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21feb02
Nuevamente ganaron los enemigos de la paz con justicia social
Nuevamente ganaron los enemigos de la paz con justicia social. Una vez más se ha impuesto en el país el lenguaje y las acciones de guerra. En contravía de los acuerdos logrados con la participación de la comunidad internacional y los buenos oficios de Naciones Unidas que permitieron prorrogar la zona de despeje, el presidente Andrés Pastrana, ha optado por el peor camino, ponerle término al proceso de diálogo entre el gobierno y la insurgencia de las FARC. Contrariamente en momentos que las partes anunciaban acercamientos en torno a la posibilidad de un acuerdo de cese al fuego y hostilidades.
Es la reiteración del mismo inútil remedio para el mal endémico que padece el país desde hace más de cincuenta años. Desde ya los colombianos sabemos que va a suceder: bombardeos indiscriminados, destrucción de importantes reservas ecológicas, éxodo masivo de miles de campesinos, desbordamiento de la autoridad de las fuerzas armadas, las cuales cuentan hoy con mayores instrumentos represivos como es el caso de la nefasta ley de seguridad nacional, recientemente promulgada; nueva crisis humanitaria a partir del recrudecimiento de la confrontación armada, así como masacres por la acción genocida de las bandas paramilitares.
Entre tanto, y de manera irresponsable los candidatos presidenciales del establecimiento nos convocan a una cruzada antiterrorista y en una verdadera maratón retórica, se disputan a cual más, con claros propósitos electoreros, iniciativas que van desde la promulgación de nuevas leyes antiterroristas, hasta la implantación inmediata por parte del ejecutivo, de la conmoción interior.
Todo ello con la evidente intención de crear una cortina de humo sobre los verdaderos males que vive la patria, como son entre otros, desempleo galopante, incremento de la pauperización de millones de colombianos e implementación de un modelo económico que excluye a las inmensas mayorías de una vida y existencia dignas.
Las miles de bombas con que se va a sembrar el campo colombiano no van a producir otra cosa que más miseria y dolor para los excluidos de siempre: los campesinos y sus familias. Ello es lo que en la práctica viene sucediendo en los últimos días en Arauca, el Catatumbo y el Alto Naya, con lo que lamentablemente se vienen haciendo realidad los designios del Plan Colombia.
Reiteramos hoy, frente a la hecatombe que vive la nación, que existe un camino necesario y útil que debemos recorrer: el del diálogo y la reconciliación entre los colombianos.
Junta Directiva Nacional Asociación Nacional de Ayuda Solidaria - ANDAS
Febrero 21 de 2002
Negociaciones de Paz en Colombia - DDHH en Colombia
Este documento ha sido publicado el 07mar02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights