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13oct07
El Salgareño
Preocupados deben estar en el Palacio de Nariño con la sentencia proferida contra Alberto Santofimio por el crimen de Galán, pues se confirman las acusaciones que hizo Virginia Vallejo y que la obligaron a salir del país, acusaciones que confieso puse en duda y que critiqué ferozmente, pero que hoy me obligan a reconocer que la Vallejo no miente.
Por la sentencia contra Santofimio, la semana acaba aún peor para el presidente Uribe, quien arrancó defendiéndose de la Vallejo y siguió iniciando la segunda toma del Palacio de Justicia, esta vez sin las armas del M-19 pero utilizando en cambio los instrumentos de la desinformación, la intimidación y, por supuesto, la mentira, herramientas éstas a las que nos tienen acostumbrados después de seis años de gobierno.
Y es que resulta altamente sospechoso que sean ahora dos paramilitares quienes le tiren al Dr. Uribe un salvavidas, cuando hace tan solo un par de meses todas las declaraciones de otros delincuentes que involucraban gente del Gobierno eran mentiras. O sea que, de acuerdo con el Dr. Uribe, hay criminales de primera, los que lo salvan, y de segunda, los que lo acusan.
Como le pasó en su momento a Fujimori, al Dr. Uribe se le está viniendo la estantería encima por cuenta de su pasado y por sus actos como gobernante, actos que no resisten en muchos de los frentes la más mínima investigación de un organismo como la Corte Penal Internacional.
El desespero mostrado por el Dr. Uribe al maltratar al periodista Daniel Coronell, a quien llamó miserable varias veces durante la confrontación en La FM, y su habilidosa pero ya gastada técnica para evadir las respuestas, nos mostraron a un presidente desesperado, atrapado, enceguecido por la rabia. Tanto, que el propio Coronell tuvo que pedirle compostura y recordarle que estaba hablando el Presidente de Colombia.
Es tal el desatino del Dr. Uribe en sus apreciaciones, que hasta contó que fue el propio Pacho Santos quien le pidió que lo llevara como su vicepresidente. El Presidente jamás ha debido contar eso aun cuando fuera cierto. ¿Qué tal que Santos contara todas las porquerías que ha visto en el Gobierno?
Pero claro, es que al final del día el gran perjudicado con la conducta errática del Presidente es el país, que hasta ahora siempre tuvo presidentes con apodos como El Bojote, El Pollo, El Monarca, etcétera, pero nunca jamás estuvo presidido por un ciudadano con un alias: El Salgareño.
Y ni para qué le preguntamos al Dr. Uribe por qué desde 1980 le dicen El Salgareño, si esa pregunta tampoco la va a contestar, como tampoco lo hará sobre los alias Caraepapa y El Pecoso de sus hermanos.
Notícula. He recibido sendas invitaciones: una de Mancuso para que lo visite en la cárcel y otra de Jean Claude Bessudo a su casa. ¡Les agradezco, pero la seguridad democrática me impide regresar al país para aceptar tan "gratos" convites!
[Fuente: Por Felipe Zuleta Lleras, El Espectador, Bogotá, Col, 13oct07]
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