Colombia Nunca Más |
CIMITARRA
De la Colonización a la Militarización
1. La Riqueza Forestal y Minera
1.1. La madera del Carare: incentivo de la colonización que no favoreció a los colonos
La colonización en Cimitarra se inició desde las primeras décadas del siglo XX. En 1925, con los trabajos del Ferrocarril del Carare se hicieron desmontes y se sembraron pastos. Muchos colonos llegaron a trabajar en el ferrocarril y luego en la construcción de la carretera del Carare. Pero durante la época de "La Violencia", según cuentan pobladores de la región "Cimitarra llegó a quedar solo con el Ejército, el inspector y uno que otro godo del comercio" (1) pues esta era una zona donde Rafael Antonio Rangel Gómez contaba con mucho apoyo y era considerado como "el ilustre defensor de los liberales" (2), lo que llevó a que muchos pobladores fueran asesinados y otros tuvieran que abandonar la región.
Con la creación del Instituto de Colonización y Emigración, en julio de 1953, se dio impulso a una etapa fuerte de colonización de la región del Carare Opón, surgiendo la población de Cimitarra como el núcleo de colonización regional. Allí llegaron colonos de Santander, Antioquia y Chocó, que se dedicaron básicamente a la explotación de la madera.
El proceso de colonización en la región fue bastante duro, pues los colonos tuvieron que enfrentarse a largas jornadas de trabajo para abrirse campo en la selva, a las inclemencias del clima y a un enemigo mortal, la llamada "fiebre perniciosa", que cobró la vida de muchos de ellos, según comentarios de pobladores de la región, "en Cimitarra se moría todos los días una persona por esta fiebre" (3)
La región del Carare Opón constituía la mayor reserva forestal del centro del país. En este bosque húmedo tropical se encontraban especies como: ají, caracoli, guayacán, caucho, laurel amarillo, sangre toro, balso, caimito, lacre, guásimo y ceiba, cuya explotación y comercialización permitía el sostenimiento de los colonos.
La madera continuó siendo uno de los renglones importantes de la economía de Cimitarra alcanzando los mayores niveles de producción entre 1984 y 1985; sin embargo, los beneficios económicos de la explotación y comercialización de la madera no fueron para los colonos sino para los terratenientes que tenían los medios técnicos para desarrollarla a gran escala. En 1990 algunos dueños de los aserraderos crearon la Asociación de Madereros de Cimitarra -ASOMACIS- que tenía el propósito de desarrollar programas de reforestación, pues la producción maderera había venido en detrimento por lo acelerado de la deforestación, que además conllevó la extinción de varias especies, pérdida de nutrientes en la capa vegetal, erosión y desaparición de las cuencas hidrográficas. (4)
1.2. De la agricultura a la ganadería: de los colonos a los terratenientes
A finales de la década de los sesenta, además de la explotación maderera, los colonos cultivaban maíz, cacao y plátano, que les permitía satisfacer sus necesidades básicas e inclusive ahorrar. Pero la llegada de comerciantes de otras zonas del país que compraron tierras en Cimitarra, mejoraron los pastos y trajeron ganado, fue desplazando a los colonos de sus pequeñas propiedades.
Para la década de los setenta ya la ganadería era extensiva y la propiedad de la tierra estaba en manos de terratenientes, que para hacerse a las tierras que los colonos habían despejado usaron todo tipo de métodos, incluidos los asesinatos. En 1998, el 86.8% de la tierra de Cimitarra era de pasto mejorado y pasto natural, tierra que estaba dedicada a la ganadería extensiva; el 12.8% era bosque y solamente el 0.4% estaba dedicada a la agricultura. (5)
1.3. El sueño del oro negro
Otra de las riquezas del municipio estaba en su subsuelo, con el petróleo. En 1923 las compañías La Lobito y López, esta última de propiedad de la familia de Alfonso López Pumarejo, entraron a explorar la selva del Carare en busca de petróleo. Estas dos compañías tuvieron un pleito en 1927, que llevó a que la Compañía López perdiera parte de las propiedades que tenía en el Carare.
En 1938 entró la Shell y estuvo haciendo exploraciones en lo que hoy comprenden las inspecciones de policía Puerto Araujo, Puerto Olaya y Santa Rosa del Carare.
Sin embargo, la explotación de petróleo no fue tan grande como se creía iba a ser. Cuando Cimitarra se erigió como municipio, el 23 de abril de 1967, se hablaba de que iba a ser una segunda Barrancabermeja por la riqueza petrolífera que había en su subsuelo y que ello traería desarrollo y prosperidad para el municipio (6), pero no fue así. Aunque se sabe que aún existen reservas de petróleo que no han sido explotadas. Las regalías que el municipio ha recibido por concepto de la explotación petrolera, no se han reflejado en obras de desarrollo que beneficien a la comunidad.
2. Lo Social y Lo Político
2.1. La oposición política: una constante en Cimitarra
Desde la década de 1960, la oposición política se manifestó en las urnas, con el apoyo a la ANAPO y al MRL, que aunque eran organizaciones que provenían del bipartidismo, marcaban las nuevas tendencias de la oposición política.
Para las elecciones de 1970, empezó a hacerse notar el Partido Comunista con el 15% de la votación. En 1976 la UNO, conformada por una coalición del Partido Comunista, el MOIR y el Movimiento Amplio Colombiano, que era una disidencia de la ANAPO, obtuvo el 62% de la votación. Pero la represión estatal de la década de los 70s y la paraestatal de los 80s llevó a que en 1984, la izquierda desapareciera por completo de la contienda política.
2.2. Los campesinos al frente de la organización social
En la década de los 60s los campesinos de Cimitarra, ante la necesidad de luchar por proteger sus derechos crearon el Sindicato de Trabajadores Agrícolas del Carare, que desde sus inicios fue atacado, sus afiliados fueron retenidos, requisados y maltratados permanentemente e incluso su presidente, Mario Silva, fue víctima de un atentado en el año1965.
En los 60s y 70s una forma de organización fuerte en la región eran las Juntas de Acción Comunal de las veredas, que lucharon por mejorar las condiciones de vida en las zonas rurales y en especial las vías de acceso.
En 1985 se creó la Asociación de Productores Campesinos del Carare, que buscaba que los pequeños agricultores se organizaran para buscar mayores y mejores posibilidades de comercialización de sus productos, sin embargo, no lograron sacarla adelante.
En 1987 surgió la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare ATCCen la inspección de policía La India. El 18 de junio de ese año, se reunieron aproximadamente 50 personas, que fueron convocadas por algunos líderes de la comunidad que desde tiempo atrás venían preocupados por la agudización de la violencia en La India, especialmente por los atropellos cometidos por el Ejército y los paramilitares. Uno de los fundadores de la ATCC describe así la situación: "En mayo entonces empezó el acoso por parte del mismo Ejército, nos reunían en La India precisamente los sábados y domingos que era cuando había más campesinos, nos obligaban a ir a reuniones y nos decían que nos uniéramos al Ejército, o que nos fuéramos con la guerrilla, o que nos fuéramos de la zona, o que nos moríamos que viéramos que íbamos a hacer... Esas reuniones se hicieron varias veces; posteriormente los militares ya hicieron la reunión en conjunto con los señores de defensa campesina, o sea los del MAS, les llamaban Autodefensa Campesina, pero realmente es el mismo MAS" (7). Entre el 15 y el 17 de mayo de 1987 los paramilitares estuvieron en La India y reunieron a los pobladores y les dijeron: "lo que se hizo hasta aquí se les perdona, pero si alguien la embarra de aquí en adelante, lo matamos" (8)
La ATCC se planteó negarse a prestar cualquier tipo de colaboración a la guerrilla, al Ejército y al MAS. Sostuvieron reuniones con las FARC y con el Ejército para plantearle su decisión. A la Asociación llegaron campesinos con posiciones diversas frente a los actores armados, los unía únicamente el deseo de que los crímenes contra los campesinos se acabaran.
Los directivos de la Asociación fueron muy optimistas en cuanto a los alcances que podía tener la organización para acabar con los crímenes en contra del campesinado; incluso el Ejército les había manifestado en un principio respetar sus decisiones, lo que fue confirmado el 28 de mayo, en que se reunieron 5 minutos con el General Guerrero Paz, quien les aseguró que "no tendrían problemas con el Ejército". Pero luego, según narra uno de los fundadores, "ya comenzaron fue a hacernos la guerra, a decirnos que nosotros éramos la tapadera de la guerrilla" (9). Esta guerra tendría su máxima expresión con el asesinato de Josué Vargas Mateus, presidente de la ATCC, Saúl Castañeda, secretario de la ATCC, Miguel Ángel Barajas Collazos, asesor de la ATCC y la periodista Sylvia Margarita Duzán Saenz, crimen que fue perpetrado por paramilitares.
Pese a este duro golpe, la ATCC siguió existiendo y ampliando su radio de acción. Sin embargo, los propósitos y las actividades que ha venido desarrollando no son muy claros, pues resulta difícil creer que en una zona donde el control paramilitar es casi absoluto, se pueda subsitir en la "neutralidad".
3. Los Actores Armados
3.1. La insurgencia armada
En Cimitarra existieron las autodefensas campesinas de la región del Carare desde finales de la década de los cincuenta, lo que facilitó la inserción de las FARC en este municipio, a donde llegaron en 1967. Posteriormente llegaría el ELN, pues aunque el 7 de enero de 1965, se dio a conocer públicamente con la toma del vecino municipio de Simacota, demoró unos años en llegar a Cimitarra. Durante la década de 1970 hizo presencia en la zona del Carare, al mando de Ricardo Lara Parada, pero solo hacia mediados de la década se evidenció su accionar en Cimitarra, con la toma del Cerro del Indio el 16 de febrero de 1976.
Terminando la década de los 70, el M-19 empezó a hacer trabajo en el Magdalena Medio, principalmente enYondó. En septiembre de 1979, después del robo de armas del Cantón Norte en Bogotá son detenidas por el Ejército, en el municipio de Bolívar, 14 personas, entre ellas los dirigentes Andrés Almarales y Carlos Pizarro León-Gómez, este último fue llevado a la base militar del aeropuerto de Cimitarra, donde fue torturado por efectivos del Batallón Rafael Reyes que tenía allí su sede.
En la década de los 70, el IV Frente de las FARC, comandado por Ricardo Franco, tenían un centro de operaciones en El Abarco, en Cimitarra. En esta misma época se intensificó el transporte de esmeraldas de la zona de Muzo (Boyacá) por el río Magdalena, por lo que se hizo fuerte la presencia del Ejército.
En marzo de 1975, el Ejército se tomó el centro de operaciones El Abarco, en la vereda Caño Abarco, donde fue asesinado un sinnúmero de guerrilleros, cuyos cuerpos fueron lanzados al río Magdalena. Este hecho se presentó luego de que José Santos, quien había sido guaquero de Muzo y trabajó como informante de la guerrilla pasara a ser informante del Ejército.
Después de este duro golpe, las FARC se replegaron un poco y el Ejército intensificó los atropellos contra las comunidades especialmente de las zonas rurales, pero esto antes que debilitar a la organización insurgente la fortaleció, pues según afirman pobladores de la región "muchos torturados y familiares de los masacrados fueron a engrosarlas filas de la guerrilla". (10)
Durante la década de 1980, las tres organizaciones insurgentes continuaron teniendo presencia en Cimitarra, aunque el respaldo y apoyo con que contaban se vio mermado en parte por los excesos cometidos por el Frente Xl de las FARC, pero fundamentalmente por la represión militar y paramilitar que llevaba a que los campesinos tomaran distancia frente a la insurgencia, para evitar ser señalados como miembros o auxiliadores de la misma y en razón de ello ser victimizados.
El M-19 tuvo presencia hasta su desmovilización en 1990, mientras las FARC y el ELN continuaron teniendo presencia en la zona. Para 1998, aún tenían presencia en parte de la zona rural, especialmente en límites con el municipio de Bolívar, donde se dieron algunas incursiones armadas.
3.2. Las Fuerzas Armadas y los paramilitares
La militarización acompañó a Cimitarra desde que se erigió como municipio, el 23 de abril de 1967, día en que fue nombrado su primer alcalde. Hasta 1972 el municipio tuvo siete alcaldes militares (11). Ello permitía que, por un lado los alcaldes militares organizaran jornadas cívico militares y participaran en campañas como la de alfabetización en 1970, mientras otros militares se encargaban de ejercer la represión.
En 1975 la Compañía Cóndor del Ejército, al mando del Capitán Luis Próspero Cervantes Gil, adscrita al Batallón Santander con sede en Ocaña (Norte de Santander), estuvo en Cimitarra adelantando operativos, en desarrollo de los cuales se presentaron torturas contra varios campesinos. Para esa época el Batallón Santander estaba comandado por un Coronel de apellido Guzmán.
Entre 1976 y 1981 el Batallón NΊ 38 Rafael Reyes, cuyo comandante era el Teniente Coronel Néstor Espitia Sotelo participó en múltiples crímenes y en la conformación de la primera expresión paramilitar que se conoció en la localidad, el "Movimiento Democrático Armado contra la Subversión'.
En la década de los setenta las bases militares existentes en Cimitarra eran: la del aeropuerto, que algunos consideraban un "campo de concentración", pues en épocas llegó a tener a centenares de detenidos (en 1976 había por lo menos 400 personas allí recluidas); la de Piedralinda; la de Llano Mateo; la de la inspección de policía Campo Seco, que sirvieron de escenario para muchos de los crímenes de lesa humanidad perpetrados por el Ejército.
En 1981 el Comando Operativo NΊ 10, con sede en Cimitarra, al mando del Coronel Ramón Emilio Gil Bermúdez, apoyó a los grupos paramilitares que se habían creado en la inspección de policía de San Juan Bosco La Verde del municipio de Santa Helena del Opón, posibilitando su expansión a Cimitarra. Otros militares de esta unidad que fueron señalados como miembros del MAS por la Procuraduría fueron: el teniente Ricardo Méndez y los sargentos Rafael Elino Hernández y Cristian Jaimes. (12)
A partir de 1983 con la creación de la XIV Brigada con sede en Puerto Berrío, se dio el fortalecimiento de los grupos paramilitares en toda la región del Magdalena Medio. En Cimitarra se crearon grupos en varias veredas que perpetraron múltiples crímenes durante la década de los ochenta y primeros años de la década de los noventa.
Entre los paramilitares que hicieron parte de ios grupos de Cimitarra están: El esmeraldero y comandante paramilitar Víctor Manuel Carranza Niño, quien tenía en Cimitarra una finca que contaba, entre otras "comodidades" con una pista de aterrizaje; Alonso de Jesús Baquero Agudelo, quien tenía en Vuelta Acuña su centro de operaciones, aunque se movía por Puerto Boyacá, Puerto Parra, Simacota y estuvo al frente de muchos de los crímenes que se perpetraron en el Magdalena Medio‘ Robinson Gutiérrez de La Cruz, exfuncionario judicial; Armando Clavijo, Jacinto Mejía, Francisco Mejía, Osear de Jesús Cataño Hernández, jefe paramilitar de Cimitarra, que participó en la masacre de La Rochela; Juvenal Quiroga González, vinculado a la Red de Inteligencia NΊ 7 de la Armada que cometió al rededor de 80 asesinatos en Barrancabermeja entre 1991 y 1992; Luis Eduardo Ramírez, "El Zarco", que estaba encargado de la zona de La Corcovada a finales de la década de 1980; más adelante asumiría el mando de las "Autodefensas del Magdalena Medio"; Alejandro Ardila, "El Ñato", vinculado al asesinato de Sylvia Duzan y los miembros de la ATCC; Hermógenes Mosquera, "El Mojao", vinculado al asesinato de Sylvia Duzan y los miembros de la ATCC, Armando Suescún, candidato a la Alcaldía de Cimitarra por el movimiento MORENA, vinculado a! asesinato de Sylvia Duzan y los miembros de la ATCC; Carlos Atuesta, miembro de la ATCC, quien al parecer estuvo vinculado al asesinato de Sylvia Duzan y sus propios compañeros de la ATCC; Gilberto Silva Cortés, comandante de la zona de San Femado a finales de la década de los 80s; Darío Alberto Marín; Waldo Patino García, que operaba en la zona de San Fernando; Miguel Alfonso Arias; Darío Cortés; Edgar Gustavo FIórez Fajardo; Ariel Fernández; Rodrigo Alonso Galledo Agudelo, recaudador de impuestos de Puerto Olaya; Claudio León; Denis Linares; Santiago Londoño Campo; José Plácido Londoño Londoño, Benjamín Lopera, inspector de policía Puerto Olaya; Jorge Armando Lugo Aponte; Isaac Meza; Julio Moreno, "Garavato"; José Aníbal Quintero Posada; Nelson Sepúlveda, ganadero de San Fernando; Ramón Serrano Mejía, quien tenía una casa en el barrio Arredondo, donde se reunían los paramilitares, y Pedro Antonio Vega.
