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Derechos | Equipo Nizkor
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13abr16
El cuestionado periodismo de Miller Rubio
"Usted es nuestro ángel de la guarda por eso". Así le dijo Jorge Cómbita, jefe de seguridad de Pedro Nel Rincón, más conocido como Pedro Orejas, al periodista Miller Rubio. El contenido de esa conversación se conoce porque hace unos años el Equipo Nizkor, una organización de derechos humanos, publicó una serie de audios en los que se escuchaba hablar al periodista con Orejas y varios de sus hombres. Nada de esto sería extraño si el interlocutor de Miller Rubio no fuera uno de los grandes jefes del negocio de las esmeraldas en Boyacá, hoy investigado por homicidio y lavado de activos.
Desde que se conocieron los audios en 2011, dentro del proceso que le sigue la Fiscalía a Pedro Orejas, se dijo que Miller Rubio habría utilizado su rol de periodista para emitir falsas noticias e intentar desviar una investigación por tráfico de armas en contra Pedro Orejas. Hasta ayer en la mañana, el asunto no pasaba aún de las sospechas. Pero el ente investigador anunció que el próximo 15 de mayo notificará oficialmente al periodista de que lo va a investigar por el delito de concierto para delinquir. Su abogado, Leonardo Martínez, le dijo a El Espectador que los audios son solo injurias y calumnias en contra de su cliente.
Además, Leonardo Martínez afirmó que los audios que se han conocido hasta el momento, y que serían las pruebas claves para la imputación que hará la Fiscalía en mayo, fueron descartados por un juzgado en la ciudad de Tunja (Boyacá) porque, supuestamente, habrían sido interceptadas ilegalmente. Sin embargo, este diario pudo establecer que las grabaciones fueron obtenidas con todos los requerimientos de la ley.
"Los periodistas en su tarea están muy expuestos. Además pueden ser objeto de venganzas en su contra. Estamos tratando de averiguar quién podría estar detrás de las acusaciones", agregó Leonardo Martínez. Miller Rubio también es indiciado por el supuesto carrusel de reintegros en la Policía, y su nombre aparece en otras investigaciones que adelanta la Fiscalía y en la que han resultado salpicados otros periodistas que, al parecer, vendían información al mejor postor para manipular noticias y desviar investigaciones.
Más allá de la noticia que la Fiscalía anunció ayer, la decisión cayó como un balde de agua fría sobre el periodismo en Colombia. Para expertos y decanos en el país, esta situación devela una de las crisis más agudas que vive el oficio, no solo en Colombia, sino en el mundo. "Existe una nueva tendencia en la que progresivamente nos hemos vuelto más flexibles con las fronteras que no se deberían traspasar por ningún motivo. Me refiero a los intereses personales y los profesionales", le explicó a este diario Marisol Cano, decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad Javeriana.
Para Cano, además, estos casos permiten reflexionar sobre cómo los periodistas autorregulan la información que sus fuentes les proporcionan y si, en este oficio, se ha olvidado por completo para quién se trabaja: "El trabajo no es para los patrones o para el Gobierno". Por eso, Javier Darío Restrepo, uno de los expertos en ética más importantes en Colombia, recuerda una de las lecciones básicas del periodismo: el trabajo que un periodista hace es para el servicio de la comunidad. "Uno siempre tiene que estar interpretando las necesidad del público. Si no tenemos en cuenta eso, estaríamos prostituyendo el oficio", dice Restrepo.
Pedro Vaca, director de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) le dijo a El Espectador que esta organización seguirá muy de cerca el proceso de Miller Rubio. "Hacemos un llamado para que tenga todas las garantías. Aunque no le restamos gravedad a este tema, no vamos a sacar conclusiones a priori". "Nos falta todavía para ser un país donde la independencia de los periodistas sea la base de su trabajo. Se debe garantizar que, desde la formación, sean capaces de trabajar con ese principio sin importar las condiciones en las que esté", concluyó David Hernández, decano de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia.
"El periodista no es ajeno a las responsabilidades de orden civil y penal", señaló, en una de sus últimas directivas a sus subalternos, Eduardo Montealegre al dejar el cargo de fiscal hace menos de dos semanas. En ese documento, Montealegre recordó que los periodistas no pueden escudarse en la protección de la fuente para realizar conductas fuera de la ley: "Las prerrogativas que se le confieren al ejercicio periodístico no implican una inmunidad ni un fuero especial que los sustraiga del deber general que tiene todo ciudadano de comparecer ante las instancias penales, cuando sea sujeto de una investigación".
[Fuente: El Espectador, Bogotá, 13abr16]
This document has been published on 26Jul16 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |