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21jun09


Un escenario accidentado pero congelado


Decálogo político del primer semestre

A menos de un año de los comicios para Congreso y Presidencia, el espectro político, partidista y electoral es incierto. Los últimos seis meses fueron muy movidos y llenos de escándalos, pulsos y crisis, pero, al final, todo sigue supeditado a la expectativa reeleccionista. Aquí la radiografía de cómo termina la primera mitad del año, sus implicaciones y novedades

1. BICICLETA ESTÁTICA: faltan nueve meses para las elecciones parlamentarias y once para la primera vuelta presidencial. Hay más de una decena de precandidatos y candidatos presidenciales. Tres partidos adelantan procesos para escoger mediante consulta interna el próximo 27 de septiembre a sus respectivos candidatos presidenciales únicos. Todo ello, sumado a que a hoy no existe norma alguna que permita al actual Jefe de Estado aspirar a un tercer periodo, debería llevar a un escenario en el que el país tendría que estar imbuido en una campaña electoral de alta dimensión con miras a la competencia por quién será el inquilino de la Casa de Nariño a partir del 7 de agosto de 2010. Sin embargo, el proyecto de referendo que ya fue aprobado por el Senado y la Cámara de Representantes pero que está pendiente de conciliación, tiene toda la política colombiana en stand by, prácticamente congelada, con todos los escenarios y estrategias electorales supeditadas a si se viabiliza o no la posibilidad de una segunda reelección. Con respecto a lo que pasaba en enero, no hay mayor diferencia, ya que la incertidumbre continúa dominando el espectro político, pero es claro que el Gobierno está jugado a buscar la reelección.

2. URIBE VS. URIBISMO: la segunda gran conclusión en torno a cómo termina el primer semestre en materia política es sin duda que la persona de Álvaro Uribe Vélez sigue chupándose todo el escenario. Si bien las encuestas evidencian un normal desgaste de la imagen gubernamental y los escándalos han estado a la orden del día, incluso algunos que tocan su círculo familiar, el halo caudillista que rodea al Jefe de Estado continúa fortalecido, al punto que bien se puede afirmar que una parte significativa de los colombianos es partidaria de Uribe más no del uribismo, ya que éste, distinto a girar en torno a la persona del Presidente de la República, no ha logrado crear un discurso sólido e institucional que garantice la continuidad gubernamental aún sin que el mandatario esté en la Casa de Nariño. Bien se puede afirmar que la "hecatombe" de la que alguna vez hablara el Presidente como móvil para buscar un nuevo periodo en el poder, es la propia debilidad de su coalición y de los alfiles uribistas llamados a sucederlo. Obviamente, es claro que el estilo personalista de Uribe ha sido en responsable de acaparar el escenario y cerrarlo en torno suyo. No creó un heredero.

3. DEL FRENTERO, AL SILENCIOSO: sin duda alguna una de las situaciones que más influyó en el accidentado clima político del primer semestre, fue el cambio de estilo presidencial. De aquel Jefe de Estado que no temía hacer frente a cualquier controversia y crítica, ya fuera con los dirigentes de la oposición, la Corte Suprema o hasta con ciudadanos del común, se pasó a un Presidente que hizo del silencio una estrategia política. Pese a que desde todos los sectores nacionales e internacionales se le urgió día tras día a Uribe Vélez que dijera si quería o no la reelección presidencial, siempre ha evadido responder de manera directa. De allí, entonces, que el país se acostumbró a los mensajes cifrados en las palabras presidenciales y cada cual hizo su propia interpretación. Y qué decir de la forma en que el Mandatario ha evitado responder de manera pública y frentera alrededor del escándalo de las 'chuzadas' perpetradas por el DAS y quién o quiénes en el alto gobierno dieron las órdenes y qué pasó con la información recibida. Igual ocurrió con el escándalo de los negocios de los hijos del Jefe de Estado. Sin duda alguna, si estos tres interrogantes hubieran tenido contestación, el panorama político del primer semestre sería otro.