4. Los Crímenes de Lesa Humanidad en el marco de la Represión
4.1. Militarización de la vida cotidiana: carnetización, tortura y procesos ante la Justicia Penal Militar
En 1975, en Cimitarra, luego de la toma del centro de operaciones de las FARC de la Vereda Caño Abarco se dio un repliegue de la organización insurgente y el Ejército hizo mayor presencia en la región, comenzando una arremetida contra la población presentándose torturas, racionamiento de comida, asesinatos, desapariciones y carnetización, lo que se agudizó en 1976. Pues si bien antes de 1975 ya habían empezado los atropellos, no habían sido tan generalizados, veamos:
El 7 de septiembre de 1971, el campesino Manuel Echavarria, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Los militares lo detuvieron en la vereda Piedralinda y luego lo llevaron a la base militar ubicada en el aeropuerto de Cimitarra, donde permaneció incomunicado y aislado, siendo golpeado y amenazado.
En diciembre de 1972, el Concejal de Cimitarra Rafael Zapata, fue torturado por agentes del Estado. Fue sometido a choques eléctricos y lo amarraron, permaneciendo así durante tres días.
El 20 de mayo de 1973, Pedro Zapata Hincapié fue detenido y torturado por el Ejército. Fue sometido a choques eléctricos, golpes, insultos, privación de alimentos, torturas psíquicas y vendas en la cara. Posteriormente fue puesto en libertad.
En mayo de 1973, el campesino Alfonso Anaya, fue desaparecido por miembros del Ejército.
Por este hecho no existió investigación disciplinaria, de acuerdo con la respuesta dada por la División de Registro y Control de la Procuraduría General de la Nación, que manifestó "una vez revisada la información reportada por las diferentes dependencias de esta entidad en el sistema Gestión Disciplinaria (GEDIS) no aparece registrada investigación alguna por este suceso" (13)
Durante 1975 y 1976 la represión por parte de agentes del Estado, especialmente miembros del Ejército, ha sido la más fuerte que ha sufrido Cimitarra, en los últimos 30 años. Lo que ilustran las más de 300 víctimas de asesinato, tortura y desaparición durante estos dos años. En 1975 los pobladores de la región fueron carnetizados, siendo está una forma de control absoluto. Las Fuerzas Armadas bloquearon una extensa zona en las cabeceras de los ríos Carare y Minero, impidiendo a los colonos que habitaban allí sacar la madera y otros productos agrícolas, así como salir a comparar las remesas.
A finales del mes de marzo de 1975, las FARC se tomaron la inspección de policía Guadualito, del municipio deYacopí (Cundinamarca), luego de esto la V Brigada emprendió una serie de acciones so pretexto de ubicar al grupo guerrillero. Estas acciones se extendieron por el Magdalena Medio cundinamarqués, boyacense y santandereano, hasta llegar a Cimitarra, donde se presentaron detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos. Sin embargo estas acciones no estaban encaminadas a combatir a la guerrilla, sino a defender otros intereses, como lo expresó en su momento la Revista Alternativa, "aliados con el Das y con Ejército, terratenientes como Jaime Baena, están empleando hasta el asesinato para expulsara miles de colonos que mejoraron esas tierras". (14)
Veamos algunos casos que muestran el accionar del Ejército y el DAS en 1975:
El 11 de abril de 1975, Una Campesina fue torturada y Su Hijo de 10 años asesinado por miembros del Ejército, quienes llegaron a la vivienda donde habitaba la familia campesina, la madre fue amarrada y maltratada mientras era interrogada por los militares delante de sus hijos; uno de ellos trató de defenderla, recibiendo un culatazo que le causó la muerte.
El 14 de abril de 1975 los campesinos Federman Toro Salazar, Salvador Vela, Jorge Duque, Blanca Flor Bueno e Isaías Mosquera, fueron detenidos y torturados por los miembros del Batallón Santander: Capitán Luis Próspero Cervantes Gil, Comandante de la Compañía Cóndor; un sargento de apellido López y dos cabos de apellidos Díaz y Rueda, pertenecientes a la base militar del aeropuerto de Cimitarra. Los campesinos fueron vendados y sometidos a golpes con objetos diversos, pinchazos, asfixias, insultos y torturas psíquicas.
El 14 de abril de 1975, los campesinos Jaime de Jesús Castrillon, de 27 años de edad, y Nicolás Bejarano, fueron detenidos y torturados por los miembros del Batallón Santander: Capitán Luis Próspero Cervantes Gil, Cabo Díaz y Sargento Primero López. Jaime de Jesús describió las torturas a que fue sometido así:
"... Fui detenido a la cuatro de la tarde por un pelotón del Batallón Santander, en la casa de Epifanio Puente, dueño de la finca Las Vegas, donde me dan trabajo, vereda de Corcovada. Cuando yo llegué ya tenían detenidos a 10 compañeros más. A Nicolás Bejaranoya minos llevaron a la Finca La Mensajera, propiedad de Honorio Peña. Allí el Capitán Luis Próspero Cervantes Gil, Comandante de la Compañía Cóndor, me hizo el primer interrogatorio... (luego) me entregaron a un grupo de soldados bajo el mando del Cabo Díaz. Eran como las siete de la noche, cuando me llevaron a campo abierto con una pala en el hombro. Me acostaron en el suelo, me tomaron las medidas y luego me dieron la orden de que cavara mi propia sepultura. Como a las 20 paladas, me interrumpen. Comienzan de nuevo el interrogatorio. Como yo no puedo informar sobre lo que no conozco, otra vez la orden de seguir abriendo el hueco. Hacía la media noche, sudando mucho terminé la fosa.
Ahora acuéstese allá dentro, me ordenó el Cabo. A gritos y con insultos me volvían a hacerlas mismas preguntas y luego paladas de tierra encima, que empezaron por los píes y fueron llegando a la cabeza. Yo no tenía respuestas, entre paladas y preguntas me fue tapando todo el cuerpo. Yo creo que el Cabo Díaz me echó un metro de tierra encima.
Con una mano en los ojos y otra en la nuca, se me fue yendo el conocimiento. Yo creí que en esa madrugada del martes 15 de mayo (sic) se acababa mi vida; pero al otro día, con el sol encima, adolorido como si me hubieran dado una garrotera, me desperté tirado en el suelo cerca a la casa de Honorio Peña. El Capitán Cervantes le ordenó al cabo Molina que me llevara más lejos y me hiciera masajes porque estaba medio paralizado, de no poderme levantar. Ya estaba sintiéndome mejor, cuando comenzaron de nuevo el interrogatorio. No sé, yo no sé nada.
Otra vez el Capitán Cervantes. Me alarga su pesado equipo para que se lo cargue y la Compañía Cóndor del Batallón Santander, compuesta por unos 70 militares, se pone en marcha. Cuando llegamos a la finca Casa de Zinc eran las 11 de la mañana. Allí estuvimos hasta el día miércoles 16. Me dieron por fin comida, un tarro de salchichas y uno de leche para todo el día. Creía yo que todo había terminado; pero por la mañana del miércoles me ponen a la disposición del Sargento Primero López. Me llevan para la quebrada, seguro para que no se oigan los gritos, porque allá abajo empiezan las torturas y los interrogatorios. Eran las nueve de la mañana cuando me tiran al suelo boca arriba y me amarran con lazos. El Sargento me advierte que si no canto me va a volvei mierda porque él es especialista en tortura.
Con una toalla gruesa y unas ollas de agua empiezan a asfixiarme. Yo solo respiraba agua y cuando empezaba a desmayarme, paraban un rato, volvían a las preguntas y otra vez más toalla empapada en agua y así como una hora larga. Luego me agarraron a golpes hasta que perdí el conocimiento.
Cuando me desperté, no oía ningún ruido. Era que había perdido los oídos por los golpes. Me desamarraron las manos y vuelve el interrogatorio. Ahora traen una piola como de un metro, me mandan bajarme los pantalones y personalmente el Sargento me amarra los testículos;
y luego preguntas y él a jalar la piola. Yo del dolor me iba poniendo de pie; pero entonces unos soldados me agarran contra el suelo. Ya otra vez estaba que perdía el conocimiento, después de media hora de aguantar. El Sargento al fin se cansó, y quitó la piola y cuando yo me fui a subir los pantalones era que no podía porque estaba encalambrado de los terribles dolores. A empujones me llevan al Comandante Cervantes. Que me hago golpear por guevón, me dice el comandante, que colabore y que no me faltará nada ni a mí ni a mi familia. Luego me da el equipo para que lo siga cargando. Yo iba adelante, de tumbo en tumbo, abriéndoles camino como me lo ordenaba el comandante. Cuando nos cruzamos con unos balseros, me escondieron en el monte para que no me vieran porque yo iba hecho una lepra y me iba quejando de
dolores. De allí en adelante me pusieron a recorrer monte como baquiano, aunque yo andaba que me moría. Por fin, el día 19 en la finca Las Palmas a las cuatro de la tarde, el Coronel me dijo que me largara; pero que quedaba comprometido a que le colaborara a él en todo."
En abril de 1975, los campesinos miembros de la Familia Riaño conformada por el padre, la madre y tres niños de 11, 13 y 3 años de edad, fueron víctimas del accionar criminal del Ejército, que torturó a cuatro de ellos, para que "confesaran sus relaciones con las FARC". Durante un forcejeo con la madre, quien trataba de evitar que agredieran a su hijo menor de 3 años, el infante fue asesinado por los militares.
En abril de 1975, Un Niño Campesino, de 10 años de edad, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Los militares lo detuvieron en la vereda La Corcovada, lo arrastraron amarrado durante varias horas y lo golpearon hasta dejarlo al borde de la muerte.
En abril de 1975, los campesinos PASTOR LÓPEZ y ARNOLDO TELLEZ, fueron detenidos y torturados por los miembros del Batallón Santander: Capitán Luis Próspero Cervantes Gil, y un sargento de apellido López. Fueron sometidos a ahogamiento, introducción de objetos en la boca, colgadas, golpes con objetos diversos y pinchazos.
En abril de 1975, el campesino Rafael Yepes, fue detenido y torturado por los miembros del Batallón Santander: Luis Próspero Cervantes Gil y un cabo de apellidos Rueda Díaz. Fue sometido a ahogamiento con vendas, asfixia, colgadas, golpes con objetos diversos, pinchazos y torturas psíquicas.
En mayo de 1975, el campesino Flaminio Florido, fue detenido y asesinado por miembros del Ejército. En la edición del periódico El Tiempo del 14 de mayo de 1975, apareció la noticia de que Flaminio había sido ejecutado por las FARC. Sin embargo, periodistas de la Revista Alternativa dialogaron con su esposa, quien denunció que Flaminio había sido detenido por el Ejército.
A mediados de 1975, el campesino Ramiro Navas, fue torturado por miembros del Batallón Santander. Fue detenido en la vereda Caño Dorado y llevado al "campo de concentración", ubicado en el aeropuerto, donde fue sometido a amarradas, amenazas y golpes. Luego fue trasladado a las instalaciones del Batallón Santander.
En agosto de 1975, el campesino Valerio Arcángel, fue detenido y torturado por el Ejército. Permaneció incomunicado y aislado siendo sometido a las siguientes modalidades de tortura: amarradas, colgadas, golpes amortiguados, patadas, plantón, privación de alimentos y puños.
En septiembre de 1975, el campesino José Miguel Ruiz, fue detenido por el Ejército y torturado psicológicamente mediante simulacro de fusilamiento; el hecho fue ordenado por del Alcalde Municipal, Jaime Alberto Betancur. Luego fue recluido en la cárcel de San Gil.
En octubre de 1975, Alonso Castañeda fue detenido y torturado por miembros del Ejército sometido a aislamiento, incomunicación, amarradas, amenazas, colgadas, golpes, plantón e insultos, mientras era interrogado por largos períodos.
En octubre de 1975, el militante político de izquierda Darío Monsalve, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a amarradas y colgadas.
En noviembre de 1975, los campesinos José Alejandro Echavarria y Víctor Manuel Echavarria, fueron detenidos y torturados por miembros del Ejército, quienes contaron con el apoyo del alcalde de la localidad Jaime Alberto Betancur.
El 15 de diciembre de 1975, el Vicepresidente del Consejo Municipal de Cimitarra por el Partido Comunista José Romana Mena, fue asesinado por agentes del DAS.
En los primeros meses del año 1976, las acciones contra los pobladores de Cimitarra se mantuvieron como en el año anterior, continuaron las detenciones seguidas de torturas y algunos asesinatos:
El 11 de enero de 1976, la ama de casa Graciela Patino, fue detenida y torturada por el Ejército mediante plantón, privación de alimentos y obligada a hacer sentadillas y ejercicios fuertes. Fue llevada a la base militar Llano Mateo.
En febrero de 1976, el campesino Timón Barbosa, fue torturado por el Ejército mediante colgadas que le produjeron fracturas.
El 24 de marzo de 1976, los campesinos Antonio Galvis, Moisés Guzman, de 19 años de edad, y Adolfo Guzman Galeano, fueron torturados y asesinados por miembros del Ejército acantonados en el aeropuerto municipal, que iban al mando del Capitán Luis Eduardo Charry.
Los militares llegaron a la casa de Antonio, luego de registrar la vivienda y maltratar a su esposa e hijos, lo llevaron a un lugar distante donde fue torturado y posteriormente acribillado con arma de fuego. Moisés y Adolfo fueron sacados de su casa, llevados lejos de allí y torturados durante más de dos horas, luego conducidos al lugar donde habían asesinado a Antonio y obligados a pisotear la sangre de éste. Adolfo fue sometido a la tortura del cepo consistente en que la víctima rodee con sus brazos y piernas un árbol, sus piernas son echadas hacía atrás y sus pies volteados hacia adentro a la fuerza para posteriormente sentarlo sobre ellos, quedando así los testículos fuertemente presionados contra el palo y las articulaciones de la rodilla y los tobillos descompuestas, posición en la cual es físicamente imposible pararse por sus propios medios. Esta tortura fue repetida durante más de cuatro horas mientras le decían que "cantara". Posteriormente lo soltaron del árbol vomitando sangre, paralítico e inconsciente. En las horas de la tarde intentaron someter a Moisés a las mismas crueles torturas, pero éste se negó a dejarse hacer lo mismo y entonces el Teniente disparó varias veces su fusil contra Moisés, quien murió instantáneamente en presencia de su hermano y otros campesinos que estaban detenidos allí mismo. Posteriormente fue asesinado Adolfo.
Los militares sacaron los cuerpos de los tres campesinos. Al de Antonio le colocaron al cinto una granada y un revólver y fue llevado a Cimitarra; mientras que los de Moisés y Adolfo fueron entregados a sus familiares en Landázuri.
El Alcalde de Cimitarra Jaime Alberto Betancur informó telefónicamente a Bogotá que "en una heroica actuación de las Fuerzas Militares de su jurisdicción habían sido dados de baja tres guerrilleros en la hacienda del prestigiosos ganadero Demetrio Valbuena". El allanamiento, detención y torturas de las víctimas obedeció a la denuncia instaurada por el hacendado Demetrio Valbuena en la que acusaba a los campesinos de extorsionistas.
En marzo de 1976, el obrero Germán Gallego, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a golpes con objetos diversos y recibió patadas y puños.
En abril de 1976, el obrero Pedro Abel Ariza, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a colgadas, golpes, insultos y torturas psíquicas mientras era interrogado.
En abril de 1976, el estudiante Carlos Darío Ortiz, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a golpes con objetos diversos, plantón y privación de alimentos.
4.2. El precio de la "participación democrática"
El 18 de abril de 1976 se llevaron a cabo las elecciones de "mitaca"; en Cimitarra la UNO (Unión Nacional de Oposición) obtuvo seis de las diez curules para el Concejo Municipal, con 2528 votos frente a 1550 del Partido Liberal y 71 del Partido Conservador. Este triunfo de la izquierda generó gran descontento en la clase dirigente local y en las Fuerzas Armadas, incrementándose la comisión de crímenes de lesa humanidad, en especial de la tortura.
Días después de las elecciones, el Comandante del Batallón Rafael Reyes, Teniente Coronel Néstor Espitia Sotelo, reunió a los pobladores que se encontraban haciendo mercado y les manifestó "como ustedes no quieren al gobierno y estamos en zona de guerra, vamos a terminar con los comunistas... El Concejo mayoritario de la UNO que eligieron el 18 de abril no se lo vamos a dejar funcionar" (15); las palabras del oficial no eran una simple amenaza, pues las acciones represivas no se hicieron esperar. Entre finales de abril y principios de mayo fueron detenidas alrededor de 400 personas en Cimitarra, de ellas cerca de un centenar en la inspección de policía San Fernando. Los detenidos, "niños, mujeres, ancianos y hombres" (16) fueron trasladados a la base militar del aeropuerto de Cimitarra, donde muchos fueron torturados, el Teniente Coronel Espitia "personalmente toma parte en varias torturas y ejecuciones" (17)
La represión fue dirigida desde el Batallón Rafael Reyes por el Teniente Coronel Néstor Espitia Sotelo y contó con la colaboración de los capitanes Hernán Martínez y Luis Eduardo Charry y del Teniente Chaparro.
