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28ago08
Control total
No entiendo muchas cosas y entre las muchas que no entiendo es por qué razón la oficina del comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, acabó contratando una firma de seguridad privada de propiedad de Juan Felipe Sierra —detenido por presuntos nexos con la tenebrosa organización de ‘Don Mario’—, para prestar servicios de protección a los desmovilizados de las Auc.
El Comisionado ha dicho que la ley exigía protegerlos y que por eso su oficina abrió una convocatoria pública y contrató la empresa de Sierra: Control Total. Dice que siguió los procedimientos administrativos de rutina y que como el contrato debía renovarse cada cierto tiempo, manifestó su interés en prorrogárselo a la misma empresa para mantener el clima de confianza con los desmovilizados. Hasta aquí la descripción general del comisionado Restrepo sobre cómo la empresa de Sierra terminó cuidando a los paramilitares desmovilizados hasta cuando fueron trasladados a La Ceja en agosto de 2006.
Pero las explicaciones generales no son suficientes y menos aun a la luz de los nuevos acontecimientos. ¿Por qué adjudicar a una empresa privada la protección de peligrosos ex paramilitares? ¿Acaso no era competencia y responsabilidad exclusiva del Estado hacerlo con sus propios agentes? ¿Cuántas empresas se presentaron a la convocatoria? ¿Quién o quiénes y bajo qué condiciones y criterios le adjudicaron el contrato a Control Total? ¿Revisaron los antecedentes y la nómina de la empresa?
Son preguntas que surgen ahora porque, como muchas otras cosas que han rodeado el controvertido proceso de Justicia y Paz, solo hasta ahora nos enteramos de que el señor Sierra se había dedicado de tiempo completo a Control Total porque el Sindicato Antioqueño, el más poderoso grupo empresarial de Antioquia y uno de los más grandes del país, había ido excluyendo poco a poco de sus negocios a las empresas de su familia. ¿Por qué ? No es necesario ser una lumbrera para intuir por qué.
El Fondo de Programas Especiales para la Paz, que se encarga de contratar a quienes cumplen actividades y funciones de la oficina del Comisionado de Paz, fue el que firmó el contrato con la empresa de Sierra que, según una investigación del Instituto Popular de Capacitación, superó los 1.285 millones de pesos.
Para completar el cuadro, el señor Gustavo Villegas, quien acaba de renunciar a su cargo como director de los Juegos Suramericanos de Medellín 2010 por sus contactos personales con Sierra, fue la cabeza visible del proceso de desmovilización del bloque Cacique Nutibara de las Auc en 2004 y en su calidad de director del Programa de Paz y Reconciliación de la Alcaldía de Medellín, entre 2004 y 2007 suscribió contratos con Control Total para prestar servicios de seguridad a los dirigentes de los bloques de las Auc desmovilizados.
Lo más grave y de fondo en todo esto es que Sierra, según me contó una fuente de la mayor confianza que conoce bien las aguas turbias que se mueven en Antioquia, contrataba a paramilitares desmovilizados. Curiosa puerta giratoria: los paramilitares entregaban las armas frente a las cámaras y muchos de los que quedaron por la libre —los ex combatientes rasos—, ya de nuevo en la "vida civil" recibían otra arma para servir como guardias de seguridad. ¿Será que unos desmovilizados cuidaron a otros desmovilizados? ¿Los mismos con los mismos, el mismo peligroso parche?
Una fórmula perversa que habría permitido dar continuidad al control ejercido por los jefes paramilitares y mantener los nexos entre agentes del Estado. Para rematar, ahora se sabe que el tal ‘Indio’, el segundo de la organización de ‘Don Mario’ —la misma de ‘Don Berna’ — tenía un carné que lo acreditaba como asesor de la empresa de Sierra. Como quien dice, control total por parte de Control Total. Bonita figura. De seguridad, la empresa de Sierra al parecer no tenía sino la razón social.
[Fuente: Por Maria Elvira Samper, Cambio, Bogotá, 28ago08]
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