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04jun13


Danny Usma: de detective del DAS cuestionado a encargado de la seguridad de la restitución de tierras


Para Ricardo Sabogal, el mayor desafío de la Unidad de Restitución de Tierras que dirige es ganarse la confianza de las víctimas, "mostrarles que el Gobierno sí quiere restituir estas tierras y que le cree a las víctimas", según dijo en una entrevista con La Silla hace unos meses. El segundo desafío es poder llevar a la gente en condiciones de seguridad para garantizar la sostenibilidad del retorno. Sin embargo, la persona que tiene encargada del tema de seguridad es un ex agente del DAS cuestionado por las víctimas en todo el escándalo de las chuzadas.

Actualmente, Danny Stewart Usma Monsalve lidera el equipo de prevención, protección y seguridad de la Unidad de Restitución de Tierras. Hace siete años, fue el coordinador del Grupo de Asuntos para la Defensa de Redes Terroristas y Delincuenciales del DAS y de un grupo denominado GAME, Grupo de Análisis de Medios de Organizaciones Terroristas. Este grupo se conformó durante ocho meses y en 2005, el entonces director del DAS Andrés Peñate lo desmanteló.

Según dijo Usma en una declaración oficial ante la Fiscalía este grupo operaba por fuera de las instalaciones del DAS, en la Calle 93 con 15, en el norte de Bogotá, en una casa bajo la fachada de una empresa de publicidad, y contaba con el patrocinio de la Embajada de Estados Unidos. El objetivo era -según dijo el ex detective- "generar y distribuir una serie de propaganda contraria a los intereses de la subversión, empleando métodos no convencionales, pero comprensibles dentro del ámbito de operaciones sicológicas de inteligencia."

Según consta en una Misión de Trabajo interna del DAS que aparece en la Carpeta Caso Especial 2007 con entrevistas ordenadas por el director Andrés Peñate, conducidas por contrainteligencia y que fueron confiscadas por el CTI, uno de los miembros de este grupo José Alexander Pelaez Giraldo habría admitido que "en dos o tres oportunidades le encargaron que sustrajera clandestinameente documentos de oficinas de sindicatos. Dichos documentos contenían información importante en cuanto a las actividades de estas personas, pero el examinado dice no conocer detalles de lo que se hizo con esta información. Caso similar ocurrió cuando le encargaron que obtuviera filmaciones y copias de ciertos documentos en poder de personajes muy ligados al tema sindical, labor que cumplió eficientemente mediante colaboración de escoltas contratistas. Trabajos adicionales en cuanto al tema sindical implicaron la infiltración de marchas y manifestaciones con fines de inteligencia, pero en ninguna de ellos el evaluado dice haberse involucrado en atentados, agresiones o retenciones de personas."

Como contó La Silla en su momento, con base en este y otros testimonios rendidos por miembros del grupo entre mayo y diciembre de 2010 en audiencias públicas ante la Corte Suprema de Justicia, el diario estadounidense The Washington Post reportó que: "El Grupo de Análisis de Medios Terroristas, Game, armó informes sobre líderes sindicales, irrumpió en sus oficinas y filmó a miembros de sindicatos. Los Estados Unidos proveyeron equipos y decenas de miles de dólares, según un reporte interno del DAS, y los miembros de la unidad regularmente se reunían con un oficial de la Embajada que recordaban como "Chris Sullivan"". Este artículo enfureció en su momento al presidente Uribe y a la Embajada en Colombia y originó varias investigaciones en Estados Unidos.

Usma y los otros miembros de Game dijeron haber realizado videos de operaciones psicológicas que cambiaban los mensajes de las Farc. Por ejemplo, con uno de ellos se pretendió generar división en el secretariado de las FARC, al hacer aparecer al jefe guerrillero "Iván Ríos" recibiendo dólares producto de corrupción al interior de la organización. "Para ello se hicieron cursos de caracterización, maquillaje y disfraz, se identificó a un detective del DAS con rasgos físicos similares a los de "Ríos" y se escogió un lugar que pudiera asimilarse al sitio donde se escondía el cabecilla de las FARC. Lo maquillaron de tal forma que con retoques de borrosidad pareciera ser ese guerrillero", dijo en su testimonio José Gabriel Jiménez Rincón. Fue a ese guerrillero que luego un subalterno suyo lo mató y le cortó la mano para reinsertarse y obtener una recompensa por ella.

Jiménez también contó que en una manifestación del primero de mayo, que sabían que iba a haber propaganda negativa contra el presidente Uribe, ellos elaboraron panfletos con información positiva. También armaron con desplazados en la frontera una manifestación a favor del presidente ecuatoriano derrocado, el coronel Lucío Gutiérrez, a su llegada a Colombia. En otra ocasión, compraron una granada de fragmentación en el mercado negro para elaborar un video.

Jiménez, Usma y otro de los integrantes del equipo negaron haber realizado alguna acción contra sindicalistas, como lo había denunciado en su declaración juramentada Rafael García, conocido como "el ventilador del DAS".

Sin embargo, en su interrogatorio ante el Fiscal 8 Delegado ante la Corte Suprema de Justicia en mayo de 2010, Martha Leal, la subdirectora de operaciones de inteligencia del DAS, procesada por las chuzadas, contó que en una ocasión el director Andrés Peñate le pidió averiguar "si en inteligencia alguien habría realizado un video el cual estuvo en medios de comunicación y que de alguna manera comprometía a personas conocidas por su ideología de izquierda a quienes de alguna manera el video mostraba como cercanas al ideario de las Farc."