Entre el 4 y el 7 de mayo de 1976, los campesinos Rosa Trujillo, Gonzalo Montaña, Víctor Mosquera, Gustavo Orozco, Francisco Osorio, Gustavo Osorio, Evelio Pérez, Israel Reyes, Víctor Raúl Reyes, Rosendo Robledo y José Guzman; los Comerciantes Elizabeth Trujillo, Gilberto Alvarez, Mario Alvarez, Emilio Osorio, Jaime Osorio, Gerardo Pacoco, Luis Quintero, Israel Quintero, Pablo Rivera y Mario Gutiérrez; el conductor Germán Santamaría; los empleados Ivan Ceballos, Hugo Nora y Óscar Rodríguez; la líder estudiantil Emilse Castañeda, de 15 años de edad; el estudiante Luis Cuervo; los obreros Octavio Rojas, Gregorio Villalba, Hernán Urrego, Venancio Calderón, Alipio Campaña, Juan Chávela, Fabián Gómez, Carlos Mena, Rosendo Ortiz, Florindo Riaño y Luis Rodríguez; los pobladores Pablo Caro, Gustavo Giraldo, María Gómez, Saúl Cadena Parra, Gregorio Merchan, Emilia Mosquera, Enrique Orozco, de 60 años de edad, Hernando Ríos y Gliserio Rentería; y el concejal Carlos Gómez, fueron detenidos por el Ejército y sometidos a torturas y maltratos consistentes en obligarlos a mantenerse tirados boca abajo en el suelo; si alguien intentaba cambiar de posición recibía golpes de culata o puntapiés; cuando se les obligaba a ponerse boca arriba era para que los soldados les saltaran encima del estómago; se les mantuvo sin alimento y sin agua por varios días.
4.3. La aparición de las acciones encubiertas o el fantasma del paramilitarismo
A mediados de 1976, fueron distribuidas por toda la población octavillas amenazando a los habitantes de la región, acusándolos de colaborar con la subversión, las cuales eran firmadas por un grupo que se hacía llamar "Movimiento Democrático Armado contra la Subversión" que no era nada distinto a miembros del Batallón Rafael Reyes y algunas escuadras de autodefensa creadas por iniciativa del Comandante del Batallón, Néstor Espitia Sotelo, quien aprovechó su estancia en la zona para hacerse a varias fincas en Cimitarra y Landázuri.
Este militar permaneció en el cargo hasta 1981 y durante su estadía se ejerció un control total a la población de común acuerdo con el Alcalde Jaime Alberto Betancur: "para trasladarse dentro del municipio entre sus corregimientos se requiere permiso especial y personal expedido por el Alcalde. Igual cosa se exige para llevar alimentos y ropa, calzado, drogas o cualquier otro elemento vital. Y para trasladarse o salir de Cimitarra hacia Bogotá o Puerto Berrío deben franquearse cinco retenes en los cuales se exige identificación del pasajero, que el nombre de su cédula coincida plenamente con el que figura en la planilla de viajé" (18). Todos los pobladores tenían que refrendar el carnet en la base militar del aeropuerto de Cimitarra, por períodos definidos por los militares. Muchos fueron detenidos y torturados cuando iban a refrendar el carnet; al que no se presentaba en la fecha fijada lo encarcelaban 72 horas y a menudo los obligaban a patrullar como guías y debían llevarles a los militares la carga pesada. La carnetización duró hasta principios del año 1982.
En esta época -1977-, fue nombrado Gobernador del departamento de Santander el Teniente Coronel Alvaro Bonilla López.
Durante este tiempo se presentaron los siguientes crímenes:
El 17 de junio de 1976, el militante de izquierda Leonel Marín Vargas, fue asesinado por el Ejército.
El 25 de junio de 1976, el campesino Alberto Santamaría, fue detenido y torturado por el Ejército, en la vereda La Amarilla de la inspección de policía San Fernando. Fue sometido a golpes con objetos diversos y privación de alimentos.
El 27 de junio de 1976, el campesino Juan Zapata, fue detenido y torturado por miembros del Ejército, en la inspección de policía San Fernando. Fue sometido a golpes amortiguados y con objetos diversos, patadas y puños.
El 29 de junio de 1976, el campesino Elvecio Peñaloza, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a golpes amortiguados, patadas, puños y torturas psíquicas.
En junio de 1976, el campesino Tarcisio Gañan, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Durante su detención fue sometido a amenazas, golpes e insultos.
En junio de 1976, Aníbal Hincapié fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Durante su detención fue sometido a golpes y plantón.
En junio de 1976, el campesino José Romulo Quiñones, fue detenido y torturado por el Ejército. Fue sometido a golpes, amenazas e insultos.
En junio de 1976, el campesino Manuel Luna, fue detenido y torturado por el Ejército. Fue sometido a colgadas, golpes, plantón y privación de alimentos.
El 11 de julio de 1976, el campesino Misael Ramírez, fue asesinado, en la vereda La Corcovada, por el Capitán Hernán Martínez, adscrito al Batallón Rafael Reyes.
En julio de 1976, Octavio Ramírez fue detenido y torturado por el Capitán Hernán Martínez del Batallón Rafael Reyes. Fue detenido en la inspección departamental San Fernando y llevado a la base militar del aeropuerto de Cimitarra, donde fue sometido a amenazas y plantón.
En agosto de 1976, el campesino José Largo Pescador, fue torturado y asesinado por miembros del Ejército, en la Ciénaga de Cachimbero. Durante su detención lo sometieron a aislamiento, incomunicación, golpes amortiguados con objetos diversos, le fueron causadas heridas y recibió patadas, antes de ser asesinado.
En agosto de 1976, el campesino Pedro David León, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Durante su detención fue sometido a colgadas, golpes y plantón. Luego fue trasladado a la cárcel del Socorro.
El 11 de septiembre de 1976, e! campesino Isaac Gómez, fue asesinado en acción adelantada por el Ejército, en la que participó un informante conocido como "El Gringo", quien fue el que le disparó.
El 18 de septiembre de 1976, los campesinos Pedro Copete y José Ricardo Ortiz, fueron detenidos y torturados por miembros del Ejército. Pedro fue detenido en el sitio conocido como Caño Dorado, zona rural de la población. Fueron llevados a la base militar del aeropuerto de Cimitarra, donde permanecieron incomunicados, aislados, amarrados y fueron golpeados
El 20 de septiembre de 1976, el campesino José del Carmen Santamaría, fue detenido y torturado por miembros del Ejército en la vereda La Amarilla de la inspección de policía San Fernando.
En septiembre de 1976, el campesino Delio Vargas fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue llevado a la base militar del aeropuerto de Cimitarra, donde fue sometido a golpes con objetos diversos y torturas psíquicas.
En septiembre de 1976, el campesino José Franco, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a golpes con objetos diversos, patadas y recibió puños.
En septiembre de 1976, el campesino Horacio Agudelo, fue detenido y torturado por el Ejército.
En septiembre de 1976, el campesino Luis Emilio Duque García, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a aislamiento, incomunicación, amarradas, amenazas, colgadas, golpes, insultos y privación de alimentos. Luego fue trasladado a la cárcel del Socorro.
El 26 de octubre de 1976, un campesino de apellido Loaiza, fue detenido y torturado por miembros del Ejército, en la vereda El Guineal. Durante su detención fue sometido a amarradas, golpes y plantón.
En noviembre de 1976, el campesino Reinaldo Gómez, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Durante su detención fue sometido a amenazas y golpes.
El 15 de diciembre de 1976, el comerciante Nicanor Rodríguez, fue detenido y torturado por miembros del Ejército, mediante colgadas, golpes, plantón y privación de alimentos. Anteriormente, en mayo del mismo año, había sido detenido.
A finales de 1976, el campesino Gildardo García, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Durante su detención fue sometido a aislamiento, incomunicación, amarradas, amenazas, colgadas, golpes con objetos diversos, insultos, patadas y puños. Luego fue trasladado a la Cárcel de Cimitarra.
El 9 de enero de 1977, los líderes del Partido Comunista Josué Gavanzo Salazar y Tobías Lamus, fueron encontrados asesinados. Tobías se encontraba desaparecido desde el 14 de diciembre de 1976. Del hecho se sindicó a los militares que actuaban bajo el nombre de "Movimiento Democrático Armado contra la Subversión".
El 14 de enero de 1977, Camilo Moreno fue asesinado por miembros del Ejército, mientras se encontraba recluido en la base militar de la inspección de policía Campo Seco.
En enero de 1977, el campesino Miguel Cruz Pretez, fue detenido y torturado por orden del capitán Hernán Martínez. Fue detenido en el puesto militar de la vereda La Corcovada, donde fue sometido a aislamiento, incomunicación, amenazas a sus familiares, colgadas, insultos, plantón y tentativa de homicidio.
En enero de 1977, Yesid Bolaños, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue llevado a la base militar del aeropuerto de Cimitarra, donde fue sometido a golpes, plantón, privación de alimentos y puños.
En enero de 1977, el campesino Gerardo Osorio, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue llevado a la base militar del aeropuerto de Cimitarra, donde fue sometido a plantón.
El 13 de abril de 1977, el empleado Ferman Fino, fue desaparecido, luego de ser detenido por miembros del Ejército.
El 16 de abril de 1977, los campesinos Taylor Vargas, Octavio Pabas y Adriano Lozano, fueron detenidos y torturados por miembros del Ejército. Fueron llevados al puesto militar de la inspección de policía Dos Hermanos, donde fueron sometidos a colgadas y golpes mientras eran interrogados. Fueron trasladados a la base militar del aeropuerto de Cimitarra y posteriormente puestos en libertad.
El 19 de abril de 1977, los campesinos Belén de Santos, sus hijos Alexander José Santos, de 18 años de edad, Blanca Santos, de 16 años de edad, Emilce Santos, de 11 años y otros Dos Infantes, uno de ellos de apenas 6 años, fueron detenidos y torturados por el Teniente Rodríguez del Ejército. Fueron detenidos en el Caserío Puerto Guevara de Bolívar (Santander) y llevados al puesto militar de la inspección de Dos Hermanos, donde fueron sometidos a amarradas, amenazas, insultos y torturas psíquicas.
En mayo de 1977, el campesino Ulises Medina, fue detenido y torturado por el Ejército, Fue sometido a amarradas y golpes. Luego fue liberado y tuvo que abandonar la región por amenazas contra su vida si no lo hacía.
En mayo de 1977, el campesino Gustavo Quintero Castellanos, fue detenido y torturado por miembros del F-2 de la Policía. Fue detenido en la inspección de policía San Fernando y sometido a amarradas, colgadas, golpes y simulacro de fusilamiento.
El 11 de julio de 1977, el campesino Misael Rodríguez, fue asesinado por miembros del Ejército.
El 17 de julio de 1977, los campesinos Carlos Esparza, Alfredo Gamboa y Luis Eduardo Mosquera, fueron detenidos y torturados por miembros del Ejército. Fueron llevados a la base militar del aeropuerto de Cimitarra, donde los sometieron a aislamiento, incomunicación, amenazas, golpes e insultos, mientras eran interrogados durante largas jornadas.
El 19 de noviembre de 1977, el campesino Evelio Montañez, fue asesinado por miembros del Ejército.
El 11 de abril de 1978, el campesino y comerciante Hernando Osorio, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido golpes, plantón y privación de alimentos, mientras era interrogado durante largas jornadas. Anteriormente había sido detenido en mayo de 1976.
En agosto de 1978, el campesino Jorge Toro, fue detenido y torturado por el Ejército. Fue golpeado y obligado a realizar sentadillas y otros ejercicios fuertes.
El 1 de septiembre de 1978, los campesinos Omaira Garzón, Alfredo Agudelo, José Marín y una mujer de apellido Agudelo, fueron detenidos y torturados por miembros del Ejército, en la inspección de policía San Fernando.
En noviembre de 1978, el campesino Antonio Triana, fue torturado por miembros del Ejército, quienes lo detuvieron en el sitio conocido como "Vuelta de la Oreja" y lo sometieron a asfixia.
En noviembre de 1978, el campesino y militante político de izquierda Edilberto Leiva Vera, fue asesinado por miembros del Ejército.
En noviembre de 1978, la campesina Isabel Barrios fue detenida y torturada por miembros del Ejército. Fue sometida a amarradas, colgadas, torturas psíquicas y vendas en la cara, quedando con secuelas.
Había sido víctima de seguimientos y hostilidades anteriormente. Se vio obligada a abandonar la región por amenazas contra su vida si no lo hacía.
El 5 de diciembre de 1978, el militante político de izquierda Rogelio Muñoz Jaramillo, fue asesinado por miembros del Ejército, en la inspección de policía San Fernando.
En diciembre de 1978, el campesino Hermes Cacero Barrios, fue torturado y detenido por miembros del Ejército, en el sitio conocido como Guineal. Fue sometido a amenazas, insultos e impedimento para realizar actividades fisiológicas. Luego fue llevado al puesto militar del Caserío Puerto Pinzón de Puerto Boyacá (Boyacá)
En diciembre de 1978, el campesino Héctor Hernández, fue asesinado por miembros del Ejército, en la vereda La Amarilla de la inspección de policía San Fernando.
El 29 de enero de 1979, el campesino Roberto Amaya Gaitan, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue detenido en Yacopí (Cundinamarca) y trasladado en helicóptero hasta Cimitarra donde fue sometido a torturas, que la víctima describió así:
"En Cimitarra me encalabozaron y me amarraron la cabeza con una toalla sujetada al cuello impidiéndome la respiración, esto por 4 horas. En vista de la sed agobiante me tocó solicitar dos litros de agua que me cobraron a $50 cada uno. Seguidamente me forraron la cabeza con un talego, apretándome la garganta con un cordón, 'impidiendo nuevamente la respiración; me amarraron las manos por detrás y me colgaron de una viga; me golpearon en el estómago, en las piernas, dejándome completamente imposibilitado para movilizarme. Me amenazaron con matarme si no firmaba un papel".
Posteriormente Roberto fue trasladado nuevamente a Yacopí, de allí a Chiquinquirá (Boyacá), luego fue llevado a Bogotá, de allí a Puerto Salgar (Cundinamarca), donde nuevamente fue torturado, "me tuvieron una noche amarrado a un botalón de achicar ganado, en donde perdí el conocimiento por las torturas, el hambre, la sed y el sueño". Nuevamente fue llevado a Bogotá, al Batallón Baraya, donde estuvo recluido por 10 días, luego de lo cual, fue trasladado a la Cárcel Nacional Modelo.
El 16 de marzo de 1979, el campesino residente en Yacopí (Cundinamarca) Francisco Mahecha, fue detenido y torturado por el Ejército. Fue sometido a colgadas, golpes con objetos diversos, plantón, quemaduras y vendas en la cara. Fue sindicado y posteriormente dejado en libertad.
El 3 de abril de 1979, el campesino Argemiro Medina, fue detenido y torturado por el Ejército. Fue sometido a amenazas, colgadas, golpes, insultos, patadas, plantón, privación de alimentos y puños. Estuvo recluido en la Policía Militar de Cimitarra.
El 16 de abril de 1979, la campesina Delia Salazar, fue detenida y torturada por miembros del Ejército. Fue sometida a aislamiento, privación de alimentos y vendas en la cara, mientras era interrogada durante largas jomadas.
El 26 de abril de 1979, el campesino Isidro López, fue detenido y torturado por el Ejército. Fue sometido a aislamiento, incomunicación, colgadas, golpes, plantón y privación de alimentos. Fue sindicado, estuvo recluido inicialmente en la V Brigada y después en la cárcel Modelo de Bucaramanga. Anteriormente, había sido detenido en tres ocasiones, la primera de ellas el 8 de junio de 1976.
El 7 de junio de 1979, Ezequiel Ramírez, Jesús Ramírez y Octavio Ramírez, de 17 años de edad, miembros de una misma familia, fueron detenidos y torturados por el Ejército. Fueron llevados a la base militar del aeropuerto de Cimitarra, donde fueron sometidos a colgadas, golpes, plantón y vendas en la cara.
El 2 de junio de 1979, el campesino Luis Antonio Uribe Jaimes, fue detenido, torturado y desaparecido por miembros del Ejército. Luis Antonio y otro campesino se encontraban trabajando en una finca en la vereda Cielo Roto de la inspección de policía El Marfil de Puerto Boyacá, cuando llegó el teniente Rodolfo Márquez, quien inicialmente les dio dinero para que le dijeran en dónde estaba la guerrilla, al responderle que no sabían los detuvo. Los campesinos fueron obligados a cargar el equipo de un capitán que comandaba la patrulla y a tumbar madera para hacer un helipuerto. El otro campesino fue dejado en libertad, pero Luis Antonio fue llevado detenido a Cimitarra, allí fue sometido a torturas y luego desapareció.
El 2 de julio de 1979, el campesino Bernabé Vergara, fue detenido y torturado por el Ejército. Fue llevado al puesto militar de la inspección de policía San Fernando, donde fue sometido a submarino, amarradas y privación de alimentos. Luego fue trasladado a la base militar de la inspección de policía Campo Seco y posteriormente a la base militar del aeropuerto de Cimitarra. Había sido víctima de seguimientos y hostilidades, y de otra detención en mayo del 76.
El 10 de julio de 1979, los campesinos Luis Eduardo Forero y Honorio Peña, fueron torturados por miembros de la patrulla Cobra del Ejército al mando de un teniente conocido como "teniente gorila", en la vereda La Corcovada. En el hecho fueron detenidos varios campesinos y obligados a patrullar con el Ejército. Luis Eduardo describe así los hechos:
"Como a la 1 p.m., cuando llegué de trabajarla patrulla Cobra del Ejército rodeó mi casa, requisó tirando la ropa y pisoteándola, golpeaban el suelo como buscando un entierro... Todo el tiempo me preguntaron por la guerrilla y me decían que era auxiliador. Me dijeron que siguiera con ellos, al preguntarles mi mujer para dónde me llevaban, el teniente le respondió groseramente que a ella no le importaba y hasta amenazó pegarle. Me sacaron a la quebrada La Corcovada insultándome. Allí se encontraba mi vecino Honorio Peña. De ahí nos llevaron por la quebrada arriba hasta otra quebrada La Chispoza y por esa hasta la quebradita Peña Lisa, seguimos subiendo por ella y ahí estaban acampados los demás militares (eran más o menos las tres de la tarde). Me sentaron al pie de un árbol y se llevaron a Honorio Peña, lo colgaron y le pegaron. Vino un cabo donde estaba sentado, me dijo que le mostrara los ojos, lo miré y me puso los dedos en la frente y los bajó fuerte por los párpados arañándome y me pego un puño en la frente. Después me colgaron de los brazos, con ellos por detrás de la espalda y ahí otro cabo, a quien le dicen teniente gorila, Pacho o Rojas, me daba puños en el estómago, luego se fue a bañar y me dejó colgado; vino un soldado al que le dicen Amaya, cortó una vena de Tagua y con ella me chuzaba; como yo estaba colgado con cada chuzón me empujaba y al regresar cerca de él volvía a hacerlo (todavía tengo cicatrices). Me dejaron colgado como una hora, me bajaron y me sentaron en una piedra, a pesar de que me habían desamarrado no era capaz de moverlos brazos hacia adelante. Como a la media hora volvieron y me colgaron unos veinte minutos más profiriendo amenazas de que me iban a arrancarlas uñas. Me bajaron y me amarraron con los brazos adelante a la parte baja de un árbol y asi me dejaron toda la noche. Al día siguiente nos sentaron a Honorio y a mí, al pie de un árbol, siempre amenazándonos, y como a las 7 a.m. salimos para mi casa y ahí se quedaron unos con Honorio y los demás siguieron conmigo por la quebrada La Guinea y por la tarde regresamos. Allí detuvieron a don Marcelino Gaitánya unos trabajadores suyos (los soltaron al otro día). Me dejaron dormir en la casa en donde ellos también se quedaron. Al día siguiente continuaron con nosotros por La Corcovada y llegamos a Campo Hormiga en donde dormimos al sereno y sin haber comido prácticamente nada. Yo tenía que irles señalando los caminos. Seguimos por la quebrada arriba, dormimos en Pizarral. De nuevo quebrada arriba un pedazo, luego por un camino contra la montaña y salimos a la finca de un muchacho Tamayo, ahilo detuvieron a él y lo pusieron a cargar equipo dos días y lo soltaron, así como a Honorio Peña y detuvieron a Osear en la quebrada La Guinea en donde nos quedamos dos días más, siempre dándome como único alimento media arepa diaria. Seguimos por La Guinea arriba, dormimos en la montaña. Al día siguiente un rato más caminamos por la misma quebrada, despegamos de ella y subimos al cerro Coronel, en donde hay una base militar. Ahí estuvimos un día (el 20 de julio). El 21 caímos de nuevo a La Guinea y la seguímos un pedazo hacia arriba, atravesamos a caer en las cabeceras de La Corcovada, luego quebrada abajo y volvimos a dormir en la montaña. De nuevo quebrada abajo llegamos donde Tamayo y al día siguiente me soltaron, el cabo o teniente gorila, me dijo que la próxima vez hacía para mí un hueco de 5 metros para enterrarme y que no me sacaran los gallinazos. Me mandaron presentarme el sábado siguiente (estábamos a lunes) en Campo Seco (como a cuatro horas de mi casa, unos 20 kilómetros). Cuando me presenté ese sábado 28 de julio me volvieron a detener por cuatro días. Hasta el martes en la tarde, que me llevó comida mi mujer, no me habían dado ni agua; me soltaron el miércoles a las 3p.m., pero antes me habían tomado una foto con el número en el pecho, me quitaron el carnet de tránsito libre y me dieron una boleta de presentación para hacerlo cada ocho días. La primera presentación fue el 11 de agosto a las 10 a.m. bajo amenaza de que si no lo hacía ese día y a esa hora me aplicaría el Estatuto de Seguridad. El teniente de la base militar de Campo Seco me dijo que era mejor que me fuera de por ahí, que en otra parte también se comía".
El 31 de julio de 1979, los campesinos Segundino Estrada y su hijo David Antonio Estrada, fueron detenidos y torturados por el Ejército, en la vereda La Corcovada. Secundino describió los hechos así:
"El teniente Pacho, el Cabo Rojas y 18 soldados me detuvieron con mis hijos David Antonio y José Darío y a un huérfano que vive con nosotros. El día anterior habían detenido a don Francisco, vecino nuestro y venía con ellos. A ellos les pusieron equipo, a mí no por viejo. Nos fuimos por el monte y como a las tres cuadras de la casa nos colgaron a David Antonio y a mí. Antes les había pedido que me dejaran ir a defecar, pero no me dieron permiso. Me colgaron con las manos atrás y me golpearon, preguntándome siempre si le había dado comida a la guerrilla; perdí el conocimiento y cuando lo recobré estaba todo sucio y me daban planazos porque me había defecado. Amanecimos allí. Nos llevaron a la casa de Honorio Peña (quien ya había sido torturado) porque allí había una reunión citada por los militares, pero a nosotros no nos dejaron entrara ella sino que nos dejaron en el rastrojo. Después de la reunión todos los campesinos vinieron a saludarme y los militares dijeron que con ese saludo se probaba que yo era el jefe de ellos. Allí dejaron libres a Don Francisco, a mi hijo Darío y al huérfano. Tres días más tarde nos sacaron a San Fernando... de ahí a la base militar de Campo Seco y al poco rato nos soltaron con la obligación de presentarnos el domingo 12 de agosto... Del mal trato que recibí siento un dolor profundo en el pecho y en el hombro derecho".
Para dejarlos en libertad los obligaron a firmar una constancia de buen trato, que David Antonio no pudo firmar por encontrarse imposibilitado para mover el brazo a causa de las torturas.
La familia Estrada se vio obligada a desplazarse de la vereda para salvar su vida. Sin embargo, posteriormente, David Antonio sería asesinado por un grupo paramilitar. La finca Pizarral de Secundino Estrada pasó a propiedad de José Alirio Castro Molina, alias "Botalón", quien sería uno de los jefes paramilitares de los grupos que operaron en Cimitarra.
En julio de 1979, los campesinos Fidelino Guerra y Su Esposa, fueron desaparecidos por miembros de las Fuerzas Militares, según un informe de la Procuraduría General de la Nación.
El 14 de septiembre de 1979, Efrain Santo Domingo, campesino de 20 años de edad y Myriam Barrios Pabon, profesional de 24 años de edad, fueron víctimas del accionar de miembros del Batallón Galán, quienes los detuvieron en el sitio conocido como "Alto Nogales" los torturaron mediante impedimento para realizar actividades fisiológicas, privación de alimentos, golpes, patadas y puños. Luego de las torturas, Efraín fue mutilado y asesinado. Myriam fue dejada en libertad y obligada a firmar una constancia de buen trato.
El 1 de octubre de 1979, el campesino José Sifail Ortega, fue detenido y torturado por los miembros del Ejército: Teniente Patino y cabos Torres, Jaimes y Pardo, en la inspección de policía Dos Hermanos. La víctima describió así los hechos:
"Me detuvieron estando en la casa almorzando, a eso de la 1:30 p.m., me llevaron al puesto móvil que queda al frente de mi finca... luego me llevaron a una montaña donde me amenazaron con colgarme de un árbol si no les decía todo lo que supiera de la guerrilla, que yo era un auxiliador, me preguntaron por nombres... me amarraron a un árbol con las manos atadas atrás, me colgaron como a unos 4 metros del suelo, un teniente de apellido Patino, jalaba el lazo y me decía que cantara, luego puso a los soldados a tener el lazo y comenzó a golpearme, primero con un garrote y después con un machete, no supe cuanto tiempo estuve allí colgado por cuanto perdí el conocimiento, cuando volví en sí estaba en cuclillas como encalambrado, los soldados me empujaron para que me parara, como no podía pararme me trataban con grandes insultos y malas palabras, de allí me llevaron otra vez hacia el puesto móvil, pero antes de llegara la casa del puesto me detuvieron en un matorral para que durmiera ahí, ya eran las 6:30 p.m., estaba custodiado por soldados, como a la media hora desaparecieron los soldados que me cuidaban y aparecieron 3 individuos de civil, me encañonaron con revólveres y carabinas, amenazándome con dispararme sime movía, decían que estos eran guerrilleros que me iban a rescatar, si hacía ruido y se daban cuenta los soldados me mataban, me golpearon en la cabeza con las armas, me amarraron las manos con cinturones, me colocaron una soga en el cuello, me arrastraron por entre matorrales, a la vez que me golpeaban, yo les pedía que me mataran antes de seguirme arrastrando, así me condujeron hasta un camino real, donde oí un caballo mordiendo freno, en ese momento me golpearon muy fuerte la cabeza, pero no perdí el conocimiento, cambiaron las ataduras de las manos por otras más fuertes, me ataron los pies y en ese estado me amarraron la cabeza a la silla del caballo y comenzaron a arrastrarme por el camino hasta llegar a otro sitio donde hay un puesto oculto en una montaña, donde la mayoría visten de civil, traje de campesinos. este puesto está al mando de los cabos Torres, Jaimes y Pardo, el puesto es denominado Faraón 6, a la llegada el cabo Torres me trató muy mal y me tiraron en el piso para que durmiera, en ese puesto duré tres días sin poderme mover debido a las magulladuras de la arrastrada, el segundo día me sobaron el brazo más golpeado, mientras el cabo Jaimes me interrogaba, me decía que cantara, porque allá me habían llevado para embaularme, las sobadas eran tan fuertes que me hacían desmayar, a veces me decían que estaba vivo porque tenía muchos familiares y estaban haciendo escándalo, a los tres días me hicieron lavar la ropa en un caño... me hicieron tomar 6 aspirinas y como alai de la tarde mi hicieron trasladar a pie hasta el sitio llamado Ventiuno, que se encuentra a unas cinco horas de camino, empujado siempre por el Cabo Pardo y un soldado, vestidos de civil, del Ventiuno me llevaron en un carro a la base militar de Campo Seco... me tuvieron seis días, donde me interrogaban día y noche, sin dejarme dormir y dándome de comida únicamente agua de panela cada dos días, de allí me trasladaron a la base militar de Cimitarra, en esa base me vendaron a ‘a llegada, me quitaron los papeles, me ataron las manos atrás y me encerraron en un calabozo como hasta las 5 de la tarde, hora en que me sacaron al primer interrogatorio a campo raso, donde me preguntaron por una serie de personas, primero de manera amistosa, como no podía darles razón, los interrogadores me llevaron por unos potreros donde se perciben malos olores, me amenazaban con hacerme comer mierda si no cantaba, como no les informara nada me quitaron la ropa, me amarraron los pies y me hundieron la cabeza en una poseía de aguas negras, viéndome obligado a absorber de esa podredumbre hasta quedar casi ahogado, luego me amarraron a un tronco donde otra vez me preguntaban por personas, entre ellas por miembros del Partido Comunista, como yo no les contestara como ellos querían, me soltaron del tronco pero con los pies atados, me dijeron que rezara un padrenuestro porque ahora sime iban a matar, me introdujeron en una pileta de agua muy fría, donde tomándome del pelo un oficial me hundía la cabeza para ahogarme hasta perder el conocimiento, me volvía dar cuenta cuando me estaban vistiendo, de allí me llevaron a unas planchas de cementos calientes, situadas cerca de las casetas de la base, de esas planchas me pararon, para ir de nuevo al calabozo, este tratamiento lo repitieron por dos días, al tercer día me hicieron beber varias ollas de agua introduciendo la cabeza en ellas, de tal modo que si uno no habla lo obligan a tomarse otra, la tercera noche me llevaron a una oficina vendado, allí dos personas me cogieron de los brazos estirándolos fuertemente hacia los lados, mientras otro, al parecer un mayor, me golpeaba el estómago y las costillas, a la vez que me volvían a preguntar por personas y por el Partido Comunista, hasta cuando me desmayé, cuando me di cuenta estaba tirado en un prado, de ese sitio me llevaron al calabozo, al día siguiente me volvieron a sacar muy temprano a interrogarme, estaba en tan grave estado que no podía ni hablar, sin que tuvieran necesidad de golpearme me desmayé, cuando recobré el conocimiento estaba tirado encima de la llanta de un tractor en un basurero, cuando me moví un soldado dijo este hijo de puta está vivo y me llevaron a la enfermería, donde me dieron 3 pastas y me sobaron donde tenía moretones, cuando recobre el valor me llevaron otra vez al calabozo, como a la media hora, un mayor sacó y me dijo que si me quería ir firmara un papel, me colocaron un papel en una banca, bien pegado a la mano, por cuanto no veía por estar vendado, yo lo firmé, en ese momento el mayor me dijo que podía salir si me comprometía a ayudarles y que serían mis mejores amigos, me darían dinero y me brindarían protección, si no podían aplicarme el Estatuto de Seguridad... que no debía abandonarla finca, porque sino me perseguirían donde quiera que me encontrara, le dio la orden a un teniente que me sacara a la guardia para que me muriera por ahí".
El 14 de octubre de 1979, el campesino Luis Eliecer Mosquera, fue torturado por el Ejército. Fue llevado a la base militar de la inspección de policía Campo Seco, donde fue sometido a amarradas y colgadas.
El 15 de octubre de 1979, el campesino Braulio Enrique Gracias, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Durante su detención fue sometido a amenazas, colgadas y golpes. Luego fue dejado en libertad.
El 23 de octubre de 1979, el campesino Arnulfo Largo, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue detenido en la inspección de policía Campo Seco, donde fue sometido a aislamiento, incomunicación, amenazas, golpes, plantón, ruidos y abusos sexuales. Anteriormente, el 7 de septiembre de 1976, había sido detenido.
En octubre de 1979, el campesino Abel Bohorquez, fue detenido y torturado por el Ejército, en el sitio conocido como Marquetalia. Fue sometido a aislamiento, incomunicación, amarradas, colgadas, golpes con objetos diversos, insultos, patadas y vendas en la cara.
El 23 de enero de 1980, los campesinos Salomón Mahecha y Arnulfo Marroquin, fueron detenidos y torturados por el Ejército. Fueron detenidos en la inspección departamental La India, donde fueron sometidos a colgadas, golpes y plantón. Luego fueron trasladados a la base militarYarima en Barrancabermeja.
El 26 de enero de 1980, el campesino José de Jesús Muñoz, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue detenido en el caserío Vuelta Acuña y trasladado a la base militar de la inspección Campo Seco, donde fue torturado por los militares.
El 10 de marzo de 1980, el campesino Aníbal Oquendo, fue asesinado por miembros del Ejército.
El 3 de abril de 1980, Héctor Camacho fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a amarradas, golpes, insultos, privación de alimentos y patadas.
El 9 de abril de 1980, el campesino Abel Barrera, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a submarino, amarradas, golpes amortiguados y con objetos diversos, privación de alimentos, vendas en la cara y obligado a caminar sobre vidrios y piedras calientes.
En abril de 1980, José Mario Díaz fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a aislamiento, incomunicación, amarradas, amenazas, colgadas, golpes, insultos, privación de alimentos y suplicio chino, mientras era interrogado durante largas jornadas.
