Los Jinetes de la Cocaína
Los Jinetes de la Cocaína

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Capítulo VI
Los deportes

Por su doble atractivo de generar el respaldo implícito de los fanáticos y la facilidad para lavar los dólares, los narcotraficantes colombianos virtualmente se tomaron los deportes.

Él organismo oficial, encargado de su vigilancia, Coldeportes, nunca ha tomado ninguna iniciativa para purificarlos. Todos sus directores han preferido convivir con la mafia. O antes bien, pedirle ayuda.

Cuando Julio Nieto Bernal dirigió Coldeportes, le remitió a Pablo Escobar un estudio sobre la creación de una corporación que se encargara de llevar los ciclistas colombianos al Tour de France. Su director en Antioquia, Ramiro Vélez Restrepo, le había escrito en abril de 1983 al mismo narcotraficante, para felicitarlo por el techado de canchas de fútbol y basquet en Medellín, y le ofrecía en venta, a precios cómodos, implementos deportivos.

1. El fútbol

Un primer equipo de fútbol, Atlético Nacional, tenía como su principal accionista a Hernán Botero Moreno, recordado en una gran foto en la que exhibía un puñado de dólares durante un partido de fútbol que perdía su onceno,

Botero era un oscuro hombre de negocios que laboraba en Medellín, sede del equipo.

Propietario del clásico Hotel Nutibara, controlaba por igual una agencia importadora de éter. Inversiones Nutibara, producto que casi siempre desvió hacia el narcotráfico,

Su hermano Roberto fue condenado en los Estados Unidos por el lavado de US$70 millones.

En febrero de 1981 se libró la primera orden de captura en contra de Hernán Botero, acusado de lavar US$52 millones.

Se le señala también como codueño, con Octavio Piedrahita, de un cargamento de 1.762 kilos de cocaína incautado en 1982 en Miami.

Su apoderado para oponerse a la extradición por la justicia norteamericana, fue el exmagistrado de la Corte Suprema de Justicia Luis Eduardo Mesa Velásquez. Botero, se asegura, le pagó un millón de dólares por su infructuosa gestión jurídica.

Cuando Hernán Botero fue extraditado, el 15 de noviembre de 1984, la División mayor del Fútbol Colombiano, Dimayor, un organismo privado que controla ese deporte en el país, ordenó suspender los partidos de la fecha, en señal de duelo.

El Nacional fue adquirido luego por Hernán Mesa, quien a raíz de su quiebra lo dejó en poder de Octavio Piedrahita, dueño hasta de sus sedes deportivas. El Deportes Tolima tuvo primero un dueño, José Manuel Cruz Aguirre, primo de Ignacio Aguirre Ardila (El Coronel), el anfitrión de la cumbre de la mafia en Bogotá, que se cumplió en febrero de 1976. Fue asesinado por rivalidades entre organizaciones de narcotrañcantes.

Cruz Aguirre es reclamado por el Perú en extradición, vinculado al tráfico de cocaína. En Miami es mencionado como el Cabezón, pero se desconoce si tiene procesos pendientes. Su característica con respecto al equipo de fútbol consiste en la compra, al contado, de los pases de jugadores.

El Deportivo Pereira, de la capital de Risaralda, es controlado por Octavio Piedrahita, quien trafica con cocaína desde Medellín. Se le presume codueño, con Botero, del cargamento de cocaína mencionado antes.

Piedrahita es propietario de la firma Maribel Ltda., exportadora de confecciones en cuero a los Estados Unidos, mecanismo que ha sido señalado como de lavado de dólares.

El Club Deportivo Los Millonarios, de Bogotá, fue controlado primero por Edmer (en otras ocasiones se le menciona como Hermes) Tamayo, ya muerto, de quien se afirma era propietario de un cargamento de 2.000 kilos de cocaína, capturado en septiembre de 1982,

A Tamayo también se le vincula como propietario de un cargamento de 65 kilogramos de cocaína incautado en Barranquilla.

Los intereses de Tamayo los representan ahora los abogados Germán y Guillermo Gómez, este último también comprometido con intereses de Gilberto Rodríguez.

El nuevo mayor accionista de Millonarios es otro narcotraficante, Gonzalo Rodríguez Gacha, El Mejicano.

