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18may19
Jesús Santrich pudo disfrutar su libertad menos de diez minutos
En medio de una enorme tensión, tras más de 50 horas de espera, luego de que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ordenó su libertad, este viernes, por unos instantes, el exjefe guerrillero de las Farc Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, terminó con los 13 meses que llevaba recluido en la cárcel La Picota, de Bogotá.
La libertad le duró menos de 10 minutos, pues a su salida del penal, y entre una multitud de simpatizantes del partido Farc --que desde muy temprano lo esperaban-- y las cámaras de decenas de periodistas, Santrich fue recapturado por la Fiscalía.
A las 4:40 de la tarde, cuando guardias del Inpec le tomaron las huellas dactilares y sus compañeros de partido y periodistas esperaban que el exguerrillero, que se veía debilitado y era empujado en una silla de ruedas, por fin saliera de prisión, ante la mirada atónita de todos, personal del CTI prosiguió a leerle sus derechos y comenzó con un procedimiento de captura que duró pocos minutos.
Ese fue el momento más álgido de un día lleno de tensión. La novela por su liberación comenzó desde las 10:30 a. m., cuando en medio de la espera de una decisión de un habeas corpus o de su liberación en cumplimiento de la orden de libertad que dio el miércoles la JEP, se conoció una carta firmada por el exjefe guerrillero en la que se quejaba de que no había sido liberado.
"El director de la cárcel no da la cara ni a mí ni a mis abogados para explicar la demora", escribió, y afirmó que le habían allanado la celda dos veces y que ya le habían hecho los exámenes médicos para su salida.
Una hora después, Francisco Toloza, vocero de la campaña Santrich libre, gritaba a las afueras del penal que el exguerrillero estaba herido y sangrando. Más tarde, su propio abogado, Gustavo Gallardo, afirmó que internos del penal le habían dicho que Santrich estaba herido. "Yo no sé si se intentó suicidar o alguien lo lesionó. Está herido en su celda de aislamiento", dijo, pero agregó que no se había podido comunicar ni con él, ni con el penal ni con el Inpec.
Fue la Procuraduría la que, al mediodía, confirmó que Santrich se había autoinfligido heridas leves. El procurador delegado para Derechos Humanos, Carlos Medina, dijo que el exguerrillero se autolesionó en uno de los brazos, generándose heridas superficiales, pero que ya había sido atendido.
Unos 20 minutos después, salió el parte oficial del Inpec, el general William Ruiz, director del instituto, dijo que en la mañana Hernández se autolesionó levemente en los brazos, pero que lo atendieron. "Está estable y bien de salud", concluyó.
A las 12:45 p. m., una decisión del Tribunal Superior de Bogotá agregó presión a los clamores que pedían la salida del exguerrillero, pues le concedió el habeas corpus que sus abogados habían interpuesto el día anterior y ordenó su libertad inmediata. En el fallo, el Tribunal también compulsó copias para que se investigue penal y disciplinariamente a funcionarios que habían dilatado su salida.
A pesar de esto, Santrich no alcanzó ni a saludar a los manifestantes que lo esperaban afuera de La Picota, pues, luego de que le leyeron sus derechos, fue subido a un helicóptero que, sobre las 5:40 p. m., llegó al búnker de la Fiscalía. Allí, en una celda de paso, esperará las audiencias de legalización de captura e imputación de cargos que definirán si su futuro está en la justicia ordinaria o en la transicional.
[Fuente: El Tiempo, Bogotá, 18may19]
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