En abril de 1980, Mario Barrios fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a aislamiento, incomunicación, amenazas, golpes, torturas psíquicas, mientras era interrogado durante largas jornadas. Posteriormente fue llevado a la V Brigada.
El 14 de abril de 1980, Myriam Rodríguez de Barón, de 29 años de edad, fue detenida y torturada por el Capitán Hernán Martínez del Ejército. Fue detenida en el sitio conocido como Alto Nogales y trasladada a la base militar del aeropuerto de Cimitarra, donde fue sometida a aislamiento, incomunicación, amenazas contra ella y familiares suyos, golpes, impedimento para realizar actividades fisiológicas, plantón, privación de alimentos, prohibición de elementos de primera necesidad, suplicio chino, vendas en la cara y obligada a firmar certificación de buen trato. Fue procesada y condenada, siendo recluida en la Cárcel de Mujeres de Bucaramanga.
En octubre de 1980, Alvaro Castañeda fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a amenazas, insultos y plantón, mientras era interrogado durante largas jornadas.
El 26 de diciembre de 1980, el campesino Parmenio Rojas, fue asesinado por miembros del Ejército.
El 2 de febrero de 1981, los campesinos Enrique Ramírez y José Vicente Riveros, fueron detenidos y torturados por orden del Teniente García del Ejército. Fueron sometidos a amenazas a familiares, colgadas, desnudadas, golpes con objetos diversos, insultos, patadas, privación de alimentos, puños y obligados a sentarse en hormigueros.
En marzo de 1981, Leoncio Rodríguez Vargas fue detenido y torturado por miembros del Ejército, en la inspección de policía Puerto Araujo.
El 12 de abril de 1981, el campesino Enrique Idrobo, fue torturado y desaparecido, luego de que fuera detenido por miembros del Ejército, en el sitio conocido comoTierradentro.
El 15 de abril de 1981, Isidro Velez fue desaparecido, luego de ser detenido por miembros del Ejército, en la vereda Piedralinda.
El 15 de abril de 1981, el campesino Bernardo Andrade, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a aislamiento, incomunicación, amenazas, golpes, insultos y patadas.
El 15 de abril de 1981, los campesinos José David López, José López, Darío NN, otro conocido como "Barba Roja" y un anciano de 60 años de edad, conocido como "Palomo", fueron detenidos y torturados por miembros del Ejército. Los campesinos se encontraban aserrando, hacia las 5 p.m., cuando llegaron los militares, los encañonaron, los acostaron en el suelo, los amarraron y les dieron patadas. A uno de ellos con las manos amarradas lo colgaron de un palo y le colocaron un bozal amarrado al cuello y a una horqueta del palo, debía permanecer en puntas de pie, porque si bajaba se ahorcaba. Los demás también fueron colgados pero sin el bozal. Entre tanto recibían culatazos, patadas, planadas con machete y patadas en el estómago.
Hacia la media noche, los campesinos permanecían colgados con el cuerpo en el aire, siendo golpeados cada media hora, entonces el anciano conocido como "Palomo" estaba muy afectado física y psíquicamente y ante preguntas como si conocía a Franco, a Robledo a Tirofijo, respondía que sí.
En abril de 1981, el campesino Salvador Agudelo, fue asesinado por miembros del Ejército.
En abril de 1981, el campesino Eliecer Luna, fue detenido y torturado por miembros del Ejército. Fue sometido a amenazas, colgadas, golpes, plantón y vendas en la cara. Fue sindicado. Había sido detenido anteriormente, en mayo de 1976.
El 24 de mayo de 1981, Sergio Gongora fue detenido y torturado por el Ejército. Estuvo detenido en la base militar de la inspección de policía Campo Seco, donde fue sometido a aislamiento, incomunicación, amenazas, golpes con objetos diversos, insultos, torturas psíquicas y fue objeto de interrogatorios prolongados.
El 30 de mayo de 1981, José Asprilla fue desaparecido después de ser detenido por el Ejército y llevado al puesto militar de la inspección de policía Campo Seco.
El 17 de noviembre de 1981, el campesino Gilberto Afanador, fue desaparecido por miembros de las Fuerzas Militares, según informe de la Procuraduría General de la Nación.
El 27 de enero de 1982, los campesinos Bernardo Mahecha, Edgar Mahecha, Norberto Mahecha, Odilia Mahecha, otro miembro de la familia MAHECHA, Luis Vanegas y Dos Miembros de su familia, fueron detenidos y maltratados por miembros del Ejército. Los militares llegaron a una finca, donde permanecieron por cuatro días sometiendo a quienes allí vivían a toda clase de vejámenes, inclusive a los menores de edad. Además consumieron todos los animales de corral que tenían.
El 27 de marzo 27 de 1982, el campesino Javier Norberto Casas, fue asesinado por militares en la inspección de policía Dos Hermanos.
El 29 de marzo de 1982, Óscar Ortiz fue detenido y torturado por una patrulla del Ejército. Luego fue obligado a patrullar con ellos cargando equipo militar.
El 22 de abril de 1982, el trabajador del Instituto Geográfico Agustín Codazzi Juan Pablo Rincontarazona, fue desaparecido por miembros del Ejército, durante operativos militares en zona rural de la localidad.
El 30 de abril de 1982, el campesino Casimiro Parga, fue detenido y torturado por miembros del Ejército, por lo que se vio obligado a abandonar la región. Posteriormente el 3 de julio de 1982 fue asesinado en Puerto Boyacá, por el Cabo Jorge Humberto Orteguate Cuadros, del Batallón Bárbula.
4.4. De las patadas y los garrotazos a las balas
En el mes de mayo de 1982, terminado el período de carnetización, empezaron a hacer presencia grupos paramilitares en la zona, que con la coordinación y apoyo del Comando Operativo NΊ10, con sede en Cimitarra, al mando del Coronel Ramón Emilio Gil Bermúdez, inició toda una arremetida criminal contra los pobladores, especialmente contra ios campesinos. A finales de julio los grupos paramilitares empiezan a aparecer como miembros del grupo Muerte a Secuestradores -MAS-, que más que una estructura, fue un nombre utilizado por los grupos creados en diversas regiones del país.
Según cuentan los campesinos de la región, los paramilitares recibieron del Ejército los carnets con toda la información de los pobladores y fotografías, por ello cuando desmontaron los carnets, ellos decían, con toda razón, "se acabaron las patadas y los garrotazos, ahora vienen las balas"; "los militares ya no fueron capaces de dominar al campesino ni de neutralizar las guerrillas torturando la gente, amenazándola, carnetizándola, entonces ellos tampoco se van a estar quietos... la última alternativa de ellos sería matar" (19). Pues hasta entonces lo común eran las torturas, aunque en el último tiempo ya se habían presentado muchos asesinatos y desapariciones; el tiempo de las masacres aún no había comenzado, este trabajo estaba encomendado a los recién creados grupos paramilitares. Los hechos así lo muestran:
En mayo de 1982, los campesinos José Elias Bayona, Ofelia Carreño de Rivas y Luz Stella Quintero, fueron asesinados por paramilitares.
El 20 de junio de 1982, los campesinos Miguel González, Nicomedes Lancheros yJairo Rincenda, fueron asesinados por paramilitares.
El 29 de julio de 1982, los campesinos Alejandro Montilla, Marco Tulio Giraldo, Hernando Torres, Libardo Andrade, Manuel Gallego, Julio Barrero, Víctor Ariza, Julio Torres y Nicanor Ortiz, fueron asesinados en la inspección de policía Caño Baúl, durante una operación conjunta entre efectivos del Batallón Bombona y paramilitares del MAS. Los criminales dejaron una nota en uno de los cadáveres que decía "se mueren por ser auxiliadores de la guerrilla". Una de las víctimas había sido detenida por el Ejército una semana antes.
El 16 de agosto de 1982, el campesino Pedro Antonio Osorio, fue asesinado por paramilitares del MAS, en la vereda Los Mangos.
El 25 de agosto de 1982, los campesinos Isidro Colmenares, Frank Peñuela, Ruperto Antonio Gómez, Antonio Díaz, Alirio Henao y Anatolio Díaz, fueron asesinados por paramilitares del MAS.
El 12 de septiembre de 1982, Rogelio Sánchez, Víctor Luis Muñoz, Manuel Londoño, Marcos Gaviria,willian Cárnica, Eurípides Torres, el líder comunal José Quiceno e Ivan Garnica, fueron detenidos y torturados en el puesto militar de Río Nuevo.
El 19 de septiembre de 1982, Luis Alfonso Carranza fue desaparecido por un grupo de hombres armados, se presume que eran paramilitares del MAS.
El 20 de septiembre de 1982, los campesinos Aracely Álzate Murillo, ama de casa y madre de cinco niños, Nidier Villada, aserrador y Evangelista Carvajal, fueron víctimas del accionar criminal de miembros del Ejército, quienes llegaron a la casa de Evangelista, donde asesinaron a Aracely y a Nidier; luego torturaron a Evangelista. Antes de retirarse los militares se llevaron todo lo que encontraron de valor y luego destruyeron la vivienda. Anteriormente, el 27 de enero de 1982, la casa de Aracely había sido allanada por el Ejército y otras personas que allí se encontraban fueron maltratadas.
El 30 de septiembre de 1982, el campesino Benjamín Villada, fue desaparecido, luego de que fuera detenido por miembros del Ejército, en la vereda Guineal.
El 6 de octubre de 1982, los campesinos Juan Muñoz y Raúl NN., fueron asesinados por paramilitares del MAS.
El 17 de octubre de 1982 el exconcejal comunista Octavio Ramírez Lopera y su yerno Bernardo Beltran, fueron asesinados por paramilitares del MAS, quienes anteriormente los habían amenazado de muerte.
El 24 de octubre de 1982, el militante del Partido Comunista Edison Franco, fue asesinado por paramilitares del MAS.
El 4 de diciembre de 1982, el trabajador agrícola Jesús Raúl Londoño Velez y El Mayordomo de la finca "Mirabell", fueron desaparecidos en la vereda Vuelta Acuña. Las víctimas salieron de la mencionada finca a las 4 a.m. a hacer unas diligencias relacionadas con su trabajo y nunca regresaron.
El 5 de diciembre de 1982, el campesino Libardo González Salazar y Luis Antonio Sánchez, fue asesinado por paramilitares del MAS.
El 3 de enero de 1983, los mayordomos Antonio Álzate Isaza y Bernardo Ramírez, fueron torturados y asesinados por el grupo paramilitar MAS, en la inspección de policía Puerto Olaya.
El 25 de enero de 1983, los campesinos Benjamín Giraldo y Héctor Gómez, fueron asesinados por paramilitares del MAS.
El 2 de febrero de 1983, los campesinos Juan Castellanos, Ovidio Ariza y Dos Hombres más, fueron asesinados por paramilitares del MAS, dos de las víctimas no pudieron ser identificadas debido a las mutilaciones y desfiguraciones que les causaron.
El 10 de febrero de 1983, José Ivan Jaramillo fue asesinado por miembros del Ejército y paramilitares del MAS.
El 16 de febrero de 1983, Jaime de Jesús Pamplona y Bernardo Herlado Rodríguez fueron asesinados por paramilitares del MAS.
En febrero de 1983, el dirigente de la Anuc José Herrera, fue asesinado por paramilitares del MAS en la vereda Vuelta Acuña. En 1975 había sido detenido en el corregimiento San Juan y llevado a la base militar del aeropuerto de Cimitarra.
En marzo de 1983, el campesino José Pacomio, fue asesinado por paramilitares del MAS en la vereda Vuelta Acuña.
El 18 de abril de 1983, los trabajadores Darío Alberto Tamayo y los hermanos Juan Miguel Carvajal Villa y Silvio Tulio Carvajal Villa, fueron desaparecidos por paramilitares del MAS
El 27 de abril de 1983, Miguel Velasquez, Isidro Pineda, Luis Felipe Rodríguez, Fernando Fernandez, Vicente Rentería y Una Campesina no identificada, fueron asesinados por paramilitares del MAS, en el interior de una cafetería ubicada en la cabecera municipal de la localidad.
El 24 de mayo de 1983, un obrero de Nombre Diño y los campesinos Joaquín Olaya, Luis Olaya, Alfonso Olaya y Otro Hombre que no fue identificado, fueron asesinados durante un operativo conjunto entre el Ejército, la Policía y paramilitares del MAS, en la vereda Vuelta Acuña, de la inspección de policía departamental Puerto Olaya. Los cuerpos de las víctimas fueron descuartizados. Antes de retirarse, los victimarios saquearon las viviendas.
El 8 de junio de 1983, los campesinos Jesús María Jaramillo García, Luis Enrique Bueno Castro y Ramiro Antonio Obando, fueron asesinados por el grupo paramilitar MAS, en la vereda La Servida.
El 8 de junio de 1983, el campesino Manuel Gustavo Silva González, fue asesinado por el grupo paramilitar MAS, en la vereda Las Terrazas.
El 9 de junio de 1983, los campesinos Jaime Antonio Bayona, David Antonio Estrada Restrepo, Francisco Luis Parra Peñaranda, Gonzalo Guapacho y Antonio Angarita, fueron asesinados por paramilitares del grupo "Los Tiznados".
David Antonio había sido detenido y torturado en dos oportunidades, junto con varios miembros de su familia, a mediados de 1979 por militares del Batallón Rafael Reyes. En ese entonces había denunciado los hechos en un foro sobre de Derechos Humanos en Bogotá, así:
"A mi me han detenido ya dos veces, la primera vez fue porque mi padre pidió permiso para pasar una caja de aguardiente para un ranchito que tenemos en el caserío San Fernando y allí venderlo, después de haberle dado el permiso nos cogieron con el aguardiente y nos detuvieron a mi padre, mi hermano y yo, diciéndonos que este trago era para la guerrilla, a mi hermano y a minos dieron patadas... por la noche me llevaron a un hueco, me echaron y comenzaron a mandar garlanchas y a amenazarme con enterrarme sino decía que el aguardiente era para la guerrilla... al otro día soltaron a mi padre y a mí, a mi hermano ‘o mantuvieron dos días más... La segunda vez que me detuvieron fue el martes 31 de julio, junto con mi padre, otro hermano mío y un muchacho huérfano menor de edad, cuando estábamos en la finca Llano Bonito cogiendo maíz, nos llevaron a todos a un monte cercano a la finca, por la tarde soltaron a m‘ hermano y al muchacho menor de edad; pero a mi padre, a un señor que llevaban los militares cuando nos cogieron y a mí nos hundieron en la quebrada La Corcovada, haciéndonos tragar agua, después me hicieron acostar boca abajo en la arena, me daban garrote por la espalda y las piernas, me echaban arena en los ojos, porque no contaba en donde estaba la guerrilla dizque yo sabía, me hicieron parar, me llevaron a donde tenían un árbol escogido, ahí me colgaron con las manos amarradas atrás y me daban garrote, un teniente y un cabo me rompieron varios palos durante una media hora, también me hacían dar vueltas en el aire como para arrancarme los brazos hasta que me desmayé".
El 21 de junio de 1983, los campesinos Alberto Parra, Julio Ernesto Rave, Octavio Rave y José Cortez, fueron asesinados durante una acción combinada entre efectivos de la XIV Brigada y paramilitares, en la vereda Vuelta Acuña. Los asesinos, quienes portaban fusiles y ametralladoras, llegaron en una lancha, dispararon contra las víctimas y luego quemaron las casas, hicieron disparos al aire y mandaron razón a los demás campesinos que tenían 72 horas para desocupar la vereda.
En el primer semestre de 1983, Manuel Silva Afanador, Segundo Horacio Traslaviña, Segundo Beleño, Juan Gaviria, José Edith Vera y Antonio María Aldana Briñez, fueron asesinados por paramilitares del MAS.
En el primer semestre de 1983, Luis Duarte, Alvaro Lindarte, Gildardo Olaya, Heriberto Olaya, Esther Olaya y Diño Businque, fueron asesinados por paramilitares del MAS, en la vereda Vuelta Acuña.
En el primer semestre de 1983, los hermanos Luis Sánchez Pitta y José Andrés Sánchez Pitta, fueron asesinados por paramilitares del MAS, en la inspección de policía Puerto Olaya.
El 20 de julio de 1983, los campesinos Tobías Lindarte, Marco Aurelio Buendia, Luisa María Quintero, Carlos Montano, Ismenia Duarte, Manuel Troncoso, Francisco Javier Nieto y Adán Bustos Esguerra, fueron asesinados, en la vereda La Corcovada, por un grupo paramilitar que se identificó como "Los Tiznados". Sus cuerpos presentaban señales de tortura. El Grupo de asesinos dejó volantes en los que afirmaban que el móvil fue porque consideraban a los campesinos auxiliadores de la guerrilla.
El 30 de julio de 1983, la campesina Ana Dolores Murillo, fue asesinada por el grupo paramilitar MAS, en presencia de sus hijos de 12 y 9 años de edad, en la vereda Caño Dorado.
