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15jul12


Caso Sigifredo López: algo no cuadra


Se cumplen dos meses de la captura de Sigifredo López y nada que sale humo blanco del búnker de la Fiscalía. Descartado el video como prueba reina del proceso, ya que el dictamen del cotejo de voz que realizó el FBI salió favorable a Sigifredo, el rumbo de la investigación de la Fiscalía se centra ahora en cuatro testigos (tres exguerrilleros y un tramitador).

Los testimonios de los exsubversivos tienen dos cosas en común: sus declaraciones llegaron al expediente solo después de la captura del diputado y algunos resultaron ser unos profesionales para cambiar versiones, incluso dos de ellos han sido cuestionados en otros procesos. SEMANA revisó sus antecedentes como testigos y esto fue lo que encontró.

Testigo 1: 'Credibilidad: dudosa'

En la declaración que María Eugenia Mina, alias Johana, dio el 23 de enero de 2008, dos meses después de su segunda desmovilización, aseguró que durante tres meses fue carcelera de los diputados (Rufino Varela, Sigifredo López y otro que no recuerda). Dijo que Sigifredo gozaba de trato preferencial y comía como el comandante. Afirma que un día Jairo, su jefe, le dijo que ella sería la persona de confianza "y fue cuando me di cuenta que para lo del secuestro de los diputados todo había sido planeado por Sigifredo". Aseguró que a Sigifredo le permitían llamar a su familia y que incluso "un día la mujer fue a visitarlo en Timba, Cauca, con lentes oscuros y pañoleta negra".

En los reportes de inteligencia del Ejército aparece desmovilizada en dos ocasiones (Agosto 30 de 2006 y Noviembre 10 de 2007). Además, en un informe militar con sello de "reservado" su credibilidad es definida como "dudosa" y la exactitud de los datos brindados es calificada con 3, en una escala de 1 a 6.

Llama la atención que tiene dos versiones distintas para narrar su fuga de las Farc. En la desmovilización de 2007, le dijo al Ejército que huyó de la guerrilla durante un ataque y salió de la zona en ambulancia; y en la declaración que dio a la Fiscalía, asegura que se voló del campamento, corrió hasta una casa donde se quitó el camuflado, se puso ropa de civil y llegó en bus hasta Cali.

Otro dato curioso es que, aunque según su testimonio la descubrieron ayudando a un secuestrado para fugarse, luego la ascendieron como mano derecha del comandante. Es de público conocimiento que en la guerrilla esos errores se pagan caro, incluso con la vida.

Finalmente, en otro caso su testimonio sirvió para capturar a un presunto jefe guerrillero conocido como Mama Juana, que luego resultó ser inocente.

Testigo 2: el 'testigo profesional'

Edver Fajardo, alias Camilo, está preso desde 2010 por tentativa de extorsión y dio su declaración hace apenas un mes. También le endilga al exdiputado la planeación del secuestro y asegura que entre 1999 y 2000 presenció cinco reuniones, que en una de ellas Sigifredo propuso a las Farc secuestrar alcaldes que no querían colaborar y que en otra "planteaba era secuestrar a un diputado que se llamaba Abadía". Dice, además, que la esposa de Sigifredo, Patricia Nieto, alojó en su casa de Pradera a la compañera de un comandante guerrillero y que Patricia tenía línea directa con alias El Grillo, jefe del Sexto Frente de las Farc, y se enteró de eso porque él mismo le llevó un mensaje. Agregó que vio personalmente a Sigifredo en el campamento La Mina, en los Farallones de Cali, dando instrucciones a guerrilleros sobre una maqueta de la asamblea y asegura que Sigifredo estuvo a cargo de la fuga de un comandante del ELN conocido como Julián. Fajardo es también el que asegura que Sigifredo, cuando estaba secuestrado, llamó desde un teléfono satelital al entonces presidente Andrés Pastrana y al general Canal para pedirles que cesaran los bombardeos y la persecución.

Un juez de la república lo catalogó como un 'Testigo Profesional', es decir que miente con facilidad y se acomoda a las necesidades de un proceso. Su debut como testigo fue en el famoso caso Jamundí, donde lo desestimaron por sus mentiras.

De otro lado, las llamadas desde un teléfono satelital fueron desmentidas por el propio expresidente Pastrana y el general Canal le dijo al periodista Daniel Coronell que nunca habló con Sigifredo.

Además, ante un juez de Cali el 2 de noviembre de 2011 en un proceso por narcotráfico, Fajardo dio una declaración sobre el mismo tema en la que no menciona a Sigifredo López "entonces el Estado Mayor del Secretariado ordena el segundo Plan B, que era el secuestro de diputados del Valle".

Testigo 3: Preso por secuestro y homicidio

El exguerrillero del ELN, Julio César Salazar González, alias Alberto, dio su testimonio el 29 de mayo pasado. Dice que Sigifredo le ayudó al ELN en la planeación del secuestro de los diputados y cuando ese grupo decide no ejecutarlo por considerar que "el costo político sería demasiado alto para la organización", Sigifredo actúa como enlace para darle la idea a las Farc. Además, dijo que por orden del jefe de la compañía, Camilo Cienfuegos le entregó a Sigifredo 200.000 dólares para coordinar la fuga de la cárcel de otro jefe llamado Julián. Aseguró que en septiembre u octubre de 2001 lo recogió en la terminal de Popayán para llevarlo a una vereda de El Tambo, Cauca. "El señor Sigifredo llevó unos planos de Cali, unos planos de la asamblea departamental y los expuso ante el comandante Julián", dijo.

Lo curioso es que este guerrillero, que en 2008 estuvo en Justicia y Paz, no haya contado un ápice de lo que sabía sobre las supuestas relaciones de Sigifredo con el ELN y su participación no solo en el secuestro de los diputados, sino en la presunta fuga de prisión de alias Julián. Se trata de un guerrillero que no se desmovilizó, sino que fue capturado y condenado a 38 años de prisión por secuestro y homicidio y busca lograr los beneficios de Justicia y Paz para quedar en libertad.

Testigo 4: El tramitador

Diego Antonio López Osorio es un tramitador que ayuda a la gente a sacar su pasaporte en la gobernación del Valle. Osorio asegura que el día del secuestro de los diputados (11 de abril de 2002) logró romper la custodia de los falsos militares que rodearon el edificio y observó por unos segundos que Sigifredo, desde el segundo piso, les hacía señas a los guerrilleros para que se calmaran.

No es muy claro cuál puede ser el valor de este testigo. Un juez puede aceptar que dice la verdad, pero eso no probaría nada, pues a Sigifredo le cabría el beneficio de la duda alegando que estaba hablando con un soldado y no con un guerrillero. Sumado a ello, la defensa tiene declaraciones de empleados de la asamblea en la que afirman que el día del secuestro Sigifredo no estuvo en el segundo piso porque acababa de ingresar al edificio.

[Fuente: Revista Semana, Bogotá, 15jul12]

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