En el Deportivo Independiente Medellín, de la capital de Antioquia, tuvo intereses el narcotraficante Héctor Mesa, quien al caer en desgracia económica vendió casi toda su participación en el equipo a los hermanos Piedrahita y a Pablo Correa Arroyave,

Cuando los"partidos del DIM no se resuelven en la cancha, lo tratan de hacer en privado, como sucedió en 1986, en el Hotel Amaró, en Medellín, de propiedad de un Piedrahita que resultó herido en el incidente.

El arquero Navarro, argentino, denunció que el fútbol colombiano estaba infiltrado por la mafia. Como precisamente uno de los narcotraficantes a que aludía era el propietario de su pase, lo pasaron a la reserva y no ha podido volver a jugar,

Pablo Correa Ramos, asesinado como Correa Arroyave, también poseía acciones en este equipo.

Deportivo Independiente Santa Fe, de Bogotá, fue controlado primero por el llamado Grupo Inverca, de Fernando Carrillo. Este sujeto es señalado como propietario de una cadena de droguerías en Colombia, a través de la cual distribuye insumos para el refinamiento de coca. En noviembre de 1978 se afirmó que Carrillo tenía a Miami como centro de distribución del alcaloide que producía, En mayo de 1981 se le hicieron cargos por haber participado en envíos de cocaína a La Florida.

Este equipo se encuentra hoy en poder de Silvio y Fanor Arizabaleta Arzayus, narcotraficantes vallecaucanos. Un hermano suyo, Diego, murió el 25 de febrero de 1983, a raíz de la explosión de un laboratorio de procesamiento de cocaína, en Guacirco, una vereda de Neiva, Huila.

El Unión Magdalena, de Santa Marta, es controlado por Eduardo Enrique Dávila Armenia, quien desde 1973 es señalado como el propietario de grandes cargamentos de marihuana enviados a Estados Unidos, Italia y Puerto Rico.

Tiene en su contra cuatro órdenes federales de arresto: 29 de agosto de 1973 (juez de Tampa), 8 de mayo de 1975 juez de Pensacola). 18 de enero de 1977 (juez de Oklahoma) y una última por tráfico de cocaína, cuya radicación no se conoce.

El Club América, de Cali, es de propiedad de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. Están vinculados al tráfico de cocaína desde diciembre de 1975. Gilberto Rodríguez fue capturado en el Perú el 27 de febrero de 1981, cuando se accidentó una avioneta en la que transportaba pasta de coca.

Están reclamados en extradición por los Estados Unidos, país que les sigue más de 15 juicios por delitos relacionados con el tráfico de narcóticos. Son mencionados como cabecillas del Cartel de Cali.

El episodio conocido en el mundo político como "La maleta de Fonseca" correspondió en realidad a la suma de US$250 mil que enviaban los Rodríguez para comprar el resultado de un partido de la Copa Libertadores de América. Este episodio ya costó la cabeza a un funcionario. Diego Pardo Koppel, quien se desempeñaba como alcalde de Bogotá cuando se reveló que había testificado en una corte de Nueva York contra los intereses de las autoridades colombianas, que reclamaban para sí ese dinero. Pardo Koppel debió renunciar a su cargo, pese a que se escudaba en que había sido contactado por "un personaje influyente de la política", aparentemente quien ejercía en ese momento el Ministerio de Gobierno, y había sido presidente de la División Mayor del Fútbol Colombiano, Dimayor,

En el Edificio Los Conquistadores de Cali, los Rodríguez le regalaron un apartamento al jugador Cabanas por un gol de final de campeonato.

Incendiaron El Mundo de los Niños, un lujoso almacén del mismo edificio, para cobrar un seguro a favor de Chepe Santacruz. Cuando el Papa Juan Pablo II visitó Cali, trataron de buscar su bendición para el establecimiento.

Habían colocado centenares de niños en un parque,'como gancho para que el Sumo Pontífice llegara hasta allí, pero no lo lograron.

Los Rodríguez son dueños de gran cantidad de pases de futbolistas se estima que son más de 150 -, y un equipo de segunda división en Argentina. Una de sus empresas. Drogas La Rebaja, patrocinó a la Selección Colombia a un suramericano de basquet.