El 31 de julio de 1983, Tres Personas fueron asesinadas por el grupo paramilitar MAS, en la inspección de policía Puerto Olaya.
El 2 de agosto de 1983, Dos Campesinos no identificados, fueron asesinados en la vereda Vuelta Acuña, por paramilitares. En junio de 1983, paramilitares del MAS encabezados por Augusto Ledesma, Fabio Querubín, Héctor Querubín y Rubén Ortíz habían estado en Vuelta Acuña y les dieron plazo de 48 horas a los pobladores para abandonar la vereda.
El 2 de agosto de 1983, el campesino Merardo Rodríguez, fue asesinado por una patrulla combinada de militares y paramilitares del MAS, de la cual hacía parte el terrateniente Santiago Giraldo. El grupo llegó a la casa del campesino y lo asesinaron delante de su esposa, sus hijos y un obrero. Esculcaron la casa y se llevaron $42.000, elementos del hogar, el ganado y las bestias y se comieron las gallinas.
En agosto de 1983, tropas combinadas de militares y paramilitares, realizaron diferentes acciones militares contra los campesinos de la Vereda La Corcovada, como respuesta al hecho que, según palabras del paramilitar Luis Eduardo Ramírez, quien participó en la criminal acción,
"La Corcovada era una aldea mamerta formada por unas tres mil personas que venían en continuo estudio y análisis del sistema burgués, en comparación con el marxista" (20). La acción militar duró 10 días y en ella se emplearon varios helicópteros que bombardearon la vereda, luego de lo cual un grupo de aproximadamente 100 hombres dirigidos por el General Rodríguez, el Capitán Chaparro, e! reconocido terrateniente y jefe del MAS Santiago Giraldo completaron la acción criminal por tierra, en la que además participaron los paramilitares Ángel de Jesús Serna, Iván Zapata y sus hijos Iván y otro conocido como "El Gordo", Adela Pérez, Luis Eduardo Ramírez y un obrero al servicio de Santiago Giraldo.
El número de víctimas no fue precisado y solo algunos casos concretos producto de esta acción fueron conocidos. Campesinos que tuvieron que desplazarse de la zona luego de los bombardeos describían los hechos así:
"era un helicóptero grande y otro pequeño, se iban yendo así, iban volando toda la zona y tiraban bombas, entonces a nosotros nos tocó salimos de eso... en las fincas cerquitas si hubo niños partidos por la mitad, mataron dos señoras y a un niño de dos años le tiraron una bomba y lo partieron así por la mitad... eso fue de un momento a otro que entraron los helicópteros tirando bombas por todas las montañas y a las casas y el Ejército por tierra entraba y apernaba a la gente, sacaban a los campesinos y los apernaban, se los llevaban y no volvían a aparecer... Los helicópteros bombardeaban las casas o les metían candela los mismos que andaban por tierra, los otros campesinos los mataban y les abrían así el estómago y les sacaban las menudencias y les metían piedras y los tiraban al río Carare para que no sobresalieran en el agua" (21); "... Entonces fue cuando el MAS comenzó a penetrar, primero por todos los bordes de la carretera... por esos caseríos como El Delirio, Matecoco el Cruce de Nutrias. Hicieron desocupar hasta a los profesores, y los que no salieron, los mataron. Fue comenzando pues por la carretera y los pueblos, de ahí comenzaron a penetrar para adentro a matar gente, y a los pocos días fue cuando ya comenzó el bombardeo... El MAS entra con el Ejército... Ahora el MAS se visten casi como se visten los soldados, el Ejército. Primero se vestían de civiles y sombrero y poncho y máscara... y cuando no usan máscaras entonces, cogen y se amarran unos trapos negros en la cabeza y unos ponchos de aquí para abajo... como son hijos de los patrones, como son patrones conocidos de uno en la región, verá por eso será que se ponen las máscaras.." (22)
El 6 de agosto de 1983, los campesinos José Leoncio, Su Esposa y Dos Hijos menores de edad y Dos Hombres más, fueron torturados; y los hermanos Manuel Villamizar Y Pedro Villamizar, fueron torturados y asesinados durante una incursión de un grupo de más de 100 hombres fuertemente armados, conformado por miembros del Ejército y del grupo paramilitar MAS.
El grupo armado llegó en horas de la madrugada a la vereda La Corcovada, disparando de manera indiscriminada contra las viviendas, luego reunió a los pobladores y les manifestó que tenían que colaborar con ellos, que si no lo hacían debían abandonar la región y sus pertenencias, fijándoles plazos de 8 a 15 días; que de permanecer en la vereda, una comisión del grupo paramilitar los asesinaría a todos sin contemplación. Después de intimidarlos, quemaron la mayoría de las casas de los campesinos, se comieron las aves de corral, se robaron los objetos de valor, el ganado y las bestias y ametrallaron algunas casas, entre ellas la de José Leoncio. La esposa de Leoncio, sus dos pequeños hijos y dos hombres que compraban un ternero, fueron obligados a tenderse en el piso y luego los torturaron; a los dos hombres los amarraron y se los llevaron detenidos. En el camino detuvieron a los hermanos Villamizar, a quienes luego de torturar, los asesinaron.
El 8 de agosto de 1983, los campesinos Luis Tinoco, Hugo Díaz, Eliecer Ardila y otro de apellido Moreno, fueron asesinados por miembros del Ejército en la vereda la Cocorvada durante bombardeos realizados por dos helicópteros pertenecientes a la base militar de Cimitarra. Se asegura que fueron más las víctimas. En un boletín del Ejército se informó que las víctimas habían sido "dados de baja en combate' contra un frente guerrillero de las FARC.
El 9 de agosto de 1983, las campesinas María Eugenia De Villamizar y Su Madre, fueron desaparecidas en la vereda la Corcovada, luego de que se dirigieran a la base militar a preguntar por Pedro Villamizar, el esposo de María Eugenia, quien había sido asesinado tres días antes por una patrulla militar. Aunque dos soldados manifestaron que habían sido asesinadas, los cuerpos de las víctimas no aparecieron.
El 10 de agosto de 1983, Norberto de Jesús Quiceno García fue asesinado durante una acción combinada de miembros del Ejército y paramilitares del MAS, en la vereda La Corcovada. Fue presentado como "guerrillero dado de baja en combate".
A finales de agosto de 1983, fueron asesinados Dos Campesinos por un grupo de aproximadamente 40 hombres armados, quienes llegaron a la inspección Santa Rosa del Carare, les dijeron a los pobladores "somos los del MAS", los obligaron a tenderse boca abajo y luego asesinaron a dos de ellos.
El 8 de septiembre de 1983, Guillermo Rodríguez e Inés Mosquera fueron asesinados por elementos del grupo paramilitar MAS, quienes los ametrallaron cuando viajaban en una motocicleta.
El 13 de octubre de 1983, el motorista de lancha Fernando Caro Cruz, fue asesinado por un grupo paramilitar. El hecho ocurrió muy cerca del puesto militar.
El 24 de octubre de 1983, los campesinos Gerardo Cuadro Torres, Luis Orlando Villada, José De Jesús Benitez, Manuel Díaz, Guilermo Florez, Segundo Florez y Pedro Florez, fueron asesinados por miembros del grupo paramilitar MAS. Los paramilitares llegaron a la vereda San Juan de la Carrilera y, después de ubicar a Gerardo, Luis Orlando y José de Jesús, procedieron a asesinarlos. Luego se trasladaron a la vereda Toroba y allí asesinaron a los otros tres campesinos e hirieron a otro.
El 7 de diciembre de 1983, Adela López de Jaramillo fue desaparecida después de que diez hombres fuertemente armados, pertenecientes al grupo paramilitar MAS, llegaran a la finca de la familia Jaramillo y se la llevaran retenida.
El 12 de enero de 1984, los campesinos Honorio Muñoz Céspedes, Jesús Muñoz, Óscar Yepes, Carlos Tobon, Isaura Lascarro, su hija Beatriz Lascarro, Cruz Elena López y un muchacho de 15 años de edad conocido como "Juancho", fueron víctimas de la acción criminal de un grupo de hombres fuertemente armados pertenecientes a la XIV Brigada y al grupo paramilitar MAS que los asesinó y torturó a algunos de ellos.
Honorio, Jesús, Oscar y Carlos se encontraban en una finca de propiedad de Osear en la vereda Vuelta Acuña.Mientras arreglaban un motor a la orilla del río, fueron sorprendidos por el grupo armado, que sin mediar palabra, los asesinó. Luego los victimarios subieron a la casa que había en latinea, donde torturaron y asesinaron a las otras víctimas. A Isaura le arrancaron los ojos; a todas las víctimas las quemaron con ácido; los vientres de las mujeres les fueron abiertos y luego lanzaron los cuerpos de todas las víctimas a las aguas de un río cercano. Desde la comandancia de la XIV Brigada, al mando del Brigadier General Farouk Yanine Díaz, se informó que las víctimas eran miembros de las FARC, y que habían muerto durante enfrentamientos.
Entre los paramilitares que participaron en la masacre fueron identificados: Jaime Mira, Jairo Mira, José Jesús Gómez Urrea (alias "Higuerillo") y Héctor Querubín.
A raíz de la masacre se presentó un éxodo masivo de más de 700 personas de la vereda Vuelta Acuña, quienes se desplazaron a Barrancabermeja, por temor a perder sus vidas. El 29 de enero de 1984, los campesinos se tomaron el Palacio de Justicia en Barrancabermeja, de allí se trasladaron a la Escuela José Antonio Galán, donde tuvieron una reunión con funcionarios del alto gobierno: el Procurador General de la Nación; la delegada de la Presidencia de la República, Amparo Bauza; el Alto Comisionado para la Paz, General (R) Gerardo Ayerbe Cháux y el Viceministro de Gobierno, ante quienes insistieron en que "el Ejército se debía retirar de la zona y en que se capturara y juzgara a los miembros del MAS que venían sembrando el terror en la zona" (23). Sin embargo, las acciones criminales continuaron sin dar tregua.
El 7 de febrero de 1984, los campesinos Óscar Galeano, Jorge Alfonso y Edilberto Montoya, fueron decapitados por paramilitares del MAS que llegaron a la vereda San Juan de la Carrilera, y se presentaron como guerrilleros de las FARC.
El 7 de febrero de 1984 los campesinos Francisco Luis Cardona, Jairo Garces, Jesús Galeano, Diego Osorio, Francisco Ospina y su hermano Omar Ospina, de 11 años de edad, fueron asesinados por paramilitares, en la inspección de policía La Ye.
El 16 de febrero de 1984, el campesino Joaquín Emilio Castaño López, fue desaparecido luego de que paramilitares del MAS lo sacaron a la fuerza de su vivienda, ubicada en el caserío Vuelta Acuña. Pocos días después fue encontrado su cadáver. Por este crimen se adelantó la investigación bajo el radicado NΊ 562, en la cual se dictó resolución de acusación en contra de Luis María Borray Marroquín, Campo Elias Borray Marroquín, Jesús Urrea y Osear Yepes, pasando por competencia al Juzgado Penal del Circuito de Vélez; se desconoce qué ocurrió después con el proceso.
El 30 de marzo de 1984, el comerciante y militante del Partido Comunista Ramiro de Jesús Parra Parra, fue desaparecido, torturado y asesinado, en una acción conjunta de miembros del Ejército y paramilitares, en la vereda Los Morros. Ramiro había salido con rumbo al río a las 9:00 a.m., a reunirse con unos visitadores del Fondo Ganadero de Cundinamarca. En una finca vecina fue detenido por miembros del Ejército que llegaron en cuatro chalupas, entonces se le acercó un teniente y le pidió la cédula. Los Militares expresaron que necesitaban llevarlo al puesto de Garavito para realizar una investigación, un señor preguntó por qué se lo llevaban y le respondieron que necesitaban hacer una averiguación, que le avisaran a la familia y que al otro día regresaría en el primer Johnson sano y salvo. Entre tanto otros militares llegaron a la casa donde vivía Ramiro, con su compañera y un hijo, dañaron todas las pertenencias, se llevaron la plata que tenían y se llevaron todas la fotografías de la familia.
Cinco días después, el 4 de abril, a 5 km. de la finca donde había sido retenido por el Ejército, en una isla que forma el río en verano, fue encontrado el cuerpo, presentaba excoriaciones en diferentes sitios y orificios de bala a la altura de la axila derecha, en la región occipital, en el maxilar izquierdo superior, y en el muslo de la pierna izquierda, carecía de pelo, había sido castrado, y tenía quemadura de segundo grado de aproximadamente 15 cm. en la región anal; además presentaba una fractura en la pierna izquierda y desprendimiento de el brazo derecho cerca del hombro, las uñas de las manos le habían sido arrancadas.
La investigación penal adelantada por este crimen permitió esclarecer que entre los homicidas estaban los reconocidos paramilitares Jesús Emilio Molina Hernández y Francisco Javier Aguirre. En contra de los dos paramilitares se adelantó la investigación N° 0638, que el 18 de febrero de 1998 fue enviada por competencia a la Fiscalía Regional de Cúcuta. Se desconoce qué pasó con el proceso.
El 17 de agosto de 1984, los campesinos Israel Garnica y Óscar Garnica, fueron asesinados por miembros del grupo paramilitar MAS, en la inspección de policía La Ye. Entre los paramilitares que participaron estaban Jesús Emilio Molina Hernández y Francisco Javier Aguirre. Por este hecho se adelanto la investigación NΊ 0469 contra los dos paramilitares.Se desconoce qué pasó luego con el proceso.
El 20 de septiembre de 1984, un niño campesino de nombre Alirio, de 14 años de edad, fue desaparecido luego de ser detenido por un grupo de aproximadamente 100 miembros del Ejército, en la finca la Morelia, ubicada en la vereda La Corcovada. Los militares allanaron varias fincas en la vereda, detuvieron a 10 campesinos, nueve de ellos fueron dejados luego en libertad, mientras Alirio permanece desaparecido. Así mismo se robaron víveres, aves de corral, reses, alimentos, herramientas de trabajo, un motor Johnson. Los militares se llevaron más de 50 reses, a la finca Sebastopol, de propiedad de paramilitares del MAS.
El 27 de septiembre de 1984, los campesinos Hernando Mahecha, Heriberto Mahecha y Otro No Identificado, fueron asesinados por miembros del MAS, quienes los atacaron cuando trabajaban en su finca, en la vereda La Corcovada. Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación NΊ 0636, a la cual fueron vinculados José Rulver Díaz Bastos y otros. El 10 de agosto de 1995, la investigación fue enviada por competencia a la Fiscalía Regional de Cúcuta. Se desconoce que pasó con el proceso.
El 11 de octubre de 1984, José Hernando Mahecha, Ismael Moscoso y Gliserio Rentería, fueron desaparecidos por miembros del MAS, quienes los sacaron de sus casas, ubicadas en la inspección de policía La India.
El 24 de diciembre de 1984 los campesinos Hermelinda Anzola, sus hijos Marco Tejedor Anzola y Danilo Tejedor Anzola; los hermanos Alvaro Ramírez y Alberto Ramírez; y los hermanos Aníbal Anzola García Y Eduardo Anzola García; todos ellos familiares entre sí, fueron asesinados por paramilitares del MAS, quienes los sacaron a la fuerzas de una vivienda ubicada en la vereda El Silencio.
Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa NΊ 643, la cual fue enviada por competencia al Juzgado Superior (reparto) del Socorro, el 4 de marzo de 1985.Se desconoce qué pasó con el proceso.
El 25 de marzo de 1985, los campesinos Ramiro Ángel Jaramillo, de 40 años de edad, José Antonio Ardila, de 65 años de edad, Hermenegildo Gamboa y Octaviano Pérez, fueron asesinados por un grupo de aproximadamente 15 miembros del MAS, quienes incursionaron en la vereda La Corcovada, donde asesinaron a Ramiro y a José Antonio, luego se dirigieron a la vereda la Esperanza y asesinaron a los otros campesinos.
Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa NΊ 653, la cual fue enviada por competencia al Juzgado Superior (reparto) del Socorro, el 11 de mayo de 1985.Se desconoce qué pasó con el proceso.
El 27 de marzo de 1985, los campesinos Pedro Mosquera, de 80 años de edad, José De Los Santos Ardila, María Pardo Muñoz y su hija María Díaz Pardo, fueron asesinados en la vereda La Corcovada, por un grupo armado de más de 100 hombres, conformado por efectivos del Ejército y paramilitares del MAS, quienes llegaron hasta las casas de los campesinos y los asesinaron. Luego se llevaron un ternero, 10 gallinas y quemaron los utensilios que poseían. Los militares informaron a la prensa, del hallazgo de los cadáveres de tres campesinos asesinados por guerrilleros en la vereda La Corcovada.
Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa N° 654, la cual fue enviada por competencia al Juzgado Superior (reparto) del Socorro, el 17 de mayo de 1985, pero se desconoce qué pasó luego con el proceso.
