritmo de desarrollo rural es siempre desesperadamente lento y no puede seguir el ritmo de la cooperación y aún menos el de la lucha contra la droga. La viabilidad económica y social de este proyecto depende ante todo de las medidas políticas que se aplicarán en esta región productora de coca.

CONCLUSIONES

Entre las presiones de Estados Unidos y las de los campesinos productores de coca, el último gobierno boliviano ha tenido una política flexible, tratando de evitar a la vez el descontento de Estados Unidos y de las instancias internacionales, y una guerra civil en el país. El "problema de la coca" ha estimulado la organización del movimiento campesino y ha permitido de establecer una negociación permanente con las organizaciones campesinas, lo que debería favorecer la viabilidad de los planes de desarrollo a definir. Con el PIDYS, el Gobierno boliviano presenta hoy un programa de referencia, que toma en cuenta todas las acciones de desarrollo y de sustitución: esto facilitará en gran medida la cooperación extranjera y favorecerá su coherencia.

DEBATE

Segundino MONTEVILLA:

El proyecto Agroyungas no es adaptado, desde un punto de vista técnico a la realidad local. Además, este proyecto tiene un efecto perverso puesto que invita a la gente a cultivar la coca en la medida en que no otorga crédito sino a aquéllos que la cultivan. Se debería reformulár este proyecto, con la participación de los propios agricultores. También se debería dar prioridad a proyectos de infraestructura, para permitir que la gente pueda continuar trabajando la tierra en sus zonas.

A. MOLANO:

Lo que dice Segundino MONTEVILLA, me hace pensar en ciertas características de los programas de sustitución en Colombia. Allí, el problema de la tasa de interés, por ejemplo, es totalmente esencial. El agricultor no puede tener acceso al crédito, pues la tasa de interés, que puede llegar hasta el 38% anual, es demasiado elevada. Esto está evidentemente, ligado a la economía internacional. Si los programas de sustitución no cambian, en lo que respecta al crédito, se va hacia un debilitamiento aún más importante de la economía campesina, que subsiste por el momento, gracias a la coca.

Debemos señalar que, incluso si las políticas de sustitución constituyen un proyecto democrático que se apoya sobre bases razonables, existen de hecho, manipulaciones de los poderes locales que impiden el éxito de los proyectos y que conducen generalmente a una transferencia de la propiedad de los campesinos, hacia los grandes latifundios.


SUSTITUCIÓN DE CULTIVOS O ECONOMÍA DE SUSTITUCIÓN:
REFLEXIONES EN TORNO AL PROGRAMA DE FNULAD EN PERÚ.

J.M.Abbes, Ex. Director del Programa FNULAD-Perú

Los cuatro años durante los cuales he tenido la representación de FNULAD en Perú, me llevaron a participar en todos los aspectos de la Cooperación Internacional en materia de drogas.

Asumí, en particular, durante este período, la formulación de proyectos de desarrollo agrícola orientados a la sustitución de cultivos de coca en las principales regiones productoras del Perú, en donde los programas norteamericanos se desarrollaban ya desde hacía varios años.

El FNULAD en el Sistema de Cooperación Internacional en materia de drogas.

La Cooperación Internacional en materia de drogas sigue siendo limitada en volumen, y determinada por los reflejos de autodefensa de los países consumidores.

Tres fuerzas en acción:

  • La Organización de Naciones Unidas

  • El Gobierno de Estados Unidos que actúa a través de tres instancias distintas:
    • El Departamento de Estado que determina las políticas sobre este tema y financia su propia cooperación: prevensión, erradicación de cultivos, etc..

    • la DEA (Drug Enforcement Authority), dependiente del Ministerio de Justicia Americano y orientado hacia programas de cooperación en materia de control del tráfico de drogas.

    • La AID (Agency for International Development) que asegura el financiamiento de Proyectos de Desarrollo en zonas de producción de drogas y el de programas de educación, de salud, de formación, etc..

  • La Comisión de las Comunidades Europeas (CCE) que ha incluido, recientemente, el tema "droga", en su Programa de Cooperación.

La Organización de Naciones Unidas

Esta se ha dotado progresivamente de un pesado y complejo aparato para afrontar el problema de la droga. Comprende tres instancias:

  • La Comisión de Narcóticos de Naciones Unidas, que es un órgano legislativo constituido por los delegados de un conjunto de países que fijan los estatutos sobre toda la reglamentación internacional en materia de Drogas.

  • La Oficina Internacional de Control de Estupefacientes, que es un órgano de ejecución y de control, encargado de asegurar el respeto, por parte de los Estados miembros de la organización, de las reglamentaciones internacionales aprobadas por la Comisión.

  • El Fondo de Naciones Unidas para la Lucha contra el Abuso de Drogas (FNULAD), que es una Institución totalmente autónoma de las dos primeras, que se consagra al financiamiento y a la implantación de programas de cooperación en los países miembros del Sistema de Naciones Unidas que lo solicitan.

    El FNULAD es una estructura muy liviana, (una treintena de personas en total), cuya sede se encuentra en Viena, y cuya función es estrictamente financiera: búsqueda de contribuciones en todos los Estados concernidos por el problema de la droga y redistribución de los fondos colectados entre los programas de cooperación con los países beneficiarios.

    La generalización de los problemas de droga a nivel planetario, en el curso de las últimas décadas, ha conferido al FNULAD un rol creciente y una capacidad financiera que depasa actualmente los 100 millones de dólares anuales.

    Una decena de países, entre los cuales Europa Occidental juega un rol mayor, aporta lo esencial de las contribuciones y participa a la orientación de los programas a través de un "Consejo de Contribuyentes" que asesora a la dirección ejecutiva.

    El FNULAD constituye entonces, una estructura de concertaciones de políticas y de cooperación en materia de drogas, que finalmente es muy poco aprovechada por los países del Sur, que a menudo no han comprendido todas las potencialidades que se ofrece a través de la constitución de esta capacidad financiera internacional y de su sistema de asignación de fondos.

¿En qué consiste la Cooperación de FNULAD?

El FNULAD se ha impuesto como tarea primordial, la concertación, a través de sus representaciones locales, de las estrategias de lucha contra la droga, con las instancias gubernamentales de los países que lo solicitan.

Las representaciones locales del FNULAD tienen tres funciones:

  1. La concertación política con los poderes locales, en relación a los programas de cooperación que van a ser implementados.

    Insisto sobre este punto, pues lo esencial de mi misión de 4 años ha sido consagrado a ello. Es la más importante de las tres funciones, porque se encuentra todavía en terreno virgen. Si la Comunidad Internacional está descubriendo, con un retardo de 15 a 20 años, la verdadera dimensión de los problemas de droga, los Estados concernidos están, desgraciadamente, casi en la misma situación.

    Se puede difícilmente creer que en Perú en 1985, mientras que había 120.000 hectáreas de coca y 50% de las divisas que entraban por esta vía, no se había creado ninguna instancia nacional encargada de formular una política sobre estas materias. Lo hemos evocado antes, cuando hablábamos de que no existe ninguna concertación entre los diferentes actores. Este es el resultado de la no-institucionalización del problema. He consagrado la mayor parte de mi tiempo, durante estos 4 años, a negociar con toda una serie de interlocutores locales -instancias gubernamentales, ONG locales, sindicatos, organizaciones profesionales y económicas-, para establecer un programa. Por otro lado, existe un vacío enorme en materia de legislación. El único ejemplo que sale un poco de lo corriente en materia de legislación, y que toma en cuenta las últimas evoluciones del problema, es el de Bolivia.

    En el caso de Perú, la legislación sobre la droga, que data de 1978, es muy poco adaptada al problema, tal cual éste ha evolucionado en el curso de los últimos 5 o 6 años. En el caso de un programa como el nuestro, esto constituía un gran obstáculo al cual estábamos confrontados. Las numerosas consultciones se tradujeron por un "Plan a largo plazo de lucha integral contra el narco-tráfico", que fué aprobado por una Comisión de Trabajo en marzo de 1988, y enseguida por una Resolución Presidencial. Este plan que ha sido implementado por el equipo del FNULAD, es entonces, a priori, el instrumento oficial de aplicación de una política en materia de droga. Uno de los elementos de base de este plan, es que la política de lucha contra la droga, está basada sobre el siguiente principio fundamental: desarrollo para los productores - represión para los traficantes.

  2. Coordinación Inter-institucional entre las diferentes fuentes de cooperación. (CEE, programas bilaterales...)

  3. Contribución a la aplicación y luego a la supervisión de los programas de acción.

    El FNULAD no ejecuta sus programa sino que los sub-trata. La realización de los proyectos es en general hecha por el PNUD. Existen posibilidades de asociación con ONG y esto se hace cada vez más. En Pakistán, por ejemplo, los programas de sustitución han sido gestionados por un consorcio de ONG noruegas y danesas.

Los Proyectos de Sustitución: concepciones, métodos y realidades

Con una superficie de cultivos de coca evaluada entre 120.000 y 150.000 hectáreas, Perú es, por lejos, el primer productor mundial de hojas de coca, delante de Bolivia, que posee 60.000 a 80.000 hectáreas. Más significativo aún es el ritmo de crecimiento de sus cultivos, estimado entre un 20% y un 30% anuales.

Todo el panorama económico y social del Perú está siendo remodelado por la economía de la coca, que aporta al país el 50% de sus divisas: tanto como las exportaciones de harina de pescado, productos alimentarios, cobre, minerales diversos y maderas preciosas.

Uno de los fenómenos más sobresalientes es el de los importantes desplazamientos de población desde las regiones andinas hacia los valles amazónicos, que se prestan al cultivo de la coca. Así, se establece cada día una dependencia más estrecha del funcionamiento económico y social del país entero, respecto de la economía de la coca.

Es evidente que la Comunidad Internacional, y los países del Norte, en particular, no tienen absolutamente ninguna conciencia hasta hoy, de la amplitud de estos fenómenos, ni de los medios y de la cooperación necesarios para superarlos.

El FNULAD, primera fuente de cooperación financiera internacional, da prioridad, entre sus objetivos, a la limitación de los cultivos, pero en esto se encuentra limitado por dos factores actualmente ineluctables:

    1) la debilidad de las contribuciones financieras disponibles frente a la importancia y al costo de las acciones que se necesita desarrollar.

    2) la presión política ejercida por los Estados proveedores de fondos de la FNULAD, preocupados por obtener resultados en el corto plazo.

Es este ultimo factor, en particular el que ha determinado hasta ahora, una concepción de la acción basada sobre la sustitución inmediata y directa de los cultivos: se han creado estructuras con equipos de técnicos y de administradores, para proponer a los agricultores ayuda técnica y financiera, a cambio del reemplazo de sus plantas de drogas por otros cultivos de renta tradicionales (café, cacao, té, palmas aceiteras, etc...).

Ese proceso de sustitución precipitado no toma en cuentas, la mayor parte del tiempo, el contexto económico más amplio del agricultor, ni las condiciones de rentabilidad, los costos de producción, la seguridad de los mercados para los diferentes cultivos, lo que lleva a menudo a resultados muy negativos de los proyectos.

Esto no significa de ninguna manera, para mí, que la opción de la sustitución deba ser eliminada del conjunto de medidas de lucha contra la droga, como tienen tendencia a hacerlo ciertos medios, de manera totalmente arbitraria. Este procedimiento es, por el contrario, absolutamente viable, si se logra reunir un mínimo de condiciones.

Para comenzar, habría que aclarar el problema de la rentabilidad comparativa de la coca respecto a otras producciones agrícolas locales. En efecto, las informaciones y cifras que se manipulan en todos los sentidos respecto a este tema, son, a menudo, muy poco significativas. Primero, porque no se consideran, en general, las mismas bases de cálculo, en lo que se refiere, por una parte a la coca, para la cual se han realizado muy pocas estimaciones de costos de producción, y por otra parte a los otros cultivos, que a menudo en estas regiones, se encuentran en un estadio más o menos silvestre, y donde el agricultor se contenta con cosechar lo que el cielo le ha dejado caer.

La explicación de esta situación es muy simple: el agricultor cultiva la coca con un cuidado muy estricto, e invierte tiempo y dinero, porque tiene seguridad de vender se producción. Respecto a otros productos, a menudo los circuitos de comercialización son prácticamente inexistentes, y en consecuencia, los precios pagados al agricultor son extremadamente bajos e irregulares. Resultado: los rendimientos de la coca son excelentes, y los de los otros cultivos, catastróficos. ¿Qué significa, en estas condiciones, comparar el resultado de una hectárea de coca con el de una hectárea de café o de pimienta?

Nosotros hemos efectuado,-en el marco de los proyectos FNULAD-Perú- , cálculos comparativos muy rigurosos, incluyendo los costos de producción, los niveles tecnológicos, los sistemas de fijación de precios, y hemos demostrado las importantes diversidades de situación: en ciertos lugares el cultivo del achiote remunera el trabajo y la inversión del agricultor en hasta 30-50% más que el cultivo de la coca. El cacao, con variedades y técnicas apropiadas, a menudo se aproxima a la rentabilidad de la coca. Todo depende de las condiciones técnicas y económicas que se crean, y es a ésto que deberían dedicarse los proyectos llamados de sustitución.

En el caso de Perú, nosotros no tuvimos suficientes recursos ni tiempo, pero intentamos implementar un proceso de desarrollo alternativo lo más coherente posible, frente a las exigencias de la Dirección del FNULAD.

Es así como tratamos primeramente, de articular nuestra asistencia técnica y financiera a las actividades productivas del agricultor, con el funcionamiento de organizaciones agrícolas de vocación económica: cooperativas de comercialización, agrupaciones de productores, sistemas de colecta de cosechas, etc... Esto, con el fin de que las mejoras aportadas al sistema de producción de los agricultores puedan ser valorizadas por los servicios de colecta y de comercialización instalados por iniciativa de los propios agricultores.

De esta manera, los tres importantes proyectos de sustitución implantados en Perú entre 1985 y 1988, se estructuraron en torno a organizaciones agrícolas de las regiones respectivas:

  • Proyecto Tingo María-Alto Huallaga sobre el territorio de la Cooperativa Naranjillo (20.000 adherentes).

  • Proyecto Pachitea (Huanuco) en la Región de la Asociación de Productores del Valle de Pachitea (3.500 familias).

  • Proyecto CODEVA (La Convención y Lares-Cusco) en la zona de influencia de la Central de Cooperativas COCLA (27 cooperativas de base, 12.000 adherentes)

Este procedimiento ha permitido, a pesar de todas las dificultades de relaciones y de compatibilidades de objetivos, de crear una dinámica de evolución económica mucho más amplia que una simple sustitución de cultivos. Para el logro de estos objetivos, se trató de definir las metodologías más simples posibles:

  • El agricultor era totalmente libre de optar o no por la sustitución de algunas de sus plantaciones de coca, y nunca practicamos ni la sustitución coercitiva, ni el interesamiento financiero a la sustitución (como por ejemplo, la indemnización por hectárea eliminada).

  • El agricultor interesado por el proceso de sustitución podía dirigirse a los proyectos para obtener créditos normalmente rehusados a los plantadores de coca; podían solicitar el acceso a variedades mejoradas ya un seguimiento de asistencia técnica del proyecto.

  • Por otra parte, y en la medida de lo posible, incentivamos la plantación de nuevas producciones (café, achiote, cítricos, etc..) en los campos de coca existentes (en asociación de cultivos) a través de un acuerdo con el agricultor, para eliminar las plantas de coca el día en que la nueva plantación comenzará a producir. Esto, con el fin de asegurar, evidentemente, la continuidad de los ingresos de la parcela.

  • Pero la mayoría de las veces, la sustitución era "indirecta": el proyecto asistía a los agricultores para la implantación de nuevas parcelas de café, cacao, palmas aceiteras, etc... tratando de diversificar y de mejorar técnicamente él sistema productivo del agricultor, creando así las condiciones para que se vuelva cada vez menos dependiente del cultivo de la coca.

Paralelamente, cada uno de los tres proyectos mencionados ha consagrado progresivamente una parte cada vez más importante de su presupuesto al refuerzo de las capacidades de colecta y de comercialización de los productos por las organizaciones de servicios dirigidas por los agricultores: creación de fondos de operaciones para la colecta, la construcción y equipamiento de centros de colecta, infraestructuras de transportes, formación de dirigentes, asistencia financiera, etc...

A estos apoyos a la producción y a la colecta se agregaban importantes líneas de financiamiento y de acciones para la implementación de actividades de transformación y de industrialización locales de los productos agrócolas, a fin de obtener el mayor valor agregado posible.

Con este fin se construyó una fábrica de cacao (con capacidad de 3.500 toneladas al año) en Tingo María, en el marco de la Cooperativa Naranjillo, que es totalmente administrada por la organización de productores, y que exporta actualmente toda su producción de mantequilla y pasta de cacao, particularmente apreciada en el mercado internacional, por sus excepcionales cualidades aromáticas.

De la misma manera, se han instalado pequeñas unidades de secado y de selección en Quillabamba, para mejorar la valorización comercial del excelente café local. Podrían citarse numerosos ejemplos de este tipo.

Todos permitirían demostrar que, mucho más que a una sustitución de cultivos, el objetivo apunta a una economía de sustitución a la economía de la coca, que estaba imponiéndose.

No cabe duda de que el desafío para las regiones de la coca, se ubica a este nivel.

Consideraciones finales

Quisiera terminar poniendo el acento sobre dos puntos:

Existen productos capaces de sustituir la coca, a condición que los circuitos de comercialización permitan un mejor retorno del valor de la producción al productor. Concretamente, esto significa que, por una parte, hay que establecer un vínculo entre las políticas internacionales contra la droga, y el problema de los precios de las materias primas, como el café y el cacao, por ejemplo; por otra parte, que es indispensable de establecer líneas de financiamiento para enfrentar los problemas de la comercialización, permitiendo la racionalización de los circuitos en los países del Sur, y definiendo nuevas formas de distribución en el Norte

Para atacar el problema de la droga, las ONG deben abandonar las acciones de micro-proyectos, inadecuadas a este problema y orientarse hacia nuevas formas de cooperación, especialmente en lo que respecta a la mobilización de los interlocutores locales y a la articulación entre éstos y los programas internacionales de cooperación.

DEBATE

C. VILLANUEVA:

Se puede pensar que el fracaso de las negociaciones del FNULAD con las organizaciones de productores se explica por el hecho de que la convocación a estas negociaciones, no descendió hasta los campesinos que están implicados en el problema. Además, hay que destacar que, por una parte la presencia de los narcotraficantes y de Sendero Luminoso en la región de Alto Huallaga a menudo impiden que el campesino de base pueda expresarse; y por otra parte, que 30 a 40% de la mano de obra que trabaja en estas regiones, proviene de una población que migra temporalmente para el cultivo de la coca. Podríamos entonces pensar, que sería importante modificar la estrategia y la localización de los programas, para tener un mejor impacto.


LA SITUACIÓN EN EL CHAPARE; BOLIVIA

A. Moscoso, Director de CIDRE Cochabamba, Bolivia.

Resulta que todas las intervenciones que se han realisado estos últimos años en relación con el problema coca-cocaína, estaban basadas en una falta de conocimiento de la naturaleza y de la amplitud del problema. La Senadora Hawkins, de Florida pedía, por ejemplo, condicionar la ayuda americana a Bolivia a la reducción de los cultivos autorizados de coca a 2 hectáreas por familia. La Senadora Hawkins ignoraba, visiblemente, que la mayor parte de la producción de coca en Bolivia, es realizada por pequeños productores que tienen plantaciones inferiores a dos hectáreas. Esta falta evidente de conocimientos sobre el problema, nos ha llevado a un falso debate entre los países productores y los países consumidores. Esta falta de conocimientos, ha conducido igualmente a priviligiar políticas represivas en la materia, conduciendo así, al fracaso de estas políticas.

Es un hecho que el problema de la producción de coca afecta tanto a los países consumidores como a los países productores. Es por esta razón, que es importante realizar una concertación internacional sobre este tema. Nuestro país está afectado por el cultivo de la coca, tanto en su estructura de producción como en su estructura social.

¿Cuáles son las Alternativas?

Si comparamos los rendimientos y los beneficios por hectárea de los diferentes cultivos en la región del "Trópico Cochabambino", nos damos cuenta que las alternativas seguirán siendo mínimas, si no hay concertación internacional sobre este tema. El banano, el aguacate, el naranjo no producen sino pérdidas durante muchos años. Existen productos más rentables que la coca, como la papaya por ejemplo, pero no tienen mercado. El problema es que no se puede introducir otros cultivos, si no se puede garantizar absolutamente para éstos, el precio y el mercado.

El tema coca-cocaína crea un sistema de vasos comunicantes a través del cual se reactualiza la necesidad de revisar las relaciones Norte-Sur. Este tema obliga a los países desarrollados a reconocer el derecho al desarrollo y a la asistencia, de los países del Sur.

Los productores bolivianos, a través de los diferentes acuerdos que han sido suscritos con los gobiernos, han acceptado la sustitución de los cultivos, a condición de que se implante simultáneamente un plan de desarrollo integral. Para ésto, sin embargo, es necesario revisar el tema de los precios y de los mercados. No se puéde imponer un cultivo alternativo sin garantizar un precio y un mercado estables.

Esto nos conduce igualmente al problema de la estructura económica internacional, particularmente en materia de comercio. Pero el problema no es solamente financiero y comercial. El concierne igualmente a la estructura interna de cada país productor, principalmente el problema de la estructura de la propiedad de la tierra, que genera una expulsión de mano de obra hacia las zonas de producción de coca. Por otra parte, las cosas no podrán cambiar, si no se modifica las políticas económicas en vigor, que desestructuran nuestra economía.

En el caso del Chapare, todo acuerdo debe tomar en cuenta la participación de los sindicatos de productores, pues es éste el que juega el rol de la gestión de la colectividad, en la región. El distribuye la tierra, determina los senderos, resuelve los problemas legales frente al Estado, construye la escuela o el hospital, etc.. Es el sindicato quien actúa como Estado en esta zona y no se podrá resolver el problema de los cultivos alternativos sin su participación.

Quisiera decir, para terminar, que el tema de la coca no constituye ni un pretexto, ni un chantaje. No es un pretexto, en la medida en que se trata de un problema real que afecta a los dos grupos de países. No es un chantaje, en la medida en que no estamos en condiciones de chantajear sobre un fenómeno que escapa a nuestro control. La única alternativa es la comprensión de la necesidad de modificar las relaciones Norte-Sur, lo que nos llevaría a un mundo de mayor justicia, a un mundo más humano.


PRESENTACIÓN DE LA SITUACION EN AMAZONIA PERUANA

R. Rumrill. Periodista y escritor, CERCA, Perú.

Problemática

El Alto Huallaga, y otras zonas de la periferia amazoniana y del Ucayali, se encuentran actualmente seria y peligrosamente afectados por sucesos cuyas principales ilustraciones son:

  • el aumento espectacular de las superficies de cultivos ilegales de coca y del tráfico de pasta básica de cocaína.

  • la irrupción de la violencia subversiva representada por los movimientos Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), y las secuelas de la represión militar que la acompañan.

Las expresiones de la violencia política y social afectan muy seriamente el conjunto de las actividades de la región y más particularmente, a las comunidades indígenas y a los campesinos. Pero éstos no son los únicos aspectos del problema. Otros factores de alteración que constituyen una especie de "telón de fondo", aparecen, a escala regional:

  • En primer lugar , el rápido aumento de la población a causa de migraciones explosivas, desde la apertura de la ruta de penetración "marginal", ha tenido como consecuencia la explotación intensiva de los suelos forestales frágiles de la Alta Selva Amazoniana (Selva Alta). Al destruirse la selva, rápidamente han quedado al descubierto las pendientes abruptas de las llanuras amazónicas, provocando un proceso de erosión y de degradación de los ecosistemas, cuyas consecuencias son aún imprevisibles, aunque ya son catastróficas: erosión acelerada, derrumbes de terrenos, inundaciones, avalanchas de barro, laterisación y esterilisación de suelos arcillosos, polución de las capas de agua, etc..

  • Estos problemas se han desarrollado durante un período relativamente breve: treinta años apenas, si se cuenta a partir de la construcción de la ruta "marginal". Período durante el cual, se han sucedido 5 gobiernos: Belaúnde TERRY, 1962-1968; Velasco ALVARADO 1968-1975; Morales BERMUDEZ CERRUTI, 1975-1980; Belaúnde TERRY 1980-1985, y el actual de A. GARCIA PEREZ (1985-1990). En su conjunto, el Estado peruano no había previsto esta situación, y los diferentes gobiernos no han jamás aplicado una política definida en este dominio, ni propuesto una alternativa para resolver los problemas mencionados.

    1. Crisis a causa del tráfico de droga:

      Uno de los efectos del tráfico de cocaína es la aparición de un proceso de dolarisación de la economía de la región. La circulación de dólares implica la valorización de los bienes y servicios en función del valor de cambio superior de esta moneda. El resultado inmediato, es el aumento espectacular del índice de inflación, la pauperisación del valor del trabajo en Inti, y el decalaje entre los precios agrícolas y el costo de los factores de producción.

      Este fenómeno provoca un desplazamiento de la mano de obra campesina hacia las zonas de cultivo de coca, que ofrecen una mejor remuneración del trabajo, y contribuye a incorporar nuevos contingentes humanos en el proceso de la economía de guerra, a menudo en la primera línea, etc..

      La inflación en alza y la economía de guerra conducen a la pauperización de sectores importantes de la población. Una de las formas de defensa inmediata, es el recurso a alternativas de subsistencia tradicionales, tratando de conseguir una auto-subsistencia a partir de producciones abandonadas.

      Se obserba un retorno a la economía hortícola de subsistencia familiar, característica de las comunidades indias desectructuradas y de las poblaciones marginalizadas. La proposición del programa de Apoyo al Desarrollo de Alternativas Hortícolas y Agrarias Integradas de AIDESEP adquiere hoy todo su sentido: proponer a los campesinos indígenas, pero también a los agricultores mestizos o andinos emigrados, la adaptación de sistemas de producción amazónicos integrados, resultado de la experimentación y actualización de los sistemas de horticultura amazónica indígena, mejorados o reforzados por prácticas ecológicas conocidas en otros lugares. Esta proposición podría extenderse a los campesinos más marginalizados, productores potenciales de coca; ella supone, sin embargo que éstos, como los pequeños colonos andinos o mestizos, reconozcan los derechos de las comunidades indígenas sobre sus tierras comunitarias.

    2. Violencia política y social

      La violencia ha alcanzado rápidamente niveles críticos, a causa del tráfico de droga, de la subversión armada y de la represión militar. Esta, está condenada a seguir creciendo, en la medida en que las bases sociales, especialmente campesinas, continúan alimentando el contingente del narcotráfico, o de la guerrilla, o de la armada, para resolver de una manera u otra, el problema de la subsistencia. El fracaso de ciertas opciones desastrosas emprendidas por la administración peruana, con el apoyo internacional (proyectos especiales de colonización), así como la ausencia de toda política de desarrollo regional, son sin duda, importantes factores que están a la base de esta situación.

      La represión produce exasperación y agudización de la crisis política y social, sin frenar el tráfico de droga. Mientras los cultivos de coca se extienden, la represión de los campesinos no hace sino agravar la situación. Los campesinos se transforman en productores ilegales de coca, cuando no tienen ninguna otra alternativa y de esta manera son más o menos protegidos por S.L. y el MRTA. La espiral de la violencia se despliega sin solución.

      Sin embargo, las alternativas existen: ellas deben ser asumidas enérgicamente. La escalada de represión indiscriminada es un error. Convendría disminuir el nivel de represión y aumentar los esfuerzos de sustitución, no de manera puntual o sectorial, sino de manera global. No se trata de reforzar la sustitución de cultivos ilegales de coca, por uno o dos otros cultivos, sino por una serie de sistemas de producción agro-pastorales, agro-industriales o agro-turísticos, adaptados localmente. Esta alternativa está, desgraciadamente, ligada también a factores internacionales. La hoja de coca es un recurso, una riqueza, un privilegio para el Perú (Bolivia, Colombia, etc..) y los otros países andinos y amazónicos. Ella debe entonces convertirse -para los principales países productores-, en medio de negociación a nivel internacional.

      El Estado peruano tiene la capacidad de vender, como producto farmacéutico y químico, las hojas de coca a los países concernidos por el narcotráfico, cuyos costos de represión de la toxicomanía y del comercio ilícito son enormes. Negociando el precio de la hoja de coca "farmacéutica" legal (y de los otros derivados legales de la coca), los países productores, representados por las federaciones de cultivadores legales y los organismos de exportación oficiales, podrían constituir, independientemente de una ayuda internacional -que es un arma de doble filo-, un fondo regional de desarrollo de sistemas de producción alternativos, en las zonas de producción de coca. La búsqueda de soluciones al tráfico de drogas, se ha vuelto una preocupación mundial, e interesa al FMI, a los grandes bancos internacionales, al CAME, a las Naciones Unidas, a la CEE. No se encontrará la solución, si no se ataca el problema general de los intercambios internacionales, y en particular, el problema de la deuda.

      Habría que concebir un verdadero plan económico de estabilización de un mercado "anti-droga", y establecer programas de compra de productos regionales (agrícolas, forestales, artesanías, cerámicas indígenas, turismo, etc...), a precios garantizados, en las zonas de producción de coca, reales y potenciales. El café y el cacao no son capaces de constituirse en alternativas, debido a la baja de los precios mundiales, orquestada por los países consumidores (lo mismo ocurre con las frutas y cítricos); habría que implementar sistemas de sustitución más diversificados: achiote y otras esencias, palmas aceiteras, plantas medicinales, corcho, arte y cerámicas indias, etc..., que podrían limitar la extensión de los cultivos de coca, si existiera un mercado garantizado, y precias justos y rentables.

      La disminución del grado de violencia pasa por la elaboración de nuevas estrategias que deberán tener cuenta del conjunto de la realidad y de las soluciones que emanan de la base.. Las regiones en estado de urgencia a causa de la subversión y del tráfico de droga, son zonas críticas, explosivas, rodeadas o atravesadas por verdaderos cinturones de miseria.

    3. Crisis ecológica

      Desde la construcción de la ruta "marginal" , miles de familias andinas han emigrado hacia San Martín o el Ucayali, irrumpiendo violentamente en un ecosistema complejo, radicalmente diferente del ecosistema andino, y de una fragilidad desconocida de los campesinos. Los "colonos" han practicado una agricultura de roturado-quemado, desplazándose sobre estos terrenos, abandonando sucesivamente las parcelas agotadas, y descortezando las pendientes de la selva alta.

      A la desforestación, habría que agregar la destrucción inútil realizada por los forestadores y los ganaderos, de miles de hectáreas no aptas para la agricultura, y cuya vocación era la de servir de "bosques de protección". La población, creciendo más allá de las capacidades ya limitadas de tierras cultivables, ha provocado rápidamente una situación de desequilibrio, que ha conducido a muchos de estos "pequeños colonos" a la práctica de opciones ilegales de subsistencia: caza furtiva (para recuperar las pieles de especies protegidas), pesca con dinamita, ocupación de tierras comunitarias indias, robo de maderas, explotación minera ilegal de oro de los ríos, cultivo de coca, etc...

      En cuanto a la sustitución de cultivos ilegales, el apoyo a los productores agrícolas, que debería ser financiado por la venta estatal de la hoja de coca legal, permitiría promover sistemas de producción más adaptados, sobre la base de prácticas experimentadas o actualizadas por las comunidades indígenas, por los centros de investigación internacionales Efobre la agricultura tropical, o los programas derivados de su colaboración (proyecto HIFCO/AIDESEP, programa de Apoyo a las Alternativas Hortícolas y Agrarias/AIDESEP).


LA SITUACIÓN EN COLOMBIA

A. Molano. Sociólogo, Colombia.

A manera de introducción, quisiera hacer la siguiente consideración: la producción de coca en Colombia tiene un carácter diferente del que ella tiene en Bolivia o en Perú. Primero, porque no existe un verdadero consumo tradicional de la coca, y enseguida, porque la producción está organizada por bandidos y narcotraficantes, y que por esta razón, es legitimo reprimirla por la fuerza.

Voy a resumir la historia más o menos larga de las regiones productoras, para mostrar cuáles son las raíces de la producción de coca en Colombia. Se las contaré tal cual ella me ha sido transmitida por los testimonios que he podido recopilar en las zonas de producción.

La producción de coca fué tradicionalmente muy marginal y un poco anónima, es decir, que no existía verdadera producción destinada a un mercado definido. En ciertas regiones, ella era cultivada para un consumo ritual, o bien los colonos y campesinos la utilizaban para trabajar, o la bebían bajo forma de infusión. Pero, en ningún caso se puede hablar de un consumo muy extendido.

En cuanto a la mariguana, era desconocida. Ella se impuso con fuerza, en los años 60. Sin embargo, desde los años 20 - 30, se introdujo la mariguana para el consumo de los marinos y de los norteamericanos que trabajaban en la región bananera. Era un consumo muy reducido que luego empezó a extenderse en el mundo de las prisiones y de los pequeños delincuentes. Por razones de clima, la mariguana colombiana es de una calidad excepcional. Rápidamente fue célebre y comenzó a repandirse y a exportarse. Su comercio estuvo inmediatamente ligado a los norteamericanos y a los comerciantes de la costa, que tenían ya una larga tradición de contrabando. Conoció el gran suceso que sabemos, pero decayó súbitamente, no debido a la gran represión militar que provocó, sino simplemente porque los Estados Unidos comenzaron a producirla ellos mismos. La mariguana colombiana fue vencida por la ley del mercado. Es en esta época que comenzaron las relaciones represión/corrupción entre el mundo de la droga, el ejército y la policía. Hubo también en esta época, conflictos extremadamente violentos entre los diferentes actores de este tráfico.

Después del agotamiento del mercado de la mariguana, fué el mercado de la coca el que prosperó. Ignoro cómo se artículo precisamente el paso de la producción de mariguana, al de la producción de coca.

El sistema de producción a gran escala se impuso para la coca, de la misma manera que para la mariguana, y anteriormente para el corcho.

Los narcotraficantes que comenzaron el comercio de la coca, no eran solamente los ex-traficantes de mariguana, sino también gente ligada a la explotación de minas de esmeralda. La explotación en las minas de esmeralda estaba organizada por grupos armados que vigilaban la producción y el transporte de esmeraldas. Estas bandas armadas, que se ligaron a los barones de la mariguana, estaban también implicadas en las acciones de violencia de estas regiones.

Al comienzo, la producción de coca se reducía simplemente a la producción de la hója de coca. No había transformación, los campesinos no sabían tratarla, y el secreto era guardado celosamente por los traficantes. Sin embargo, poco a poco, el secreto de la transformación en pasta básica se difundió, y el monopolio se rompió.

Quisiera hacer aquí, una breve reseña histórica del proceso de poblamiento de estas zonas de producción de coca. Hubo primero una etapa de ocupación y de explotación muy superficial, basada en el corcho. Esto duró hasta 1946 - 1947, y se trataba entonces de una colonización salvaje. Este proceso de colonización continuó incluso después de la época del corcho, al que siguió la caza de los animales de pieles (ocelote, nutria, etc...).

Durante los años 50, la guerra civil entre liberales y conservadores causó estragos, especialmente en estas regiones. Hubo en esos momentos, un gran flujo de población, principalmente de campesinos de las Cordilleras, que vinieron a luchar en las planicies. Después de la guerra, se quedaron allí para trabajar, protegidos y organizados por los antiguos jefes guerrilleros. Otro suceso histórico vino a determinar el proceso de poblamiento de estas regiones de planicies: en 1955, estalla un conflicto en Villarrica entre el movimiento agrarista pro-comunista, y las fuerzas del Gobierno. Los partidarios del movimiento agrarista, vencidos, abandonaron la región de Villarrica y se dirigieron en columnas hacia las planicies, en una marcha similar,-aunque mucho más pequeña- a la larga marcha de Mao. Se trataba de familias organizadas en grupos armados de auto-defensa: son estas columnas las que constituyen el origen de los grupos guerrilleros actuales.

El período de la cocaína comienza en la mitad de la década de los 70. Los problemas de violencia surgen a partir del momento en que, -después que los precios de la coca empiezan a subir-, los narcotraficantes vuelven sobre sus antiguas posiciones, ocupadas por los grupos guerrilleros formados a partir de las columnas de marcha.

Hay, en esta época, una gran afluencia de gente hacia las zonas de colonización. Se trata de una población expulsada por la descomposición de la economía campesina de los Andes, así como de poblaciones urbanas afectadas por el sub-empleo.

La guerrilla organiza estas zonas desde el punto de vista administrativo e incluso legislativo. Colecta un impuesto que le permite desarrollarse, y crear una estructura social propicia a la producción de coca. A partir de 1985 comienza un período de gran agitación, los campesinos ligados a la guerrilla se mobilizan para obtener derechos sobre las tierras, que se habían constituido en reservas naturales. Se producen afrontamientos con grupos militares y paramilitares que atacan las organizaciones sindicales y liquidan a sus dirigentes. El movimiento campesino ha aumentado sus reivindicaciones, agregando a sus exigencias de tierra, reivindicaciones para el desarrollo económico en general y negociando con el Gobierno, sirviéndose de la coca. Efectivamente, hay una demanda por parte de los campesinos, en favor de la sustitución. Esta idea de la sustitución de cultivos, es por otro lado alimentada por la guerrilla, que obliga a los campesinos a producir, por cada hectárea de coca, 3 hectáreas de producciones alimentarias.

De hecho, existen posibilidades de sustitución, a condición de no detener brutalmente la producción. Hay que estar conciente de que la coca es un medio de producción de excedente, que el campesino puede capitalizar y reinvertir en su tierra.

Quisiera terminar diciendo que desde el asesinato de Galán, la cuestión de la producción de coca, no se ha agitado, pues todos los esfuerzos del Gobierno se han dirigido al control del narcotráfico. Sin embargo, puesto que existe una relación entre los productores de coca y los grupos guerrilleros, y también entre los productores de coca y los grupos paramilitares (aunque no he tenido tiempo para precisarla), la estrategia de control civil del Gobierno, va a ser reemplazada por una estrategia de control militar.

El "Plan Bush" va a ser orientado hacia los lugares de origen de la producción, y debe serlo, pues el ejército está ligado al narcotráfico y está corrompido. El Gobierno Civil no posee instrumentos para controlar el narcotráfico. El objetivo final, clave del éxito de la acción emprendida, es el de atacar directamente a los productores, ligados, de una u otra manera a los grupos guerrilleros y paramilitares.


INTRODUCCIÓN A LA PROBLEMÁTICA DE LA SUSTITUCIÓN EN EL SUDESTE ASIATICO

M. Dufumier. Ingeniero agrónomo, INRA, Francia.

Quisiera explicar el problema brevemente, en algunos puntos, tal como éste se plantea en los países del Sud-Este Asiático.

El primer punto, común con el problema de la coca, es que la amapola a opio existía mucho antes de transformarse en el objeto del tráfico internacional, que constituye hoy día. Es un cultivo que servía ya a las poblaciones productoras a fines farmacéuticos desde hace muchos siglos. Actualmente, se ha vuelto una producción mayoritarlamente destinada a aprovisionar un mercado internacional del cual los productores no conocen verdaderamente la finalidad última, ni los estragos que ella provoca. Si tienen conocimiento. es de una manera muy abstracta, y alejada de sus preocupaciones cotidianas. Por lo tanto, estas poblaciones no se sienten culpabilizadas en absoluto, cuando cultivan el opio para los mercados internacionales, de la misma manera en que lo han hecho siempre para el mercado local. Habría que recordar que la venta de opio, hoy día ilícita, no lo ha sido siempre, e incluso ha constituido un monopolio de Estado en la época de la Indochina Francesa.

El segundo punto, se refiere al hecho de que el opio es actualmente el cultivo más rentable y el menos fiscalizado en las regiones alejadas. Las tribus que lo cultivan viven en las montañas del Triángulo de Oro, alejadas del mar. Los medios de transporte son, en el mejor de los casos los animales de carga, e incluso, a menudo las mercaderías son transportadas sobre las espaldas de los hombres, (¡mejor dicho, de las mujeres!) en sacos dorsales. La producción más comercializable, en estas condiciones, es la que produce los mayores ingresos con el menor volumen y peso. El opio responde perfectamente a estos criterios. Es especialmente difícil encontrar cultivos que podrían ser transportados con la misma facilidad. Para llegar a ciertas ciudades hay que atravesar densos bosques, y subir escalas de bambú. Es difícil imaginar que, en estas circunstancias, el café pueda ser transportado de manera rentable.

El tercer punto, es que sería importante recordar que el tráfico de opio comenzó en un contexto de grandes divisiones étnicas. Las tribus Hmong, Akhas y Yao, para citar las tres principales que producen el opio, viven sobre las cimas montañosas, adonde fueron confinadas debido a que practican un sistema de cultivo de "corte y quemado", sin reproducción de la forestación. Para estas poblaciones, el hecho de cultivar la amapola sobre campos muy particulares (depósitos calcáreos), el hecho de deber cuidar muy atentamente estos frágiles cultivos y por lo tanto de no alejarse de los campos, el hecho de deber volver regularmente para desmalezar, para la incisión de la tarde, para la colecta de la goma en la mañana, tiene por consecuencia de incitarlos a instalarse al borde de las tierras más favorables y a practicar más lejos cultivos de autosubsistencia como el arroz, maíz, etc.... Además, ellos practican la rotación de sus cultivos mucho más frecuentemente en sus campos de amapola, lo que lleva a una degradación muy rápida del medio ambiente. Es principalmente por esta razón, que estos grupos étnicos han sido siempre considerados como particularmente destructores del equilibrio ecológico, sin respetar el tiempo de barbecho y de regeneración del eco-sistema arbolado, condiciones indispensables para la reproducción de la fertilidad misma. Es por esto que siempre hubo conflictos importantes por la tierra, además de que los Hmong, por el hecho de esta sabanización provocada por ellos mismos, están obligados a emigrar muy regularmente. Existe entonces allí, un modo de explotación de la tierra que habría que examinar muy bien antes de hablar de sustitución. Por otro lado, las contradicciones étnicas han sido atizadas por otros conflictos. Las tribus Hmong, por ejemplo, han sido utilizadas, durante mucho tiempo, por las potencias francesa y luego norteamericana, en los conflictos regionales. El problema del opio, se inscribe entonces en un contexto de contradicciones que, necesariamente, deben ser tomadas en cuenta.

Por último, hay que señalar que, bajo el pretexto de la sustitución del opio, se ha propuesto en varias ocasiones de "sedentarizar" los Hmong y de instalarlos en zonas de valles. A la inversa de los países andinos, en donde ha habido migraciones voluntarias para ir a producir la coca, aquí es el Gobierno el que pretende reinstalar a los Hmong "nómades" en los valles, y de dejarlos allí definitivamente, dedicados a cultivos de subsistencia. El objetivo de esta política es de disminuir la producción de opio, pero también de controlar mejor estas etnias, de las cuales se sospecha sus vínculos con los guerrilleros. Cuando se concibieron estas políticas de migración, el problema del desarrollo fué planteado muy raramente.


EXPERIENCIA DE PROYECTOS ALTERNATIVOS EN LAOS

Seng DAO.

En 1977, volví a Laos, donde me propusieron participar en un proyecto que preveía la construcción de una fábrica de alimentos para ganado. El contrato exigía pasar rápidamente desde una producción cero existente en Laos, a un nivel de 20.000 toneladas anuales. Este objetivo de producción había sido fijado con el único propósito de hacer rentable la empresa, sin tomar en cuenta ni las capacidades, ni las necesidades locales. En 1979, la fábrica debió cerrar, pues no había suficiente materia prima para hacerla funcionar 24 horas sobre 24. Al comienzo, debimos recurrir al empleo de la ayuda alimentaria inutilizada de Naciones Unidas (1.000 toneladas de trigo, avena y leche en polvo), lo que permitía hacer funcionar la empresa 3 horas por día, pero esto no era suficiente. Entonces empezamos a utilizar la misma harina que era molida 3 o 4 veces. Pero esto tampoco fué suficiente y hasta ahí no más llegamos con nuestra fábrica.

Después de esta experiencia encontré, por casualidad, unos grupos étnicos desplazados desde el Norte de Laos. Estos querían encontrar una solución a los problemas encontrados por la gente de su aldea: los precios del opio habían descendido brutalmente. Además, se trataba de un cultivo muy difícil y estaban buscando un cultivo de reemplazo. Como tenían un excelente conocimiento del cultivo del maíz, decidimos trabajar juntos en este cultivo. Al comienzo, cosechamos 20 toneladas de maíz, con 60 familias. En algunos años, llegamos hasta 3.000 toneladas. Para lograr estos resultados, hubo que tomar en cuenta sus prácticas tradicionales. Es precisamente porque el maíz era para ellos una producción tradicional, que esta experiencia tuvo éxito.

Los proyectos de las organizaciones internacionales no han tenido el suceso que se esperaba, porque no han tomado en cuenta ni las iniciativas, ni las tradiciones locales. Los expertos han llegado con sus proyectos pre-concebidos. Quisieron construir una aldea para instalar a los Hmong, pero cuando éstos cambian espontáneamente de aldea, lo hacen muy lentamente, ellos necesitan tiempo para construir ellos mismos sus casas, pues ellos deben venir con su alma. Si descienden muy rápido, solo vienen con su cuerpo, su alma se queda en la montaña. Ellos fueron desplazados demasiado brutalmente y tuvieron la impresión de no tener más tierra.

Todo esto ilustra que si el "desarrollo" no respeta la unidad tradicional, los proyectos están condenados al fracaso.


CUANDO LA DROGA SE TRANSFORMA EN TESORO DE GUERRA: EL CASO DEL LIBANO

J. Tohme. Secretario General SDPI-LIBAN

El cultivo del cannabis fué introducido en el Líbano por los Oficiales turcos del Imperio Otomano, durante el siglo XIX. A partir de esa época, las plantaciones se concentraron en la región de Baalbek-Hermel, al norte y al este del país. Ellas se desarrollaron tan fácilmente en esta región pobre -en donde las estructuras tribales y clásicas se mantienen hasta hoy muy activas- debido a la existencia de una clientela entre los turcos y los egipcios.

El consumo de haschisch por los libaneses mismos, se mantuvo durante largo tiempo muy bajo, y no aumentó sino con la guerra, que arrasa el país desde 1975. Apoyándose sobre los jefes de clanes y tribus para gobernar el país, Francia -a la que se confió un mandato sobre Siria y Líbano después de la Primera Guerra Mundial-, reforzó la organización familiar de la economía de la región, haciendo posible la extensión del cultivo del cannabis

La ausencia tradicional del Estado en esta zona de la Bekaa, donde coexisten pueblos chiítas, sunitas, cristianos o de población mixta, ha reforzado su aislamiento del resto del país.

El hecho de que no existe, ni un proyecto de desarrollo coherente, ni infraestructuras económicas o sociales adecuadas (caminos, electricidad, alimentación de agua, teléfono, escuelas...) ha favorecido aún más el cultivo del cannabis, que ofrecía un ingreso complementario a los campesinos y abría a los traficantes las puertas de la exportación. .

En este sentido, la independencia libanesa (1943) no ha conducido a grandes cambios, debido a la gran negligencia de la clase política libanesa, hasta el punto que,, incluso algunos de sus miembros eminentes han estado implicados en el tráfico de estupefacientes.

Es cierto que, en 1966 las autoridades libanesas implantaron un plan de reconversión que pretendía incentivar a los agricultores, a reemplazar el cultivo de cannabis por el de girasol. El Plan Verde, oficina dependiente del Ministerio de Agricultura, distribuyó las primeras semillas. Se había acordado que el Estado proporcionaría los granos, los fertilizantes y compraría la cosecha a precios favorables. ¡El cultivo del cannabis bajó entonces alrededor de 85%!

Desgraciadamente, a partir de 1969-1970, el Estado abdicó frente a sus compromisos. Las semillas y fertilizantes no fueron más distribuidos. La cosecha fué pagada con retardo. Los campesinos volvieron entonces al cultivo del cannabis. que además, estuvo muy favorecido por el ausentismo del Estado, y la anarquía creciente, a partir de comienzos de la guerra en 1975.

En cuanto al cultivo de la amapola, éste se desarrolló sobretodo a partir de 1976. Su expansión ha coincidido con la política turca de prohibición, que ha incitado a los productores de ese país a implantarse en Líbano, aprovechando el desorden creado por el conflicto. El cultivo de la amapola se concentró en la región de Baalbek-Zahlé, pero, hasta 1982, fué relativamente limitado, gracias a una serie de medidas tomadas por el Gobierno, en coordinación con las autoridades sirias.

La caída del precio mundial del haschich, la clausura del mercado egipcio a los traficantes de droga, así como la invasión del Líbano por el ejército israelita han, por el contrario, favorecido el cultivo de la amapola, que entonces se expandió.

Las diferentes milicias libanesas o palestinas, entre las cuales algunas disponen de puertos ilegales, han utilizado el comercio de estupefacientes para alimentar sus finanzas de guerra y pagar sus compras de armas. Las tropas extranjeras de ocupación, sirias o israelitas, han estado envueltas en el tráfico de drogas.

Actualmente, las principales zonas de producción de amapola y cannabis se encuentran bajo control sirio. Existen también laboratorios de preparación de drogas en el sur del país, en la región controlada por el ejército del Líbano-Sur, afiliada a Israel.

Según un estudio publicado por el Dr. Riad Saadé, la superficie plantada de cannabis alcanzaba, en 1981, alrededor de 30.000 hectáreas!. El cultivo de la droga representaba entonces, 27 a 28% del sector agrícola. Fuentes oficiales indican que la superficie concernida ha disminuido de casi la mitad alcanzando en 1986, 16.000 hectáreas, que han producido 720 toneladas de haschich. Por el contrario, la superficie consagrada a la amapola ha aumentado rápidamente: 100 hectáreas en 1984, 200 en 1985, 400 en 1986. Al mismo tiempo, la producción de heroína pasó entonces, de 1,5 toneladas en 1984, a 3 toneladas en 1985, y a 6 toneladas en 1986.

A esta producción, fundada sobre materias primas locales, hay que agregar otra actividad que se ha desarrollado estos últimos años: la transformación de la cocaína por parte de los laboratorios libaneses. En este caso, la materia prima es importada. Los laboratorios emplean técnicos extranjeros de diferentes nacionalidades, especialmente truhanes de la famosa "French Connection", liberados de prisión después de haber purgado sus penas.

El tráfico dé droga asocia al agricultor, al comerciante, al pasador y, desde comienzos de la guerra, a las milicias libanesas y a las tropas extranjeras. Los grupos encargados de la exportación están ellos mismos ligados a las redes de grandes traficantes internacionales.

En él plano financiero, el productor de cannabis o de amapola, no recibe sino una pequeña parte del ingreso proveniente de la venta de la droga. Lo esencial del beneficio queda para el comerciante y el transportador, que asumen la mayor parte del riesgo en el tráfico y que, sobretodo, están obligados a asegurarse múltiples complicidades remuneradas.

Así, las milicias que controlan los puertos ilegales por los cuales transitan los estupefacientes, perciben al pasaje, un "impuesto", cuando no son ellas mismas las que han organizado el tráfico.. Lo mismo ocurre con los soldados y oficiales de las tropas de ocupación en los pasajes de las fronteras, de los puertos o aeropuertos legales.

El Estado que, sobretodo desde 1982 ha perdido el control de la mayor parte del territorio libanés, en beneficio de las milicias y ejércitos extranjeros, es incapaz de combatir el tráfico de droga. En este sentido, la imposibilidad de elejir un Presidente de la República en el otoño de 1988 y la aparición de dos gobiernos rivales en el país no puede sino entrabar aún más la acción de los poderes públicos, ya bastante privados de eficacidad.

En materia de tráfico, talvés más que en materia de producción, la droga transgrede alegremente las barreras confesionales. Como escribe Gilles Delafon ("Le Nouvel Observateur", 11-17 mayo 1989): "En el dominio de los estupefacientes, las relaciones entre comunidades no son tan malas. Pasadores cristianos y productores musulmanes han trabajado siempre juntos, incluso en los peores momentos de la guerra".

La droga producida en la Bekaa debe, por ejemplo, atravesar la región de dominación cristiana de Monte-Líbano, para llegar a los puertos del Mediterráneo.

De la misma manera, la invasión israelita de 1982 ha permitido el establecimiento de relaciones "comerciales" entre traficantes libaneses e israelitas. Otros exportadores utilizan el territorio sirio, con la complicidad de las tropas de Damas.

Los principales países consumidores de estupefacientes producidos en Líbano son Egipto, Europa, Canadá, los U.S.A., Australia y los Países Escandinavos. Se estima que 70% del tráfico de haschich se hace por vía marítima, 25% por vía terrestre y 5% por vía aérea. La heroína es transportada en frigoríficos por via aérea, a partir de diferentes aeropuertos (privados) de la región.

Por vía marítima, es escondida en las maletas de los pasajeros, y se ha hablado de Chipre como centro de tránsito. En cuanto a la cocaína, ésta es importada y luego re-exportada por vía aérea o terrestre hacia los países árabes.

Curiosamente, Ann Rubelski, adjunta al Secretario de Estado americano para los asuntos de droga, ha anunciado, en el mes de marzo último, ("L'Orient-Le Jour", del 4 de marzo 1989), que el Presidente Bush había decidido retirar el nombre del Líbano de la listá de países directa o indirectamente responsables de operaciones que facilitan el tráfico de droga en el mundo. Por el contrario, ella ha señalado que el nombre de Siria figuraba aún en esta lista, "porque este país no ha demostrado ninguna cooperación a este nivel, y porque la mayor parte del tráfico de drogas que tiene lugar en territorio libanés, viene de regiones bajo control sirio.

En el pasado, especialmente en 1987, las tropas "sirias" estacionadas en la Bekaa realizaron espectaculares destrucciones de cultivos de amapola; lo que no parece haber desalentado a los productores. Esta acción había sido decidida a nivel Internacional. Los Estados Unidos habrían concedido un poco más de un millar de dólares, a título de ayuda financiera, de los cuales una parte debía permitir a los cultivadores libaneses reconvertirse hacia cultivos menos controvertidos.

Una de las consecuencias nefastas de la guerra ha sido el aumento del consumo de estupefacientes por parte de los libaneses mismos. Este fenómeno se produjo primero entre los milicianos, quiénes, durante los combates empleaban drogas estimulantes (cocaína, anfetaminas) mientras que durante la tregua, consumían mas bien productos sedativos (heroína, haschisch).

La barbarie de los milicianos durante ciertas masacres se explica, en parte, por el uso de estupefacientes. La excitación, la infantilización o la euforia que provocan las drogas hace que ellas sean a menudo preconizadas, en período de guerra, por jefes militares que buscan tropas dóciles y sin escrúpulos.

La utilización de productos tranquilizantes, y sobretodo de medicamentos (valium) se ha generalizado entre la población civil. En su libro titulado "Gosses de guerre" (chiquillos de la guerra), Alain Louyot cuenta las reflexiones de un farmacéutico de Beyrouth-Ouest que éste le confiaba en 1982: "muchos de mis clientes son jóvenes adolescentes de 15 años, que vienen a comprar su caja de valium o de librium, tan naturalmente como un hamburger en el restaurante de la esquina.

Actualmente, la toxicomanía se ha desarrollado en regiones como la Bekaa, tradicionalmente productoras, pero no consumidoras. Se han instalado fumaderías de todo tipo. El número de heroinómanos se ha multiplicado y ha habido jóvenes que han encontrado así la muerte. Este fenómeno ha convulsionado las estructuras de esta sociedad y provocado un debilitamiento de la autoridad parental.

Respecto a los cultivos de cannabis y de amapola, como ya se ha dicho, la ausencia de control por parte del Estado, de las regiones productoras, desde siempre abandonadas por Beirut, hizo que éstos fueran aumentando con la guerra, conduciendo a la población local a encontrar en la droga, una fuente de ingresos.

En este sentido, solo un restablecimiento de la autoridad del Estado, permitiría implementar un verdadero desarrollo planificado, financiar con fondos públicos los cultivos de sustitución, reprimir el tráfico, etc...

En el día de hoy, es demasiada la gente en el Líbano que vive o saca provecho de la producción y del comercio de estupefacientes, en un clima de anarquía total, como para que la situación pueda mejorar. Las fuerzas políticas y militares, libanesas o extranjeras que manejan lo esencial del país, forman parte de los principales beneficiarios del tráfico de droga. Los Estados que sostienen las diferentes milicias libanesas prefieren a menudo facilitar el comercio de estupefacientes, que financia la compra de armas de estas milicias, que de desembolzar sumas considerables y recortar así su propio presupuesto.

Por su parte, las milicias, que para justificar su existencia y su poder, invocan fácilmente la protección de la población civil o la defensa de ideales religiosos, "olvidan" estos generosos principios para financiar sus gastos de guerra.

La droga es un flagelo, pero es también en el Líbano, en guerra desde hace 15 años, el medio más seguro de hacer fortuna.


EL ÁFRICA SUB-SAHARIANA Y LA DROGA

A. Daffé. Perspectivas Francia-Sahel.

El África Negra, evoca en nuestros días, a la mayor parte de los habitantes del Bloque Occidental, la sequía, el hambre, la enfermedad, una deuda inextricable... en suma, todos los ingredientes de un sub-desarrollo difícil de solucionar.

Esta África de la pobreza, es hoy objeto de numerosas tentativas de saneamiento económico dictadas del exterior. Expertos y otras instituciones internacionales, en todas las etapas de la economía, preconizan remedios, ya sea a dosis homeopáticas, o a dosis enérgicas, para sacarla del abismo.

Pero talvés esto sea subestimar la sabia alquimia de los intercambios, que el Norte ha perfeccionado durante muchas décadas, y que ha conducido a la repartición del mundo en dos campos: un Norte rico con su industria, su tecnología de punta, su super-producción agro-alimentaria, frente al Sur agotado, super-endeudado y hambriento, pero que no por esto deja de ser, curiosamente, el proveedor de la mayor parte de las materias primas,

Todos estos males del Sur, de los cuáles el más endémico es la deuda, han contribuido a fragilizar las economías, y sobretodo, a acentuar la fragilidad de los Gobiernos.

Es entonces, frente a una pauperización que no se termina nunca, que son adoptadas soluciones ligeras y a veces peligrosas, inspiradas por los "señores" de la industria, por grandes firmas internacionales o por los poderes económicos de los países desarrollados.

Así, a cambio de financias, ciertos países, entre los cuales Guinea Bissau, Guinea Conakry, Nigeria, han acceptado transformarse en basurales para los desechos tóxicos de Occidente. A partir de ésto, es legítimo preguntarse si los narcodólares no pueden abrir ampliamente las puertas entreabiertas de estos países que buscan una una tregua financiera para sus economías desfallecientes.

Drogras y desestructuración social

Durante mucho tiempo en Africa solo existieron, aparte del cannabis (chanvre indien = cáñamo indio), drogas vegetales conocidas solamente por los brujos y curanderos, que guardaban celosamente el secreto y las utilizaban exclusivamente en ocasiones tales como ceremonias de culto, lo que no presentaba ningún aspecto alarmante. En nuestros días, se han desarrollado ciertos comportamientos,-a manera de mimetismos del Occidente-, que han tenido como efecto, la desestructuración de la base social negro-africana y la distorsión de los valores tradicionales. Las reuniones de las tardes en la concesión, donde los Ancianos, a los que se les llamaba "nuestras bibliotecas", elogiaban a través de sus historias, las virtudes del cuerpo y del espíritu sanos, del trabajo honrado y del coraje, no han podido resistir al ataque del modernismo. Nuestros campos y nuestras selvas, se han vuelto muy rápidamente permeables a los clichés de los países industrializados. La "modernización" ha ganado todas las capas sociales sin respetar ninguna tregua transitoria, indispensable, sin embargo a las adaptaciones inteligentes.

Al deseo de parecerse al otro, vinieron a sumarse otros fenómenos incontrolables -sequía, insuficiencia de alimentos, éxodo económico- que han tenido como consecuencias la sobrepoblacion de las ciudades y la multiplicación de los ghettos. Dakar en Senegal, capital concebida para 500.000 habitantes, abriga el doble; Nuakchott, en Mauritania, cuenta con el tercio de la población total del país; Abidján en Costa de Marfil, abriga una verdadera fauna humana en el barrio de Treichville. Ninguna capital africana escapa a este fenómeno en constante progresión, que encuentra un gran aliado en una demografía galopante, de la cual Nigeria constituye la ilustración más alarmante: 84 millones de habitantes en 1984, 120 millones en 1988. Estos hormigueros humanos engendran una promiscuidad increíble, tráficos de todo tipo, y una criminalidad difícil de contener.

En estas nuevas megápolis africanas, la "desenvoltura", sinónimo de sobrevivencia, se vuelve rápidamente la regla principal. Es generalmente en ese mundo de desheredados, que las drogas y las enfermedades sexualmente transmisibles y poco controlables, -entre las cuales el SIDA-, hacen los mayores estragos.

Qué drogas, en África

Si no existe aún inquietud, sobre el uso de la heroína, del crack o del opio, sería sin embargo erróneo pensar que en África no se utiliza sino drogas tipo cannabis, psicotrópicos, anfetaminas u otras drogas lícitas como el tabaco y el alcohol, que las multinacionales, a costa de publicidad, imponen a las poblaciones.

El África Sub-Sahariana está, en efecto, cada vez más librada a las drogas "duras", por las cuáles la red nigeriana es bien conocida: heroína, crack, opio, transitan desde el Líbano, América y Asia por este "gigante" del África del Oeste, antes de pasar á los países periféricos, principalmente la Costa de Marfil, económicamente el más fuerte.

También hay que tomar en cuentas el "barbiturismo", uno de los aspectos más expandidos de la toxicomanía y el más accesible a los pequeños "bolsillos": absorción de varios comprimidos de anfetaminas, psicotrópicos, o barbitúricos vendidos a la unidad en los mercados, en la calle, o de puerta a puerta, por vendedores ambulantes. El uso de estos productos se acompaña, en 70% de los casos, de consumo de bebidas alcohólicas, y crea rápidamente una dependencia tan violenta como la de las drogas "duras".

Esta nueva forma de toxicomanía presenta la peligrosa ventaja de ser totalmente ignorada por las diferentes legislaciones africanas, y de no provocar ninguna medida represiva.

La proveniencia de estos productos es sin embargo conocida: los laboratorios europeos, las colectas de medicamentos de los trabajadores emigrados y, principalmente la India, vía Nigeria.

Sin embargo, no es un secreto para nadie, que la droga más expandida, producida localmente, es el cannabis que, bajo apelaciones diferentes, es consumida por un joven sobre 20 en las grandes capitales: "Yamba" o "Niakh" en Senegal, "Diaga" o "Dope" en Gambia, "Lopito" en Ghana, es cultivado por un campesino sobre 50 y comerciado clandestinamente en un 50% en los países productores, 40% enviada por vía marítima hacia los países occidentales, por toda una cadena de complicidades difíciles a remontar; solo 10% son embargadas por los servicios de la policía y de aduanas.

Si África es conocida por su producción de cannabis, no habría que sorprenderse del desarrollo de nuevos polos de producción de coca en algunas de sus regiones sub-ecuatoriales. Experimentaciones de carácter estrictamente científico han demostrado que este vegetal podría muy bien ser cultivado, con un rendimiento ligeramente, inferior, si no igual, al de los países de América Latina. Aquí se plantea la toma de medidas orientadas a prevenir una transferencia de los polos de producción desde América hacia África.

Alternativas y prevensión

Ningún cultivo lícito puede sustituir económicamente los cultivos ilícitos de drogas. El campesino del Tercer Mundo, confrontado por una parte a la baja casi permanente de los precios de los productos agrícolas -café, cacao y otros cultivos de renta,- y por otra parte a las interpelaciones cada vez mas fuertes de una sociedad de consumo que ha venido a instalarse en su país, ve difícilmente -a pesar de los riesgos de represión-, la posibilidad de reconversión hacia una produción agrícola licita. Incluso si él no es el principal beneficiario, su producción de cannabis ha multiplicado por 10 a 20 su ingreso anterior.

El ejemplo de la zona saheliana ilustra bien esta diferencia: el campesino senegalés gana anualmente 800 FF en promedio, el burkinés y el maliano, entre 450 FF y 600 FF, mientras que por una cuarta parte del tiempo de trabajo, sobre una superficie 5 veces más pequeña, el campesino productor de cannabis multiplica esta ganancia al menos por 10. La tentación es demasiado fuerte cuando se tiene a cargo una familia numerosa (10 a 15 personas, en general).

Parece entonces evidente, que las reflexiones sobre los cultivos, alternativos deben tener en cuenta estos datos socio-económicos. Los aparatos represivos no pueden, ellos solos, aportar una solución. Esta debe ser mas bien de orden macro-económico y no puede obtenerse sino a través de un reequilibrio de los términos del intercambio.

Es importante de no perder de vista estos grandes principios en la lucha cotidiana contra la toxicomanía, estableciendo proyectos-programas regionales de actividades de sustitución (agrícolas, artesanales u otros) que serán los únicos capaces de reducir progresivamente la producción de amapola, coca o cannabis.

Es también evidente que es indispensable una legislación adaptada, tanto en lo que concierne al "barbiturismo", como a las drogas vegetales. Esta no puede ser la misma en todas partes, y debe, ella también, tomar en cuenta los factores socio-económicos propios a cada medio. Si en Francia, ciertas proposiciones tienden a hacer admitir la legalización de drogas de tipo "dulce", siguiendo el ejemplo de los Países Bajos y de España, no hay que perder de vista las consecuencias que tal medida, insuficientemente controlada, podría tener sobre los países productores: muchas tierras serían convertidas a la producción de drogas, en detrimento de los cultivos de alimentos de auto-subsistencia.

Debate de síntesis.

R. RUMRILL:

Tenemos que estar conscientes de que no es posible resolver el problema de la droga, sin un acuerdo político internacional, ni sin la ayuda económica que se derivaría de este acuerdo. Por otra parte, es igualmente indispensable de llegar a un acuerdo en el seno de la sociedad civil y de los partidos políticos en los países concernidos. Por el momento, el Gobierno no implementa ninguna política concreta en la materia. Jamás el Estado peruano ha considerado al campesino como un interlocutor, en circunstancias de que ésta, es una condición sine qua non, para llegar a una solución negociada.

Desde el punto de vista de la cooperación internacional, se debe igualmente ser muy crítico, pues los fondos consagrados son extremadamente restringidos en relación a la amplitud del problema.

C. VILLANUEVA

La reunión de hoy nos permite darnos cuenta de que el problema de la droga se plantea de manera muy similar en países tan diferentes como el Líbano, El Asia del Sud-Este o América Latina. Por esto, es muy importante elaborar proposiciones comunes para formar un bloque unido en las negociaciones internacionales.

J.Ph. PLATTEAU

Quisiera terminar esta reunión con una consideración relativa a la perspectiva internacional del problema. Se podría hacer una comparación con el comercio de armas. Lo que los países ricos piden a los países del Tercer Hundo en lo que concierne a la droga, es un poco la misma cosa, que si los países del Tercer Mundo pidieran a los países ricos de dejar de exportar armas. Esto les sería rechazado, pues costaría muy caro a nuestras industrias de armamentos. Existe entonces un problema de precios, que se plantea. Si los países ricos estiman que es importante de dejar de consumir drogas, porque ésta deteriora el estado de salud de su población y que ésto tiene efectos negativos, los países del Tercer Mundo podrían entonces preguntarles "¿qué precio pagan ustedes?". Cuando decimos que no queremos polución, estamos de acuerdo para decir que hay que realizar gastos tecnológicos suplementarios para evitar esta polución. De la misma manera, si se requieren inversiones para la búsqueda de alternativas a la producción de drogas, es lógico, desde un punto de vista económico, que sean los países ricos quienes las pagan.


CAPITULO III

EL ENFOQUE DE LOS DIFERENTES ACTORES DEL DESARROLLO ALTERNATIVO


LA POLITICA DE LA CEE EN MATERIA DE CO-FINANCIAMIENTCO DE PROYECTOS ALTERNATIVOS.

E. Pallis. DG I - H.4-Drugs Sector, Comisión de Comunidades Europeas.

En nombre de la Comisión de Comunidades Europeas, les deseo la bienvenida en sus locales, a los organizadores y a todos los expertos que se han dado cita en Bruselas para el Seminario sobre "Alternativas a los Cultivos Tropicales Ilícitos"

Cada año, la humanidad paga un alto tributo debido al consumo de drogas, sean éstas lícitas, como el tabaco, el alcohol o los tranquilizantes, o ilícitas como la mariguana, heroína, cocaína, y todos los productos psicotrópicos que afectan la "psiquis" del individuo.

En los países industrializados, pero también, y de más en más, en los países en desarrollo, estamos asistiendo a un crecimiento masivo de la adicción a la droga. Y mientras aquellos que están involucrados en la lucha contra la droga, han dado una gran importancia a la prohibición de la producción de sustancias narcóticas para uso ilícito, y al control de su circulación y consumo ilícitos, tanto como a la educación- con la esperanza de que el conocimiento de las consecuencias desastrosas del abuso de drogas iba a disuadir a los consumidores potenciales-, se han asignado recursos inadecuados a los esfuerzos orientados a la eliminación de las causas que inducen a los campesinos a continuar, e incluso a expandir sus cultivos, y a las causas que inducen a los individuos, tanto de los países desarrollados como a los de los países en desarrollo, a recurrir al uso de drogas.

El resultado de la concentración de los esfuerzos destinados a combatir el síntoma más que la causa, o mejor aún, el resultado de no conferir una atención proporcionada a cada uno de los aspectos del problema, está lejos de ser satisfactorio, como lo demuestra el continuo crecimiento del consumo de droga. Porque no hay que olvidar, que el problema de la droga es un problema "multidimensional", y el aislamiento de uno cualquiera de sus aspectos para tratar de darle una solución independientemente de los otros, no logrará el impacto esperado y constituirá, sólo una solución parcial a un problema global. Si las cosas continúan así, parecería, -y yo creo que nadie va a contradecirme- que no hay ninguna posibilidad de detener la evolución y acabar con el problema del abuso de drogas, a menos que las sociedades, especialmente las del mundo industrializado, tengan plena conciencia y se mobilisen contra las causas subyacentes -las raíces del problema, las cuáles, como es cada vez más evidente, deben ser buscadas en el bajo nivel de desarrollo y las malas condiciones de vida de las poblaciones involucradas en la producción y en factores como la pobreza de los marginales y diferentes problemas sociales entre los no marginales, que son aspectos que pueden facilitar el consumo, en el caso de ciudadanos de las sociedades más desarrolladas.

La reunión de Bruselas, resultado de la oportuna iniciativa de un grupo de ONG europeas y realizada gracias a la participación activa de expertos de los países productores, es una excelente oportunidad para examinar el rol que el subdesarrollo de los países productores juega en la epidemia de la droga, y el rol que el desarrollo puede jugar en su erradicación.

Estas discusiones, junto a aquellas que se desarrollan simultáneamente en Estrasburgo y Luxemburgo, van a enriquecer nuestra reflexión sobre un tema que nos concierne a todos, y como la Comisión lo consideró cuando acceptó de respaldar esta iniciativa, contribuirán junto al resto de las acciones de la Campaña Pan-europea, a mejorar el conocimiento que tienen los europeos, de las interrelaciones entre drogas y desarrollo y a redefinir las necesidades y reformular las estrategias para un ataque mas eficaz del problema.

Profundamente concernidos por el alarmante crecimiento de la Drogadicción y el tráfico desde comienzos de la década de los 80, y urgidos por las peticiones, en particular de parte de los países productores, la Comunidad Europea decidió en 1987, lanzar por su propia cuenta, un programa anti-narcótico.

Un programa de control de la droga en favor de los países productores y de los países consumidores desarrollados, basado en una decisión del Consejo de Ministros de los Doce, fué formulado en el contexto de la política general de Cooperación Norte-Sur de la Comunidad. A este programa se asignaron 5,5 millones de ECU en 1987, 5,5 millones de ECU en 1988, y 5,8 millones de ECU en 1989. Él Programa interviene tanto en el dominio de reducción de la demanda, como en el de la reducción de la oferta. No interviene en el dominio de la legislación.

Dos características importantes del programa son: la promoción de la cooperación regional, particularmente en el área de la prevención, y también la cooperación entre ONGs Europeas y locales. Efectivamente, 2/3 de nuestros proyectos están siendo realizados por ONGs.

Las ONG están a menudo estrechamente comprometidas con los estratos más vulnerables de la población, y han adquirido un conocimiento de los mecanismos básicos que pueden mobilizar cada grupo social, lo que indudablemente es esencial en este, tipo de acciones. La capacidad técnica, asociada al conocimiento básico del terreno, garantizan el rol único que las ONG pueden jugar en el dominio, particularmente difícil de la droga.

El Programa de la Comisión ha desarrollado, de manera pragmática, políticas y prioridades que han sido elaboradas, implementadas, eventuálménte adaptadas, en función de las sítuaciones prácticas. El tipo de proyectos elegidos, refleja la convicción de que la lucha contra la droga requiere un planteo orientado al desarrollo, y una estrecha cooperación entre las agencias regionales, nacionales e internacionales.

Durante los dos años de vida del Programa, se han financiado 33 proyectos, de los cuáles 36% en Asia, 45% en América Latina, 13% en la zona del Caribe, y 5% en África. Dos tercios de la ayuda se han destinado acciones de prevención, tratamiento y rehabilitación, y un tercio hacia programas orientados a incentivar cultivos alternativos y/o a limitar los desplazamientos de trabajadores hacia áreas de cultivos ilícitos.

En este, último dominio, la Comunidad ha implementado un programa en Tailandia, uno en Jamaica y 5 en Bolivia.

El proyecto en Tailandia (D-TH/88/13) consiste en una serie de acciones en un área de post-erradicación, orientadas a asegurar un ingreso a través de fuentes alternativas y de mejores condiciones de vida. Es ejecutado por la Autoridad Provincial y el Equipo de Control de Narcóticos. La contribución de la CEE es del orden de 429.000 ECU, (local: 24.000 ECU) El Proyecto en Jamaica (D-JA/88/03) consiste en una serie de acciones, similares a las del proyecto en Tailandia, y está también ubicado en una zona de post-erradicación. Es ejecutado por las autoridades agrarias locales. La contribución de la CEE a este proyecto alcanza 221.700 ECU. (local: 128.870 ECU)

Los proyectos en Bolivia, conocidos en detalle por muchos participantes, son un poco diferentes en sus componentes, aunque todos caen en el mismo dominio -sustitución de cultivos/desarrollo rural- y persiguen los mismos objetivos, es decir, limitar y/o impedir las producciones ilícitas.

  • El primer proyecto (D-BL/87/05, PROCOM) está orientado al desarrollo socio-económico de 4 zonas desfavorecidas, adyacentes a las zonas de producción de coca, y de tres zonas de producción de coca.. El proyecto es ejecutado por un grupo de ONG locales (AIPE, Asociación de Instituciones de Promoción y Educación) (coordinación) y por una ONG belga (SAGO) (seguimiento y evaluación). La contribución de la CEE alcanza 500.000 ECU (total: 1.865.000 ECU)

  • El segundo proyecto en Bolivia (D-BL/87/25, Tarija) está orientado a la creación de oportunidades de empleo para los mineros desempleados, a través de la creación de un sistema de créditos para el establecimiento de empresas manufactureras o semi-industriales, y para la construcción de viviendas. El proyecto es ejecutado por una ONG boliviana (Centro de Comunicación Social) en colaboración con una ONG belga (Fondos para...), y la Universidad ("Juan Missel Saracho" ) de Tarija. La contribución de la CEE es de 189.000 ECU, (local: 33.510 ECU).