Dice que le pidió el favor de averiguar a su subalterno Fabio Duarte y que en una ocasión llegó Danny Usma a su oficina. "Quien a ver el video que yo puse en la casetera de mi oficina me dijo que eso lo habían hecho ellos, el ellos para mí reflejaba que él era una de las personas con otras personas más que yo no supe quiénes fueron, de lo cual también le informé al doctor Peñate y no sé qué pasó con esta información."

En su declaración ante la Fiscalía, Leal también involucró a Usma en el episodio de la visita del paramilitar Job a Palacio de Nariño. Según su testimonio, la directora del Das María del Pilar Hurtado le habría pedido a Usma que hiciera el análisis de unos CDs entregados por Job y que haga los oficios remisorios de los mismos a la Fiscalía pero le pide que mienta sobre la fecha en los que los recibió.

La Silla entrevistó a un abogado de las víctimas de las Farc y a un experto en toda la investigación de las chuzadas y ambos coincidieron en que Game, el grupo liderado por Usma, era una rueda suelta en el DAS, que sí estuvo involucrada en el escándalo de las chuzadas.

"En la base de datos GAES, grupo de asuntos especiales, el nombre de Usma aparece en reportes de cosas sopechosas, de blancos para ser investigados", dijo uno de los investigadores. "Pero con el desmantelamiento del DAS se limpió todo el pasado".

Uno de los documentos que sí se rescató es la prueba de polígrafo de Usma. Danny Stewar Usma pierde el primer polígrafo ordenado por Andrés Peñate en 2007. Lo curioso es que se lo repiten y ahí si lo pasa. Esto es una mala señal para los que conocen el entramado de lo que sucedió en el DAS, porque como lo ha establecido la Fiscalía, en varios casos las pruebas de polígrafo sufrieron alteraciones.

"Además de las pruebas hechas en el DAS, se sabe de la existencia de contratistas externos que hacían una especie de segundas pruebas, de revalidación, de manera que muchos funcionarios pasaban en una prueba y no en la otra", denunció en su moento Caracol. "Con eso, aunque no se puede generalizar, algunas personas cercanos a las mafias que no pasaban polígrafo en el DAS eran enviados a otra prueba que milagrosamente superaban, y funcionarios lejanos de la corrupción también, a pruebas que no pasaban."

La investigación de Caracol reportaba que la Fiscalía tenía en su poder 5.858 registros de personas sometidas a polígrafo desde 2001 y que de esas, 303 fueron objeto de nuevo examen y tuvieron doble resultado: veraz y no veraz. Danny Usma fue uno de ellos.

En defensa de Danny Usma

La Silla intentó infructuosamente contactar a Usma directamente a su celular y a través de su jefe Ricardo Sabogal. Aunque no pudo hablar con él, si pudo hablar con sus dos últimos jefes, quienes salieron en su defensa.

"En mi administración participó en el área de análisis, haciendo análisis económicos sobre minería ilegal y tierras", dijo a La Silla el último director del DAS Felipe Muñoz. "Era muy competente. Había muchas historias sobre él, porque en la entidad funcionaba el anónimo, pero en contrainteligencia no encontramos nada contra él."

Muñoz dice que a raíz de esos informes sobre tierras que hizo para él, y que anticiparon lo que está sucediendo hoy en día, Usma se ganó la convocatoria para entrar como jefe de seguridad de la Unidad de Restitución de Tierras.

Su función es realizar el análisis de seguridad de las microzonas focalizadas para iniciar la restitución de tierras y servir de enlace y de coordinador con la Fuerza Pública en el terreno. Él hace el reporte de seguridad junto con la Fuerza Pública para definir si es prudente entrar a restituir o no.

"Es un excelente funcionario", dijo Ricardo Sabogal, el director de la Unidad de Restitución de tierras del Ministerio de Agricultura, a la Silla.

La Silla le preguntó a Sabogal si no era paradójico tener a una persona que había sido cuestionada en el escándalo de las chuzadas, y que por lo menos entre las víctimas del DAS no gozaba de buena reputación, a cargo de un tema tan sensible para las víctimas como el de la seguridad de las zonas de restitución.

Sabogal dijo ser consciente de esta situación porque hacía un tiempo lo había abordado la periodista Claudia Julieta Duque, víctima ella de la persecución del DAS, para contarle quién era. "Pero me puse a mirar la hoja de vida de él y no tiene ningún antecedente penal o disciplinario. En su contra solo hay notas de periódico".

Sin embargo, también hay actuaciones judiciales: la Procuraduría pidió que le abrieran una investigación disciplinaria. La Fiscalía lo llamó a indagatoria, según le dijo a La Silla uno de los abogados de las víctimas, aunque al parecer ambos casos han estado quietos desde entonces. Está la declaración juramentada de Martha Leal. Está el testimonio judicial de uno de los miembros de su grupo diciendo que le robaron unos documentos a sindicalistas. Está la prueba de que perdió el primer polígrafo que le hicieron y pasó el segundo y el tercero.

No hay ninguna condena, es cierto. Y es posible que cuando la Fiscalía logre armar finalmente el rompecabezas de las chuzadas del DAS establezca que Danny Usma simplemente estuvo en el lugar y en el momento equivocado y que como dicen sus jefes Felipe Muñoz y Sabogal, era un funcionario público sobresaliente.

Pero si es cierto que en todo el proceso de restitución de tierras el reto más grande -según Sabogal- es restablecer la confianza de las víctimas en el Estado, que la seguridad de las zonas a donde deben retornar esté en manos de alguien cuyo pasado no está del todo esclarecido, no ayuda.

[Fuente: La Silla Vacía, Bogotá, 04jun13]

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