El Júnior hizo grandes transacciones con pases de jugadores del América.

El Deportes Quindío es propiedad de Genaro Cerquera Baquero, vinculado con traficantes del Caquetá.

2. El boxeo

El excampeón mundial de boxeo Antonio Cervantes, Kid Pambelé, luego de su retiro, constituyó una sociedad con Gilberto Rodríguez Orejuela denominada Pambelé Producciones, que llegó a la quiebra, pues al excampeón le gustaba más la cocaína que promocionaba el cabecilla del Cartel de Cali que las actividades que pudiera desplegar en favor del pugilismo criollo.

Otro campeón mundial de boxeo colombiano, Miguel "Happy" Lora, firmó contrato de representación con los miembros del Grupo Inverca (Fernando Carrillo).

Estuvo también presente en una gigantesca fiesta el 31 de diciembre de 1986, que le brindaron los hermanos Cura, narcotraficantes de Córdoba, durante la cual se decidió a firmar el contrato con Inverca,

3. El automovilismo

El Autódromo Internacional de Tocancipá y el Kartódromo de Cajicá, son de los Rodríguez Orejuela, quienes los controlan a través de la firma Autódromos S. A.

El Kartódromo de Zarzal, Valle, propiedad de Hugo Hernán Valencia (El Divino), ya asesinado.

La vinculación de los profesionales de este deporte no se circunscribió, como en los otros, a ser simples lavadores de dólares, sino que de manera abierta se dedicaron al tráfico de cocaína.

Tal es el caso que se conoció durante la llamada "guerra de Pacho Trimmiño". Los corredores transportaban la cocaína en el interior de sus vehículos, cuando iban a competir a Miami, En una de esas ocasiones las autoridades norteamericanas se enteraron de la jugada de los automovilistas colombianos, pero no los lograron detener.

A su regreso a Colombia se montó un operativo de seguimiento contra Francisco Trimmiño, de quien se aseguraba dirigía la organización. Fue capturado cuando sacaba de la residencia de otra reina de la coca, Marión Orjuela, dos cajas en cuyo interior iban 30 kilos de cocaína.

Trimmiño fue detenido y empezaron a ser amenazados sus compañeros de equipo, a quienes presumía autores de la delación,

Fue herida Pilar Mejía y asesinados otros pilotos menores.

El abogado de Trimmiño, José Sánchez Rozo, fue acribillado en su residencia, porque se había comprometido con el narcotraficante a que nada trascendería a la prensa, y que el caso judicial sería resuelto prontamente a su favor, nada de lo cual logro,

Las características violentas de esta guerra han inducido a los investigadores a pensar que tras Trimmiño se encontraba ya la organización de Pablo Escobar Gaviria, quien para entonces corría en el autódromo de Bogotá, con su primo Gustavo de Jesús Gaviria Rivero y Pelusa Ocampo.

Los narcotraficantes corrían en Bogotá, en carros Renault 4 envenenados o "pichicateados ", lo que les hizo a una fama de ases del volante. Pero la vinculación de Escobar y Gaviria al automovilismo, antes que traer prosperidad a este deporte, lo sepultó casi de por vida.

4. El ciclismo

Un hermano de Pablo Escobar, Roberto, fue un viejo aficionado al ciclismo, deporte que practicó con algún éxito en sus primeras épocas. Como no lograra descollar, el narcotraficante le regaló una fábrica de bicicletas profesionales, Bicicletas Ositto, con sede en Manizales, Caldas.

Roberto Escobar Gaviria reside en esa ciudad, donde ha entrado como socio de importantes empresas del sector cafetero. Fue detenido a raíz del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla y, pese a que en su poder se hallaron varias armas, fue dejado en libertad. Su apoderado fue Horacio Gutiérrez Estrada.

El caso más patente de vinculación de Pablo Escobar con el ciclismo se presentó con las delegaciones colombianas al Tour de France, que financió en varias oportunidades a nombre propio, pues en otras ocasiones lo hizo con apoyo en el Grupo Inverca.

Prueba de esa afirmación se encuentra en la carta que le envió Nieto Bernal como director de Coldeportes.

Se pedía a Escobar que, como había hecho antes, ingresara a la Corporación Tour de Francia. El entronque de Escobar en este deporte, se afirma, fue un veterano periodista, Brica.