4. LA CAMPAÑA DEL POR SI ACASO: pese a que hay más de una docena de candidatos y precandidatos presidenciales, el setenta por ciento de ellos tiene su futuro empeñado, ya que su permanencia en la competencia depende de lo que pase con el referendo reeleccionista. En otras palabras, son una especie de aspirantes 'por si acaso' que no dudan en admitir públicamente que si Uribe es habilitado para buscar una segunda reelección, ellos serán los primeros soldados en trabajar para esa causa. Hasta el momento, de los candidatos surgidos de la coalición uribista sólo dos han dicho que van hasta el final, sin importar lo que pase con el Jefe de Estado. Ellos son Germán Vargas Lleras y Martha Lucía Ramírez. Sin embargo, esa decisión le costó al primero fuertes y graves fisuras en su partido Cambio Radical, mientras que la segunda terminó renunciando a su curul y al propio Partido de La U. De los precandidatos conservadores tres son ex ministros del gobierno Uribe y no se enfrentarían con él en las urnas. Tanto la embajadora Noemí Sanín como el ex ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, suenan duro en las encuestas pero cualquier aspiración suya sería por la sucesión uribista.

5. REFERENDO, COLECCIONISTA DE VICIOS: difícilmente se puede encontrar en los últimos tiempos una iniciativa que tenga tantos problemas como el referendo reeleccionista. En la Fiscalía se adelanta un proceso penal contra todo el Comité Promotor de la campaña de recolección de firmas por presunto fraude procesal. Hay otra investigación paralela por los presuntos aportes en dinero y en especie que hiciera la intervenida captadora DMG. El Consejo Nacional Electoral también tiene proceso abierto por la evidente violación a los topes de aporte individual para la financiación de la campaña. Por lo mismo, la Registraduría no ha emitido la certificación de que el Comité Promotor cumplió los requisitos legales para esta clase de iniciativas populares. El trámite del proyecto en el Congreso está viciado: arrancó el debate sin la certificación aludida; no se le dio a la iniciativa el carácter de prioritaria; en el segundo debate se aprobó en anormales sesiones extras; en el tercero se cambió ilegalmente el texto de la pregunta que habían respaldado casi cuatro millones de personas; se violó el principio de consecutividad; hubo un carrusel irregular de recusaciones e impedimentos; y quedan pendientes otros problemas en la conciliación; si llega a la Corte Constitucional, que ya había advertido que sólo es viable una reelección, difícilmente pasaría la revisión de exequibilidad, y menos sin la certificación de la Registraduría pendiente. Amén de todo ello, hay sospechas de posible politización de este último tribunal.

6. OPOSICIÓN DÉBIL Y DISMINUIDA: aunque el Polo y el Partido Liberal aumentaron en el primer semestre su postura crítica contra el Gobierno y le causaron más de un dolor de cabeza y puesta contra la pared al Ejecutivo, lo cierto es que el efecto fue más mediático y político, que objetivo. En el Congreso siempre terminaron imponiéndose las mayorías uribistas en materia de aprobación o negación de proyectos, como se evidenció en el que buscaba reparar a las víctimas de la violencia. Hubo fuertes debates políticos pero no prosperó ninguna moción de censura ni hubo las renuncias que la oposición exigió en medio de graves escándalos como los de las interceptaciones perpetradas por el DAS a magistrados, políticos y periodistas, como tampoco en el caso de los negocios de los hijos del Presidente. El intento uribista de dividir al liberalismo así como la crisis interna que afectó al Polo, llevando incluso a la separación del ex alcalde Luis Eduardo Garzón, llevaron a que hoy por hoy la oposición al Gobierno no esté en cabeza de los partidos políticos antiuribistas sino de otros sectores, por ejemplo de la capacidad crítica de la prensa, que ha destapado varios de los principales escándalos.

7. LOS NUEVOS PROTAGONISTAS: al cierre de la primera mitad del año se pueden citar algunas novedades. Por ejemplo, nadie pensaba en enero pasado que la candidatura de Sergio Fajardo tomara el vuelo que hoy tiene, al punto que está en la parte delantera de las encuestas. Igual pasa con Juan Manuel Santos, que en diciembre pasado apenas si registraba en los sondeos de preferencias pero hoy -claro cuando se le mide sin Uribe en el partidor- se muestra como el alfil de la coalición más fuerte. También sorprende sin duda alguna el impacto de la campaña de Andrés Felipe Arias en el conservatismo así como la baja audiencia que esas mismas encuestas tienen los distintos candidatos liberales y del Polo. Otro que aterrizó y se volvió un hombre fuerte fue el ex senador Rodrigo Rivera, que hoy es visto como un posible presidenciable uribista.

