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19sep13
Declaración del jefe de la Delegación del Gobierno al término del ciclo número 14 de conversaciones con las Farc
"Buenas tardes. Terminamos hoy un nuevo ciclo de conversaciones cuyo propósito es lograr la terminación del conflicto armado para abrir la puerta a la aclimatación de la paz.
Ver una Colombia en paz es el objetivo del Gobierno.
En eso estamos trabajando todos los días en La Habana. Pero queremos también decir con franqueza a la opinión pública lo siguiente:
En el Acuerdo General de La Habana, que sirve de marco para estos diálogos, pactamos con las FARC que el trabajo sobre lo puntos de la agenda se llevaría a cabo -y aquí hago una cita textual- "de manera expedita y en el menor tiempo posible, para cumplir con las expectativas de la sociedad sobre un pronto acuerdo". Es una copia textual.
Hemos avanzado y tenemos logros importantes. Pero no son suficientes. Tenemos que mostrarles más resultados a los colombianos para cumplir con sus expectativas.
Un segundo punto: una cosa es el esfuerzo de las FARC para ampliar y difundir su agenda política, la cual podrán promover en democracia, sin armas y con plenas garantías.
Pero otra cosa es el exceso de retórica sobre los más variados aspectos de la vida nacional, que nada tiene que ver con la agenda y con el trabajo en La Habana.
Esa retórica permanente en los micrófonos confunde a los colombianos y le resta credibilidad al diálogo.
La tarea que tenemos aquí es la de pactar el fin del conflicto, no la de comentar todos los sucesos del acontecer diario.
Sin embargo, dicho esto con franqueza, mantenemos la fe en el buen suceso del proceso.
Y en efecto, prueba de ello es que logramos un acuerdo trascendental en el primer punto de la Agenda, referido al tema agrario. En su momento reconocimos que nunca antes en unas conversaciones con las FARC se había avanzado tanto en temas relevantes.
Lo que convinimos, que tiene la misma orientación que las políticas agrarias recientemente dadas a conocer por el Gobierno, es el camino para lograr trasformaciones radicales de la realidad rural colombiana, bajo los principios de equidad y democracia.
Supera de lejos, por mucho el concepto de reforma agraria tradicional, porque está acompañado de planes de vivienda, agua potable, asistencia técnica, capacitación, adecuación de tierras e infraestructura.
El acuerdo busca también que se restituya a las víctimas del despojo y del desplazamiento forzado.
Por ello sabemos que podemos avanzar en la construcción de entendimientos sobre los demás puntos de la Agenda.
Creemos que conjuntamente podemos construir un camino para detener la guerra y para iniciar la construcción de la paz.
Dentro de esos puntos que marcan el destino para una Colombia nueva, está el tratamiento al problema del narcotráfico.
Para la próxima semana y la siguiente hemos anunciado que bajo la coordinación de la Oficina de la ONU en Colombia y el Centro de Pensamiento para la Paz de la Universidad Nacional, se realizarán en Bogotá y San José del Guaviare dos foros sobre el tema de la solución del problema de las drogas ilícitas, que, si logramos un acuerdo en el tema de participación política, será el siguiente punto de la Agenda.
Queremos mitigar el fenómeno del narcotráfico y queremos una Colombia sin coca. Y para lograr este propósito, esperamos que las FARC contribuyan a ello dentro del marco del Acuerdo Final.
El narcotráfico está en el centro del conflicto colombiano. Ponerle fin nos permitirá tener mayor contundencia y efectividad en la lucha contra este flagelo. Es un beneficio para Colombia y para todas las naciones, un beneficio para la humanidad.
La paz es aquí y ahora. Es la oportunidad que tenemos.
Además de buscar una salida negociada al conflicto, la agenda nacional e internacional del Gobierno Santos es una agenda progresista para consolidar la paz de Colombia.
Por eso reparar a las víctimas del conflicto, reducir de manera efectiva la pobreza, darles una oportunidad real de progreso a los campesinos, hacen parte esencial de las políticas impulsadas por el Presidente.
Esa orientación debe ser valorada por las FARC para ver en este proceso una oportunidad real para dar el salto a la política desarmada, poniendo fin al conflicto.
Esta semana cumplimos once meses desde la cita de Oslo que fue la instalación formal de estas conversaciones. Ni las FARC ni nadie puede decir que estamos atropellando las cosas. Al contrario, está a la vista que falta eficacia en estas conversaciones.
La delegación del Gobierno espera avanzar de manera efectiva en la construcción de acuerdos en el próximo ciclo, porque, como lo ha dicho el propio Presidente Santos, la paciencia de los colombianos no es infinita".
[Fuente: Oficina del Alto Comisionado para la Paz, La Habana, 19sep13]
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