5. Hípica y toros

La hípica, el deporte de los reyes, casi siempre ha terminado bajo el control de la mafia. Colombia no ha sido la excepción.

En los inicios del tráfico de cocaína en el país, desde la única pista de carreras de caballos, Hipotecho, se hablaba de oscuros negocios de droga.

Sus propietarios, los hermanos Frieri, sufrieron atentados y finalmente regresaron a Chile.

Ante la inminencia de la desaparición de ese deporte, se creó el Hipódromo del Valle, en Cali, controlado por los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela.

Desde sus comienzos tuvo problemas, pues el Ministerio de Comunicaciones le autorizó, ilegalmente, un circuito de televisión por cable, que en ese momento era monopolio del Estado y cuyo uso por tanto sólo podía ser otorgado en concesión.

El beneficio se les retiró, y a los pocos días la sociedad caleña, enterada de las condiciones de narcotraficantes de los Rodríguez Orejuela, abandonó el proyecto.

Los mas afectados con la operación fueron bancos oficiales como el Cafetero, y el propio Banco de los Trabajadores, que en ese momento era controlado por Gilberto Rodríguez. Con esta operación, la hípica virtualmente desapareció en Colombia.

Todo lo contrario sucedió con los toros. Tal vez por los contactos que desde un principio tenían los Ochoa con ese negocio, en virtud de las actividades del viejo capo.

Los Ochoa son propietarios de más de dos centenares de caballos de paso, en su criadero La Loma, de Envigado. Exhiben orgullosos a Rescate, el caballo que nació el día que liberaron a Martha Nieves Ochoa. Miles de cabezas de ganado bovino con su hierro, un 8, pacen en unas cinco haciendas que reconocen como de su propiedad.

En el municipio de San Pedro, incluso, estaban construyendo una moderna lechería que abandonaron a raíz del programa de la cadena ABC.

Jorge Luis Ochoa fue extraditado de España a Colombia, por solicitud de un juez de aduanas al que involucraron en sus operaciones, Fabio Pastrana Hoyos.

El proceso penal se relacionaba con el contrabando de 128 toros de lidia y sementales que Ochoa había comprado en Sevilla a la Casa Domeq, de España, en el que estaba llamado a responder en juicio.

Desde la Cárcel de La Ternera, en Cartagena, Jorge Ochoa huyó hacia la finca La Veracruz, pese a tener orden de captura con fines de extradición.

El rector de la Universidad Nacional, Marco Palacios, autorizó una exhibición de caballos de los Ochoa, en sus predios. Cuando los estudiantes vieron el 8, protestaron pero los guardaespaldas de Fabio Ochoa, que estaba presente, les hicieron disparos al aire.

De quienes fueran sus peones, el más conocido es Dayro Chica, quien limpiaba las caballerizas en Bello, Antioquia. Fue mesero en el Estadero Las Margaritas como también lo fuera Orlando Henao. De peón pasó a ser el chalán de los Ochoa.

Chica ingresó a la mafia gracias al clan Ochoa, y llegó a ser uno de los hombres importantes en el narcotráfico.

En virtud de regulaciones sobre la necesidad de "limpiar" las ganaderías de los Ochoa antes de que puedan entrar a las grandes plazas de Colombia, se encargó a Dayro Chica la misión de llevar sus toros por plazas municipales. Chica compró en España una plaza de toros portátil "La Nacional", que ha instalado en más de un centenar de municipios del país. Como premio a su labor, los Ochoa. le regalaron varios caballos de paso fino, por lo que figura hoy como uno de los "grandes rejoneadores de América".

Una anécdota bien gráfica de cómo lo tratan sus patrones, surgió cuando el ex peón Dayro Chica decidió casarse con una reina colombiana de la belleza, María Teresa Gómez Fajardo. La fiesta de matrimonio se realizó en el Club Campestre El Rodeo, de Medellín, y su costo fue superior a los $5 millones. El regalo de bodas de Chica a María Teresa, fue un automóvil deportivo blanco, Mercedes Benz. Pero fue mejor aún el de los Ochoa: un juego de ajedrez, con las piezas de oro. Como Dayro Chica les preguntara el motivo de tan exótico regalo, le respondieron "para que usted vea cómo un peón se puede comer a una reina".