  • El tercer proyecto en Bolivia (D-BL/87/24, Totolima) creará condiciones propicias (infraestructura necesaria y actividades agrícolas) en un área de buen potencial de desarrollo, para instalar allí, 50 familias de mineros desempleados. El proyecto es ejecutado por una ONG belga (FOS) en colaboración con una ONG local (CORACA). La contribución de la CEE es de 192.787 ECU, (ONG: 34.020 ECU).

  • El cuarto proyecto (D/BL/87/23, investigaciones sobre el cultivo de la quinoa). El proyecto está orientado a coordinar la investigación sobre la producción de la quínoa, paralelamente con la investigación en alternativas de producción, incluyendo la alimentación para ganado. El proyecto está siendo ejecutado por una ONG belga, en colaboración con una ONG local (ANAPQUI). La contribución de la CEE se eleva a 356.000 ECU (costo total: 653.359 ECU).

  • El quinto proyecto es una participación en el vasto proyecto implementado por FNULAD en el área de los Yungas, y la CEE ha contribuido con 500.000 ECU, en 1987, y 500.000 ECU en 1988, para la parte relativa al desarrollo agro-industrial de este proyecto.

La experiencia de la CEE relativa a la sustitución de cultivos en el dominio de la droga era naturalmente inexistente cuando lanzó su propio programa, en 1987. Careciendo de experiencia propia, la CEE tuvo que apoyarse en experiencias ya adquiridas por otras organizaciones, como por ejemplo el FNULAD, o por instancias individuales. También debió contar, y substancialmente, con la experticia de sus contrapartes, que presentaban proyectos para el co-financiamiento de la CEE. En la mayoría de los casos, estas contrapartes eran ONG.

El programa de la CEE después de 2 años y medio de operación, es aún muy reciente como para haber acumulado resultados mensurables, especialmente en el dominio de la sustitución de cultivos. Aún más, en la medida en que la mayor parte de nuestros programas están todavía en la fase de implementación y que va a pasar un cierto tiempo hasta que los resultados sean visibles. Aventurarse en apreciaciones en esta fase del proceso sería entonces prematuro. Sin embargo, los criterios sobre los cuales la Comisión ha basado sus intervenciones siguen siendo válidos, en la medida en que no sólo los resultados preliminares de nuestros proyectos, sino también el desarrollo en la escena internacional, indican que éstos han sido sensatos y pertinentes.

La Comisión creía, -y sigue creyendo-, que la política de sustitución de cultivos puede tener éxito, sólo en la medida en que todas las intervenciones destinadas a frenar los cultivos ilícitos entran en el marco de un proceso general de desarrollo, que implica medidas que van mucho mas allá de lo puramente agrícola, orientadas al desarrollo de la economía de estas regiones, en su conjunto y de esa manera, integrándolas al proceso de desarrollo normal del país

Debe implementarse una estrategia coordinada, global e internacional, y la ayuda al desarrollo debe dirigirse hacia todos los aspectos del fenómeno de la droga, incluyendo las acciones de salud y educación. El tratamiento y la rehabilitación de los drogadictos, campañas educativas orientadas a frenar la demanda y a informar mejor a los líderes y al público en general, de los países de producción y de tránsito, de los efectos desastrosos que los narcóticos producen en sus sociedades; medidas legislativas para impedir que los traficantes sigan promoviendo la creación de nuevos centros de producción y de nuevos mercados.

Ayudando a demostrar que los narcóticos constituyen un grave problema social, económico, político y de salud para todas las naciones, se puede mejorar las probabilidadés de éxito de una acción conjunta.

Las interrelaciones entre el control del abuso de drogas y el desarrollo socio-económico están muy bien ilustradas en la "declaración dé principios y objetivos" adoptada por la Organización de Estados Americanos en la Conferencia de Río, en abril de 1986, en la cual se declara, que "el desarrollo socio-económico no puede florecer en un contexto en que faltan las condiciones básicas que llevan a la dignidad personal, a la democracia, y a la seguridad del estado".

La Comisión ha respaldado plenamente la declaración citada más arriba, y ha tratado de orientar su asistencia hacia acciones tendientes a rectificar tales situaciones.


CULTIVOS ILICITOS Y COMUNIDADES INDIGENAS EN LA AMAZONIA PERUANA

E. Sabourin. Ingeniero Agrónomo, IRFED, Francia.

1. El cultivo de la coca y las comunidades indígenas peruanas

Solo pocas sociedades indígenas de la Amazonia peruana son tradicionalmente productoras o consumidoras de hojas de coca: las comunidades Yanesha y Ashaninka de la Selva Central, y en menor medida, los grupos de origen andino instalados en Amazonia (Quichua de Ñapo, de San Martin, Lamistas, etc..) comenzaron a consumir la hoja de coca, a partir del momento en que entraron en contacto con las poblaciones mestizas (Bora, Witoto...)

Para el conjunto de las comunidades indígenas que se encuentran en la zona de la llanura amazoniana (Ceja de Selva), igualmente codiciada por los colonos venidos de los Andes y de la Costa, las consecuencias del "boom del oro blanco", son cada vez más preocupantes, e incluso irreversibles. La fiebre de la coca reproduce los mismos problemas que aquéllas que la precedieron: corcho, café, petróleo, maderas, oro o ganado... De hecho, el frente pionero de la "colonización" mestiza, era ya el frente de la coca/cocaína.

Estas consecuencias son particularmente agravadas por la naturaleza de los intereses en juego, la crisis económica sin precedentes y la violencia del contexto. Se puede señalar entre otras:

  • el crecimiento demográfico debido a las migraciones incontroladas, sin relación con las capacidades agrícolas de la zona.

  • La competencia por las tierras agrícolas y los recursos naturales (flora, fauna, ríos), incluso allí donde los grupos indios disponen de territorios legalmente atribuidos por la Ley de las Comunidades Indígenas y de las Tierras de la Selva".

  • La degradación de los eco-sistemas forestales, que se han vuelto muy frágiles por la tala intensiva, la utilización de fertilizantes químicos y de pesticidas, la práctica del monocultivo y de la ganadería extensiva sobre las pendientes que ha traído como consecuencias: una erosión acelerada, deslizamientos de terreno, inundaciones, laterisación, polución de los estratos.

    Antes de que haya sido autorizada oficialmente la utilización de desherbantes para la erradicación de la coca, las organizaciones indígenas habían ya denunciado la contaminación de los suelos, de las capas de agua y de los ríos por los pesticidas y herbicidas utilizados por los colonos (plantadores, ganaderos y fabricantes de cocaína)

  • El proceso de monetarisación (e incluso de dolarización) creciente, a nivel de los trasportes y de los bienes y servicios, incluso locales; la inflación ya galopante, combinada con la especulación de los intermediarios, y la inseguridad reinante, se han traducido en precios de los productos de base de 50% a 400% superiores a los practicados en la capital.

  • Relaciones cada vez más violentas:

    • denunciaciones peligrosas hechas por los colonos, los plantadores y los traficantes contra comunidades y organizaciones indígenas o campesinas (cuya exiistencia misma les molesta), incluso ante las autoridades militares y policiales locales, generalmente poco escrupulosas respecto a los derechos de los indígenas.

    • agresiones caracterizadas: ocupación de tierras indígenas, secuestro de dirigentes indios, desapariciones, etc..

  • Los ataques cometidos contra las comunidades Yanesha y su Federación (acusada de tráfico de coca por los colonos y los verdaderos traficantes locales), son característicos de esta situación. La consecuencia de su reacción no se hizo esperar, en 1988, el secretario general de esta organización fue raptado y mantenido como rehén durante tres meses y medio.

2. Las proposiciones de las comunidades amazónicas.

La Asociación inter-étnica de desarrollo de la Amazonia peruana |2|, reagrupa 18 Organizaciones o Federaciónes de Comunidades Indígenas y lucha desde hace 10 años por la defensa de los derechos de estas comunidades y por la prommoción de alternativas de desarrollo viables, adaptadas a las condiciones ecológicas de la Amazonia y a los sistemas socio-económicos indios.

En el seno del Consejo Unitario Nacional Agrario (CUNA), AIDESEP contribuye a la reflexión sobre el problema de la colonización de las tierras amazónicas, del desarrollo de los cultivos de coca con fines ilegales, y de las consecuencias sociales y ecológicas de la extensión de la producción y del tráfico, cada vez mas ligados a los movimientos subversivos.

En lo relativo al tráfico de cocaína y al desarrollo de los cultivos de coca, AIDESEP estima que las raíces del problema residen en la demanda de los países consumidores (esencialmente USA y Europa) y en contexto social regional y nacional. Es entonces inútil tratar de resolver el problema con prioridad, e incluso específicamente, a nivel de la producción de hojas de coca. La política de erradicación/sustitución defendida por USA qué constituye el más importante mercado de cocaína del mundo (y el primer país consumidor), es jusgada tendenciosa e ineficaz. Los representantes de AIDESEP explican que las comunidades indígenas en su mayoría, no cultivan (ni consumen) las hojas de coca. Son los plantadores mestizos venidos de la costa o de la Sierra los que han desarrollado este cultivo en condiciones ilegales en Amazonia.

"Si los gobiernos occidentales (norteamericano y europeos), están verdaderamente interesados en resolver el problema de la toxicomanía provocada por la cocaína", explica AIDESEP, "deberían comprar la cocaína farmacéutica y las hojas de coca legales o sus derivados, a un precio competitivo a los países productores. Son los productores y los diferentes estados concernidos, quienes deben organizarse (Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador)". AIDESEP propone realizar el debate a nivel de la Coordinación de las Organizaciones Indígenas de los países del Pacto Amazónico |3| (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela, Surinam), en la medida en que tales medidas no pueden ser eficaces si no son implementadas paralelamente en los principales países productores (Bolivia, Colombia, Perú).

Concretamente, AIDESEP interviene en cuanto a la promoción de alternativas en este dominio a nivel de dos programas:

  • El programa de defensa legal de las tierras y recursos naturales:

    • apoyo jurídico y administrativo.

    • Información y formación de responsables comunales y regionales de los comités de defensa de las tierras y del medio ambiente natural.

    • Creación de Comités de Defensa de las Tierras y del Medió Ambiente Natural en cada comunidad y organización indígenas.

  • El programa de promoción económica: en particular con las acciones de Apoyo al Desarrollo de Alternativas Agrarias y de Horticultura Integradas y el proyecto HIFCO |4| que se propone experimentar alternativas ecológicas de agricultura, horticultura y ganadería amazónicas y de difundir los resultados a través de acciones de formación y de divulgación. La experiencia y la práctica, tanto a nivel agronómico como pedagógico, y los resultados técnicos obtenidos por este proyecto, desde hace tres años, permiten establecer las bases técnicas y económicas de alternativas de producción integradas al medio ambiente amazónico. Estos resultados son interesantes para la elaboración y la difusión de sistemas de producción alternativos, (incluyendo las alternativas a la producción de coca), a pesar de que AIDESEP, por vocación, hasta el momento asegura la difusión, en prioridad, en las comunidades indígenas amazónicas.

Estas experiencias serían muy positivas, si pudieran ser "valorizadas" a través de un verdadero programa de "investigación-formación-desarrollo" en medio amazónico, capaz de mobilizar la colaboración de otros interlocutores gubernamentales o civiles. Un apoyo científico, técnico y financiero simple y adecuado, sería necesario durante los primeros años |5|.


ANEXO 1

-AIDESEP-
(Asociación Interétnica de Desarrollo de la Amazonia Peruana)

El desafio de las Comunidades Indígenas Amazónicas.

La Ley de las Comunidades Indígenas y Tierras de la Selva (1974) resultado de la reforma peruana de 1968, reconoce a las comunidades aborígenes amazónicas una territorialidad india, a través de la atribución de tierras comunales: es decir, la autonomía jurídica, la inalienabilidad de las poseciones colectivas y los derechos de uso sobre los recursos. A pesar del carácter productivista, y los objetivos de integración a la economía nacional de esta ley, las comunidades étnicas peruanas han adoptado y utilizado su reglamentación, para protegerse de la antigua legislación y de las practicas coloniales etnocidas de la sociedad occidental. Estas han sabido adaptar sus modos de vida a las nuevas condiciones administrativas y socio-económicas derivadas de la penetración blanca y de la adquisición de nuevas tecnologías (educación bi-lingüe, salud, motor fuera de borda, etc..)

Con el amparo de la ley, que vino a marcar una frontera en el sistema, las Comunidades Indígenas de la Amazonia Peruana han sabido consolidar una territorialidad económica, étnica y autónoma, resultado de la confrontación entre el derecho peruano y el derecho indio.

Desde el punto de vista organizacional, estas comunidades están formadas por unidades familiares generalmente sedentarias, reagrupadas en torno a una escuela bi-lingüe.y a un centro de Salud, y dotadas de autoridades locales y tradicionales elegidas... Son estas autoridades locales las que pueden constituir una representación étnica: consejo indígena, asociación o federación de comunidades, para tratar sobre las condiciones de desarrollo en relación con la Sociedad Nacional. La actualización de este poder indígena, se ha traducido en la creación del Consejo Aguaruna y Huambisa (1977), de la Central de Comunidades Ashaninkas de la Selva Central (1979), de las Federaciones de Comunidades Shipibo del Ucayali (1984), de la Federación Cocamilla (1985), etc.. Estas federaciones u organizaciones de base regionales, étnicas o pluri-étnicas han establecido contactos directos, para el financiamiento de becas de estudios, de acciones de desarrollo de infraestructuras y para la obtención de apoyo técnico en lo que se refiere a las operaciones de ayuda a la comercialización, o a la produccción agrícola (ver anexo 1)

En los hechos, lo esencial de las dificultades reside en la contradicción entre el sistema económico indígena fundado sobre relaciones de reciprocidad comunitaria y de redistribución colectiva, y el sistema nacional en donde las relaciones de reciprocidad están dominadas por las del intercambio mercantil y la competencia.

Ha sido con el fin de defender sus intereses comunes, sus derechos (a la tierra, a la cultura, a la salud comunitarias, etc...); y de "resolver sus dificultades a nivel del choque de estas dos prácticas, que las organizaciones étnicas han creado AIDESEP, y han establecido un conjunto de programas de desarrollo.

Ellos se apoyan especialmente en (educación, formación profesional reglas de la economía de cambio, (abogados, economistas, agrónomos, la adquisición de nuevas técnicas y técnica), y toman en cuenta las a través del recurso a técnicos médicos, pedagogos).

Así tratan de adaptarse y de definir su propio desarrollo fundado sobre la valorización de los propios recursos naturales, materiales y humanos), guiado por una dinámica de resistencia y de apertura:

  • extensión de la reciprocidad inter-étnica

  • generalización de la redistribución de los conocimientos y de las riquezas, incluso hacia las poblaciones locales mestizas o indias de los Andes.

Para negociar la articulación de su propio sistema de desarrollo con el sistema nacional, y proponer alternativas regionales reproducibles, AIDESEP y las organizaciones de base que la constituyen, han elaborado un plan de acción que sigue dos ejes principales:

  1. la defensa de los derechos de las comunidades ya reconocidos por la legislación peruana, pero raramente aplicados: derecho a la tierra, a la salud, a la educación, al control de los recursos de sus territorios, acceso a las infraestructuras públicas, al crédito, a los medios de comunicación.

  2. la reivindicación y la organización de las comunicaciones y alianzas con las organizaciones campesinas y populares del país y las organizaciones indígenas de los países vecinos (creación de la Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, COICA).

AIDESEP ha emprendido un programa de apoyo al desarrollo regional:

  • Una descentralización de las acciones a partir de polos regionales.

  • El refuerzo de los programas de desarrollo a través del contrato de profesionales de planta (abogados, médicos, administradores, economistas, agrónomos, pedagogos, etc...).

  • El desarrollo de programas de educación, de becas de estudios, y la organización de cursos de formación profesional, de seminarios regionales con el apoyo de Instituciones nacionales (Universidades, etc..) e internacionales (acuerdos con la OIT y ONG).

  • La negociación y la firma de acuerdos y convenciones con las Instituciones Nacionales: Agricultura (regiones agrarias), Salud, Educación (proyectos de educación bi-lingüe), etc.. .

Sigue existiendo, sin embargo, un obstáculo a una verdadera articulación entre los dos sistemas: mientras el sistema social y económico dominante, el de la economía de mercado es bien conocido, o más aún, impuesto, los sistemas de valores y la lógica socio-económica de las etnias amazónicas sólo son concocidos por ellas mismas, y prácticamente no han encontrado una formulación en lenguage occidental. Las negociaciones se ven a menudo distorsionadas, la mayor parte del tiempo en prejuicio de las comunidades, las que, no pudiendo dar a concocer las reglas de su sistema, se ven obligadas a acceptar o a respaldar proyectos ligados al sistema occidental o neo-colonial. Se observan los fenómenos clásicos de "auto-colonizacion" típicos de muchos procesos de independencia o de autonomía de los pueblos del Surque no han sabido formular a tiempo su propio proyecto de sociedad, en función de sus propias leyes.

Conscientes de este problema, los dirigentes de la AIDESEP y de las federaciones trabajan sobre el problema de la transcripción de las reglas económicas y de los valores étnicos (el nombre, el prestigio,las relaciones económicas y sociales de reciprocidad, la solidaridad, la ayuda mutua)m y sobretodo de los nodos de formación del valor, y de los sistemas de equivalencia (precios, usos y modos de comercialización internos a cada sociedad). Este programa, debería contribuir así a la formulación de verdaderos planes de desarrollo interétnico, -en el caso de AIDESEP- específicos a cada etnia o grupo de etnias vecinas en el caso de las organizaciones regionales.


ANEXO 2

ORGANIZACIONES INDÍGENAS DE AMAZONIA PERUANA

Grupos principales NOMBRE LOCALIZACIÓN
 
Aguaruna Organización Central de Comunidades Aguarunas del Alto Maranon (OCCAAM) Chinaco, Maranon
Aguaruna Organización Aguaruna del Alto Mayo (OAAM) Alto Mayo
Aguaruna Organización Nativa Aguaruna de la Provincia del Alto Amazonas (ONAPAA) Alto Amazonas
Aguaruna Federación de Comunidades Nativas del Nieva (FECONARIN) Nieva
Aguaruna Organización Aguaruna Ijumbau Chapi Shivag Maranon
Aguaruna y Huambisa Consejo Aguaruna y Huambisa (CAH) Maranon. Santiago. Cenepa
Aguaruna/Achual Federación de Comunidades Nativas del Distrito de Cahuapanas (FECONADIC) Distrito Cahuapanas. Río Potro-Apaga
Achual Organización Achual Chayat (ORACH) Morona. Pastaza
Achual Organización Morona-Shuara-Senchiri-Iruhtramu Río Morona
Achual Achuarti Iruntramu (ATI) Huitoyacumanchari
Achual Murato Jibaro Federación de Comunidades Nativas del Corrientes (FEDECONAC) Corrientes
Ashaninca Federación de Comunidades Nativas Campa (FECONACA) Satipo. Perene
Ashaninca Organización Campa-Ashaninca del Rio Ene (OCARE) Ene
Ashaninca Central Ashaninca dei Rio Tambo (CART) Tambo
Ashaninca Asociación de Comunidades Nativas del Pichis (ACONAP) Pichis
Nomatsiguenga Consejo de Gobierno de Comunidades Nativas Nomatsiguengas y Ashaninca de Pangoa(CGCNP) Satipo Sonomoro
Bora/Huitoto Federación de Comunidades Nativas del Río Ampiyacu (PICONA) Ampiyacu
Bora/Huitoto, Orejón Federación Macapae Putumayo
Cocama Cocamilla Federación de Comunidades Cocamilla del Bajo Huallaga (FEDECOCA) Bajo Huallaga
Huitoto Federación de Comunidades Nativas del Putumayo (FECONAPU) Putumayo
Kichua Federación de Comunidades Nativas y Vampesinas del Medio Napo (FECONACAMN) Napo
Kichua Wangurina Federación de Comunidades del Bajo Amazonas y Bajo Napo (FECONABABAN) Napo
Kichua Organización Kicírwaruna Wangurina (ORKIWAN) Napo
Machiguenga Central de Comunidades Nativas Machiguengas "Juan Santos Atahualpa" (CECONAMA) Urubamba
Machiguenga Federación de Comunidades Nativas Machiguengas del Alto Urubamba y Yavero (FECONAUY) Urubamba Y Yavero
Wachipaeri. Machiguenga. Ese'eja Amarakaeri Federación Nativa de Madre de Dios (FENAMAD) Madre de Dios y Afluentes
Piro Federación de Comunidades Nativas Piro del Rio Urubamba "Guillermo Sangama Cushichinari" (FECONAYY) Urubamba
Shipibo-Conibo Federación de Comunidades Nativas del Ucayali (FECONAU) Ucayali y Afluentes
Yanesha Federación de Comunidades Nativas Yanesha (FECONAYA) Palcazu. Pichis. Villa Rica.

El enfoque del PROCOM

H. Yan Hoccke. Bolivia Centrum. Anvers. Belgique

Las actividades del PROCOM comenzaron a desarollarse en el mes de enero de 1988, al termino de un ano y medio de preparaciones. La gestión tendría que terminarse en diciembre del mencionado ano. Lamentablemente no fue asi. En los hechos, el ano no ha durado 12 sino 18 meses, por motivos que en seguida voy a comentar. Al termino de estos 18 meses, podemos decir que los resultados parciales han sido alentadores por una parte, insuficientes por otra parte. En lo concreto, los 7 centros del inicio ahora se han convertido en 8; 5 de ellos han sido bien lanzados, mientras que 1 es muy problemático, y otros 2 temporalmente vamos a congelar. Siendo este el panorama global hasta la fecha, quiero limitarme hacia algunas observaciones los que salen de nuestra experiencia vivida, pero que de igual manera pueden servir para los fines de esta reunión. Se trata de los siguientos tres :

  1. Hay que destacar el carácter nuevo que estamos dando a la cooperación, el "partnership" entre los sectores bolivianos y los sectores europeos. El programa dispone de 4 componentes: los componentes I, II y III (Dirección General, Investigación y el sector operativo) son bolivianos: el componente IV (seguimiento externo) es europeo. Cada componente tiene su propia responsabilidad dentro del conjunto. El c.IV no tiene el control absoluto, ni todos los poderes, sino participa como los otros en la iniciativa, con sus propias tareas. La evaluación que incluye no es evaluación rígida, sino una prolongada asistencia técnica externa. Nos parece que de esta manera estamos generando una verdadera y ademas honesta forma de cooperación, hecho que nos parcece digno de mencionar.

  2. Del lado boliviano, se constata que pensar en un programa conjunto en el que participan varias ONG nacionales, ubicadas en divergentes regiones del territorio, es algo nuevo y, de ahi, difícil. La tendencia natural de muchas ONGs. por una serie de motivos, es de aislarse, de no tener mas interés que para sus propias realizaciones El intercambio de experiancias no es costumbre, el participar en fondos comunes tampoco (En el fondo no hay por que censurar a las ONGs bolivianos porque cuchas ONGs europeas, las financiadoras hacen lo mismo) Pero si queremos y lo queremos, que este programa aporte a una mayor cohesión del sector campesino, si queremos que el Procom realize en un futuro cercano o lejano su desafio principal, su razón de ser, o sea la articulación de una economia campesina propia, tenemos que esforzarnos continuamente a superar este peligro a no permitir que se diluya esta interacción a nivel nacional Siempre digo que si el PROCOM no significa nada mas qué la suma de los centros lo considero como un fracaso En tal caso, su significación para el sector agrario en Bolivia seria minimal

  3. Del lado europeo, existe también un problema grave talvez mas grave que lo anterior Al inicio he mencionado el hecho que a la gestión tuvimos que darla una curación de 18 meses en vez de 12. Contrariamente a lo que se podría pensar, esta vez no fue culpa de los bolivianos Les voy a dar algunos datos secos La gestión tuvo que ejercitarse en el curso del ano 1988 A mitad de este ano a los seis meses, solamente 33% de los fondos fueron disponibles, a fines del ano solamente 45%, a mitad de 1989 al termino de la prolongada gestión 72%. Al momento (ojala que venga) del desembolso completo, llegamos a 90%. Que significa esto? Significa que la atrasada disponibilidad de fondos causa un atraso simultaneo de las actividades del valor de 50 hasta 100%. La pregunta crucial en este respecto es si la prolongada acumulación de atrasos al final no va a perjudicar la iniciativa de tal manera, que su impacto queda totalmente anihilado

Si bien es cierto que en la cooperación se elogia muchísimo el trabajo de las ONG's, por ser confiable, por el serio con que manejan las cosas, en vez de facilitarles el trabajo las burocracias parecen poner exigencias casi insuperables.

Mi pregunta al respecto es, pensando en la gran tarea que anhelamos, si no podemos terminar pensando únicamente en proyectos, en vez de pensar en politicas y programas. Si no pensamos en programas amplios y durables, nuestros esfuerzos corren el riesgo de diluirse. Mi pregunta entonces es, si no podemos buscar sistemas que establezcan un paralelismo mucho mas estrecho entre el trabajo en el terreno y las necesarias exigencias de un buen seguimiento administrativo. En el fondo, no estoy haciendo otra cosa que repetir lo que ya he propungnado en el seminario de 1987, pero estoy convencido de que esto es la única posibilidad de salir victoriosos del presente desafio.


LOS PROYECTOS REGIONALES EN BOLIVIA

G. Karlshausen. Responsable para América Latina, Frere des Hommes, Bruselas, Bélgica

Con el fin de dar al pueblo boliviano las posibilidades de mejorar su nivel de vida y en esta medida, de limitar el interés que representa el cultivo de la coca, diferentes iniciativas han nacido, en el marco de los sindicatos rurales, de las ONG locales y/ó extranjeras.

