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15feb10
La prensa acosada
A los periodistas nos felicitan, nos abrazan y nos besan el día del periodista; pero el pasado 9 de febrero, también nos sentimos acosados.
En la rueda de prensa que en ese día convocaron los periodistas Hollman Morris y Claudia Julieta Duque fue opresiva la sensación de ver a dos periodistas convertidos en objetivos de la acción de los detectives del Das. Tal como lo muestran los documentos conocidos en esa reunión, a los detectives, concentrados en alguna sala de tareas, les mostraron sobre una pantalla dos fotografías del "sujeto" a quien se debía "desprestigiar". (Por increíble que parezca el verbo es del documento oficial) Ese desprestigio debía lograrse en una campaña en que se utilizaron los siguientes medios:
"comunicados, incluir video de Farc (se refiere a alguna de las visitas periodísticas de Morris a los campamentos de las Farc con motivo de una liberación de secuestrados) acciones de sabotaje (robo de pasaporte, cédula, etc.) y gestión para la anulación de sus visas."
La instrucción oficial no incluía, ¿por sabidas y rutinarias? Las acciones de seguimiento de él y de su familia, la grabación de sus conversaciones telefónicas, la enajenación de sus materiales grabados para la televisión.
Todo esto se dio a partir del día en que públicamente, un presidente Uribe ofuscado calificó al periodista de aliado de las Farc.
Con Claudia Julieta Duque los procedimientos fueron similares. Ella y Morris habían documentado, editado y difundido un video en que se denunciaba que el proceso por la muerte de Jaime Garzón había sido desviado por el Das.
Fue inevitable pensar, ¿usted habría hecho lo mismo? Que si el Das es un organismo de la Presidencia, al servicio del Presidente, estas acciones fueron ordenadas directa o indirectamente desde la presidencia.
En la tarde del agitado día, en los juzgados de Paloquemao compareció, otra vez, el periodista Alfredo Molano, víctima del acoso judicial promovido por la familia Araujo, de Valledupar, afectada, según sus abogados por una columna periodística sobre el poder de las tradicionales familias de políticos, terratenientes y mandamases de esa región. Hubo abrazos, gritos de fiesta y risas al final, cuando se conoció la absolución del periodista.
Ya en la noche la sesión de premiación del CPB fue cruzada, de comienzo a fin por la indignación, la reflexión y la solidaridad del gremio, con Rodrigo Pardo y María Elvira Samper, director y editora de la clausurada revista Cambio.
Aquí el acoso había procedido de los empresarios, y para los periodistas fue claro que el orden de prioridades en los medios de comunicación se está invirtiendo. Estas empresas, hechas para prestar un servicio de información, se están convirtiendo en un negocio que subordina la información a la ganancia, que hace de la noticia una mercancía, que condiciona la tarea del periodista a los intereses de la empresa.
Toda la sesión de celebración estimuló la reflexión sobre los riesgos de este acoso.
Tres clases de acosos: el gubernamental a través del Das, el acoso judicial promovido por sectores de la sociedad que aspiran a ser intocables y el acoso de los gerentes en los medios de comunicación, están marcando la agenda de luchas del periodista que quiere defender la dignidad de su profesión y el derecho de la sociedad a conocer.
[Fuente: Por Javier Dario Restrepo, El Heraldo, Barranquilla, 15feb10]
Informes sobre libertad de Prensa en Colombia
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