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03jun07


Vicente Castaño está reorganizando el paramilitarismo y las redes de naroctráfico.


El jefe paramilitar Vicente Castaño escapó hace tres semanas a un cerco que le tendieron agentes especiales de la Fiscalía y la Policía en una finca del Eje Cafetero, gracias a que un campesino alertó a los miembros de su cuerpo de seguridad. Desde entonces, las autoridades le perdieron la pista y será muy difícil localizarlo de nuevo porque, a diferencia de los viejos capos de la mafia que permanecían cerca de su zona de influencia, Castaño ha mostrado gran habilidad para movilizarse y esconderse en cualquier lugar del país.

En varias fotografías halladas en recientes operaciones de rastreo, el jefe paramilitar aparece protegido por un impresionante aparato de seguridad. En una de las fotos conocidas por CAMBIO, Castaño aparece en la entrada de una especie de cueva en una pequeña cadena de montañas en la Alta Guajira. Está vestido con pantalón azul oscuro, camisa blanca de manga corta, un poncho blanco y una gorra para protegerse del sol. Lo acompaña Gervasio Valdeblánquez, un influyente hombre de negocios guajiro que en el pasado fue uno de los protagonistas de la bonanza marimbera, pero que hoy no tiene cuentas pendientes con la Justicia. Sin embargo, uno de sus hijos, Yuri, ha sido pedido en extradición por una corte de Estados Unidos.

Los agentes que obtuvieron las fotos establecieron que Castaño se desplaza como Pedro por su casa en esa zona -protegido por un impresionante dispositivo de seguridad-, gracias a Valdeblánquez con quien al parecer también tiene negocios. Según fuentes de Inteligencia, el jefe paramilitar es acompañado permanentemente por cerca de 50 hombres muy bien armados que se movilizan en camionetas 4x4. El jefe de seguridad es un hombre conocido como Manuel Salvador Ospina.

Según han establecido los agentes encubiertos que intentan seguir las huellas del capo que huye desde 2005, cuando renunció a la Ley de Justicia y Paz, éste cuenta con una red de cooperantes e informantes que lo mantienen al tanto de cualquier movimiento que indique que las autoridades están cerca. "Un día lo ven en Norte de Santander hablando con reductos paramilitares que todavía le hacen contención a la guerrilla; otro día sorprende con su presencia en San Pedro de Urabá, Antioquia, donde imparte órdenes sobre la entrega de tierras a familias de escasos recursos, y una semana después se hace sentir en el Llano, donde es recibido por varios de los testaferros que le administran fincas productivas", le contó a CAMBIO uno de los investigadores.

Castaño también está protegido por campesinos de zonas donde hace obras de caridad y ejerce influencia, que como en el caso del Eje Cafetero lo alertan sobre cualquier tipo de movimiento sospechoso. "Hemos tenido problemas para capturarlo porque muchas personas lo ayudan con información y eso incluye a miembros de la Fuerza Pública", explicó un investigador, quien además asegura que "Castaño está recorriendo el país refundando a las antiguas autodefensas con el apoyo de jefes paramilitares de segundo nivel que están concentrados en zonas supuestamente desmovilizadas".

Según información recopilada por las autoridades, Castaño incide en las comunidades del Urabá antioqueño por medio de la ONG Colombia Sin Hambre, que tiene su sede principal en San Pedro de Urabá y a través de la cual canaliza recursos públicos con destino a su organización.

En comunicación con CAMBIO, Elvis Padilla coordinador de esta ONG negó rotundamente tener vínculos con el paramilitarismo y dijo que han sido estigmatizados por trabajar en zonas que en el pasado estuvieron bajo el control de las Auc (ver recuadro). Según él, sostuvo que el objeto de Colombia Sin Hambre es ayudar a la población más vulnerable y que una de las funciones es pedir tierras a los ricos de algunas regiones para entregárselas a los más pobres y desarrollar proyectos productivos para desempleados.

Las autoridades, sin embargo, aseguran que muy pronto demostrarán cómo Castaño esconde recursos y lava activos a través de empresas de fachada. No cabe duda de que el jefe paramilitar es un hueso duro de roer, que controla un aparato paramilitar y que sigue llenando sus arcas con el tráfico de drogas. Hoy, Vicente Castaño es considerado un jefe natural de los paramilitares y un poderoso capo del narcotráfico que controla algunas de las rutas más productivas del negocio. Con todo y eso, las autoridades han llegado a pisarle los talones y, como sucedió en el caso de Pablo Escobar, están seguras de que tarde o temprano caerá.

ONG señalada

CAMBIO se comunicó con Elvis Padilla Castro, coordinador de la ONG Colombia Sin Hambre, quien aseguró que el objeto de su organización es ayudarle a la población más vulnerable y no cohonestar con grupos al margen de la ley. Dijo además que la función de su organismo es pedirle tierras a los ricos de algunas regiones para entregárselas a los más pobres y conseguir proyectos productivos para personas desempleadas. "Aunque nuestra actividad se parece a la que supuestamente hace ese señor del que usted me habla, esta ONG no tiene nada que ver con él żasegura Padillaż. Yo llevo dos meses aquí y he visto que nos estigmatizan por tener base en los sitios que antes estuvieron controlados por las Auc".

[Fuente: Cambio, Bogotá, 03jun07]

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