El 23 de abril de 1985, José María Cañas fue asesinado por paramilitares que incursionaron de manera violenta en su vivienda, en horas de la noche.
Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa NΊ 660, la cual fue enviada por competencia al Juzgado Superior (reparto) del Socorro, el 1 de junio de 1985.Se desconoce qué pasó con el proceso.
El 27 de mayo de 1985, los campesinos Sergio Parra Henao y sus hijos Sergio Parra, de 17 años de edad, y Gustavo Parra, de 11 años de edad, fueron desaparecidos y asesinados por paramilitares del MAS. Los paramilitares los retuvieron y siete días después fueron hallados los cadáveres.
El 29 de mayo de 1985, la profesora de la escuela de la inspección de policía La India Nubia Reyes Fontecha, fue asesinada por un grupo de hombres fuertemente armados.
Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa NΊ 667, la cual fue enviada por competencia al Juzgado Superior (reparto) del Socorro, el 17 de julio de 1985.Se desconoce qué pasó con el proceso.
El 27 de junio de 1985, los campesinos Jorge Rodríguez Medina y Rubén Antonio Ríos Espinel, fueron asesinados por paramilitares del MAS, en la vereda Campo Escondido.
Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantaron las investigaciones previas NΊ 682 y 675, las cuales fueron enviadas por competencia al Juzgado Superior (reparto) del Socorro, el 10 y el 19 de septiembre de 1985, respectivamente. Se desconoce que pasó con los procesos.
El 28 de junio de 1985, el campesino Olegario Castro Duran, fue asesinado por miembros del Ejército, al interior de las instalaciones de la base militar El Paraíso
El 21 de diciembre de 1985, los campesinos Luis Alberto Bohorquez, José Emeterio Leal y José del Carmen Lascarro, fueron asesinados durante una acción combinada de miembros de la XIV Brigada del Ejército y paramilitares del MAS, en el caserío Vuelta Acuña. Los tres campesinos fueron asesinados y descuartizados.
El 19 de abril de 1986, los campesinos Amparo Zapata, Mary Castaño Hernández y los hermanos Nelson Rubio Cadena, Arnulfo Rubio Cadena y Ramiro Rubio Cadena, fueron desaparecidos por miembros del grupo paramilitar MAS.
El 23 de abril de 1986, el comerciante Fernando De Jesús Osorio Lugo, de 49 años, fue asesinado por paramilitares del MAS, cuando se movilizaba en una motocicleta por el sitio La Cristalina.
El 25 de septiembre de 1986, el campesino y militante de la Unión Patriótica José Navia, fue detenido y desaparecido por unidades militares, en la vereda Naranjito.
El 28 de octubre de 1986, el educador de una escuela rural Gustavo Ignacio Moreno Jaramillo, fue asesinado por tres paramilitares, quienes lo obligaron a descender de un bus intermunicipal para luego ejecutarlo. Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa NΊ 771, la cual fue enviada por competencia al Juzgado Superior (reparto) del Socorro, el 29 de diciembre de 1986.Se desconoce qué pasó con el proceso.
El 6 de noviembre de 1986, los campesinos Armando Díaz Pinzón, Félix Martín Mosquera, Nilo Antonio Gutiérrez, Claudio Zapata, Omar Ardila, Pancho Tirado, Marco Tulio Ariza, Jairo Alberto Salazar, Wilson De Jesús Vanegas Salazar, Ricardo Carrillo, Alberto Patino y Otro Hombre No Identificado, quienes trabajaban como aserradores, fueron desaparecidos por miembros del Batallón Bárbula y paramilitares del MAS, en la vereda San Tropel, en las bocas de la quebrada La Corcovada. Los asesinos interceptaron a las víctimas cuando transportaban un cargamento de madera, los bajaron de las balsas y luego les dispararon. Los paramilitares se robaron la madera que transportaban y luego la vendieron. Al parecer, los once cadáveres fueron lanzados a la misma quebrada, aunque existe otra versión de que fueron enterrados en una fosa común, sin embargo esta última versión no pudo ser constatada, pues una comisión del CTl de Bucaramanga que se desplazó a la zona para investigar, fue amenazada por los paramilitares.
En el crimen participaron los Capitanes Eduardo Fajardo y Germán Vásquez Quijano; un teniente de apellido Zanabria y un Cabo Primero de apellido Espinoza; así como los paramilitares Marceliano Panesso Ocampo, Hermógenes Mosquera, Jesús Mosquera, Rafael Pérez, Gilberto Silva Cortez, Juan Panesso, y los alias "Fercho", "Chenche", "Satanás" y "El Pintado".
Después del crimen los paramilitares llamaron por radioteléfono a una patrulla del Ejército, que venía por la quebrada, guiada por el paramilitar Jesús Mera, y dijeron a sus integrantes que se devolvieran porque habían matado unos bogas.
El 17 de marzo de 1987, los campesinos Gonzalo Salazar, su esposa Otilia Del Socorro Duque y su hija Diana Salazar Duque, de 4 años de edad; Luz Marina Mosquera; Luis Eduardo Gallego, trabajador de la empresa Piísen; Porfidia Niño Restrepo; Rosa Pardo; José Blandón y Virgelina NN, fueron torturados y asesinados en el sitio Bocas de la Corcovada, en la vereda La Corcovada, por paramilitares del MAS, quienes luego de la masacre se llevaron los cadáveres para Puerto Boyacá (Boyacá).
En el crimen participaron los paramilitares: Luis Eduardo Garzón Duran, Iván Valencia, Hermógenes Mosquera, Marceliano Panesso Ocampo, Liderman Marín Pedraza y los alias "Eparminio", "El Llanero", 'Tonina", "Fercho y "Raulín"
En abril de 1987, los campesinos Jesús Darío Rentería Correa, Humberto Quiroga, Samuel NN, Luis Magnu Chaverra, Isaías NN, José NN, le decían "José Negro"; Telmo Zambrano, había sufrido parálisis infantil; Hernando Bustamante y otras Cinco Personas no identificadas, fueron asesinados durante una incursión armada a la vereda Número Siete, conocida como "Operación Cero Siete", adelantada por el grupo paramilitar comandando por Henry de Jesús Pérez Duran, por orden del Comando del Batallón Rafael Reyes. El operativo fue coordinado entre Alonso de Jesús Baquero Agudelo y los oficiales del Batallón Rafael Reyes: Coronel Pinzón, el Mayor Rubiano y el Capitán Héctor Aliño Forero Buitrago. Los militares y paramilitares se reunieron previamente en la vereda Puerto Abarco, y se dividieron en dos grupos que llegaron por rutas diferentes hasta una cooperativa, donde se encontraban reunidos los socios; allí asesinaron a 10 de las víctimas, luego recorrieron dos fincas donde detuvieron a las otras dos víctimas. Los doce campesinos fueron asesinados con arma de fuego y algunos apuñalados, los cuerpos descuartizados fueron lanzados a las aguas del río Carare.
De acuerdo con declaraciones de varios de los paramilitares que participaron en el hecho, en el mismo tomaron parte Iván Valencia (señalaba a quiénes había que asesinar), Alonso de Jesús Baquero Agudelo, Ancizar Cataño Buitrago, Marceliano Panesso Ocampo, Hermógenes Mosquera, Jesús Mosquera, Rafael Pérez, Alfredo NN, Luis Eduardo Garzón Duran y los alias "Churico", "Santander, "Fercho" "Satanás", "Platino", "Llovizna", "Carepalo""Garden", "Marranita", "García Lorca", "Emilio", "Familia", "Pequinés", "Siete" y "Carga Larga".
El 25 de enero de 1988 fue encontrado asesinado Elias Camacho, en zona rural de la localidad.
El 4 de marzo de 1988, Blanca Isbelia Moreno Arenas, de 34 años de edad, profesora y militante del Frente de Izquierda Liberal Auténtico (FILA), afiliada al Sindicato de Educadores de Santander, fue asesinada en la escuela rural de la inspección de policía La India, por paramilitares del MAS, en presencia de por lo menos 30 pobladores de la zona.
Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa N° 761, en la cual la Fiscalía 16 profirió resolución inhibitoria y ordenó el archivo, el 16 de marzo de 1993.
El 12 de mayo de 1988, Ángel María Roncancio Ríos y Olga Lucia Salazar Suarez, de 18 años de edad, fueron encontrados asesinados en zona rural de la localidad.
El 18 de agosto de 1988, el campesino Ismael Díaz, de 48 años de edad, fue asesinado en la vereda La Canaima por paramilitares que lo sacaron violentamente de su vivienda y luego le dispararon. Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa NΊ 623, en la cual la Fiscalía 16 profirió resolución inhibitoria y ordenó el archivo, el 26 de enero de 1993.
El 16 de septiembre de 1988, el cuerpo de Un Hombre de aproximadamente 29 años de edad, fue encontrado en avanzado estado de descomposición en zona rural del municipio. El cadáver presentaba 7 impactos de arma de fuego.
El 15 de octubre de 1988, el conductor Arnulfo Santamaría Galeano, de 35 años de edad, fue asesinado por un grupo de hombres fuertemente armados. Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa NΊ 786, en la cual la Fiscalía 16 profirió resolución inhibitoria y ordenó el archivo, el 23 de marzo de 1993.
El 27 de noviembre de 1988, el dirigente de la Unión Patriótica Eduardo Benitez, fue desaparecido luego de que fuera llevado a la fuerza por paramilitares, quienes lo interceptaron en un recodo de la vía al caserío Vuelta Acuña.
A finales de 1988, los campesinos Pedro Bastos, NN Ardila, conocido como "El Ñato", Rosa NN y María NN, fueron asesinados por paramilitares en la vereda La Corcovada. En el hecho participaron Iván Valencia, Marceliano Panesso Ocampo, Hermógenes Mosquera, Jesús Mosquera, Rafael Pérez, Alfredo, Luis Eduardo Garzón Duran y los alias "Churico", "Santander", "Fercho" "Satanás", "Platino", "Llovizna", "Carepalo""Garden", "Marranita", "García Lorca", "Emilio", "Familia", "Pequinés", "Siete" y "Carga Larga".
El 7 de enero de 1989, el campesino Flaminio Cárdenas Bastos, de 40 años de edad, fue asesinado hacia la media noche, por un grupo de hombres fuertemente armados.
Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa N° 285, en la cual la Fiscalía 17 profirió resolución inhibitoria y ordenó el archivo, el 23 de noviembre de 1992.
El 2 de marzo de 1989, Jorge Castillo Sánchez, de 27 años de edad, fue encontrado asesinado en sector urbano de la localidad.
El 4 de mayo de 1989, Una Mujer de aproximadamente 35 años fue encontrada asesinada. El cuerpo presentaba 8 impactos de arma de fuego en la cara.
El 24 de julio de 1989, los militantes del M-19 Ramiro Sanabria, Miguel Ángel Suarez, Saúl Duque Villa y Flor María Rojas Ruiz, y el niño Dagoberto Sanabria Rojas, de 2 años de edad e hijo de Ramiro y Flor María, fueron encontrados asesinados en el sitio denominado «Alto Nogales». Fuentes castrenses informaron que las víctimas habían muerto en enfrentamiento con miembros del Ejército, versión que fue desmentida por la organización y posteriormente se demostró que las víctimas habían sido asesinadas a quemarropa. En abril de 1989, la organización insurgente había iniciado conversaciones con el gobierno nacional para su desmovilización y la conformación del movimiento político Alianza Democrática M-19.
El 7 de septiembre de 1989, el comerciante Guillermo Zabala Echeverri, de 53 años de edad, y su hijo Gustavo Alberto Zabala Ramírez, fueron encontrados en avanzado estado de descomposición, en la vereda La Terraza de la Inspección Departamental de Puerto Araujo.
El 9 de octubre de 1989, Cuatro Menores de edad, un niño de 12 años y tres niñas de 4, 14 y 15 años respectivamente, fueron encontrados asesinados en la inspección de policía Puerto Olaya. Sus cadáveres estaban quemados; el inspector que realizó el levantamiento señaló que existían indicios de que las víctimas habían sido violadas.
El 13 de noviembre de 1989, la campesina Etelvina Monroy, de 42 años de edad, fue encontrada asesinada en la Inspección de Policía La India. Presentaba un impacto de arma de fuego en la cabeza.
El 28 de noviembre de 1989, el campesino José Romero Chaparro, de 21 años de edad, fue asesinado por un grupo armado, en la vereda Manitosa.
El 17 de diciembre de 1989, el comerciante de esmeraldas Carlos Sandoval, de 56 años de edad, su hija María Eugenia Sandoval, de 23 años de edad, el conductor de la familia Enrique Federico Tellez, de 36 años de edad, Leonor Rodríguez, de 35 años de edad, e Isabel Rodríguez, de 35 años de edad, fueron asesinados en el sitio Puerto Yuca de la inspección de policía departamental La India, cuando se movilizaban en un campero y fueron interceptados por paramilitares.Todo indica que el crimen se realizó para robar unas esmeraldas que llevaban las víctimas. En el hecho resultó herida otra persona que también iba en el automotor. Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa NΊ 553, en la cual la Fiscalía 16 ordenó la suspensión y archivo, el 8 de marzo de 1994.
En el crimen participaron los paramilitares Jesús Mosquera, Hermógenes Mosquera y los alias "Jota Jota" y "Superboy". En la oficina del B-2 del Batallón Rafael Reyes tenían un álbum fotográfico donde aparecían fotos de este crimen.
En diciembre de 1989, un Hijo del esmeraldero Carlos Sandoval fue asesinado por paramilitares en el estadero "Mora y Fresa". Pocos días antes los mismos paramilitares habían asesinado a su padre y una hermana.
En el crimen participaron los paramilitares Jesús Mosquera, Hermógenes Mosquera y los alias "Jota Jota" y "Superboy".
En diciembre de 1989, un Conductor al servicio del esmeraldero Arturo Sandoval fue asesinado por paramilitares, quienes lo confundieron con Arturo a quien iba dirigida la acción criminal. Tres miembros de la familia de Arturo habían sido asesinados en dos hechos anteriores en el mismo mes.
En el crimen participaron los paramilitares Jesús Mosquera, Hermógenes Mosquera y los alias "Jota Jota" y "Superboy".
En fecha no precisada del año 1989, en la vereda San Tropel fue torturado y asesinado, Un Joven Campesino, en una acción conjunta entre la Policía, el Ejército y grupos paramilitares .
El joven había informado a miembros del Cuerpo Élite de la Policía, sobre la presencia de Gonzalo Rodríguez Gacha en la finca Casa Negra de la mencionada vereda, y guió a los policías hasta el lugar. Ante la llegada de la Policía, los jefes paramilitares Henry de Jesús Pérez Duran y Luis Eduardo Ramírez huyeron en un helicóptero de propiedad de Ramírez, mientras Rodríguez Gacha se internó en el monte con ayuda de Luis Enrique Chavarría. A los ocho días los
paramiNtares se reunieron con los miembros del Cuerpo Élite de la Policía y les pagaron $2.400.000 para que les entregaran al joven que los había delatado, así lo hicieron. Los paramilitares colgaron al muchacho de un palo hasta ahorcarlo y luego el Ejército le regó gasolina y lo quemó, todo ello en presencia de los habitantes de la vereda a quienes les aseguraron que "así morían los sapos".
En el crimen participaron, entre otros, los paramilitares Henry de Jesús Pérez Duran, Luis Eduardo Ramírez, Hermógenes Mosquera, Jesús Mosquera, Juan Panesso, Luis Enrique Chavarría y Jesús Aníbal Quintero Posada.
A finales de 1989, los campesinos Luz Vanegas, su esposo Marco Idigio Olarte y su hijo Dumar Albeiro Olarte Vanegas, de 8 años de edad, fueron víctimas de la acción criminal de miembros de un grupo paramilitar. Los campesinos se movilizaban a caballo, por la vereda San Tropel, cuando fueron sorprendidos por los paramilitares, quienes los obligaron a bajarse, luego violaron a Luz y desaparecieron a su esposo y a su hijo. En el hecho participó Hermógenes Mosquera.
El 8 de enero de 1990, un joven de apellido Mosquera, de 22 años de edad, hijo de un candidato a la alcaldía municipal, quien se dedicaba a labores de construcción y algunas veces de panadería, fue encontrado asesinado de varios impactos de arma de fuego. Horas antes había sido sacado de su residencia por dos paramilitares.
Según versión de algunos pobladores, los responsables fueron paramilitares que habían llegado a la población después del asesinato de Luis Carlos Galán, y que transitaban libremente por la localidad.
El 22 de enero de 1990, el campesino Luis Eduardo Zapata Valencia, fue encontrado asesinado en la inspección de policía Puerto Araujo. El cuerpo presentaba varios impactos de arma de fuego.
El 28 de enero de 1990, el inspector de policía Luis Alberto Pabon, de 35 años de edad, fue asesinado en el corregimiento La Aguada por varios hombres armados.