Una parte de estas iniciativas consiste en permitir a las poblaciones más desfavorecidas (mineros desempleados, campesinos sin tierras, minifundistas...) de reinstalarse en tierras que ellos podrían valorizar. Pero al lado de estos programas llamados de colonización, existen también numerosos proyectos económicos orientados a mejorar las condiciones de las poblaciones rurales, allí en los lugares en donde éstas se encuentran.

Tomaremos aquí dos ejemplos: el proyecto sostenido por FOS en Tarija, y el proyecto sostenido por "Freres des Hommes" en la región de los Yungas de la Paz.

  1. El proyecto de Tarija pretende implementar una línea de crédito para ex-mineros sin empleo en una región fronteriza en dónde la economía de contrabando está fuertemente implantada, y dónde, por otro lado, los cultivos de coca están en plena expansión. El programa se orienta entonces a favorecer la creación de empleos fuera de las economías paralelas del contrabando y de la droga. Dirigido por una asociación local, el Centro de Comunicación Social, el proyecto propone un sistema de crédito alternativo para el desarrollo de actividades productivas (micro empresas artesanales o semi-industriales), comerciales, de servicios (reparación) o de construcción (habitat). La concesión del crédito se acompaña de actividades de formación y de consejo a los exmineros. El dinero es prestado -después del estudio de factibilidad de las demandas- a una tasa de interés inferior a la tasa comercial. El proyecto se propone otorgar entre 150 y 230 créditos, cón la espectativa de que esto se traduzca en la creación de 80 empleos estables.

  2. El proyecto de los Yungas persigue objetivos estrechamente ligados:

    • reforzar la capacidad de gestión de las organizaciones campesinas en el marco de la federación de Irupana.

    • elevar el nivel de vida de los agricultores de esta zona, que produce tradicionalmente la coca, favoreciendo una comercialización más eficaz del café.

Después de la coca, el café es en efecto el cultivo más rentable de la región. Pero la presencia de intermediarios, la atomización de los campesinos frente a un mercado del cual ellos no manejan ninguna variable, y en general, la mediocre calidad de la producción limitan seriamente su interés.

El proyecto es administrado por CORACA Irupana y organizado con la ayuda de una ONG local, Qhana. Consiste en favorecer una comercialización colectiva del café, que en 3 años debería incorporar a 1.000 productores de la zona. Para ello, se ha previsto un fondo rotativo que asegura ciertas garantías de precios a los campesinos, y la organización de un Centro de Colecta que permita reunir, secar y condicionar el café, colectivamente. A más largo plazo, el proyecto se propone también lograr que la exportación del café sea hecha directamente por CORACA, realizando localmente las fases suplementarias de su transformación. También se espera que, motivado por la llegada de ingresos suplementarios, el agricultor se preocupará de mejorar la calidad de la producción. Para ésto, el proyecto comprende una acción importante de formación y asesoramiento técnico. Se ha asociado, especialmente con este fin, a un almacén de insumos agrícolas y cuenta con el apoyo técnico de un agrónomo.

Limites de estos proyectos

Los dos programas presentados no pretenden, evidentemente substituir en gran escala los cultivos de coca existentes, por otras actividades económicas. Se trata sobretodo de micro-realizaciones que tienen como objetivo frenar el desarrollo del cultivo de la coca, respetando el lugar que ésta tiene en la vida y la economía tradicional de la región. Es por esta razón, que los aspectos educativos de estos proyectos son importantes.

A nivel económico, estos proyectos son micro-realizaciones que participan junto a otras iniciativas, a la reactivación de un contexto económico, sobre el cual las poblaciones y sus organizaciones deben guardar el control. Esto no quita nada a las dificultades que ellos pueden encontrar. En el caso de la comercialización del café, éstas dependen de las fluctuaciones de los precios de este producto en el mercado mundial. Una acción a este nivel, como la ha pedido el Presidente colombiano, es, por lo tanto, también necesaria. Otra dificultad, proviene del carácter tradicionalmente individualista de los pequeños productores, quiénes, frente a las oscilaciones de las operaciones de comercialización conjuntas, se ven rápidamente tentados a replegarse sobre sí mismos y pierden confianza en las estructuras que les acompañan. (CORACA, Qhana).

En el marco del proyecto de Tarija se presenta una dificultad similar, pero a un nivel más elevado: en efecto, el grupo visado (los antiguos mineros) no es muy organizado y no representa un interlocutor estructurado. Por otra parte, la tendencia de este tipo de población esde estar más interesados en los proyectos de servicios, que en los proyectos productivos.

En fin, otra dificultad proviene de la existencia de otros programas de este tipo, que exigen de los participantes un nivel de compromiso personal netamente inferior.


DESARROLLO RURAL EN TOTOLIMA, BOLIVIA

C. Michiels. Fondo de Cooperación para el Desarrollo, Bruselas, Bélgica

Introducción

En los últimos dos días, hemos escuchado hablar de proyectos de alrededor de 50 millones de dólares, de la posibilidad de comprar la producción total de hojas de coca para prevenir la transformación de la coca en cocaína....Yo hablaré de dos proyectos que, juntos, no alcanzan a costar 500.000 dólares. Nosotros estamos muy concientes que no vamos a resolver nada con tan limitados montos de dinero, y que en relación con los problemas que se desea atacar, los proyectos son, si ustedes me permiten la expresión, cacahuetes. Aquí nuevamente, las ONG, como de costumbre, dejan caer solo unas gotas sobre platos calientes. Es sin embargo, más importante para nosotros, que estos proyectos abran nuevas líneas de reflexión, que ellos puedan ofrecer nuevos elementos y de esta manera contribuir al debate constructivamente.

Sin embargo, debe quedar claro que nosotros consideramos estos proyectos como empresas comerciales y que haremos todos los esfuerzos necesarios para que tengan éxito.

Los dos proyectos de que se trata, están financiados, con la cooperación de la C.E., por dos ONG diferentes, El Fondo de Cooperación para el Desarrollo (FOS), y "Fréres des Hommes", pero ambos tienen los mismos objetivos, están situados en la misma zona, e implementados por el mismo organismo, CORACA, aunque por diferentes Centros. Yo hablaré principalmente del proyecto Totolima, aunque en general, las mismas consideraciones son válidas para el proyecto Apopaya.

Los antecedentes

En 1986, CORACA (Corporación Agropecuaria Campesina) elaboró un programa para colonizar o, usando un término más neutro, para desarrollar comunidades rurales en una zona al Norte de Cochabamba, en el valle de Totolima.

La concepción del proyecto nació de la preocupación del Movimiento Campesino de Cochabamba, de que un día, el constante flujo de inmigrantes desde el Altiplano iba a aumentar la presión sobre la tierra disponible, y provocar conflictos entre los inmigrantes y la población campesina originaria de la región.

Como ustedes saben, el gobierno anterior del MNR-ADN, "relocalizó" 25.000 mineros, a través del cierre de las minas. Las familias de los mineros emigraron principalmente a La Paz, que, como todas las capitales, ejerce una cierta atracción, a Tarija por su clima y sus posibilidades, a Santa Cruz, la metrópolis económica del Este, y a Cochabamba, la puerta hacia los campos de coca del Chapare.

Los objetivos.

Los objetivos finales de los proyectos son de ofrecer una alternativa económicamente viable, en el caso de Totolima, a 200 familias de ex-mineros, quiénes de otra manera, probablemente migrarían hacia centros de cultivo de coca, para tratar de encontrar una forma de ganarse la vida en la producción de coca o en la transformación de la materia prima.

Los beneficiarios del proyecto de Apopaya son las poblaciones campesinas más pobres. A causa de la extrema pobreza del grupo, estos pueden ser fácilmente tentados por emigrar hacia el vecino Chapare.

Se puede ver que estos proyectos están orientados a la prevención y no a la sustitución. En segundo lugar, nuestros proyectos pretenden reforzar cada vez más, la organización de los campesinos...

Para alcanzar estos objetivos, se han desarrollado las siguientes actividades, en ambos proyectos:

  • La asistencia organizacional y técnica para el desarrollo de nuevas comunidades rurales.

    En el proyecto, un promotor debe asistir a los colonos en el desarrollo de la organización comunal. Este es un aspecto muy importante, pues la mayor parte de los participantes no comparten un origen común. Una de las tareas mas importantes de esta persona es de promover la cohesión del grupo.

    Los aspectos relativos a la salud están a cargo de un promotor con formación y experiencia medical.

  • Asistencia técnica y organizacional para el commienzo de cultivos de frutas para el propio consumo y para comenzar con un programa a pequeña escala de alimento para animales, también para el propio consumo.

  • Asistencia técnica y organizacional para el cultivo y la venta de café para obtener liquidez.

Un agrónomo tomará a cargo este último aspecto. El objetivo más interesante es desde luego, el cultivo y la comercialización del café. El café debe proveer a la población un ingreso que debe ser por lo menos comparable al que podrían obtener si cultivaran ia coca.

La evolución

En este momento, 5 grupos de "asentados" están trabajando separadamente en el valle. Cerca de 100 personas, -incluyendo la población de la "comunidad visitante" Totolima, están participando en el proyecto.

Los 4 nuevos asentamientos están situados más al interior del valle. Cada uno de los grupos, está formado principalmente por los hombres de las familias, que están haciendo los preparativos para la instalación final, construyendo casas, limpiando los campos, plantando productos alimenticios básicos. Ellos van y vienen en la región, algunos tienen otros trabajos temporales en Cochabamba. Más adelante, cuando las instalaciones estén mejor preparadas para recibir las numerosas familias de los colonos, el resto los seguirá.

Los diferentes grupos están limpiando los lotes de tierra, destinados al uso comunal. El cultivo de café, árboles frutales y el programa de alimentos para ganado serán realizados mediante un trabajo colectivo, con distribución de los beneficios. Además de esto, cada uno tiene su pedazo de tierra privada, donde puede producir lo que desee para su propio consumo.

Uno de los problemas con el café es que su cultivo solo comienza a rendir después de cuatro años. Normalmente, la gente que trabaja en los campos, no tiene ingresos durante ese período. Para resolver este problema, el proyecto paga un ingreso según el mérito, por cada día de trabajo durante esos cuatro años.

Los problemas

Para CORACA no fué fácil encontrar una contraparte del lado de los ex-mineros. La organización de los (ex)mineros se fué desintegrando lentamente. Cuando Coraca quiso nombrar una delegación de candidatos colonos, no era muy claro, al comienzo, a quién esta gente estaba representando.

Hubo algunos disturbios entre los habitantes ya presentes en el valle, y los recién llegados. Hubo conflictos con una compañía privada que comenzó a distribuir lotes de tierra en el valle, a los nuevos ocupantes, sin consultar a los habitantes de Totolima.

Lo esencial para el éxito del proyecto, es el hecho de que la producción pueda ser transportada desde el poblado a los centros para su transformación y venta. En el época en que el proyecto fué concebido, no existía una tal infraestructura. Los participantes, junto con los habitantes de los pueblos ubicados al borde del camino, están ahora construyendo una ruta.

También existen algunas dificultades para estabilizar la población. Yo he mencionado ya, el hecho de que sólo los hombres de cada familia han entrado en la zona. Es posible que éstos se mantendrán en una intercomunicación entre la ciudad, por una parte, donde continuarían ejecutando trabajos ocasionales, y el poblado, por la otra.

A pesar de esto, nosotros sentimos que el valor de este tipo de proyectos, reside en el hecho de que ellos han sido concebidos e implementados por las organizaciones de la población concernida. Apoyándolos y asistiéndolos en aquellos dominios en donde nosotros, desde afuera, podemos contribuir, "las estrategias y soluciones finales" no estarán tan lejanas como algunas de ellas lo han estado hasta ahora.

DEBATE

V. BRACKELAIRE:

Seria interesante saber la opinión de Monseñor Sáenz, sobre la acción de las ONG en Bolivia.

Monseñor SAENZ:

Yo quisiera decir, antes que nada, que en este dominio, conviene evitar toda forma de paternalismo. Existe siempre la tentación de enseñar al campesino, con el fin de tratar de imponer nuestras estructuras, nuestra experiencia, nuestras técnicas, sin tomar en cuenta al agricultor en sí mismo.

Yo pienso igualmente, que la prioridad de las ONG debería ser la elevación de la persona humana, en toda su dimensión. Desgraciadamente, yo veo también mucho egoísmo entre estas ONG, mucha competencia, y sobretodo, una falta de coordinación. Los programas, los objetivos, no son suficientemente claros y las políticas, no suficientemente maduradas. Un diálogo entre todos nosotros es absolutamente necesario.

En lo que concierne a la participación de los gobiernos, no hay que perder de vista que éstos tienen objetivos que no son los mismos que aquéllos del pueblo. Son objetivos ideológicos, que no toman en cuanta las necesidades de nuestro pueblo. Los gobiernos no duran más de años, después viene otro gobierno que deshace lo que ha hecho el gobierno anterior. El que pierde en este asunto, es el campesino, el pueblo. El apoyo que el "Primer Mundo" ofrece al gobierno, no sirve entonces al pueblo, y no hace sino servir a una ideología. El otro comentario en relación con esto, concierne el trabajo realizado con los campesinos. Es en relación a ésto que yo hablaba de paternalismo, de egoísmo y de falta de coordinación. Si no tomamos en cuenta al campesino, si él no está implicado realmente en nuestro proyecto, ustedes pueden estar seguros que, por mucho que el proyecto haya sido muy bien imaginado, él desaparecerá desde que ustedes hayan partido del país, porque los campesinos no han sido preparados para realizarlo. Es por esta razón que el diálogo con los campesinos y su presencia activa en el seno del proyecto, son condiciones sine qua non para su éxito.

Quisiera terminar esta pequeña improvisación con dos consideraciones:

  • la primera concierne los caminos. Si ustedes desarrollan, por ejemplo, un buen proyecto en los Yungas, pero no le procuran una vía de acceso fácil y rápida, se quedará encerrado en esta región, sin posibilidad de desarrollo. La mejora de las comunicaciones es elemento indispensable para mejorar las condiciones de vida de los campesinos y, en consecuencia, un eje prioritario de lucha contra producción de cocaína.

  • la segunda consideración se refiere a la comercialización: si el campesino no tiene los medios para comercializar su producción, los mismos problemas van a subsistir. En este dominio, sería bueno que el "Primer Mundo" ponga la experiencia y la técnica que él posee materia de comercialización, al servicio de los campesinos, a fin de ayudarlos a encontrar mercados y a aumentar los precios de las producciones alternativas, para que éstas tengan una rentabilidad comparable a la de la coca.

Yo creo que se trata aquí de una respuesta muy concreta que se puede dar a estos problemas.


EL PUNTO DE VISTA DE LOS ACTORES LOCALES DEL DESARROLLO

R. VELIZ MAMANI
Vice-Presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quínoa (ANAPQUI), Bolivia.

Yo soy productor de quínoa, y es desde este punto de vista, que les voy a hablar de la zona de producción de la quínoa, el Altiplano, que es diferente de las zonas en dónde se produce la coca. ANAPQUI, es una organización campesina autogestionada, ligada a la ONG belga "SOS Faim" (SOS Hambre).

En el Altiplano boliviano, no existe ninguna política gubernamental para asegurar la sobrevivencia de la mayor parte de los pequeños productores agrícolas. Es en los departamentos de Oruro y Potosí que ANAPQUI realiza su trabajo, tratando de proponer una alternativa de desarrollo en esta zona, económicamente muy pobre. ANAPQUI cuenta con más de 5 años de existencia jurídica y económica autónoma. Ella trata de organizar a todos los productores de quínoa en las diferentes provincias. La Asociación cuenta con la participación de unas 15.000 familias campesinas. Pretende responder a los problemas que encuentran los productores, ya sea del punto de vista productivo, social, cultural o político.

El Altiplano Sur ha sido particularmente afectado por la Nueva Política Económica impuesta por el Gobierno. Esta se ha traducido en una invasión de productos importados, que tiene como consecuencia la inexistencia de un mercado interno para la quínoa. En este contexto ANAPQUI se ha visto obligada, a exportar la quínoa a Estados Unidos y, en menor escala, a Suiza.

Desde el punto de vista financiero, ANAPQUI no recibe ninguna ayuda de parte del gobierno. Por el contrario, éste favorece la formación de organizaciones paralelas a la nuestra, pues no ve con muy buenos ojos la existencia de una organización autogestonaria de productores. Nosotros contamos, sin embargo, con un apoyo externo para realizar la formación de dirigentes. COTESU nos permite cubrir pequeños gastos de seminarios, cursos, etc.. En fin, "SOS Faim" nos da asistencia técnica en diferentes proyectos.

Después de dos años de existencia de nuestro proyecto, tuvimos excelentes resultados. Si, por falta de asistencia nosotros no podemos mantener tales resultados, nos veremos obligados a migrar hacia las zonas de producción de coca. A la inversa, si el proyecto funciona bien, podremos retener a los campesinos en sus tierras, e incluso, incitar a algunos a volver.

N. DAVILA.
Representante de la ANUC, Colombia.

Cuando se evoca el problema de la cocaína, inmediatamente se menciona Colombia. Sin embargo, Colombia no es el principal país productor de coca, sino un lugar de tráfico, debido a su interesante ubicación estratégica y de su red de transporte internacional, más desarrollada que las de Perú y de Bolivia. Colombia es uno de los países más afectados por este problema.

La producción de la hoja de coca esta ligada a la cultura de nuestro pueblo, que la utiliza desde hace siglos, con fines medicales, culturales, o para compensar el esfuerzo del trabajo. La hoja de coca forma parte de la cosmovisión ligada a nuestra cultura ancestral. Esa concepción de la relación hombre/naturaleza nos conduce a producir para subsistir y no con fines de beneficio y de acumulación.

El modelo de desarrollo impuesto a Colombia ha conducido a una dependencia capitalista y a relaciones de producción caracterizadas, por una ausencia de reforma agraria y una concentración de la tierra en pocas manos. En estas condiciones, los modelos neo-liberales facilitan el desarrollo de mono-cultivos (por ejemplo el café) impiden un desarrollo integral y diversificado.

Hoy día, el monocultivo de coca se ha desarrollado en las zonas de colonización hacia las cuales los campesinos han sido expulsados. Estas zonas de colonización, carecen de infraestructuras y de servicios y el cultivo de la coca es la única alternativa posible. Algunos venden su fuerza de trabajo para cosechar la hoja de coca, los narcotraficantes, otros realizan un primer proceso de transformación en pasta básica, que será enseguida refinada en los sofisticados laboratorios de los narcotraficantes.

El problema, es la comercialización de la cocaína, y no la producción de hojas de coca, que responde a las necesidades cultural de nuestro pueblo. Nosotros afirmamos, por otro lado, que los cultivos actuales tienen como causa, la falta de reforma agraria integral y democrática en nuestro país.

Algunas cifras ilustran estas informaciones: un campesino que trabaja un día para su agricultura tradicional obtiene un ingreso de a 4 dólares. Si cosecha coca para un narcotraficante, obtiene con una actividad menos cansadora, 12 a 15 dólares por día, o sea 3 a 4 veces la suma ganada en una actividad agrícola tradicional. Si el campesino dispone de los recursos necesarios, para hacer una primera transformación en pasta básica, la situación sera la siguiente producir un Kg. de pasta básica representa un costo de unos 2 dólares, y será vendido a un precio oscilante entre 375 y 625 dólares. Además, para obtener un ingreso de 375 dólares, el campesino debe entregar 2 a 4 toneladas de un producto tradicional, que debe transportar hasta un centro de colecta, por rutas en mal estado.

La producción de un Kg. de cocaína, necesita una inversión de 500 a 700 dólares. Esta cocaína será revendida entre 60.000 y 70.000 dólares el kilo, de los cuáles solamente 10 a 15% quedarán en Colombia. En razón de las condiciones geográficas de Colombia y de las facilidades que se ha dado a los barones de la droga, se han desarrollado grandes infraestructuras para la transformación y la comercialización de la cocaína. Los carteles de Medellin y de Cali disponen de verdaderas fábricas para refinar en gran escala cocaína. Gracias a su poderío económico, éstos controlan hoy una gran parte del Estado.

Nosotros pensamos que la producción y la comercialización de la cocaína conduce a un proceso acelerado de descomposición de las comunidades campesinas y que este monocultivo, que permite ingresos fáciles y elevados, ha provocado un aumento del costo de la vida. Además, ha creado una economía artificial y coyuntural, que acabará el día en que Estados Unidos producirá su propia droga, o la legalizará.

Además, nosotros pensamos que la actitud de Estados Unidos es particularmente ambigua y parece que su interés es más de controlar el mercado del narcotráfico, que de hacerlo desaparecer. Es por esta razón que no combaten el consumo en su propio país, sino más bien la producción en el extranjero. Las intervenciones militares de Estados Unidos, que reciben la aprobación de la opinión pública internacional, son una verdadera invasión de los países andinos, que no tienen otro propósito que el de controlar y suprimir las alternativas populares de estos países, que luchan por no tener que pagar la deuda exterior, y que se oponen al pillaje de sus recursos nacionales. Hoy día, más que nunca, Perú, Bolivia y Colombia se han vuelto el blanco del intervencionismo norteamericano.

Nosotros compartimos el punto de vista según el cual el problema de la droga está ligado al subdesarrollo, y que, efectivamente, "la droga encadena y el desarrollo libera". Nosotros pensamos que son los países productores mismos quiénes deben implementar, de manera autónoma, las soluciones a los problemas. Nos parece importante que pueda realizarse otro seminario sobre este tema, con las organizaciones campesinas de Perú, Bolivia y Colombia, a fin de poder identificar juntos, los elementos para su solución. Quisiéramos saludar aquí a las ONG por el apoyo que ellas aportan a nuestros países y pedirles que continúen la lucha para vencer el hambre y promover el desarrollo de los países del Tercer Hundo, pues el mundo nos pertenece a todos.

A. HUACA.
Secretario General de la Confederación Provincial de Convención y Lares, Perú.

Yo vengo de la provincia de la Convención, que está situada en el Sur de Perú. Los campesinos de esta región han recibido como herencia, el cultivo de la hoja de coca. Nosotros estamos organizados en sindicatos campesinos reagrupados en una Federación Provincial que cuenta con 30.000 campesinos. Más de la mitad de éstos, trabaja y vive de la coca. Nosotros también producimos café. Estamos asociados en cooperativas de producción agrupadas en la Central de Cooperativas Agrarias Cafetaleras de Quillabamba. Nuestra organización de La Convención, es un modelo para el Perú. Esta organización es importante porque el narcotráfico aprovecha de la falta de organización para implantarse, como en San Martín, por ejemplo.

El estado en que se encuentra la economía peruana nos obliga a cultivar esta planta. La provincia en donde nosotros vivimos es una zona que carece de una infraestructura adecuada de transportes, de lo cual se aprovechan los intermediarios, que controlan el poder económico, y boicotean nuestra empresa, para conservar ese poder. Pero a pesar de la pobreza y del abandono del gobierno peruano, nosotros llegamos a hacernos respetar y a impedir la intromisión del narcotráfico, a través de nuestras organizaciones sindicales y las Cooperativas de la provincia de La Convención.

Yo pienso que la intervención militar norteamericana no aportará ninguna solución, ella no hace sino sembrar la muerte. Frente a estos peligros, la organización de los campesinos es indispensable.

No se puede encontrar una salida a este conflicto, si los países europeos no nos ayudan a buscar alternativas económicas.

Cuando el suelo y la naturaleza lo permiten, nosotros producimos otras cosas que la coca: café, colorantes, frutas, té, cacao, pienso que habría mercados, para todos estos productos, si estableciéramos relaciones comerciales con Europa. Si no encontramoa soluciones, la pobreza de mañana, será peor aún que la de hoy. Nosotros luchamos hoy con nuestras armas, es decir, las huelgas, mobilizaciones, la paralización de las rutas, etc... Pero tenemos que hacer grandes sacrificios, y necesitamos apoyo para enfrentar los peligros del futuro. Es absolutamente necesario establecer relaciones comerciales directas, con organizaciones como la Central de Cooperativas Agrarias, que está en competición con los comerciantes que quieren guardar el monopolio. Hoy día, nosotros no llegamos al mercado, debido al gran número de intermediarios.

Agradezco a los organizadores de este seminario, que nos han permitido expresar nuestras inquietudes.

R. TELLO
Representante de las Comunidades Campesinas del Huallaga Central, Perú.

En nuestra comunidad de Caspisapa, los campesinos emigran temporalmente para ir a cultivar la coca, pues nosotros no tenemos ningún apoyo del gobierno. Frente a esta situación, debemos organizamos entre campesinos, para encontrar nosotros mismos, ciertas soluciones alternativas. Desgraciadamente no tenemos acceso a crédito, pues el Banco Agrario no presta, sino a aquéllos que pueden dar garantías, pero a pesar de ésto, tratamos de desarrollar alternativas.

Practicamos cultivos diversificados de porotos, arroz..., que nos permiten satisfacer nuestras necesidades alimentarias. Practicamos también la crianza de cerdos o de animales de corral. Paralelamente realizamos investigaciones en el "Centro de Desarrollo del Departamento de San Martín", para encontrar alternativas frente al narcotráfico. Gracias a ésto, hemos recibido un apoyo técnico financiero. Hemos recibido un aporte de capital circulante, que nos ha permitido comprar el material indispensable para nuestra crianza de cerdos, utilizando también todos los recursos que nos ofrece naturaleza. Estas iniciativas se han desarrollado y hemos podido comprar cerdos suplementarios para engorde, y ya hemos empezado a obtener ingresos de esta producción.

