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25abr11
Denuncian que bandas de policías y narcos controlan 300 favelas de Río
A expensas de la guerra que el gobierno de Río de Janeiro declaró contra las “milicias”, esos grupos parapoliciales clandestinos que “venden seguridad” y comercializan drogas en las favelas cariocas, han aumentado su influencia en esas comunidades. Esto pone entre paréntesis el alcance del “esfuerzo de pacificación” en la que parece empeñado el gobierno fluminense para garantizar la tranquilidad en el mundial de 2014 y las Olimpíadas de 2016. De los 170 morros conquistados por los milicianos tres años atrás, hoy extienden su control sobre 300 favelas.
Aunque varios de sus principales líderes fueron encarcelados, estos continúan en el comando de estas bandas desde sus presidios de “alta seguridad”. En declaraciones al diario O Globo , el diputado fluminense Marcelo Freixo sostuvo que “los jefes podrán estar presos pero no pierden el poder dentro de sus facciones delictivas”. Para mantenerlas en funcionamiento, se toman las libertades que les da el propio sistema, a cambio de coimas a sus carceleros. Freixo dirigió la Comisión Parlamentaria de Investigación del estado de Río de Janeiro sobre estas mafias.
En un informe muy detallado, esta CPI mostró cómo los llamados “grupos paramilitares” no son otra cosa que bandas de policías civiles y militares en actividad, militares, bomberos y carceleros. Entre ellos, se cuentan políticos que han llegado a ocupar desde cargos de diputado provincial a concejal.
De acuerdo con O Globo , una investigación reciente del departamento de Represión a Acciones Delictivas Organizadas (DRACO) permitió descubrir cómo opera la correa de transmisión de las órdenes entre los jefes milicianos presos en distantes unidades del país y las organizaciones que lideran en cada favela.
El ex policía militar Ricardo Teixeira da Cruz, también conocido como Batman, maneja las actividades delictivas de su grupo desde su confinamiento a más de 1.400 kilómetros de distancia de la capital carioca. Está alojado en una celda individual muy custodiada. Pero eso no le impide mantener un fluido intercambio con los secuaces que están en libertad.
Para Freixo es evidente “la complicidad” de los carceleros .
Otro “líder miliciano”, Luiz Monteiro da Silva llegó a planificar el asesinato de un fiscal fluminense desde el penal donde se encuentra alojado. Jefe de una banda que actúa en Jacarepaguá, este ex sargento policial fue condenado a 11 años de prisión por asesinato y actividades ilícitas.
No sólo los que están en presidios lejanos tienen esas “ventajas”. En una cárcel localizada en Benfica, un barrio de clase baja de la zona norte de Río de Janeiro, los capos de las mafias milicianas logran “filtrar” sus órdenes al exterior con el objetivo de manejar las “tareas” de sus grupos.
En ese presidio, llamado Bangu 8, se encuentra la mayoría de los ex policías militares presos por diversos delitos. En aquellos establecimientos carcelarios con severos regímenes de seguridad, la reforzada custodia del penal no impide la fuga de los ex policiales. Fue el caso, cuentan, de los soldados de la PM Wellington Vaz de Oliveira y José da Silva. Ambos huyeron por la puerta principal. Se descubrió luego que la facilitación de la huida sobrevino luego de un pago de 150.000 dólares .
Con el Mundial de Futbol a realizarse dentro de apenas tres años y unas olimpíadas que vendrán dentro de cinco, la cuestión de la seguridad se vuelve una altísima prioridad para el gobierno de Sergio Cabral. Lo ha dicho el propio gobernador, quien sin embargo no logra desarraigar la mafia policial de las favelas.
En noviembre de 2010 Cabral, con autorización del ex presidente Lula da Silva, lanzó la mayor ofensiva policial sobre las favelas del Conjunto do Alemao bastión del Comando Vermelho, integrado por el mayor grupo de narcos cariocas.
[Fuente: Por Eleonora Gosman, San Pablo, Clarin, Bs As, 25abr11]
Informes sobre corrupción y crimen organizado
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