El 26 de febrero de 1990, la periodista al servicio de la televisión británica y afiliada al Círculo de Periodistas de Bogotá, Sylvia Margarita Duzan Saenz, de 30 años de edad y los miembros de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare, Josué Vargas Mateus, de 45 años y presidente de la Asociación, Saúl Castañeda, de 45 años de edad, secretario de la Asociación y Miguel Ángel Barajas Collazos, de 55 años de edad, Ingeniero asesor de la Asociación y candidato al Concejo Municipal de Cimitarra, fueron asesinados por un grupo de hombres fuertemente armados, quienes irrumpieron en el restaurante La Tata, hacia las 9:30 p.m., en momentos en que Sylvia Margarita se reunía con los tres dirigentes de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare, para planear una entrevista que hacía parte de un informe para el Canal Cuatro de Londres, cuyo tema era "El veto del narcotráfico en las elecciones de 1990".
Desde tempranas horas de la mañana, algunos reconocidos paramilitares fueron vistos en la localidad, además estuvieron hablando con Carlos Atuesta, quien hacía parte de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare. Más tarde Atuesta salió a recibir a la periodista y junto con los otros miembros de la Asociación llegó hasta el restaurante, allí se despidió de ellos y aproximadamente tres minutos después irrumpieron en el lugar los asesinos.
Momentos antes de los hechos, algunos habitantes de la localidad que presentían lo que iba a pasar advirtieron a las futuras víctimas el peligro que corrían y además una persona que estaba en el restaurante llamó a la policía local diciéndoles "por favor háganse presentes, que van a matar a los de la asociación y a la periodista", estos le preguntaron "ΏPor qué sabe?", a lo que respondió "porque vi a "El Mojao" y a otros sicarios que están sentados en sitios estratégicos alrededor del restaurante La Tata", la respuesta del policía que atendió la llamada fue: "Vamos a ver qué podemos hacer, ahorita los agentes están ocupados". Como era de esperarse la Policía no adelantó ninguna acción para prevenir el crimen.
El crimen fue ordenado por Henry de Jesús Pérez Duran y el político y paramilitar Armando Suescún, que había sido candidato a la alcaldía de la localidad por el movimiento Morena, cuya sede estaba en Puerto Berrío y su dirigente era el paramilitar Iván Roberto Duque Escobar, quien fue representante a la Cámara. Dicho movimiento tenía como opositores políticos en Cimitarra a los miembros de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare.
Así mismo participaron los paramilitares Hermógenes Mosquera, conocido como "El Mojao" y Alejandro Ardila y un miembro de la Policía.
A mediados de 1990, el operador de motosierra León Alberto Marín, fue desaparecido por orden de Carlos Delgado, para quien trabajaba en la Ciénaga de Barbacoas y quien lo acusó de pertenecer a la guerrilla para no pagarle cinco años de trabajo que le adeudaba. El obrero fue detenido por miembros de la XIV Brigada del Ejército, quienes le propinaron varios impactos de arma de fuego y arrojaron su cuerpo al río Magdalena, sus restos nunca aparecieron.
En el crimen participaron: el Sargento Segundo Carlos Hernando Medina, adscrito a la Brigada XX, quien estaba en comisión en el Batallón de Servicios No.4; un soldado profesional de apellido Lesmes y el suboficial Martín Emilio Sánchez Rodríguez.
El 9 de agosto de 1990, los pescadores Armando Martineztorres, Arsenio Rengifo, John López, Alfredo Alcibiades NN y Arcadio NN, fueron encontrados asesinados en el caserío Vuelta Acuña.
El 29 de septiembre de 1990, los obreros Eliecer Ruiz Florez, de 30 años de edad, y Rubén Darío Hernández, de 26 años de edad, fueron asesinados por cuatro individuos encapuchados, que los sacaron de la finca La Fe, en la inspección de policía Puerto Araujo y luego los ejecutaron.
El 28 de abril de 1991, el campesino Pascual Córdoba, fue encontrado asesinado en zona urbana de la población. Presentaba un disparo en la cabeza y otro en la espalda.
Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa N° 995, la cual fue suspendida el 31 de mayo de 1994, sin que existiera ningún sindicado.
El 11 de septiembre de 1991, los campesinos Joselin Hernández Barbosa y Alirio Ciro Yarte, de 30 años de edad, fueron asesinados por hombres armados que incursionaron en la vereda Campo Anda de la inspección departamental de la India.
Según información dada por la Dirección Seccional de Fiscalías de San Gil, por este homicidio se adelantó la investigación previa No 531, la cual fue suspendida el 30 de abril de 1999, sin que existiera ningún sindicado.
A finales de 1991, a Alfredo Benitez, propietario de una pequeña finca, lo asesinaron paramilitares por orden el hacendado Orlando Cárdeno, propietario de la hacienda San Juan de Bedout, ubicada en la vía hacia Bodegas, quien quería apoderarse de la finca de la víctima y para ello lo acusó de "cargarle comida a la guerrilla".
A finales de 1991, Dos Hombres fueron asesinados durante una incursión militar al sitio conocido como El Pedregal, comandada por un Sargento Segundo de apellido Zuñiga, un paramilitar conocido como "El Pájaro" y varios soldados profesionales, quienes se transportaban en una camioneta de ECOPETROL, vestían de civil y usaban brazaletes con las siglas del ELN y las FARC.
El 15 de febrero de 1992, los campesinos Mery García Pardo, de 19 años, Emilio Pardo, de 20 años, Libardo García Pardo, de 22 años, Ángel María Pardo, de 56 años, Rosa Isabel Aguilar, de 34 años, Rosa Ebel Luengas, de 24 años, Eduardo Mosquera Cubides, de 35 años, Eduardo Niño Navarro, de 39 años, y Kenedy Castro, varios de ellos familiares entre sí, fueron asesinados por aproximadamente doce paramilitares, vinculados a la Red de Inteligencia N° 7 de la Armada Nacional, con sede en Barrancabermeja, quienes ingresaron en la vivienda donde las víctimas se encontraban durmiendo.
Se presume que el crimen pudo estar relacionado con el hecho de que uno de los integrantes de la familia García Pardo, conocido como «Arracacho» perteneció a un grupo paramilitar y en ese momento existían disputas al interior de los grupos paramilitares de la zona.
Por esta masacre, la Fiscalía Seccional de San Gil inició la investigación previa N" 253. El 10 de agosto de 1993 la investigación fue enviada por competencia a la Fiscalía Regional en Cúcuta, sin que existiera algún sindicado.Se desconoce que pasó con el proceso.
El 29 de marzo de 1992, el campesino Alberto Antonio Hurtado Murillo, de 38 años de edad, fue asesinado por cinco hombres armados y vestidos con prendas militares.
El 11 de abril de 1992, Segundo Benjamín Gómez, concejal del municipio de Barbosa por el Partido Liberal y presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Terraza de Cimitarra, fue encontrado asesinado en la finca San Francisco. Horas antes había sido llevado a la fuerza por varios hombres armados.
Por este crimen la Fiscalía Seccional de San Gil inició la investigación previa No 181. El 10 de agosto de 1993 la investigación fue enviada por competencia a la Fiscalía Regional en Cúcuta, sin que existiera algún sindicado.Se desconoce que pasó con el proceso.
El 18 de julio de 1992, Un Hombre no identificado fue encontrado asesinado en la vía al Municipio de Landázuri. El cuerpo de la víctima estaba en avanzado estado de descomposición y presentaba claros signos de tortura.
El 26 de agosto de 1992, Oswaldo González Zambrano, de 20 años de edad, y Feliciano Mosquera Murillo, de 45 años de edad, fueron asesinados por un grupo de hombres que portaban armas largas y cortas.
El 1 de octubre de 1992, los pescadores Luis Fernando Angarita, Atanael Armando Latorre y Carlos Julio nn, fueron asesinados por el Ejército, en la inspección de policía Puerto Olaya. Las víctimas vivían en Puerto Berrío (Antioquia) y se encontraban desaparecidos desde hacía una semana. Por este homicidio la Fiscalía Seccional de San Gil adelantó la investigación previa No 538, la cual fue suspendida por la Fiscalía Quinta, el 6 de julio de 1999, sin que existiera ningún sindicado.
El 27 de julio de 1993, la niña Sandra Patricia López, de 14 años de edad, fue asesinada, su cadáver fue encontrado a la altura del kilómetro 9 de la vía a la inspección departamental Puerto Araujo; presentaba un disparo en la nuca.
Por este homicidio la Fiscalía Seccional de San Gil adelantó la investigación previa No 1217, la cual fue suspendida por la Fiscalía 17, el 27 de octubre de 1993, sin que existiera ningún sindicado.
El 9 de noviembre de 1993, el campesino Nilson Hernando Florez Fajardo, de 32 años de edad, fue asesinado en una pequeña finca de su propiedad, ubicada en la vereda Bonanza, por varios hombres vestidos con prendas de uso privativo de las Fuerzas Armadas, quienes lo acribillaron sin mediar palabra.
Por este crimen la Fiscalía Seccional de San Gil inició la investigación previa No 1354. El 8 de abril de 1994 la investigación fue enviada por competencia a la Fiscalía Regional en Cúcuta, sin que existiera algún sindicado.Se desconoce qué pasó con el proceso.
En fecha sin precisar del año 1994, Un Campesino fue asesinado cerca a las instalaciones de Telecom, por los paramilitares José Alirio Castro Molina y alias "Jota Jota", quienes le dispararon desde una moto.
En fecha sin precisar del año 1994, Un Teniente retirado del Ejército fue torturado y asesinado por los paramilitares José Alirio Castro Molina y los alias "Jota Jota", "Martín", "Superboy" y la esposa de éste último, en la inspección de policía Santa Rosa del Carare. A la víctima le cortaron la lengua y el pene, y se lo colocaron en la boca.
En fecha sin precisar del año 1994, el campesino Juvenal Roso, fue torturado y asesinado por paramilitares, cuando se dirigía la vereda San Tropel para asistir a un culto religioso.
El campesino fue retenido por Gilberto Silva Cortez y otros paramilitares, quienes lo amarraron y lo mantuvieron así por tres días; luego lo obligaron a cavar el hueco donde iba a ser enterrado y lo asesinaron decapitándolo. La cédula de la víctima apareció en la finca Cañaduzal de propiedad de Gilberto Silva Cortez.
En fecha sin precisar del año 1994, los campesinos Virgilio Cruz y Melquisedec Gordillo, fueron asesinados por paramilitares. Las víctimas habían llegado a la vereda San Tropel a averiguar por Juvenal Roso, quien había sido asesinado por paramilitares días atrás. En el crimen participaron Luis Enrique Chavarría y los alias "Tarzán", "Recluta", "Matro" y "Elias".
5 .Formas de Resistencia
Durante este período pese a la represión, los pobladores de Cimitarra pasaron de la lucha por la tierra a la búsqueda de alternativas políticas más democráticas, que contemplaran en sus plataformas las necesidades básicas de la población de base, lo que se evidenció progresivamente en la década de los setenta.
En 1975 la política estatal de exterminio llevó a que los directivos del Partido Comunista se clandestinizaran para poder salvar sus vidas. Esta decisión fue tomada luego del asesinato de José Romana Mena, vicepresidente del Concejo de Cimitarra, quien era dirigente del Partido Comunista y fue asesinado por el DAS. Esta fue una de las formas de resistencia que le permitió a la izquierda seguir teniendo la mayoría en las votaciones hasta 1978.
En la medida en que la represión fue mayor, las formas de resistencia de los pobladores se redujeron al silencio como única posibilidad de sobrevivir en una zona cuyo control iba siendo ganado por los grupos paramilitares.
Terminando la década de los noventa, el casco urbano de Cimitarra estaba controlado por completo por los grupos paramilitares, al igual que buena parte de la zona rural.
6. La Impunidad
Las características especiales de las formas de represión que se dieron en la década de los setenta facilitaron que los crímenes de lesa humanidad que se cometieron no fueran investigados y mucho menos que quienes los ejecutaron fueran sancionados.
Las torturas que fueron la modalidad más frecuente, no fueron investigadas penalmente, pues a quienes les competía adelantar las investigaciones, a menudo habían ordenado los hechos o habían participado en los mismos, sumado al hecho de que los detenidos eran obligados a firmar constancias de buen trato, a menudo estando vendados, con el fin de sentar bases para la impunidad desde el mismo momento de la comisión del crimen. Disciplinariamente, a consecuencia de las múltiples denuncias, se hicieron investigaciones, pero éstas no llegaron a sanciones, entre otras razones por que eran torpedeadas por la estructura militar. Así lo muestra un informe de la Procuraduría General de la Nación de septiembre 5 de 1972, que señala: "habiéndose solicitado al Comandante del Departamento E-2 del Ejército suministrara el nombre de los agentes secretos que intervinieron en las detenciones e interrogatorios... negó el suministro de ese dato aduciendo razones de seguridad" (24)
Los casos de desaparición, es como si nunca hubieran sido cometidos, pues de acuerdo con las respuestas dadas por la rama judicial y los organismos de control del Estado (25), no existe registro de investigación alguna por estos hechos.
La impunidad, luego del surgimiento de los grupos paramilitares, será analizada más en detalle en el siguiente capítulo.
7. Efectos Colectivos
Algunas familias víctimas de la represión se vieron obligadas a abandonar la región para salvar sus vidas. El caso más ilustrativo fue el de la vereda la Corcovada, donde luego de los bombardeos y asesinatos por parte de militares y paramilitares en agosto de 1983, se generó un éxodo masivo de la población hacia otras veredas de Cimitarra y a municipios cercanos.
Cimitarra pasó de ser un municipio que apoyaba a las organizaciones políticas de izquierda a estar controlada en buena parte de su territorio por los grupos paramilitares, que desde allí planean los crímenes que se ejecutan en otras regiones del país. Lo que era de esperarse, pues muchos campesinos tuvieron que salir de Cimitarra y los que se quedaron tuvieron que someterse al control de los paramilitares, a lo que en 1989 se le sumó la llegada masiva de narcotraficantes que se ubicaron en las mejores tierras de Cimitarra.
Notas:1. OLAYA OLAVE, Hernando. Caminos de Historia en el Carare Opón. Santafé de Bogotá, 1999. Pág. 125.
2. Ibidem.
3. Ibidem. Pág. 135.
4. OLAYA OLAVE, Hernando. El Bosque es para el Hombre como el Agua para el Pez. En: Revista El Carare Opina No 12. Landazuri, febrero de 1998. Pág. 1.
5. Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. El Municipio de Cimitarra. 1998.
6. SABOGAL YARCE, Jorge Ramiro. Cimitarra. Bucaramanga, 1987.
7. La Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare y el Proceso de Paz. Santafé de Bogotá: Universidad de Los Andes, 1989. Pág. 48.
8. Idem
9. Idem pg 58
10. Idem pg 15
11. El Sargento Hernán Ramírez, el Sargento Félix Perilla Riveros, el Sargento Pedro Miguel Lizarazo, el Sargento Walter Taborda Botero, el Capitán Héctor Mayorga Pineda, el Sargento Mayor Miguel Antonio Porras y el Sargento Primero José Arturo Aguirre.
12. Revelados nombres de vinculados al MAS. En El Espectador, febrero 20 de 1983. Pág. l0A.
13. Oficio DRC-389 de la División de Registro y Control de la Procuraduría General de la Nación. Santafé de Bogotá, julio 11 del 2000.
14. Cimitarra: Zona de Guerra. En: Revista Alternativa No 34, mayo 19 26 de 1975. Pág. 9.
15. Cimitarra: Existe un plan de exterminio. En: Revista Alternativa No 82, mayo 17 24 de 1976, pág. 7.
16. Idem
17. NCOS y otros. Tras los pasos perdidos de la guerra sucia: Paramilitarismo y acciones encubiertas en Colombia. Bruselas: Ediciones NCOS, 1995. Págs. 115-116.
18. Cimitarra: Existe un plan de exterminio. En: Revista Alternativa No 82, mayo 17 24 de 1976, pág. 7.
19. La Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare y el Proceso de Paz. Bogotá: Universidad de Los Andes, 1989.
20. MEDINA GALLEGO, Carlos. Autodefensas, Paramilitares y Narcotráfico en Colombia. Bogotá: Editorial Documentos Periodísticos, 1990. Pág. 182
21. Idem pág 181
22. AMNISTÍA INTERNACIONAL. Colombia: El panorama de los Derechos Humanos Ώ"Escuadrones de la Muerte" a la defensiva?. 1990. Pág. 18.
23. CSPP. Que gran país tenemos. Informe 1984. Bogotá, julio.
24. Si hubo torturas afirma comisión de la Procuraduría. En: Revista Alternativa NΊ1. Bogotá, febrero 15-28 de 1974.
25. Oficio DRC-389 División Registro y Control de la Procuraduría General de la Nación. Santafé de Bogotá, julio 11 del 2000.1985.