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27nov07
Información y manipulación
POR cuenta de una entrevista para el canal Telesur que el periodista William Parra realizó con el capitán de la Policía Nacional, Guillermo Solórzano, secuestrado por las FARC, el Director de aquella institución terminó sindicándolo, juzgándolo y condenándolo pública y anticipadamente de estar involucrado en ese delito. La razón de la condena es, dijo el general Naranjo: "porque el rol (del periodista) no es grabar pruebas de supervivencia en los campamentos de las FARC".
Probablemente el aprecio de que goza el general Naranjo en los medios le impide reaccionar contra tan peligroso antecedente en contra de la libertad de prensa o, tal vez sea que estiman correcto ver una autoridad de Policía fijándoles el límite legal del ejercicio del periodismo. En todo caso la que sí aparece extraña es la virulenta reacción contra Parra y contraria al precedente nacional, pues no se sabe de ningún procesado por las múltiples entrevistas concedidas por los Castaño desde la clandestinidad.
No creo que el problema surja de que Parra haya obtenido las declaraciones del secuestrado sino de la evidencia incontrastable de que toda entrevista es, ante todo, una prueba de supervivencia y al gobierno le pareció que presentarla en estos días era una descarada manipulación de la información que, además, terminaría otorgándole apariencia de eficacia a las tareas de intermediación del presidente Chávez y la senadora Córdoba.
La posición política del gobierno nacional es entendible dentro del contexto de la situación actual de ruptura con la intermediación venezolana, pero semejante circunstancia no justifica criminalizar el oficio reporteril. Bastaba con destacar, como también lo hizo el general Naranjo, las fechas de
grabación de la entrevista para demostrar la ausencia de correspondencia entre una y otra situación.
Resulta paradójico que el gobierno colombiano, a través de su Director de la Policía Nacional, haya terminado acudiendo a la manipulación de la información para denunciar que se pretendía hacer lo propio por parte de Telesur a favor de Chávez y que en ese "juego" amenacen con llevarse por delante, no sólo la libertad de prensa sino la personal de un periodista.
Y en medio de semejante situación los únicos que no parecen interesarle a nadie son los secuestrados. Cuando Chávez recibió el encargo del presidente Uribe para intermediar con las FARC por su liberación, lo aceptó como escenario político inmejorable para fortalecer su posición externa e interna. Qué mejor pantallazo en vísperas de un referendo. Por eso, al quitárselo abruptamente optó por algo que en Venezuela siempre da réditos electorales: agraviar a Colombia. Uribe sabía que ese era el riesgo. No lo va a saber él que lleva 5 años en campaña liderando las encuestas por cuenta de ofender a la oposición alineándola con Chávez.
[Fuente: Por Hugo Quintero Bernate, El Nuevo Siglo, Bogotá, Col, 27nov07]
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