8. LA CORTE SUPREMA, INFRANQUEABLE: pese a que desde distintos sectores uribistas se ha tratado de crear la falsa tesis de que la Corte Suprema de Justicia actúa bajo criterios políticos, lo cierto es que este alto tribunal no ha dado pie para caer en ese juego de politización. Todo lo contrario, su proceder siempre institucional, primero bajo la presidencia del magistrado Francisco Ricaurte y ahora con Augusto Ibáñez, le ha permitido denunciar de manera seria y creíble hechos tan graves como las 'chuzadas' del DAS y lograr que muchos sectores políticos, sociales, económicos e institucionales, aquí y en el extranjero, hayan salido a respaldarla. De igual manera, las decisiones que ha tomado en cuanto a los procesos de parapolítica, yidispolítica y los anomalías en el trámite del actual referendo (abrió investigación previa a 86 representantes a la Cámara) han comprobado no sólo la magnitud de la infiltración criminal en la política sino que por más fuerza que tenga el Gobierno y su coalición, hay unos límites constitucionales y legales que no puede traspasar olímpicamente.

9. ESCÁNDALO TRAS ESCÁNDALO: sin duda alguna este primer semestre de 2009 fue el más crítico para el Gobierno en sus casi siete años en el poder. Prácticamente no hubo semana en que la Casa de Nariño no estuviera en el ojo del huracán, tanto a nivel nacional como internacional. Sólo a manera de sumario, basta con mencionar el destape completo de todo el escandaloso caso de las interceptaciones ilegales que desde el DAS se realizaron a las comunicaciones de magistrados, dirigentes políticos y periodistas; las anomalías en el accionar de la Unidad de Investigación y Análisis Financiero; la estupefacción local y extranjera por el alto número de los casos de ejecuciones extrajudiciales cometidas por personal de la Fuerza Pública, más conocidos como 'falsos positivos'; la polémica por la forma en que decisiones de ministros y otros altos funcionarios del Estado terminaron favoreciendo los negocios de los hijos del presidente Uribe con un lote en cercanías a Bogotá; el proceso penal contra el hermano del ministro del Interior y Justicia; las decisiones de la Corte Suprema, la Procuraduría y la Fiscalía contra altos funcionarios y ex funcionarios del Gobierno en casos como los de la parapolítica, yidispolítica y la visita de delegados paras a la Casa de Nariño… Y quedan muchos más en el tintero.

10. BAJO SOSPECHA INTERNACIONAL: si bien es cierto que el estilo y el énfasis de gobierno del presidente Uribe le ha granjeado muchas críticas y reservas en el ámbito externo, en los últimos seis meses la situación se ha complicado de manera significativa. Por ejemplo, el optimismo inicial frente a lo que implicaría para Colombia la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca pronto se desinfló. A hoy la posibilidad de destrabar la ratificación legislativa al Tratado de Libre Comercio sigue en vilo e incluso en Washington se piensa que la crisis económica estadounidense y las reservas de las mayorías demócratas sobre la situación de derechos humanos en nuestro país, aplazarían para 2010 el anhelado visto bueno. El pacto comercial suscrito con Canadá también afronta problemas por el mismo tema de derechos humanos, en tanto que ese eje de presión ya se siente sobre las negociaciones para un acuerdo similar con la Unión Europea. Las agencias de la ONU, con visita a bordo de dos Relatores, así como los informes de Amnistía Internacional, Human Rights Watch y otras organizaciones no gubernamentales han sido muy negativos, en especial por el caso de los 'falsos positivos'. Si bien es cierto que hubo distensión con Venezuela, con Ecuador las relaciones siguen rotas. La nómina diplomática sigue haciendo agua por su alta burocratización, en tanto que el presidente Uribe se ha visto expuesto a situaciones incómodas en escenarios internacionales.

[Fuente: El Nuevo Siglo, Editorial, Bogotá, 21jun09]

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