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22ago09
Lula y Obama, una fría charla sobre las bases en Colombia
Si había alguna expectativa sudamericana de un diálogo directo con EE.UU., ayer Barack Obama se encargó de despejarla. No hay interés político para esa clase de encuentro. Y ni siquiera prevé enviar un representante a la cumbre de Unasur el 28 de agosto en Bariloche, donde serán discutidos los dos temas que atribulan a la región: las bases militares en Colombia y la restitución del presidente constitucional en Honduras.
Esos fueron los asuntos que llevaron al brasileño Lula da Silva a comunicarse por teléfono con su colega. El enlace se produjo ayer poco antes del mediodía. Según el canciller Celso Amorim "el presidente reiteró nuestras posiciones y mostró que hay una sensibilidad muy grande en la región con la instalación de las bases (en territorio colombiano)". Según describió, Lula "insistió en la necesidad de garantías formales, válidas jurídicamente, de que tanto el equipamiento como el personal no serán usados fuera de los propósitos declarados por Colombia y por EE.UU. O sea el combate al narcotráfico y a las Farc".
En esa charla, en la que Obama se mostró ambiguo, "Lula mencionó que sería útil una reunión EE.UU.-América del Sur, como la de Trinidad y Tobago. Le reiteró la esperanza que Obama representa para la región". Amorim admitió que en la charla el norteamericano solo respondió que "analizaría con su equipo cuándo sería posible". Lula le contestó que "esperaba que el propio presidente estadounidense hiciera la convocatoria".
La respuesta llegó más rápido de lo previsto. Y fue con una comunicación que Washington distribuyó a los medios periodísticos. En esa nota Obama reafirmó "su compromiso con las relaciones duraderas de EE.UU. en la región, su deseo de trabajar en una sociedad constructiva con Brasil y otros países del hemisferio, para ayudar al avance de la democracia, la seguridad y la prosperidad". Dicha esta frase de rigor, fue taxativo: se limitó a señalar que espera "reunirse con el presidente Lula en la reunión del G20 en Pittsburgh", entre el 28 y 29 de septiembre.
Unasur ni siquiera mereció una mención. Hay dos interpretaciones sobre la charla. Una es que la estrategia de Lula y Amorim de presionar a EE.UU. está errada, como sostuvo recientemente el ex diplomático Rubens Ricúpero quien presidiera durante años la Conferencia para la Cooperación y el Desarrollo de la ONU. La otra es que la conversación desnudó que el gobierno demócrata comparte con sus antecesores republicanos la misma falta de interés por lo que piensen o sientan por estas latitudes. Como sea, para la Casa Blanca el bloque sudamericano no talla en la geopolítica mundial.
Obama tampoco atendió otro pedido de Lula. Que se den garantías jurídicas de que el acuerdo con Colombia por la cesión de siete bases militares, quedará restringido a territorio colombiano. Obama se limitó a replicar que enviará a Brasilia un funcionario de la cancillería para explicar el asunto. El acuerdo con Colombia permite al Pentágono desplegar hasta 1.400 militares y civiles en ese país, distribuidos en lugares estratégicos por los próximos 10 años.
Para Brasil el asunto tiene una sensibilidad especial. Lo que más preocupa, según las propias FF.AA. brasileñas, es la transformación de Palanquero (en el centro de Colombia) en una base operativa para el transporte de tropas en aviones capaces de alcanzar puntos estratégicos sudamericanos sin necesidad de reabastecerse. Brasil presume que esa estrategia a largo plazo de EE.UU. deja "a mano" tanto el Amazonas como las reservas de petróleo en la plataforma submarina brasileña.,
Lula también habló con Obama sobre Honduras. Le dijo que era indispensable el inmediato retorno del depuesto Manuel Zelaya.
Eso requería una acción más decidida de la Casa Blanca, incluso para mejorar su relación con América Latina. "Lula señaló que no se trata de una intervención de EE.UU., sino de una presión adecuada en el marco de lo resuelto por la OEA".
El presidente brasileño ya preveía la respuesta de su colega. En una entrevista ayer a un diario boliviano dijo: "Los líderes de Unasur nos reuniremos en Bariloche para discutir los asuntos pendientes. y encontrar respuestas coordinados a los desafíos de seguridad".
[Fuente: Por Eleonora Gosman, Clarin, Bs As, 22ago09]
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