La belleza de sus caballos españoles es tan elogiada, que incluso una corporación de ahorro, Granahorrar, cuyo símbolo es un caballo, los contrató para una cuña publicitaria de televisión, en la que aparecen más de una veintena de hermosos ejemplares a galope por las antiguas calles de Cartagena de Indias.

Su ganadería es conocida con el nombre de Lusitania.

Lo que se ha dado en denominar el Cartel Taurino de Medellín, está conformado así:

Jorge Luis Ochoa, dueño de la ganadería de reses bravas "Veracruz" y codueño de la empresa Escol, que manejó durante varios años la plaza de toros de Bogotá.

Su hermano Fabio Ochoa es propietario de la ganadería "San Esteban de Ovejas".

Roberto Luis Vélez Ochoa y Hermanos, vinculados al narcotráfico y primos de los Ochoa Vásquez, son dueños de la ganadería Las Palmas. Su hermano, Andrés, es rejoneador.

Alberto Uribe Sierra asesinado cerca de su finca -- adquirió la ganadería brava "La Carolina", que heredó a su hijo, el senador por Antioquia Alvaro Uribe Vélez.

Guillermo Londoño Morales -- vinculado también al narcotráfico y cuñado de los Ochoa Vásquez --, es propietario de la ganadería brava Cascabel de la Peña, y codueño también de Escol. Su hermana, Gloria Inés, es la gerente de Escol y se la conoce en los círculos taurinos con el nombre de "Cariñitos".

Uribe Hermanos, hijos de un conocido médico antioqueño, Hernando Uribe Marulanda. Vinculados en los últimos años al narcotráfico, son propietarios de la ganadería brava Sabaletas.

Jerónimo Pimentel, un ex matador de toros, empresario taurino y apoderado de los toreros, es representante de Escol y tentador de las ganaderías Veracrúz, San Esteban de Ovejas y Cascabel de la Peña. Dueño de la ganadería brava La Bolsa.

Humberto S. de Irazábal, llamado Quinito II, es matador de toros, tentador, asesor técnico y hombre de confianza de las ganaderías Las Palmas, Veracrúz y San Esteban de Ovejas. Reside en Madrid. Es apoderado de Andrés Vélez Ochoa.

Hernán Pareja, propietario de la distribuidora de Carnes la Reina, es el relacionista público de las ganaderías La Veracrúz y San Esteban de Ovejas. Jaime Arango Vélez es un empresario taurino, que a través de su sociedad, Tesma, busca la forma de darle salida legal a los toros de los narcotraficantes. En esta función cuenta con un aliado, el locutor Lopera.

Constantino Sánchez, el Zorro de Toledo, exnovillero, ganadero de reses bravas, es socio y hombre de confianza de Jorge Luis Ochoa. Fue quien asesoró a Ochoa, con Curro Romero, en la compra de las 128 reses bravas de Domeq. Al ser descubiertos, alegaron que los toros habían llegado muertos a Cartagena, cuando en realidad, por ejemplo, cuatro de ellos fueron lidiados en una corrida del sindicato de la plaza de toros de Bogotá.

Alberto Borda Martelo es socio de Escol en Cartagena, donde no pudo lograr, en enero de 1987 que se lidiaran toros de los Ochoa.

José Eslava Cáceres, Pepe Cáceres -- quien murió en la lidia de un toro de Dayro Chica en Sogamoso -, era matador de toros y ganadero de reses bravas. Amigo de confianza de los Ochoa, usó los sementales de San Esteban de Ovejas para su ganadería de Campo Pequeño. Su finca fue adquirida, al fallecer, por el mafioso Pacho Vargas, del Caquetá.

Valentín Ritoré, es quien le organiza las corridas de toros en la plaza La Nacional a Dayro Chica.

Jesús Cock L., médico, es protegido de los Ochoa y para su ganadería Vallejuelos, cuenta con sementales de Veracruz.

Pepe Dominguín, español, matador de toros, es el apoderado de Dayro Chica. Figura como nuevo testaferro de Escol. Le ha sido encargado ocuparse de las corridas de toros en Cartagena.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 06oct01
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