Para nosotros es indispensable encontrar alternativas, pues somos víctimas del narcotráfico. Hemos debido desplazarnos hacia otras zonas, peligrosas, para ir a ganar un poco de dinero, pues no teníamos nada en nuestra región. La coca hace estragos entre nuestros jóvenes que han comenzado a fumar la pasta básica.

También debo mencionar el programa alternativo de transformación artesanal de la carne de cerdo para la producción de salchichas, que ofrece excelentes posibilidades de mercado en la región.

Las mujeres también se han organizado: ellas desarrollan actividades productivas que nos permiten reducir la cantidad de compras en el comercio. Por ejemplo, confeccionan ropa; sin embargo les faltan recursos financieros para comprar máquinas y lograr los resultados esperados en su proyecto.

Al comienzo, trabajábamos con 15 familias. Hoy en día, toda la comunidad se ha asociado a nosotros; esto representa más de 500 familias. Nosotros tratamos de realizar trabajos de infraestructura que el Estado no realiza, como por ejemplo, la instalación de agua potable.

Es indispensable organizarse para encontrar alternativas, individualmente no se llega a nada.

E. MORALES.
Secretario General de la Federación Especial de campesinos de la región de Cochabamba, Bolivia.

Nuestra federación reagrupa más de 40.000 campesinos miembros, más sus familias, lo que representa en total, más de 150.000 personas.

Yo quisiera hablar del fracaso de las políticas de sustitución y de los acuerdos de Paz-Estenssoro con los campesinos.

Es importante recordar que para los campesinos bolivianos, la coca, es un alimento y no una droga. Desgraciadamente los acuerdos bilaterales entre los gobiernos americano y boliviano se han basado en una asimilación de la coca y de la droga. Sin embargo se ha demostrado científicamente, especialmente en las universidades americanas, que la coca contiene un porcentaje importante de proteínas y de vitaminas, que en su estado natural, no es una droga, y que desde un punto de vista cultural, la coca es insustituible.

Cuando se la transforma químicamente, es otra cosa, pero éste no es el problema de los campesinos bolivianos. Los productores no son culpables y no deben ser condenados, son aquéllos que se drogan los culpables.

Se puede comparar esto con el estaño. ¿A quién se debe castigar? Al que fabrica el estaño, al que fabrica las armas con el estaño, o al que utiliza estas armas? -Condenamos al que hace un mal uso de las armas, entonces hay que condenar a aquél que hace un mal uso de la coca.

Nosotros sabemos, sin embargo, que se trata de un problema humano grave. Nosotros nos hemos dado cuenta que había una producción excedentaria en relación al consumo legal. A partir de ésto, nosotros hemos acceptado un acuerdo de sustitución de la hoja de coca, con el gobierno de Paz Estenssoro. Con ocasión del primer acuerdo, el 8 de noviembre de 1985, acceptamos la sustitución, a cambio de la electrificación del Chapare. Pero a pesar de las promesas, no ha habido ninguna electrificación, el gobierno no ha mostrado ninguna predisposición en este sentido. En consecuencia, nosotros hemos roto el acuerdo.

Hubo, un poco más tarde, un acuerdo entre los gobiernos boliviano y americano para erradicar la coca en tres años. Frente a ésto, los productores de coca decidieron hacer una huelga de hambre para imponer sus criterios. Desgraciadamente, ésto se terminó con una masacre en Parotoni. Más tarde, llegamos a otro acuerdo que preveía un "Plan Integral de Desarrollo y de Sustitución" (PIDYS), pero una vez más, el gobierno olvidó este acuerdo, a pesar de nuestra decisión de cambiar la producción excedentaria por otro tipo de plantas, que rindan tanto o más que la coca. Nosotros hemos insistido para reglamentar el PIDYS, pero el gobierno rehuye, incluso ha tratado de engañarnos diciéndonos que había que reducir 350 hectáreas de coca a cambio de un plan de urgencia para el "Trópico Cochabambino", y prometiendo darnos 2.000 dólares, más 4.000 dólares de préstamo con 6 años de gracia, por cada hectárea de coca erradicada. Esto era una burla, pues el acuerdo estipulaba un plan integral, y no un plan de urgencia. Nosotros nos dejamos convencer, especialmente por ciertos dirigentes de la Central Obrera Boliviana, y acceptamos, a pesar del rechazo de algunos compañeros, para mostrar que nosotros tomamos en cuenta los problemas del país. Algunos campesinos, pertenecientes al MNR han eliminado su hectárea de coca y han recibido los 2.000 dólares. Viendo ésto, otros compañeros lo hicieron, pero no les pagaron nunca, invocando todo tipo de pretextos. En consecuencia, nosotros hemos frenado la erradicación pues se trataba de un gran chantage del gobierno a los campesinos. Supimos por la prensa, que había millones de dólares disponibles y las Naciones Unidas o USAID, pero jamás se ha buscado los mecanismos de sustitución de la economía de la coca. Lo que se observa, es que los ministros y los funcionarios del gobierno se enriquecen con el dinero de la ayuda internacional. Lo único de lo que se preocupó el gobierno, fue de cumplir los acuerdos con el Gobierno norteamericano bombardeando los caminos. Pero las pistas de aterrizaje utilizadas por los narcotraficantes, estaban protegidas por el Comando de las fuerzas de represión...

Actualmente, se ha abolido la ley de libre-cambio de la coca con los otros productos. Antes, nosotros cambiábamos la coca, por productos del Altiplano, como la quínoa o las papas. Hoy, no hay los mecanismos legales para intercambiar nuestros productos y es lo que llevado a la ilegalidad en el Chapare. Frente a ésto, la represión no sirve de nada, como lo decía Monseñor SAENZ, aquí se trata de un problema de hambre y de miseria.

La no aplicación de los acuerdos por parte del gobierno, nos ha llevado a implementar nuestros propios mecanismos de desarrollo. Hemos realizado infraestructuras camineras, un hospital, un centro sanitario, hemos comprado vehículos para sacar nuestros productos de la selva. Queremos incluso realizar la electrificación, por intermedio de la cooperativa, pero el gobierno nos dice que no hay autorización del gobierno norteamericano.

En mi región existe gran número de productos agrícolas producíamos, mucho arroz, por ejemplo, y vendiéndolo, obteníamos beneficio. Actualmente, con la libre importación, resulta menos caro comprar el arroz que producirlo. Ocurre lo mismo con el maíz, o las cebollas.

Existen posibilidades de trabajo con las ONG y la CEE, pero es indispensable negociar directamente con la parte interesada, pues los funcionarios del ministerio manipulan el dinero. Algunos de ellos incluso crean empresas privadas. Cuando quisimos denunciarlos, nos amenazaron con la prisión o con hacernos desaparecer.

Nosotros tenemos proyectos que están estancados, por falta de recursos. El gobierno manipula millones de dólares sin hacer nada; mientras que nosotros, con 100.000 dólares, podemos realizar una gran cantidad de acciones prácticas. Nos falta, en efecto, la capacidad de industrializar nuestra producción agrícola.

S. MONTEVILLA.
Representante de la Asociación de Productores de Coca de los Yunga Bolivia.

Yo soy representante de la Federación Campesina de los Yungas, en La Paz. Soy también miembro de la confederación única de campesinos de Bolivia que establece las políticas generales para solucionar los numerosos problemas de los campesinos bolivianos.

La coca, es para nosotros un recurso natural que permite la subsistencia de los ciudadanos que la producen y la mastican. El suelo boliviano está hoy dividido por la ley en tres zonas: una zona legal, zonas excedentarias en transición, y una zona ilícita.

La última Convención de Viena estipula en uno de sus artículos, que existe delito cuando se produce intencionalmente para el narcotráfico. Yo no pienso que los compañeros de Bolivia o de Perú produzcan intencionalmente para la fabricación de la cocaína. Ellos lo hacen, en razón del hambre y la miseria. En este contexto, habría que implementar alternativas que permitan un desarrollo real para todos los países afectados.

Los Estados Unidos han intervenido, pisoteando nuestra soberanía nacional. Entraron en el Chapare con el pretexto de combatir el narcotráfico, pero no hacen sino apoyarlo.. Si lo combatieran realmente, no pondrían en libertad a los verdaderos responsables.

Nosotros quisiéramos hacer saber aquí, a los países que no conocen la hoja de coca, que nosotros estamos dispuestos a exportar las infusiones de coca, a realizar una industrialización de la hoja para su utilización medical y a elaborar galletas de coca. Nosotros quisiéramos igualmente desarrollar, con el apoyo de Europa, nuestras producciones de naranjas, mandarinas, limones, cacao, para comercializarlos en el mercado interno y externo.

Yo quisiera apoyar la proposición de los campesinos colombianos de realizar, en América Latina, un seminario con la participación de los productores de coca para discutir con más detalles técnicos y científicos del valor cultural, natural y religioso de la coca. Un tal seminario permitiría definir criterios comunes que nos servirían de base de trabajo.


CAPITULO IV

LOS MERCADOS NACIONALES DE LOS PRODUCTOS AGRÍCOLAS Y EL MERCADO INTERNACIONAL DE LOS PRODUCTOS DE SUSTITUCIÓN


DROGA, POLÍTICAS AGRARIAS Y CRISIS DE LAS AGRICULTURAS DE SUBSISTENCIA EN EL TERCER MUNDO

M. Dufumier. Ingeniero agrónomo. INRA. France

La amapola a opio fué cultivada durante largo tiempo por los grupos étnicos de las altas montañas del Triángulo de Oro, para su autoconsumo, con fines estrictamente medicales o rituales. Lo mismo ocurrió, durante siglos, con la coca de los valles bajos andinos, cuyas hojas, ricas en vitaminas y minerales, son aún hoy, a menudo masticadas por las poblaciones locales para "engañar el hambre". Pero estas dos plantas se han vuelto repentinamente "cultivos de renta", a causa de la integración de estas sociedades al mercado mundial, y la consecuente decadencia de sus producciones de subsistencia y sus textiles. Brutalmente integrados en los intercambios comerciales internacionales, los campesinos, cuyos útiles de trabajo eran a menudo manuales (machete, azadón, arado, etc..) o de enganche (yunta), no pudieron resistir a la concurrencia de los países industriales, cuya, agricultura estaba ya motorizada y había recurrido masivamente al empleo de máquinas y de insumos industriales.

Numerosos fueron entonces, los agricultores que prefirieron especializarse en productos tropicales destinados a la exportación y para los cuales ia competencia de los países temperados era a menudo menor: café, cacao, coca, opio, etc.. Esta especialización agro-exportadora, hace que la alimentación de estas poblaciones, a partir de ese momento, reposa fuertemente sobre las importaciones de productos secos (maíz, arroz, harina...), que debido a su importante contenido de calorías alimentarias por unidad de peso o de volumen, pueden ser transportadas a menor costo hasta las regiones más innaccesibles. Pero los productos más rentables a la exportación son también los que concentran un gran valor en el menor volumen posible y en consecuencia, pueden ser evacuados sin problemas desde las zonas más aisladas:, goma de opio, pasta básica de cocaína, etc... La lucha contra el tráfico de droga supone, entonces, que sean reorganizadas las modalidades de la integración del campesinado del Tercer Mundo en los intercambios internacionales.

1. Proteger las agriculturas destinadas al los mercados internos.

Con sus utensilios exclusivamente manuales (azadón, machete, chuzo...) los Hmong, campesinos de las altas montañas laosianas, no pueden cultivar más que una hectárea por trabajador y por año, con rendimientos en maíz o en arroz, que no logran alcanzar una tonelada por hectárea, en promedio.-¿Cómo pueden entonces, resistir a la competencia de los hacendados norteamericanos que, en el marco de su agricultura mecanizada y motorizada, pueden cosechar fácilmente una centena de hectáreas por persona activa con rendimientos de 5 toneladas de cereales por hectárea?

Suponiendo que los 4/5 de las 500 toneladas cosechadas en Estados Unidos sirvan para pagar los costos de producción en insumos y materiales, el valor agregado no deja de ser de 100 toneladas por activo. Con una productividad de una sola tonelada por activo y por año, los campesinos Hmong no pueden vender su producción de arroz o de maíz a los precios internacionales, y resistir a las importaciones de cereales norteamericanos, a menos de acceptar una remuneración de su trabajo cien veces más pequeña que la de sus concurrentes norteamericanos.

  • ¿Cómo imaginarse que puedan, entonces lograr un ahorro suficiente que les permitiera equipar sus explotaciones y aumentar así progresivamente, su propia productividad? -¿Cómo podrían no sentir incitados a cultivar la amapola para la exportación de opio conociendo su precio, y sabiendo que la concurrencia no se ejerce aquí, sino entre campesinos del Tercer Mundo, con niveles comparables de equipamiento?

    El problema se presenta aun más dramático con el cultivo de cáñamo textil que antiguamente era realizado de manera tradicional por los Hmong, dando lugar a importantes actividades artesanales agramado, hilado y tejido. La concurrencia de las importaciones textiles sintéticas, provenientes de los países industriales ha, prácticamente, puesto fin a estas actividades. El cultivo del cáñamo textil desapareció de las altas montañas laosianas, siendo en gran parte reemplazado por el cultivo de la amapola, para la cual la época de cultivo es muy similar.

    La situación de los pequeños campesinos de las altas montañas andinas no es en absoluto más favorable. Sometidos a la competencia desenfrenada de las importaciones y de las "ayudas" alimentarias provenientes de los países industriales, los agricultores minifundistas se ven obligados a acceptar remuneraciones irrisorias cuando venden sus producciones de subsistencia, y en consecuencia no pueden modernizarse, ni incluso renovar su material de explotado Numerosos son actualmente los campesinos que no dispenen ni siquiera de carretas o de animales de carga para llevar sus papas hasta el mercado! Condenados asi a una pauperisación creciente, muchos joven prefieren emigrar hacia las ciudades en busca de un eventual empleo informal (lustrador de zapatos, revendedor de cualquier cosa, etc.. o deciden irse a los llanos de la Cuenca amazoniana para pisar coca.

  • ¿Y qué pensar hoy, de los agricultores de las regiones cacahueteras de Senegal, quiénes por no haber podido resistir a las importaciones de residuos de arroz extranjeros, habían en gran medida dejado los cultivos tradicionales de mijo y de sorgo por los de cultivos de renta, el cacahuete, y que deben actualmente afrontar competencia de los productores de girasol, colza y soya, de los países industriales? -¿Cómo sorprenderse de ver el cultivo de cannabis sustituír progresivamente el del cacahuete?

    La lucha contra la droga supone, entonces que los países del Tercer Mundo puedan libremente proteger su agricultura nacional, por medio de derechos de aduana o de fijación de contingentes de importación, a fin de reevaluar en un primer tiempo, alzando los precios de los productos agrícolas destinados al mercado interno. Ese tipo de protección selectiva, iría totalmente contra los planes ajuste estructural que las agencias de financiamiento internacional quieren imponer a las naciones del Tercer Mundo, a cambio de reescalonamiento de sus deudas externas. Pues estos planes imponen generalmente una apertura inconsiderada de las fronteras a las importaciones de productos de subsistencia provenientes de los país industriales.. Esta medida, preconizada en nombre del "libre cambio tiene por objetivo, incitar a los países del Tercer Mundo especializar su agricultura en producciones destinadas a exportación, en función de sus "ventajas comparativas". Pero, -¿Se tiene alguna conciencia de que las poblaciones corren el riesgo especializar aún más sus sistemas de producción en cultivos que están al origen de la fabricación de drogas, que son los únicos que presentan realmente una "ventaja comparativa", en las regiones más pobres y aisladas? -¿No habrá una cierta irresponsabilidad/ hipocresía) cuando se quiere a la vez predicar el dogma del "libre cambio" y luchar contra los traficantes de droga?

    Sólo una protección de las agriculturas destinadas a los mercados internos podría incitar a los campesinos a abandonar los cultivos juzgados ilícitos y garantizarles recursos suficientes para que puedan reequipar sus explotaciones en el sentido de una mayor seguridad alimentaria. Esta protección selectiva supone un real coraje político de parte de los gobiernos, pues el alza de los productos alimenticios que de ella se deriva en un primer tiempo, comienza por afectar a las capas urbanas, y pueden temer las manifestaciones de descontento que esto provocaría. Sin embargo, a menudo resulta menos difícil que las devaluaciones brutales preconizadas por los planes de ajuste estructural, que tienen como efecto inmediato encarecer todos los bienes importados, se encuentren o no en concurrencia con las producciones nacionales, incluyendo los medios de producción que pueden ser necesarios al campesinado para reequiparse.

2. Realizar verdaderas reformas agrarias.

La miseria, que impulsa a los campesinos andinos a partir a pisar la coca en las regiones de la Amazonia, tiene su origen, en gran parte, en la desigual repartición de las tierras, que persiste aún hoy en América Latina. Expulsada hacia las tierras más ingratas en el momento de la colonización española y de la repartición de numerosos municipios como consecuencia de los procesos de independencia, el campesinado andino se encuentra actualmente limitado a cultivar solo pequeños lotes de tierra en las vertientes montañosas. Concentrados en las regiones más abruptas, los campesinos mini-fundistas se esfuerzan por intensificar sus sistemas de producción agrícola; invirtiendo sobretodo su propia fuerza de trabajo, con utensilios a menudo rudimentarios, a veces sin poder respetar la rotación de cultivos, que permitiría mantener la fertilidad en el largo plazo.

La reducción progresiva de las superficies y períodos de descanso (barbecho), tiende a amenazar la fertilidad y la estabilidad estructural de los suelos, cada vez más sometidos al agotamiento y a la erosión. Los esfuerzos de intensificación son entonces reducidos a nada, y las condiciones de existencia del campesinado andino siguen agravándose. Tanto los suelos calcáreos de los valles interiores y de las planicies del litoral, como los de las regiones planas del Altiplano, continúan estando ocupados por grandes propietarios, quiénes sólo invierten capital en función de las tasas de beneficio garantizadas..

Preocupados de rentabilizar al máximo sus inversiones monetarias, los propietarios latifundistas están muy atentos a las posibilidades de obtener también beneficios en otros sectores de actividad (comercio, propiedades, etc..) y eligen entonces las técnicas y los sistemas de producción agrícolas que van a rendirles el máximo de beneficio, al menos igual al que podrían obtener en los otros sectores.

La historia demuestra que estos sistemas de producción son raramente los más intensivos y procuran generalmente muy pocos empleos permanentes: monocultivo de caña de azúcar y de algodón en los "oasis" de la planicie litoral del Pacifico, cultivos cerealeros mecanizados en los valles interandinos, ganadería intensiva en los altos planos andinos, etc. . .

Los propietarios latifundistas están a menudo interesados en maximizar su tasa de beneficio, aprovechando al máximo de la renta de la tierra (renta de monopolio) con una inversión mínima de capital.

Ciertos propietarios, ausenteístas, recurren a veces a sistemas que consisten en dejar explotar sus tierras por aparceros o arrendatarios generalmente pequeños campesinos cuyas condiciones son muy precarias. Lo esencial de los ingresos que obtienen son reinvertidos fuera de la agricultura y a veces, incluso fuera del pais.

La concentración de la propiedad agrícola en manos de una minoría es un obstáculo al desarrollo agrícola y al mejoramiento de los niveles de vida del campesinado. Los pequeños campesinos, cuyo interés es de producir siempre más para mejorar su alimentación y aumentar si ingresos, no tienen casi nunca los medios para hacerlo; mientras que los grandes propietarios agrícolas, que tienen siempre recursos para intensificar la producción agraria, no ven sino raramente el interés de hacerlo. Es este bloqueo del desarrollo agrícola, el que está a base del éxodo masivo de los campesinos hacia los alrededores de las grandes ciudades y las regiones productoras de coca. Sólo una redistribución drástica de tierras en beneficio del campesinado pobre podría poner fin a esta situación.

Pero estamos obligados a reconocer que las reformas agraria: realizadas hasta ahora, en los países andinos, demasiado parciales, no llegaron a resolver los problemas del campesinado. Los grandes dominios expropiados por el Estado, sólo raramente han sido repartidos en beneficio de los pequeños campesinos indios expulsados a las montañas. las tierras han sido atribuidas en prioridad a los antiguos obreros permanentes de las grandes haciendas (blancos y mestizos) sin que se haya cambiado fundamentalmente la repartición de los trabajadores en el espacio: una fuerte densidad de pequeños productores concentrados sobre los suelos mas famélicos y una pequeña proporción de beneficiarios de la reforma agraria sobre las tierras más fértiles. Los agricultores a quiénes teóricamente fueron asignadas las tierras han estado obligados durante largo tiempo, en Perú constituir pseudo "cooperativas de producción", cuyos criterios de gestión eran extrañamente similares a los de las antiguas haciendas. Obligados a recurrir a préstamos del crédito agrícola oficial y pagar progresivamenwte la tierra que les había sido otorgada, las "cooperativas" debieron, ellas también implementar sistemas producción agrícola capaces de rentabilizar al máximo el dinero invertido, y considerar la mano de obra como un costo, con el riesgo de privilegiar la mecanización a expensas del pleno empleo de los "cooperadores" y de sus familias. Las técnicas y los sistemas producción siguieron prácticamente iguales, y los agricultores, cuyo interés fundamental (producir más invirtiendo en prioridad abundante la fuerza de trabajo familiar), no ha sido tomado en cuenta por las "cooperativas'', continuaron considerándose (a justo título) como simples asalariados. Por no haber dado verdaderamente la tierra a los campesinos, dejándolos que las trabajen por su propia cuenta, las pretendidas reformas agrarias implementadas en los países andinos no han permitido aumentar la producción, ni frenar las migración rurales. Por esto, no podría ganarse la lucha contra los cultivos ilícitos (cannabis, coca...), sin verdaderas reformas agrarias estos países.

3. Promover una verdadera política de investigación y de desarrollo técnico en la agricultura.

La redistrbución de las tierras no sería suficiente en sí misma, para permitir a los campesinos aumentar sensiblemente la producción y obtener mejoras substanciales en la productividad frente a la competencia exterior. Además, habría que facilitarles el acceso a nuevas técnicas agrícolas, adaptadas a las condiciones ecológicas en las cuáles ellos operan, y a sus nuevas condiciones socio-económicas. Conviene entonces, promover una verdadera política de investigación y de desarrollo tecnológico para los agricultores de las regiones más pobres y aisladas.

Pero no se trata de querer "transferir" tal cual las técnicas y medios de producción elaborados en los países industriales y los centros experimentales de las regiones más favorecidas.

La historia de la "revolución verde" ha mostrado perfectamente que no existen técnicas agrícolas concebidas en un punto y vulgarisables a cualquier lugar. Es así como el maíz híbrido elaborado en el sud-este asiático, se reveló absolutamente inadaptado a las condiciones de las minorías montañesas del Triángulo de oro (Hmong, Yao, Akhas...), sobretodo debido al hecho de que los agricultores se vieron limitados, sin poder más elegir sus semillas en sus propias cosechas, pues corrían el riesgo de ver disminuir sus rendimientos, con cultivos muy heterogéneos. En consecuencia, es evidente que los campesinos de las regiones montañeras, no pueden casi darse el lujo de descender a los valles para comprar allí sus semillas, a cada estación de siembra, con la "mochila" como único medio de transporte. De la misma manera, las tentativas de introducir razas de cerdos "amejoradas", en el marco de proyectos de promoción de actividades de sustitución al cultivo de la amapola en el noreste tailandés, se vieron rápidamente enfrentadas a las reticencias de los ganaderos Hmong, para quiénes la función de la crianza de cerdos es sobretodo, la de abastecer en grasa para fritura, valorizando lo mejor posible los residuos de los cultivos y los importantes excedentes de frutas y tubérculos no comercializables. En efecto, las razas de cerdos rosados que les proponían, habían sido seleccionados en el extranjero para producir sobretodo jamón (con un mínimo de grasa) y se revelaron demasiado exigentes en cuánto a su alimentación: maíz, soja, etc..

Es importante entonces, concebir una investigación agronómica y proyectos de desarrollo que puedan mejorar progresivamente las técnicas de producción agrícola de las poblaciones concernidas, para satisfacer sus necesidades prioritarias, sin ignorar sus experiencias y sus conocimientos. Se debería dar prioridad a la investigación sobre las variedades y razas locales, que a menudo han sido abandonadas para introducir material genético extranjero. Así, deberíamos interesarnos más en cultivos andinos tradicionales (quínoa, kiwisha, tarwi, oca, etc..) cuya importancia tiende a disminuir cada vez más, frente a la concurrencia de víveres importados, pero cuyo alto valor nutritivo comienza ahora a ser reconocido. Sin duda el retardo acumulado, desde hace decenios, por la investigación agronómica, es considerable, pero tenemos buenas razones de pensar que estas especies vegetales son particularmente adaptadas a sus regiones de origen, y que rápidamente pueden obtenerse progresos sustanciales, si se dedican recursos equivalentes a aquellos que han sido consagrados a las especies no exóticas (trigo, cebada, etc...).

