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22feb02


Panamá suspende su participación en la Operación UNITAS 43-02 tras la ruptura del proceso de paz en Colombia.


El Gobierno panameño suspendió su participación en la Operación UNITAS 43-02, que se desarrolla en la ciudad de Cartagena, Colombia, tras la ruptura del proceso de paz en ese vecino país, se informó oficialmente.

Debido a que desconocen las consecuencias que acarreará la ruptura de diálogo entre el Gobierno y las FARC, el Gobierno panameño resolvió suspender su participación en las referidas maniobras.

En la operación participan, desde el pasado día 18, Colombia, Venezuela, República Dominicana, Curazao y Estados Unidos. La participación panameña iba a consistir en la interacción con los países en el control de inmigrantes ilegales, tráfico de armas, narcotráfico al igual que la interacción con armadas grandes y procedimientos para las vías de acceso al Canal de Panamá.

Aníbal Salas, ministro de Gobierno y Justicia, informó de que se ordenó el reforzamiento por mar y tierra de la frontera que se comparte con Colombia.

La Operación UNITAS 43-02 se lleva a cabo desde 1959 y es organizada por las fuerzas navales del Comando Sur de los Estados Unidos, la Guardia Costera estadounidense y varias agencias federales de ese país con el propósito de continuar su lucha contra el narcotráfico en la región.

UNITAS consiste en una serie de ejercicios de entrenamiento entre las fuerzas navales de los Estados Unidos y varios países de Latinoamérica para perfeccionar las operaciones antidrogas en escenarios reales, así como mejorar el intercambio de información y tecnología que les permita erradicar el uso y tráfico de sustancias ilícitas.

Mediante una nota de prensa de la Cancillería panameña, el Gobierno exhortó a las partes al regreso a la mesa de negociación "tan pronto se den las condiciones para ello con el fin de alcanzar la tan anhelada paz". Panamá reitera su política de neutralidad activa frente a la situación de violencia interna en Colombia, dice la nota.

A juicio de Carlos Guevara Mann, ex asesor del canciller José Miguel Alemán, si bien la ruptura del proceso de paz es lamentable, también es comprensible, sobre todo, por la actitud intransigente de las FARC. Guevara Mann estimó igualmente que la sociedad colombiana y los países vecinos deben insistir en la necesidad de una mayor participación de la comunidad internacional, a través de la ONU, para superar el conflicto que tanto sufrimiento ha causado en Colombia y tan peligroso potencial tiene para desestabilizar a los estados de la región.

El ex vicecanciller Marcel Salamín, por su lado, dijo que pese a los esfuerzos de la comunidad internacional para que el conflicto se resolviera en la mesa de diálogo, la situación resultó "insostenible", debido principalmente a la actitud asumida por las FARC, cuyos miembros, a su juicio, impulsan un proyecto revolucionario de conquista de la totalidad del poder, sin pasos intermedios.

Ello, dijo, era imposible de satisfacer a menos de que el Gobierno colombiano se rindiera. Al final de cuentas, añadió, por más esfuerzos que hizo el presidente Pastrana, quien a juicio de Salamín entregó demasiado a cambio de muy poco, la ruptura del diálogo era predecible.

Y las consecuencias de esa decisión no son nada halagüeñas: incremento en las acciones militares de ambos bandos; aumento de acciones de secuestro y terrorismo por parte de la guerrilla. Sin duda, aumentará asimismo el peligro sobre la población civil duramente golpeada en los últimos años. También, estimó, los paramilitares reaccionarán y aumentará con ello el nivel de enfrentamiento.

Salamín, quien participó en las negociaciones que culminaron con el desarme de M-19 en Colombia y su paso a la vida política, consideró que con la avanzada de las fuerzas militares colombianas para recuperar la zona de distensión, resulta probable que se registren incursiones de civiles hacia el territorio panameño.

Ante este escenario, las autoridades panameñas -señaló Salamín- deben aplicar las leyes que prevén la protección humanitaria temporal.

[Fuente: Rafael Pérez G. para prensa.com - Panamá, 22feb02]

Panamá declara estado de alerta. Se incrementó la presencia policial en las fronteras de Panamá con Colombia y Costa Rica.

El Gobierno panameño comenzó ayer jueves a movilizar personal policial hacia la frontera con Colombia, horas después de que aviones de la fuerza aérea colombiana bombardearan la zona de despeje en control de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), tras la ruptura del proceso de paz en ese país sudamericano.

La propia presidenta de la República, Mireya Moscoso, informó de la medida. Moscoso añadió que se decretó un estado de alerta en todo el territorio nacional y se incrementó la presencia policial en los puestos fronterizos de Panamá con Colombia y Costa Rica.

Tras reunirse con el Consejo de Seguridad Pública, Moscoso dijo que se ordenó reforzar la seguridad en todos los puertos y aeropuertos.

El presidente colombiano, Andrés Pastrana, puso fin la noche del miércoles a las negociaciones de paz con las FARC, luego de la crisis que se generó por el secuestro del senador Jorge Eduardo Gechem Turbay.

La preocupación de la presidenta no se circunscribe a la seguridad en la frontera. La mandataria informó que cuentan con informes de inteligencia sobre la presencia en territorio panameño de elementos afines a la guerrilla de la FARC. "Algunas personas que están aquí en la ciudad (de Panamá) están siendo vigiladas; algunas han salido del país, pero otras se han quedado" aunque están bajo vigilancia.

Moscoso también aseguró que se han tomado las previsiones presupuestarias y el equipamiento de los hospitales del área para enfrentar cualquier eventualidad.

Instó a la ciudadanía a comunicar cualquier información que tenga sobre la presencia de presuntos guerrilleros o paramilitares.

En el último comunicado del Consejo de Seguridad Pública y Defensa Nacional, se hizo énfasis en que el territorio panameño está en "calma total" como resultado de las medidas adoptadas por instrucciones de la presidenta Moscoso.

William Spindler, portavoz regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), informó de que, hasta la tarde de ayer jueves, no se había registrado ningún movimiento de refugiados hacia los países vecinos de Colombia.

Estudios de ACNUR resaltan que la frontera panameña -por sus condiciones geográficas y el perfil del conflicto colombiano en los departamentos fronterizos- es una de las más vulnerables a un potencial ingreso de refugiados.

Desde hace años, Panamá ha enfrentado el ingreso de grupos irregulares colombianos que atemorizan a la población y que incluso han atacado a la policía en Darién.

[Fuente: Edith Castillo y Rafael Pérez G. para prensa.com - Panamá, 22feb02]

Negociaciones de Paz en Colombia - DDHH en Colombia

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Este documento ha sido publicado el 05mar02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights