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19nov04
Uribe es el presidente para poner fin a la violencia en Colombia.
El presidente del Gobierno español promete su ayuda para que los próximos años de América Latina "sean los años de las políticas sociales".
José Luis Rodríguez Zapatero se estrena hoy en su primera cumbre Iberoamericana.
Una cumbre deslucida por la ausencia de varios jefes de Estado de América Latina, pero atractiva por el debut en nuestra región de la nueva administración española: un gobierno con una línea política y un talante muy distinto a los que predominaron durante los últimos ocho años, y que ya anuncia cambios en las prioridades y un ‘revolcón’ de las cumbres iberoamericanas.
Rodríguez Zapatero recibió en su despacho a cuatro periodistas del Grupo de Diarios de América para conceder su primera entrevista a corresponsales latinoamericanos desde que asumió el poder, y lo hizo subrayando su apoyo al gobierno de álvaro Uribe en unos términos más que contundentes. Aunque en el tema del banano, las noticias no son alentadoras.
En cuanto a América Latina, pide poner el énfasis en lo social, porque sin un progreso en este terreno de las mayorías –dice– no puede haber ni estabilidad ni crecimiento económico. Por eso promete el apoyo de España ante la Unión Europea y las instancias multilaterales para que los próximos años de Latinoamérica “sean los años de las políticas sociales”.
Esta es la visión del nuevo jefe del gobierno español sobre nuestro país y nuestra región.
¿El freno de la ayuda militar a Colombia pactada con el gobierno Aznar supone un giro de la política española hacia nuestro país?
La ayuda en materia de seguridad que se ha renegociado, se ha hecho con pleno acuerdo con el Gobierno de Colombia, y lo hicimos porque creíamos que era más eficaz. Incluso, porque alguna parte del material militar que en principio iba a ser enviado a Colombia estaba en un estado y período de vida no precisamente de mucha perspectiva. (...)El hecho de que se haya cambiado material militar por otros medios que ayudan a la seguridad no supone un cambio esencial de la política de apoyo a Colombia y su Gobierno.
¿Cómo ve la gestión del presidente Uribe?
Creo que el gobierno de álvaro Uribe está haciendo una gran tarea; mantenemos una relación enormemente positiva y estoy absolutamente convencido de que es el presidente que puede poner fin al estado de inseguridad, de tanta violencia que viene sufriendo Colombia. Y en este sentido siempre va a contar con nuestro total apoyo. (...)Tengo una gran confianza en la tarea que está haciendo el presidente Uribe, los datos están ahí, y va a seguir contando con el apoyo del Gobierno Español.
En 20 días, diez países de América Latina darán vida a la Unión Suramericana, que de la mano de Brasil busca gestar un proceso similar al de la Unión Europea. ¿Cómo ve esta iniciativa?
Todo lo que sea un proceso de unión en el ámbito de Latinoamérica me parece positivo. Y si, además, este proyecto, que puede ser un proyecto más ampliado en número de países, traslada el modelo de la Unión Europea, sería un éxito histórico.
¿Por qué?
La Unión Europea es el mejor modelo que ha construido la fuerza civilizadora del hombre: en 60 años hemos pasado de ser un territorio de guerras, a ser un territorio de paz, de diálogo político, de unidad y prosperidad económica y, sobre todo, de solidaridad entre países. En los últimos 15 años, España ha recibido cerca de un uno por ciento de su Producto Interior Bruto de la Unión Europea; cuatro de cada 10 kilómetros de las nuevas carreteras españolas se han hecho con dinero europeo. La UE es un gran modelo para cualquier ámbito regional: genera paz, crecimiento económico y un modelo social.
¿Y que le parece que Brasil sea la locomotora de la Unión Suramericana proceso, como Alemania y Francia lo fueron en la construcción de la Unión Europea?
Brasil es una potencia natural, por su tamaño y por lo que representa en la economía del conjunto. Y también porque el gobierno de Lula tiene una gran credibilidad económica y eso le da mucha capacidad para liderar esto.
Después de años de neoliberalismo, varios de los países claves de América Latina están girando hacia la izquierda ¿a qué atribuye esta corriente de cambio?
La corriente se produce por el fracaso del Consenso de Washington, de las políticas neoliberales: de un modelo que no ha entendido que no puede haber crecimiento económico estable, desarrollo y liberalización si a la vez no hay desarrollo social para la gran mayoría (...)Esta es la clave. Latinoamérica está votando giro social(...), democracia social.
¿España piensa jugar algún papel en este sentido?
El futuro de Latinoamérica es el desarrollo social y mientras las instancias internacionales no comprendan esto, no comprenderán cuál es el problema de fondo. Y creo que la posición de España en favor de esta visión de Latinoamérica va a ser decisiva. Tengo una gran confianza, y además un compromiso personal, en que los próximos años de Latinoamérica serán los años de las políticas sociales. Y en ese sentido movilizaremos todas las instancias que podamos.
¿Aumentará la ayuda?
Tenemos la mayor voluntad de que Latinoamérica siga siendo el ámbito donde más cooperación al desarrollo invierte España y este año vamos a invertir el 0,3 por ciento del producto interior bruto en cooperación. Pero tan importante como la cooperación económica, es la política: la cooperación en la extensión de la democracia. Lo que antecede a un país económicamente estable y a un país que puede dar oportunidades a los sectores más necesitados son buenas prácticas democráticas.
¿La fragilidad democrática es un freno importante para las inversiones españolas y europeas en Latinoamérica?
La inversión española está muy comprometida con Latinoamérica y queremos incrementar esa inversión, porque creemos que eso es bueno para Latinoamérica y bueno para España. Y en aquellos países donde las condiciones institucionales y de seguridad jurídica son aceptables, hay posibilidades de inversión española. Las grandes corporaciones tienen un abanico de inversiones muy fuertes y tenemos una mediana empresa que sería muy positivo, sobre todo para los países más pequeños, que pudiera realizar inversiones.
¿Apoya la firma de un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y la Comunidad Andina?
Por supuesto. Pero es fundamental que la Comunidad Andina avance rápidamente hacia su propia integración. En Latinoamérica hay cuatro elementos que son fundamentales para su desarrollo: estabilidad democrática; integración ‘intra’, en la propia Latinoamérica; una perspectiva social del crecimiento y una lucha decidida contra la pobreza.
Hay una fuerte irrupción comercial de China en Latinoamérica y el ALCA será una realidad tarde o temprano, no temen España y la Unión Europea estar perdiendo terreno en A. Latina y terminar, dentro de algunos años, en un lejano segundo plano?
La UE es pionera en lo que representa este imparable movimiento de libre comercio y la desaparición de las fronteras económicas, así que(...) no me preocupa que China, con un proceso creciente de desarrollo económico, también entable un proceso de apertura comercial. La liberalización general del comercio, con reglas no desiguales, es un proceso que tiene que favorecer a los países que están por crecer. Pero insisto, con reglas justas, porque hemos vivido una década de un neoliberalismo asimétrico en el que se les exige mucho a los países en desarrollo -balanzas fiscales muy sólidas, apertura, liberalización de servicios, etc- y esos mismos países que exigen son los que más ayudas proteccionistas dan e incurren en déficit fiscales importantes.
La Unión Europea va a renegociar la tarifa del banano y eso golpeará drásticamente a miles de familias en Colombia y otros países de América Latina. ¿Por qué respalda España esta medida?
España tiene una región que es productora y que genera muchos puestos de trabajo. Nosotros queremos tener una posición lo más flexible que se pueda hacia los países productores, pero tenemos la obligación de defender lo que representa el plátano en Canarias.
Las cumbres Iberoamericanas tienen una bajísima credibilidad entre la población latinoamericana. ¿Sirven estas cumbres para algo más que la foto?
Sin duda. Sirven para generar capacidad de intercambio económico y compromisos en cooperación, desarrollo, inversiones y créditos. Pero más allá de eso, creo que hay una voz iberoamericana en el mundo, una voz que tiene que ganar confianza en sí misma, ser fuerte. Hay una manera de pensar, una fortaleza cultural, un idioma común: un capital que tenemos que activar en beneficio de nuestros pueblos.
¿Cuáles son las prioridades de esta cumbre?
Varias. Se va a institucionalizar la secretaría general de las cumbres y por tanto va a haber una estructura mucho más sólida de concreción de los acuerdos. Y este año la cumbre está dedicada a la educación: un elemento de progreso social básico para Iberoamérica. Y pensando sólo en el potencial de oferta que España tiene a través de las universidades, de la Fundación Carolina y del canje de deuda que vamos a hacer en materia de educación, creo que esta cumbre va a tener mucha importancia. También se va a hablar de Haití: la primera vez que hay un compromiso latinoamericano ante el mundo en un proceso de estabilización y de seguridad: algo que Naciones Unidas está siguiendo con mucho interés.
Tenemos entendido que España planea darle un gran giro a las cumbres iberoamericanas, ¿podría adelantarnos algo?
Es uno de mis objetivos básicos y ninguna mejor ocasión que la que celebraremos el año que viene aquí en España, en Salamanca, que coincidirá con el décimo aniversario. Y mi objetivo es que en esa cumbre esté también la Unión Europea.
Está en curso un gran proceso de regularización de ‘sin papeles’ en España. Pero todo indica que tras el mismo, la puerta se cerrará aún más. ¿Será así?
Vamos a devolver la dignidad a las personas que están trabajando aquí en la sombra, sin derechos. Esta era una gran reivindicación de muchos gobiernos latinoamericanos y la hemos cumplido(...) Este es un país abierto al mundo y encantado de estar abierto a Latinoamérica. Lo que yo quiero es que los latinoamericanos que vengan a trabajar aquí lo hagan con toda la dignidad y con todos los derechos.
Para terminar, ¿le molesta que desde la oposición le llamen Bambi?
No. Y es muy curiosa la vida. Yo tengo dos hijas. Una de diez años y otra de ocho. La mayor, desde el año y medio hasta los tres años, vio Bambi unas 500 veces, y yo con ella. ¿Y cómo termina Bambi? Bambi se convierte en el Rey de la Selva. Pero la gente no lo recuerda, sólo han visto la parte sentimental.
[Fuente Vícto Manuel Vargas, Corresponsal de El Tiempo en Madrid, Bogotá, Col, 19nov04]
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