Una gran importancia debía darse a la mejora de los utensilios manuales y de los equipos de enganche (yuntas), para lo cual se han realizado muy pocos esfuerzos, hasta ahora. Los campesinos de muchas regiones andinas tienen la costumbre de comenzar las rotaciones de cultivos trabajando los barbechos de hierbas por medio de un arado (chakitaklla) especialmente adaptado a las condiciones locales. Pero este trabajo, exclusivamente manual exige mucho tiempo y esfuerzos, que limita considerablemente las superficies que pueden ser así retornadas. Aunque conviene notar que la chakitaklla no ha sido introducida en todas las regiones andinas, donde la extensión recient del kikuyu (pennisetum clandestinum) en los barbechos de hierbas haría su utilización especialmente útil, para la reincorporación de las tierras al cultivo. Numerosos son aún los cultivadores que se esfuerzan por combatir el tapiz herbáceo con el viejo arado de origen español. Sin embargo éste, adaptado a las regiones mediterráneas semi-áridas, sólo puede arrancar las hierbas, sin retornarlas, y éstas últimas no mueren, a menos que una sequía suficientemente larga permita la desecación de sus raíces: éste es difícilmente el caso en las regiones húmedas y en los Andes, y sólo un trabajo que retorne la capa superior del suelo permite enterrar las hierbas para hacerlas desaparecer por pudrición.

Sin duda, sería conveniente la introducción de ciertos tipos de carreta, con rejas, versedero y tren delantero, susceptibles de retornar el tapiz herbáceo, con la ayuda de tracción animal, con una productividad del trabajo superior a la que permite la chakitaklla Pero esto, supone contar con bueyes capaces de trabajar duramente en los períodos de labores y que no hayan sido víctimas de alimentación insuficiente. El empleo de la carreta no podrá entonces generalizarse sino después de una fase de "investigación-desarrollo", en el curso de la cuál deberán ser probados y adaptados progresivamente los equipos, los calendarios forrajeros y el comportamiento de los animales. Es evidente que una tal investigación no podría ser implementada exclusivamente por investigadores en una estación experimental, sino que debe incorporar, desde el comienzo, a los agricultores concernidos, y realizarse sobre sus propios terrenos

Lo importante es de poder aumentar la productividad del trabajo de los campesinos, sin que el recurso a nuevos medios de producción se traduzca en una especialización excesiva de las explotaciones. Preocupados de minimizar los riegos de malos resultados, que en la situación precaria en que se encuentran actualmente podrían ser fatales, los agricultores tendrían interés en no apoyarse sobre una sola producción, sino que, al contrario, diversificarse, en el mar de sistemas de policultivos-ganadería a los cuáles pueden agregar actividades artesanales: hilado y tejido de lana, fabricación de quesos, etc.. Tales sistemas son a menudo los más adecuados para valorizar en cualquier momento, la mano de obra familiar disponible en las explotaciones, y los aumentos de productividad obtenidos por la introducción de nuevos medios de producción, se traducirán entonces en un aumento global de los ingresos, sin significar una expulsión de mano de obra.

También pueden obtenerse mejoras considerables de productividad mejorando las condiciones de transporte intra-regional. El empleo de la carreta, está aún muy poco generalizado en las regiones aisladas pero podría facilitar considerablemente los transportes de guano, de forraje y de las cosechas, entre las cuáles algunas, como las papas y otros tubérculos andinos, son particularmente pesadas. En las regiones escarpadas de los Andes o del Triángulo de oro, en dónde no siempre existen caminos aptos a la circulación de las carretas, hay agricultores que no disponen ni siquiera de animales de carga y en consecuencia deben transportar la totalidad de sus productos sobre espalda o la cabeza. Careciendo de recursos y de ahorros suficientes son numerosos hoy, los agricultores que no llegan a criar o procurarse burros o muías. Todo proyecto destinado a reintroducir animales de carga en las regiones montañosas, facilitará el aumento de la producción agrícola y de los ingresos campesinos, pues el tiempo ahorrado en los desplazamientos y los transportes puede ser fácilmente valorizado en los campos, con fines directamente productivos.

Proteger la agricultura de subsistencia de las poblaciones que viven pobremente en las regiones más apartadas, dar a éstas ultimas el acceso a las tierras que necesitan para vivir dignamente, y promover una investigación y un desarrollo tecnológico adaptados a sus necesidades y a sus condiciones de trabajo, tales son las tres acciones esenciales que permitirían efectivamente al campesinado concernido, de no ser incitados a cultivar cada vez más, las plantas que pueden estar al origen de la fabricación de drogas. Estos cultivos no podrán desaparecer verdaderamente, sino cuando se haya puesto fin al estado de "subdesarrollo" al cuál estos campesinos han sido arrastrados; la lucha contra las drogas, no se hará sin su participación. Es por ésto que, luchar contra las drogas ilícitas supone que se termine con el desprecio que prevalece, aún demasiado a menudo hoy, hacia las poblaciones pobres de las regiones apartadas.

DEBATE

S. MONTEVILLA

- ¿Cómo clasificar la coca, desde un punto de vista agronómico? ¿Debería ser cosiderada como algo aparte de los otros productos, o igual a éstos?

M. DUFUMIER.

Es un problema delicado. yo pienso que la investigación agronómica debe ir especialmente en el sentido de la diversificación, que ella debe concentrar sus esfuerzos sobre el conjunto de los cultivos producidos tradicionalmente en las diferentes regiones. Yo pienso que a los cultivos tradicionales tales como la quínoa o el kiwicha, se les debe dar una gran atención. La coca es uno de estos cultivos tradicionales. Pero, -¿es que los "cuellos de botella" se encuentran a nivel de la productividad del trabajo para la coca?. Personalmente, no lo creo. Yo creo que es, sin embargo útil para las poblaciones, incluyendo aquéllas de las regiones en dónde crece la coca, de trabajar en el sentido de la diversificación. -¿Quién nos dice, que no se hará un día la cocaína sintética?. Es siempre un regalo envenenado, el hacer investigación agronómica sobre el cultivo que tiene el mejor mercado en el momento. Yo pienso que es un grave error.


EL MERCADO DEL CAFE Y DEL CACAO

B Daviron. Ingeniero Agrónomo. Solagral. France.

Es difícil dar una visión completa y definitiva de los mercados del café y del cacao, pues éstos atraviesan actualmente una fuerte crisis. El cacao ha perdido 50% de su precio internacional en 2 años, el café cerca de 40%, en 3 meses.

Voy a tratar de mostrarles las mutaciones en curso, tanto desde el punto de vista de la oferta, como del de la regulación de los mercados. Mi exposición está dividida en tres partes: primero demanda en el mercado internacional -el consumo-, enseguida la oferta -la producción- y por último la regulación -los acuerdos internacionales-. Terminaré con dos consideraciones, a modo de conclusión.

a) La demanda

Desde el punto de vista de la demanda, el consumo del café y del cacao está concentrado en los países desarrollados, que importan 80-85% de la producción mundial. Esta concentración tiene la ventaja de dar una gran estabilidad en el largo plazo, tanto a los volúmenes de importación, como a su tasa de crecimiento. Las importaciones mundiales de café han venido aumentando desde hace un siglo, y, partir de la Segunda Guerra Mundial, el ritmo anual ha sido de 2%. Se puede demostrar que esta estabilidad del crecimiento de las importaciones, está estrechamente vinculada al crecimiento de los ingresos en los países de la OCDE. La relación es muy clara, en caso del café: cuando el PNB de los países desarrollados aumenta un10%, las importaciones mundiales de café aumentan 5%. Es una relación que se ha mantenido muy estable, prácticamente a través de un siglo. Esto significa que un país monoexportador de café, verá su ingreso aumentar dos veces menos rápido que el de los países de la OCDE, si los precios son estables.

Se puede señalar también la existencia de una débil elasticidad precio de la demanda de estos productos. Esto significa que el consumo de café y de cacao responde muy poco a las fluctuaciones de los precios. Si el precio internacional del café y del cacao baja en 10% el consumo de estos productos no aumentará sino en un 2 a 3%. inversamente, si los precios aumentan en 10%, las importaciones no reducirán sino entre 2 y 3%.

Esto plantea un problema pues, en caso de sobreproducción, se corre el riesgo de una fuerte caída de los precios, debida a la débil respuesta del consumo. Esto es también una chance para los países productores, que en estas condiciones, pueden tener una estábilización de los precios y un crecimiento de sus ingresos, a través de la retención de sus exportaciones. Si los países limitan sus exportaciones en 3%, los precios pueden subir hasta en 10%. Es u elemento importante para todas las discusiones a propósito de los acuerdos de estabilización.

b) La oferta

Desde el punto de vista de la oferta, al contrario de lo que ocurre con la demanda, ha habido grandes mutaciones desde hace 10 a 15 años, en lo que se refiere a la manera de producir. Se ha pasado de un sistema de producción extensivo, a un modelo intensivo.

Se puede caracterizar en cuatro puntos el modelo de producción extensivo que se mantuvo en vigor hasta los años 60 a 70.

Se trata de un sistema de producción sin capital. Se produce café con utensilios muy rudimentarios, sin ningún insumo ni máquina agrícola. El costo de producción del café está representado en un 90% por los costos de la mano de obra, incluso en el periodo de plantación de los cafetales y cacaotales. Se considera a menudo que este modelo de producción necesita una inversión de capital, pues existe un retardo de 5 años hasta el comienzo de la producción; de hecho, se constata históricamente, que durante esos 5 años los asalariados o los campesinos viven con cultivos de subsistencia asociados a las recientes plantaciones de café o de cacao. Les requerimientos de capital quedan en consecuencia limitados a inversiones en infraestructura (rutas, etc...), y en el caso del café en descerezadoras.

De esta manera, la producción mundial creció durante un largo período, a través de la incorporación de cantidades crecientes de tierra y de trabajo, en el marco de frentes de colonización. Los países exportadores de café aumentaron su producción roturando tierras vírgenes, principalmente en la región ecuatorial.

  • En el curso de la historia, se produce un desplazamiento geográfico permanente de las zonas de producción y una integración de zonas suplementarias en el mercado. Así, para el cacao, la producción es latinoamericana durante el siglo XIX; África entra al mercado poco a poco, a partir de comienzos de este siglo, y luego, más recientemente, Asia ha llegado al mercado. Para el café, se produce un fenómeno similar, América Latina primero, con un desplazamiento al interior de los países mismos (del norte al Sur de Brasil), luego, después de la guerra, África entra al mercado, y más recientemente aún, Asia.

  • Se puede considerar que la competitividad de un país está basada principalmente en su capacidad de organizar nuevos frentes de producción, de mobilizar la tierra y el trabajo. Desde el punto de vista de la tierra, esto significa la capacidad de organizar los medios de transporte (ferrocarriles, rutas, etc..) y de organizar una estructura agraria favorable. Los países que tienen grandes "latifundios" lograrán un menor desarrollo de su producción, que los países que tienen un régimen agrario más liberal. En lo que respecta al trabajo, se tratará de organizar la inmigración. Los cultivos de café y de cacao se desarrollan siempre con movimientos de inmigración hacia las zonas de producción; los italianos hacia Brasil en el siglo pasado, los burkinabeses en Costa de Marfil, o los programas de transmigración que organiza actualmente Indonesia sobre Sumatra. Este problema de la inmigración nos lleva a consideraciones sobre un cierto tipo de cultura, portadora del "espíritu pionero".

  • La respuesta de las cantidades producidas en relación a los precios internacionales va a ser explosiva. Dicho de otra manera, después de un cierto lapso de tiempo, que corresponde a la fase de entrada en producción, el alza de los precios va a provocar una sobreproducción. Es ta dinámica explosiva traduce una total ausencia de control de los países productores sobre sus sistemas de producción.

    Históricamente, hubo un alza de precios primero entre 1945 y 1959 sobre el café y el cacao. Esto se tradujo, a fines de los años por una fase de sobreproducción brutal para los dos mercados, entre 1959 y 1965.

    Termino la discusión sobre el modelo extensivo, señalando que la permanencia de este sistema de producción hasta los años 70 es una excepción propia de los mercados del café y del cacao. En efecto sobre todos los otros mercados como el trigo, el maíz, los cacahuetes, la norma de producción se transforma en la no intensiva, después de la guerra. Pero debido al monopolio climático de los países del Tercer Mundo, el café y el cacao quedaron fuera de estos movimientos. Sin embargo, llegó un momento en que ciertos países como Colombia, vieron flaquear su sistema extensivo debido la falta de reservas de tierra. Asi, se van a ir orientando, poco a poco, hacia una producción mucho más intensiva, como en Brasil los años 60, en Colombia en los años 70 respecto al café, y en Malesia actualmente, respecto al mercado del cacao.

    Se reemplaza las antiguas variedades por nuevas, de mayor rendimiento, se aumenta la densidad de la plantación, se suprime la sombría y se aumenta el uso de abonos. En resumen, se invierte cada vez más capital en las producciones cafetaleras y cacaoteras, para aumentar los rendimientos. Esto trae consecuencias importantes desde el punto de vista de la jerarquía entre los países productores. Antiguamente, lo que contaba era de tener mucha tierra y mucho trabajo; actualmente, es el capital el que juega el principal rol. Serán los países con mayor acceso al crédito internacional los que podrán aumentar su producción. Hay que saber que la intensificación de la producción pasa necesariamente por una transferencia de recursos financieros hacia el sector agrícola, lo que no es el caso del aumento de la producción a través de nuevos frentes agrícolas. Se ha podido constatar ésto, históricamente en Europa, Estados Unidos y Japón. Al mismo tiempo que esta importante limitación, la intensificación presenta la ventaja de un mejor control de la producción por parte de los Estados. No ocurren más esas explosiones de oferta, pues se puede controlar la producción vía el crédito o el precio de insumos.

c) La regulación de los intercambios.

Desde el punto de vista de la regulación, ha habido también rupturas importantes, que se concretizaron en una caída de los precios del cacao y en la ruptura del acuerdo sobre el café. Estos descalabros de precios traducen la creciente concurrencia entre los países productores. También traducen la ausencia de concenso sobre necesidad de mantener la estabilidad de los precios internacionales que había sido la característica de estos mercados desde después de guerra.

El ejemplo del café permite muy bien comprender las razones de la ruptura del concenso sobre la necesidad de estabilizar los precios. 1962, fué concluido el acuerdo sobre el cafó, entre la totalidad los países productores, y 90% de los países consumidores. La firma del acuerdo se explica por diferentes hechos:

Desde el punto de vista del consumidor, existía una voluntad norteamericana de estabilizar los precios, en nombre de la estabilidad política de la América Latina. La llegada de Castro al poder en 1959 hace bascular la posición norteamericana en favor de un acuerdo de estabilización de los mercados internacionales. Europa apoya igualmente el acuerdo, pues ve allí la posibilidad de prolongar una forma de protección de la cual ella había beneficiado con respecto a sus cultivos coloniales. Pero el acuerdo internacional es ante todo un cartel, que distribuye a cada país productor una parte del mercado, y fija un precio mínimo a la exportación.

El acuerdo va a funcionar, pues Brasil asegura, por sí mismo, la estabilidad del mercado. El va a asegurar el stockage e incluso va a acceptar de disminuir su participación en el mercado, cada vez que alguno de los países se aleje de la disciplina del cartel y aumente sus exportaciones. Va a jugar el rol de oferente residual, asegurando la estabilidad de los precios.

El acuerdo se rompió, porque Brasil no quiso jugar más ese rol. Quiso conservar a todo precio su parte del mercado. Esta fué también la posición de los países asiáticos (Indonesia, Malesia) que rehusan toda discusión que los obligaría a conservar una parte fija del mercado. El examen de las políticas de desarrollo interior permite comprender mejor este fenómeno. Hasta los años 70, la agricultura jugaba, en el modelo de desarrollo de países como Brasil, el rol de un sector de extracción. Se pedía a la agricultura de aportar el ahorro para el resto de la economía. Desde este punto de vista, el nivel elevado de los precios internacionales es extremadamente importante, pues es lo que garantiza la posibilidad de "extraer" el ahorro de la agricultura. Este modelo es criticado, a fines de los años 70, prefiriéndose un modelo en que la agricultura jugaría el rol de "entrenamiento". No se le pide más, a la agricultura, de aportar el ahorro, sino de consumir los insumos, y de dinamizar la máquina industrial. En consecuencia, no se trata más de "extraer" de la agricultura, sino al contrario, -como fué el caso en los países de la OCDE después de la guerra-, de subvencionarla. Se trata de producir y vender lo más posible, puesto que la agricultura debe arrastrar a todo el resto de la economía. Actualmente se asiste a un cuestionamiento general de este modelo, y esto hace imposible un acuerdo internacional que fijaría las partes de cada uno en elmercado.

Conclusión

Contrariamente a lo que se dice a menudo sobre la desigualdad de los intercambios, el café y el cacao han sido, durante más de 50 años, verdaderos cultivos de renta, existiendo una diferencia importante entre el precio internacional y el costo de producción. Esta renta ha permitido financiar la industrialización, el funcionamiento del Estado o catedrales como en Costa de Marfil! Sin anbargo, actualmente, esta renta está en vías de extinción y nos encontramos en una situación de deterioro de los términos del intercambio. Va a ser muy difícil reconstituir un cartel para el café o el cacao, debido al cuestionamiento del rol de la agricultura en el modelo de desarrollo. Por lo tanto, se puede esperar una continuación de la caída de los precios del café, y su estabilización a un nivel muy bajo.

En cambio, el agotamiento del modelo de crecimiento de la producción por la explotación de nuevos frentes, plantea un problema para el futuro de la producción mundial. Puesto que la producción mundial no puede crecer, si no hay una transferencia financiera hacia el sector agrícola, la cuestión es de saber, hoy en día, cómo financiar la intensificación. Esta ocurrió en Brasil y en Colombia a través de la renta cafetalera o de financiamientos internacionales, pero hoy en día, las rentas han desaparecido, y los financiamientos internacionales se vuelven raros. Se puede entonces pensar, que va a haber problemas de producción, lo que puede traer como consecuencia una tendencia al alza de los precios internacionales y ofrecer así una oportunidad a los programas capaces de financiar esta intensificación café-cacao en los países en vías de desarrollo.

DEBATE

M. DUFUMIER

Yo conparto lo esencial de lo que acaba de decirse, en particular sobre una falsa idea que se ha tenido, sobre el deterioro de términos los del intercambio. Yo pienso efectivamente que entre la producción de "víveres" y el café o el cacao, los precios relativos a estos últimos han aumentado mucho más, en el largo plazo, que los de las producciones de subsistencia, y esto porque éstas continúan siendo, en su mayor parte, cultivos manuales.

Yo pienso, por otra parte, que hay que "matizar" la presentación de los modelos de producción cafetalero, el extensivo que exige tierra y trabajo, y el intensivo que exige financiamiento. Existe más que dos grandes modelos cafetaleros en el mundo. Además, los términos extensivo e intensivo son extremadamente engañadores. La entrada de América Latina en el mercado del café y la exigencia de Costa Rica de aumentar su cuota en el cuadro de los acuerdos, son particularme significativas. Costa Rica logró implementar un sistema de producción cafetalera con una muy elevada productividad del trabajo, a través un aumento en los rendimientos, por supuesto, pero sobretodo por el comportamiento del cafeto, en particular, por otro modo de cosecha que sin embargo, no exige ni insumos, ni financiamiento; es un ejemplo sobre el cual se puede meditar.

Tenemos que abandonar los discursos normativos, según los cuáles no habría sino un modo de producción de café, y que seria el intensivo que es un monocultivo, que utiliza una monovariedad, pesticidas e insumos. Si el ejemplo de Costa Rica puede ser seguido, esto da posibilidades a los productores de las zonas aisladas, para seguir considerando el café, como un cultivo que continuará a tener su lugar en el mercado internacional en el futuro.

N. DAVILA

Yo quisiera decir que el problema del estancamiento de la producción cafetalera que ha sido evocado, no se ha debido, como se ha dicho a la falta de tierras. Existe aún en Colombia muchos suelos aptos para cultivo de café; se trata de hecho, de la consecuencia de una política que favorece el monopolio de los grandes productores.

J.M. ABBES

Benoit DAVIRON no ha hablado del debate que existe en este momento respecto a una voluntad de varios países latinoamericanos, de asociar las "políticas Droga" con la política del precio internacional de café. -¿No sería acaso éste, un elemento que podría llevar a continuar el acuerdo?

B. DAVIRON

Es posible que la droga sea un factor importante en las negociaciones actuales. Sin embargo, quedará siempre el problema ligado al límite del cartel: quién acceptará jugar el rol de oferente residual ante las exigencias de los países centroamericanos y de Indonesia, de aumentar sus partes de mercado? Es posible que África juegue este rol, pero no es muy conveniente, evidentemente.


EL ACHIOTE

J.M. Abbes. Ex Director del Programa FNULAD-Perú

Voy a evocar rápidamente la situación de un producto muy específico, que en Perú se llama achiote, y cuyo nombre en francés es "rocouyer".

El achiote es una producción silvestre de los llanos amazónicos. También existe en África; el primer productor mundial era tradicionalmente Kenya.

Es una planta que produce, al interior de una cápsula, pequeños granos de los cuales se extrae un colorante, la bixina. Este colorante, que sirve para teñir las grasas animales, es considerado como colorante natural. Entra entonces, cada vez más, a nivel del mercado mundial de ia agroindustria, como sustituto de los colorantes químicos, especialmente para las carnes, jamones, etc.. Esto ha provocado, desde los años 80-82, un muy fuerte aumento de la demanda mundial y una situación de desorganización.

En Perú, que era el segundo productor mundial, se trataba de una producción tradicional, muy poco intensificada. Frente al aumento de la demanda, hubo un aumento muy importante del precio de 1983 a 1985. Como respuesta a ésto, ciertos países como Brasil, tomaron la situación en manos, y comenzaron a aparecer sistemas de plantaciones industriales (la planta se presta muy bien) y, en consecuencia, hubo una disminución importante de los costos de producción.

Es interesante mencionar este mercado, pues existe una superposición ecológica entre la coca y el achiote. El achiote se adapta a tierras pobres, sobre las cuales se encuentran las plantaciones tradicionales de coca.

Frente al desplazamiento de la demanda, a la desorganización de los mercados internacionales y a la aparición de cultivos industriales, un país tradicionalmente productor como Perú, se encuentra en una situación cada vez más desfavorable, lo que amenaza con provocar la desaparición de la producción local. Hoy en día, ya no se cosecha prácticamente más el achiote.

Hay aquí entonces, un problema de mercado y hay que preguntarse qué respuesta podemos dar, en términos de organización de los mercados, y ante todo, en términos de organización de la cosecha local. Es un tipo de producción para el cual no existía organización de la cosecha a nivel del productor.

Por el momento, existe un sistema de comerciantes locales que compran individualmente la producción. Estos problemas de mercado, ligados a un cultivo muy específico, plantean la problemática más general del efecto de la desorganización de los circuitos de comercialización, sobre la producción tradicional de una región.

DEBATE DE SÍNTESIS

N. STAMPA

Los señores Dufumier y Moscoso, señalaban la importancia de la reorganización del comercio internacional y del establecimiento de una estructura de precios más conforme a los intereses de los países del Sur. En términos de acción, esto implica, para las ONG del Norte, que ellas concentren su atención, sobre la difusión de información relativa al problema "droga-desarrollo", con el fin de presionar a los poderes públicos, para que tengan en cuenca este problema en las negociaciones internacionales.

Confirmando lo que acaba de decir J.M. Abbes, yo quisiera sugerir un tipo de acción, que podría tener resultados a más corto plazo. Existe una gama de productos agrícolas, para los cuales el problema de los precios no es el primer obstáculo, pues se trata ante todo de problema de circuito de comercialización. Para las organizaciones de productores locales, es a menudo materialmente difícil y costoso organizar la comercialización, y más aún, cuando se trata de ir a la búsqueda de mercados en el extranjero. Como consecuencia de eso venden sus producciones a bajos precios a los intermediarios.

Existe una acción a realizar a este nivel. Conviene reflexionar sobre la manera de implementar aquí, en Europa, una entidad que ayudaría a la comercialización de estos productos. Algunos podrán objetar, diciendo que se trata de nuevo de concentrar la atención sobre el mercado exterior, abandonando el mercado interno. Yo pienso que allí, hay un falso debate: en el corto plazo, es claro que las organizaciones agrícolas no pueden esperar grandes salidas para su producción en el mercado interno, pues el poder adquisitivo es débil, -lo que no quiere decir que no haya nada que hacer respecto a la organización interna de estos mercados-. Por otra parte, si se incentiva un tipo de exportación en el cuál es el productor el que se beneficiará del producto de su exportación, se estará reforzando también el mercado interior. Evidentemente que, si esa comercialización está en manos de empresas multinacionales que repatrían inmediatamente sus beneficios, el mercado interior no se beneficiará del producto de las exportaciones. Es por ésto que es indispensable que sean las ONG, que están tradicionalmente en contacto con estas organizaciones de productores, quiénes mobilisen los recursos para participar a la implementación del sistema de comercialización.

E. MORALES

Yo quisiera señalar que existe una diferencia de percepción del problema entre los intelectuales y los productores campesinos. Se ha dicho que no existen productos que rendirían más que la coca. Esto es falso, pues nosotros, campesinos, sabemos bien que durante algunos meses del año, la papa y el plátano rinden más que la coca. Nuestro problema es el de los periodos de sobreproducción de estos productos.

