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08dic07
París redobla la presión para liberar a los rehenes
Con agentes secretos en la selva colombiana y mensajes directos del presidente francés, Nicolas Sarkozy, al líder de la guerrilla de las FARC, Manuel Marulanda Vélez ("Tirofijo"), Francia se sumerge, una vez más, en el conflicto que desgarra a Colombia desde hace décadas.
"Tenemos agentes que están en contacto con las FARC", dijo ayer David Martinon, vocero de Sarkozy, sin dar más precisiones.
Su objetivo es claro: lograr la liberación de la franco-colombiana Ingrid Betancourt, la rehén más cotizada del momento.
Según pudo saber LA NACION de fuentes militares, los agentes están en constante comunicación con una célula especial creada en París en el corazón de los servicios de inteligencia franceses (la DGSE), lo que da cuenta del interés francés por lograr que Betancourt recupere su libertad.
Más allá del empeño depositado por el gobierno de Sarkozy con el envío de espías, contactos similares sin el respaldo del poder en Bogotá terminaron en el pasado en un fracaso en el terreno y una crisis diplomática entre Colombia y Francia sin precedente.
En sus últimos viajes a Europa, el presidente colombiano, Alvaro Uribe, evitó hacer escalas en París y el alto comisionado de paz colombiano, Luis Carlos Restrepo, postergó un viaje a la capital francesa el miércoles, a pedido del propio gobierno francés, por "problemas de agenda". Aclaró, sin embargo, que sigue trabajado junto con el gobierno francés para propiciar la libertad de los rehenes.
Cuando Betancourt fue secuestrada, en febrero de 2002, Francia comenzó a movilizarse para lograr su liberación. Su medida más espectacular llegó en julio de 2003, cuando el entonces canciller francés, Dominique de Villepin, decidió enviar un Hércules C-130 a Manaos (Brasil), a la espera de una inminente liberación de Betancourt. La operación fue un fracaso y produjo un incidente diplomático con Brasilia y Bogotá, que no habían sido informados.
Tras el incidente, las gestiones públicas para la liberación de Betancourt volvieron a foja cero. Colombia se ofuscó por una injerencia francesa en sus asuntos internos y Francia quedó expuesta al mundo por ese fracaso; las FARC fueron las únicas beneficiarias del enredo.
Según algunos observadores, con el incidente lograron compensar su "aislamiento político y militar internos [con] simpatías de la opinión internacional a sus exigencias".
Luego, los esfuerzos franceses en el territorio colombiano continuaron, al igual que los fracasos en las negociaciones. A finales de 2005, Bogotá envió cartas de protesta a París por los contactos con las FARC que habría tenido en la selva un delegado de Francia.
La presión diplomática de París para que Bogotá aceptara un canje humanitario fue de la mano de una creciente presión de la opinión pública en Francia y de una importante movilización con claras señales de apoyo hacia Betancourt.
La llegada de Sarkozy al poder, en mayo de este año, creó nuevas expectativas. El presidente francés se comprometió enseguida a obtener la libertad de Betancourt, lo inscribió como una prioridad para su agenda exterior, y recibió a su familia apenas instalado en el Palacio del Elíseo.
Durante la cumbre del G-8 en Alemania, Sarkozy ya estaba en contacto directo con Bogotá y mencionó el caso de Betancourt a sus homólogos y les pidió que rindieran "homenaje al gesto humanitario" de Uribe que había liberado, días antes, a pedido del presidente francés, a Rodrigo Granda, el denominado "canciller" de las FARC, para que actuara como "gestor de paz".
Si realiza una misión oficial en París, Bogotá podría buscar encauzar las gestiones de Francia, aunque esto suponga una contrapartida.
La popularidad de Sarkozy saldría reforzada con la liberación de Betancourt como ocurrió con las enfermeras búlgaras detenidas en Libia. Uribe, por su parte, busca internacionalizar el conflicto y encontró en su par francés intereses similares.
Un as en la manga
En Francia circula la hipótesis de que si Sarkozy decidió zambullirse de lleno en el conflicto, al dirigir un mensaje a "Tirofijo", es porque tiene algunas garantías de lograr algo.
"Sarkozy tiene algunas cartas en la mano, a pesar de que el tema sea delicado", dijo el ex premier francés Dominique de Villepin.
A diferencia de los otros intentos, Francia decidió en esta ocasión actuar con todo su peso. Si fracasa, Betancourt continuará siendo la rehén más cotizada de las FARC.
[Fuente: La Nación, Bs As, Arg, 08dic07]
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