M. URIOSTE

Tendríamos que ponernos de acuerdo sobre la definición de conceptos los de rendimientos y de productividad. Nosotros hablamos de un cultivo rentable, cuando lo es durante un período relativamente prolongado y que existe la posibilidad de acumulación de excedentes. Yo repito lo que he dicho anteriormente: dadas las condiciones generadas por la política económica de ajuste estructural en vigor en Bolivia, y por el proteccionismo de los países del Norte frente a las exportaciones del Tercer Mundo, no existe un mercado rentable para nuestros cultivos. Evidentemente, con la asistencia técnica externa, una tasa de interés subvencionada o un apoyo financiero específico, es posible producir durante un tiempo determinado, cubriendo los costos de producción, e incluso realizando un excedente.

En lo que concierne a la producción de café, es aún más complejo, pues en Bolivia, 100% de la producción de café es hecha por los campesinos y sin embargo, los exportadores no son los campesinos, lo que significa que los excedentes se quedan en manos de los exportadores. El campesino no tiene posibilidad de beneficio, porque no controla los circuitos comerciales interiores.

J.M. ABBES

Las cifras que comparan los precios internacionales con los costos de producción, indican que es falso decir que no existe un cultivo que pueda concurrenciar a la coca. E.Morales acaba de decirnos que, en ciertos momentos, incluso la papa era más rentable.

Tomemos como ejemplo el café. Si tomamos una hectárea de café que produce 2.000 kg., es decir la producción media en Colombia actualmente, vendida al precio internacional del mes de abril de 1933. llegamos a 1.700 dólares de rendimiento neto por hectárea de café; la coca comprada por los narcotraficantes está entre 2.000 y 2.200 dólares. El nivel de rendimiento comparado, muestra que es totalmente viable. Es evidente que el condicionamiento para los mercados, y los aspectos estructurales de la comercialización son fundamentales, y es esto lo que introduce variaciones en el tiempo, pero estas variaciones existen de la misma manera, por el momento, para la coca. Desde hace dos años, el precio de la coca ha variado casi tanto como el del café o del cacao. Esto no dejará de acentuarse, en la medida en que aumenta la producción de coca. Los elementos de comparación de rendimientos van a estrecharse cada vez más.

En segundo lugar, en lo que se refiere a los proyectos de organización de la comercialización del café que han sido mencionados en el cuadro de las ONG, yo quisiera simplemente señalar la similitud profunda que hay entre las metodologías y los objetivos de acción de estos proyectos y otros como Agro-Yungas por ejemplo. El principal problema reside en los contextos socio-económicos y en el hecho de que los interlocutores locales sobre los cuales reposan estos proyectos, hacen que no se pueden establecer los contactos necesarios.

Esto me lleva a insistir aún más sobre la necesidad de coordinar estos programas, principalmente a nivel de los apoyos financieros. Es evidente que si hubiera una coordinación previa a nivel de los financiadores de estos proyectos, sería enseguida mucho más fácil establecer las colaboraciones necesarias para la realización de los programas.

M. DUFUMIER

Yo pienso que existe un falso debate sobre este problema de la rentabilidad. No estamos diciendo lo mismo. Yo comparto lo que acaba de decir, en el sentido de que en las condiciones del mercado actual, y con los planes de reajuste estructural. los cultivos no permiten a los campesinos la constitución de un ahorro ni la modernización de sus explotaciones. Apenas logran reproducir su propria fuerza de trabajo; equipar la agricultura es prácticamente imposible en el marco del actual sistema de precios.

Cuando se habla de rentabilidad a nivel de la explotación, hay que relativizar la rentabilidad corriente, que encontramos a menudo en los cuadros estadísticos de los agrónomos y que consiste en comparar en los diferentes cultivos remuneran los diferentes insumos y factores producción (tierra, capital y trabajo). Yo creo que esto no tiene ningún sentido. A nivel del mundo en su conjunto, existen pocas agriculturas rentables, desde este punto de vista, es decir, que maximicen la ganancia, o que den una tasa media de ganancia equivalente a la de los otros sectores de la sociedad. Esto, se vé muy claramente en los países del Tercer Mundo, en dónde hay sistemas producción muy extensivos, no debido a que esto rinda mucho, sino porque en ellos se invierte muy poco. Los ingresos de la agricultura son reinvertidos en otros sectores, como el comercio de propiedades, por ejemplo. El problema no consiste en saber si se maximiza o no la tasa de ganancia, sino en saber si es preferible trabajar aquí para cultivar la coca o el café, o emigrar a la ciudad para lustrar zapatos. Yo diría que el problema en general, para un campesino, es saber qué remunera mejor su fuerza de trabajo, a pesar de que ésta es intrínsecamente rentable. Y yo comprendo perfectamente que, si los cultivos de subsistencia no son rentables arriba, la gente baje a plantar la coca al valle o a lustrar zapatos a Lima; es una actitud totalmente racional.

Además, los agricultores deben enfrentar los altibajos de los precios agrícolas, por lo que se comprende que no se arriesguen con un sólo cultivo, y es por ésto que no cultivan solamente la coca. El mejor servicio que podemos rendir a los productores con nuestros proyectos es ayudarlos a diversificar sus sistemas de producción, no solamente con tipos de especies vegetales o animales, sino también, en términos de variedades.

-¿Por qué tendríamos que pensar que aumentar la productividad y la competitividad significa siempre, aumentar los rendimientos? Yo pienso que una variedad de café, que no maximiza los rendimientos, que puede eventualmente realizarse bajo la sombra de manera muy extensiva, (al menos en las zonas de colonización, en dónde la tierra no es aún un recurso escaso), es una solución totalmente racional. No comprendo porqué los agrónomos llegan siempre con su paquete normativo, como si la rentabilidad significara siempre aumentar los rendimientos. El debate sobre la rentabilidad me parece reflejar una total incomprensión entre las prácticas campesinas diversificadas, y nuestras hojas de cálculo de costos de producción, que no tienen ningún sentido si se razona cultivo por cultivo.

CONSIDERACIONES DE SINTESIS.

Antes de sacar las conclusiones finales, el Diputado Boliviano M. URIOSTE, a hecho un conjunto de proposiciones y de recomendaciones que se derivan directamente de lo que se ha dicho en el curso de los tres días del Seminario.


APUNTES SOBRE EL PROBLEMA DE LA DROGA

El problema de las "drogas" -producción trafico consumo- es un problema mundial que tiene características y responsabilidades distintas.

1. En el plano de las relaciones internacionales

    1.1 El llamado secreto bancario es el principal estimulo a la espectacular acumulacíon financiera que produce el lavado de narco-dolares. Si no se levanta (elimina) el "secreto bancario". habrá siempre indirecta pero fundamental protección a los traficantes de drogas

    1.2. Es en los países mas ricos del mundo -principales consumidores de droga- que se fabrican y comercializan los principales insumos químicos necessarios para transformar la coca en cocaína. Si no se elimina el "libre comercio" de estos insumos (precursores). Europa y DSA están estimulando directamente ma producción y el consumo de drogas.

    1.3 En Europa se practica una política de subsidios agropecuarios para proteger los cultivos agrícolas de estos países De esta manera se logran enormes excedentes alimentarios que terminan inundando los países del Tercer Mundo, a nombre de cooperación internacional. Si no se eliminan los subsidios a los productores agropecuarios europeos, si no se derrumban las barreras arancelarias que impiden comerciar desde el Tercer Mundo, si no se corta la "ayuda alimentaria" para convertíla en inversión para el desarollo rural, se esta favoreciendo la producción de drogas

    1.4 Europa tiene ahora la posibilidad de decidir una politica autónoma y alternativa a la concepción represiva y de interdicción de la administración Bush en EEUU. Si no se da absoluta prioridad al desarollo rural en las comunidades campesinos mas pobres de los países sufridos de America Latina, se esta acelarando gravemente el riesgo de violencia y represión militar nacional y extranjera a los campesinos productores de hoja de coca, que no resolverá el problema de la drogadiccion.

    1.5 No están claramente definidos los aspectes comunes de acuerdo o desacuerdo, entre las acciones bilaterales de los países que forman parte de la CE. y la CE. ella misma, los programmas de la UNFDAC y el plan Bush. Si no se hace una expresa comunicación de estas diferencias, o acuerdos, la mera posición de Europa corre el riesgo de quedar totalmente subordinada a la politica Bush/USA.

    1.6 No se ha definido claramente la proporción de recursos de los programas de la CE para ser destinados a programas de organismos interacionales de gobiernos, y de organizaciones no-gobernamentales europeos y del Tercer Mundo Si no se explícitan estas prioridades, existe el riesgo de que algunos exitosos programas (i.e. PROCOM) regionales ejucutados por ONG's. no pueden continuar.

    1.7 Existe contradicción manifiesta entre las políticas de "ajuste estructural" impuestas al Tercer Mundo por el FMI y el BM -impulsadas tambieén por algunos depanementos de la CE- y las posibilidades de hacer desarrollo rural alternativo abriendo mercados nacionales a los productos alimenticios de origen campesino. Si no se cambian radicalmente las políticas de "ajuste estructural" en el Tercer Mundo, es seguro que habrá mas pobreza campesina, mas violencia y mas drogas.

    1.8 Hay mecanismos administrativos dentro de la CE que burocratizan y retardan innecesaria y injustificadamente el desembolso de recursos ya aprobados y comprometidos para programas de desarrollo rural alternativo que ya están ya marcha. Si no se corrigen los problemas burocráticos dentro de la CE., algunos programas corren el peligro de paralizarse y de perder la confianza que han logrado en los campesinos.

2 En el plano nacional de los países andinos

  1. No existen cultivos agrícolas que -en si mismos- sustituyan rentablemente las utilidades que los campesinos obtienen del cultivo de la hoja de coca. So no se toma consciencia de que lo que hay que sustituir no es el cultivo de la hoja de coca sino la economía de la droga, no habrá solución al problema.

  2. Ea los países andinos, en los últimos anos, se ha producido un acelerado proceso de minifundízacion de la pequeña propiedad de la tierra de los campesinos, al mismo tiempo que ha surgido un nuevo latifundismo improductivo que los narcotraficantes usan para producir clandestinamente droga. Si no se impulsan procesos de Reforma Agraria que redistribuyen la tierra entre los campesinos, habrá baja producción de alimentos, pobreza rural y mayor cultivo de hoja de coca.

  3. Algunos organismos internacionales promueven los monocultivos de exportación en las economías campesinas, destruyendo la lógica y el equilibrio del funcionamiento de la reciprocidad rural-campesina. Si no se impulsan programas rurales para la diversifícacion de cultivos agrícolas campesinos -principalmente de expecies nativos- se destruye las economías campesinas y se obliga a los campesinos a cultivar mas hoja de coca.

  4. Existen experiencias validas de Organismos no Gobernamentales con amplia participación de organizaciones capesinas. Si estas programas no continuaran por largos periodos, no se podra ver resultados efectivos de desarrollo rural alternativo. Es necessario que existan inversiones publicas en caminos rurales, electrificación, agua potable, riego, escuelas y hospitales.


CAPITULO V

CONCLUSIONES Y PROPOSICIONES DEL SEMINARIO
"ALTERNATIVAS A LOS CULTIVOS TROPICALES ILÍCITOS"


CONCLUSIONES Y PROPOSICIONES DEL SEMINARIO "ALTERNATIVAS A LOS CULTIVOS ILÍCITOS"

síntesis realizada por R. PARVEX. CIMADE, Francia

Este Seminario ha abordado los problemas planteados por las alternativas a los cultivos ilícitos, a partir de tres enfoques que nos parecen complementarios:

  1. Los aspectos mascroeconómicos y la política internacional que fijan el marco de evolución del fenómeno. Contexto de crisis económica y social del Tercer Mundo, en particular, crisis profunda de los países productores: deuda externa, políticas de saneamiento económico impuestas, por los grandes proveedores de fondos (FMI y Banco Mundial), caída de los precios internacionales de las materias primas, relaciones de dependencia Norte-Sur, etc..

  2. Las políticas llamadas de "sustitución". Su filosofía y su concepción, su implementación, las experiencias en el terreno, sus logros.

  3. El rol de las ONG y de sus eventuales interlocutores, frente a los desafíos planteados por la droga.

Es sobre la base de estos tres puntos, que hemos sacado las conclusiones y elaborado nuestras proposiciones.

1. Aspectos macroeconómicos y política internacional que determinan el contexto del fenómeno.

El análisis de la situación internacional y el exámen del contexto de crisis profunda que atraviesan los países del Tercer Mundo, en especial los países productores de plantas ilícitas, (países Andinos, Medio Oriente, países de la Medialuna de Oro, países del Triángulo de Oro, África), nos llevan a las siguientes conclusiones:

  • Esta crisis ha provocado un abismo creciente entre los países industriales y los países del Tercer Mundo, agravando situaciones de marginalidad geográfica o económica pre-existentes, provocando desequilibrios cada vez menos controlables por sus dirigentes. En esta situación de marginalidad, las poblaciones buscan solas, o con un apoyo a menudo irrisorio, las vías de su sobrevivencia. Estas pasan por la explotación de todos los recursos de que pueden disponer, entre los cuáles se encuentran los cultivos de plantas con las cuáles se hacen drogas...

    La extensión de estas prácticas es antes que nada, un problema causado por la miseria y la lucha por la sobrevivencia, en la precariedad.

    No podrá darse ninguna solución seria al problema de la producción de drogas, sin atacar las causas profundas de las situaciones económicas y sociales catastróficas en el Tercer Mundo.

  • La Comunidad Internacional debe ocuparse, urgentemente, de los cambios radicales a realizar en el dominio de las relaciones económicas y financieras con estos países:

    • Las políticas de ajuste estructural implementadas por el FMI y el Banco Mundial.

    • Las modalidades de reembolzo de la deuda externa

    • Las prácticas de los grandes bancos y de las grandes empresas internacioneles (secreto bancario, transferencias financieras).

    • El comportamiento de los gobiernos de los países concernidos.

    • Las prácticas proteccionistas de los países desarrollados, que impiden toda iniciativa de desarrollo industrial de los países más pobres.

  • Los representantes de vastos sectores de la sociedad civil de los países concernidos por la producción de plantas ilícitas, junto a las ONG y a numerosos expertos internacionales presentes en el Seminario de Bruselas, que comparten las mismas preocupaciones, declaran:

    • Su oposición a las políticas puramente represivas propuestas por la Administración US, en particular a través del Plan Bush, pues ellas aportan una respuesta solamente militar, a problemas que son, antes que nada, de orden económico y de desarrollo. No puede encontrarse una verdadera solución, sin el tratamiento simultáneo del tráfico, y de los desequilibrios profundos que lo han engendrado.

    • Su preocupación en lo que se refiere a la confusión que se hace entre la utilización tradicional de ciertas plantas y su uso con fines ilícitos, sólo una aclaración de estos aspectos, permitirá el respeto de la identidad cultural de las poblaciones concernidas por el uso tradicional.

  • El Seminario de Bruselas propone:

    • La creación de una coordinación internacional formada por organismos multilaterales, bilaterales, gobiernos, ONG, y sobretodo, organizaciones campesinas y representantes de la sociedad civil de los países concernidos, con el fin de establecer un plan económico y social de urgencia, destinado a ayudar a las regiones más desfavorecidas.

    • La búsqueda de una política común y la constitución de un frente de países productores, para resolver el problema de la droga por la vía de la renegociación de su desarrollo.

2. La sustitución: la filosofía y la concepción de la acción, las experiencias de terreno y los logros.

Cuando, se habla de sustitución, nos parece urgente ampliar el concepto de reemplazo puro y simple de un cultivo por otro, por la idea de sustitución de un tipo de economía, fundada sobre una planta con la cuál se fabrica la droga, por otro tipo de economía, fundada sobre el desarrollo integral de las zonas afectadas. Toda política de sustitución mecánica, hecha caso por caso, parece destinada al fracaso.

La tendencia al monocultivo. a la cuál han sido condenados los agricultores de los países del Tercer Mundo, los que no han podido, al mismo tiempo, hacer escuchar su voz respecto a los precios internacionales de las materias primas, ha provocado:

  • La extensión anárquica de los cultivos, implicando graves secuelas como: marginalización creciente de las poblaciones campesinas, agotamiento de los recursos naturales, movimientos migratorios y de colonización, sin planificación ni control, aumento de la violencia política y ruptura de los equilibrios sociales.

  • Promover un cambio de actitud hacia estas producciones legales por parte de las legislaciones nacionales e internacionales (ejemplo, el té de coca, prohibido sin razón válida en los mercados internacionales).

  • Promover políticas aduaneras destinadas a proteger la producción agroindustrial de las regiones productoras de droga. Esto permitiría la ampliación o simplemente la creación de un mercado nacional y regional para los productos de sustitución.

3. El rol de las ONG y de sus eventuales interlocutores, frente a los desafíos planteados por la droga.

Respecto al rol de las ONG, ios participantes han señalado:

  • la modestia de sus recursos y los límites de sus acciones.

  • la impotencia de las prácticas socio-económicas, productivas y de participación que las ONG tratan de privilegiar, frente al aplastador modelo macroeconómico impuesto por el Estado. En efecto, -¿cómo tratar de desarrollar cultivos alternativos en las regiones productoras de droga, sin una política de apertura de mercados internos para esta producción?; y -¿cómo ampliar estos mercados, con una política de libre importación que abre las aduanas al arroz, al trigo, a las frutas, etc..., provenientes de otros países?

  • La importancia de los proyectos de terreno en numerosos dominios, pues ellos constituyen:

    • Experiencias piloto capaces de abrir un camino, una manera de operar en estas regiones.

    • Lugares privilegiados de formación de la población, no solamente en lo que se refiere a los aspectos técnicos ligados al desarrollo y a la actividad productiva, sino también en los dominios de la participación, de la cogestión y por último, de la democracia.

    • Una muestra representativa, de lo que es posible hacer en cada región, y en cada dominio del desarrollo.

  • La urgente necesidad de articular la acción de las ONG entre ellas, y sobretodo de encontrar una coherencia entre sus acciones y los aspectos macroeconómicos, que fijan el marco del desarrollo en estos países. Las Organizaciones no Gubernamentales están conscientes de la necesidad de cambiar estas prácticas macroeconómicas, que son en gran parte, responsables de la dramática degradación de las condiciones de vida de la población.

Las tareas que las ONG van a tratar de realizar, tendrán lugar tanto en el Tercer Mundo, como en Europa.

Europa

  1. Búsqueda de una política de concertación con los diferentes gobiernos europeos y con las autoridades de la CEE, con el fin de no enfrentar los problemas de manera dispersa.

  2. Organizar una campaña de sensibilización de las autoridades y de los gobiernos para que las políticas europeas tengan concepciones, prácticas y resultados diferentes de aquéllos de las políticas norteamericanas. Se trataría, en particular, de promover el desarrollo integrado, como principal respuesta al subdesarrollo.

  • La reducción dramática, e incluso la desaparición de cultivos de subsistencia de vastas poblaciones campesinas del Tercer Mundo. Esta situación, ha acentuado la dependencia alimentaria de éstos países en relación a los países desarrollados. Todo ésto se ha traducidoen un aumento de las importaciones, de la ayuda alimentaria, que desorganiza las economías campesinas y la pequeña industria. Y por último, la agravación del fenómeno de la deuda de los países sub-desarrollados.

Nosotros proponemos entonces, un esfuerzo orientado a la diversificación de los cultivos campesinos, con el compromiso por parte de los gobiernos, de implementar una política global destinada asegurar el crédito, el apoyo técnico y la comercialización de los productos. La ayuda y la formación técnicas deben privilegiar la tecnología apropiada y los conocimientos cié los campesinos.

Estas políticas requieren organizaciones campesinas fuertes, libres, reconocidas legalmente, capaces de constituirse en el principal motor del desarrollo integral. El campesino como protagonista de su futuro, comprometido a través de sus organizaciones, debe estar asociado a la concepción, a la planificación, a la ejecución y al seguimiento de los proyectos implementados.

Los Estados de los países concernidos por la producción de drogas deben (con el apoyo internacional y la participación de la sociedad civil):

  • Promover proyectos y trabajos orientados al desarrollo de vías y medios de comunicación (rutas, ferrocarriles, transporte aéreo, electrificación, teléfono, etc..,) Sólo estos grandes trabajos permitirán reincorporar las regiones productoras de drogas, dándoles la posibilidad de producir y comercializar otros productos.

  • Hacer un esfuerzo por crear condiciones favorables a los intercambios inter-regionales, poniendo en contacto diversos sistemas de producción, a menudo complementarios (tanto en lo que se refiere a los bienes producidos, como al desfase de sus períodos de plena producción).

    Sobre este mismo punto, si los Gobiernos no son capaces de asegurar un tal esfuerzo, se les podría exigir aue no impidan las iniciativas de los productores, en este sentido (eliminación de las trabas administrativas, disminución de los controles burocráticos, etc...)

  • Promover o ayudar a la creación de industrias de transformación ce productos agrícolas regionales. Desarrollar la agroindustria en los lugares de producción permitiría:

    1. absorber una parte de la mano de obra desempleada, actualmente utilizada por los traficantes.

    2. evitar las pérdidas de productos no comercialzados

    3. aumentar la capacidad de almacenaje y de conservación de los productos agrícolas

  • Promover el sector de producción y de consumo legales, de las plantas con que se hace la droga, con el fin de abrir mayores mercados a las actividades agroindustriales derivadas de estos cultivos (medicina, alimentación, etc..)

    [ilegible en el original en papel]

    los desafíos de la droga en Europa. Esta primera fase de la campaña europea de información sobre la Droga, representa uno de los primeros resultados.

      d. Tratar de implementar mecanismos comerciales, a traves de la creación de un fondo para la promoción en Europa, de los productos alternativos provenientes de los países productores de droga.

Países productores

Creación de un vasto frente de campesinos y de la sociedad civil, con el fin de:

  • Constituir un grupo de influencia y de presión frente a los gobiernos concernidos, para favorecer la plena participación de los sectores populares en las decisiones de políticas a aplicar en las diferentes regiones productoras.

  • Organizar y mobilizar, -tanto en el sentido de la negociación clásica, como en el de la iniciativa económica popular-, a todas las fuerzas aliadas de las ONG (sindicatos, iglesias, comunidades, asociaciones).

  • Sentar las bases de un gran encuentro internacional por región para continuar el trabajo de reflexión y reforzar la participación de los ciudadanos, en la búsqueda de verdaderas soluciones al problema de la droga


CLAUSURA DEL SEMINARIO

Monseñor SÁENZ. Arzobispo de La Paz, Bolivia

Al clausurar este Seminario, yo quisiera, en primer lugar, agradecerles los esfuerzos que ustedes han realizado para encontrar un terreno de acuerdo, abriendo así perspectivas de solución, a los problemas que nos afectan.

El hecho de que ustedes nos hayan invitado, y que nosotros hayamos respondido a esa invitación, viniendo aquí a compartir estas reflexiones con ustedes, significa que estamos preocupados por el mismo problema. Nosotros estamos preocupados, tanto por lo que ocurre en Europa, como por lo que está ocurriendo en nuestros países. Por lo tanto, nosotros tenemos un objetivo común, y esto es un elemento positivo, para todos nosotros.

Yo pienso que es importante aue este Seminario haya hecho una distinción muy clara, entre los productores de la hoja de coca, por una parte, y los narcotraficantes, que fabrican y venden la cocaína, por la otra.

Quisiera señalar, además, el valor que representa el diálogo con los productores de plantas "ilícitas". El hecho de haberlos escuchado, de haberles dado la oportunidad de expresarse, es extremadamente importante, pues en general, son considerados más como objetos, que como sujetos, que deben participar en el diálogo que existe en torno a esta problemática.

También he apreciado el hecho de que los campesinos hayan podido expresar su necesidad de una mayor seguridad frente al futuro. Se ha señalado que las ayudas que se les otorgan, son muchas veces efímeras, y sin garantías respecto a su desarrollo futuro. Es una preocupación que debemos tomar en cuenta. Los campesinos han manifestado su voluntad de abandonar el cultivo de la coca, con la condición, por supuesto, de tener una alternativa para salir de la pobreza, pues, como lo hemos dicho con ocasión de la apertura, y como lo han confirmado las conclusiones del Seminario, el fondo del problema, es la pobreza. Si se resuelve el problema de los campesinos, si se les ofrece la posibilidad de vivir y no solamente de sobrevivir, se habrá resuelto el problema de la producción de coca.

Para lograrlo, es igualmente fundamental dejar a los campesinos la gestión directa de la ayuda que se les ofrece. La mayoría de los proyectos nacionales e internacionales, son géstionados por un gran número de intermediarios, lo que significa que la ayuda no alcanza a llegar hasta ellos, provocando así la desconfianza frente a esos proyectos.

Para terminar, quisiera agradecer a los financiadores y a los organizadores, quiénes, gracias a este Seminario han permitido iniciar un diálogo, sin el cuál no podrá encontrarse la solución al problema que nos preocupa.

Agradezco igualmente, en nombre de todos, a los expositores y a los participantes, que enriquecieron el diálogo. En fin, espero que este Seminario no constituye sino un primer paso, y que otros similares tendrán lugar en Europa, y también en los países productores, principales implicados en este problema.


Notas:

1. países cuyo ingreso per cápita era inferior a 300 US en 1977 [Back]

2. AIDESEP, Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana [Back]

3. COICA: Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica [Back]

4. HIFCO = Horti-Agricultura Integral Familiar y Comunal [Back]

5. Programa de Apoyo al Desarrollo Integral de Alternativas Agrícolas y Hortícolas. Este Programan apoyado por EDI-IRFED, y otras ONG europeas, será presentado para un co-financiamiento a la CE. en 1990. [Back]


Equipo Nizkor Radio Nizkor

DDHH en Bolivia
small logoThis document has been published on 22Oct22 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes.