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17jun12
De eso tan bueno no dan tanto
Resulta obscena --por invasiva, burda y mentirosa-- la ofensiva publicitaria de la multinacional Pacific Rubiales Energy para vender la idea de que su inversión en la explotación de petróleo en Campo Rubiales, en Puerto Gaitán (Meta), ha convertido a la región en un paraíso donde la gente vive feliz, tiene empleo, educación, salud y un entorno donde proliferan especies de flora y fauna.
Una ofensiva cuyo valor superaría los $30.000 millones y que no se limita a la jugosa pauta en los medios, sino que incluye el patrocinio de eventos, como el torneo de golf en el que participaron el expresidente Clinton y el presidente Santos; el Festival de Verano en Puerto Gaitán, al que este año aportó más de $2.500 millones; el de alpinismo, Siete Cumbres, y el copatrocinio de la Selección Colombia por cerca de $8.000 millones, entre otros.
Semejante embate propagandístico deja mal sabor y oculta mal la intención de lavar su imagen, de silenciar verdades y realidades que enturbian su historia de éxito. Porque detrás del auge sin precedentes de la empresa que gestaron cuatro venezolanos sin futuro en la Venezuela de Chávez, hay conflictos laborales y contractuales, escándalos que comprometen a socios y varias investigaciones. Pacific ha estado en la mira de la DIAN por presuntas anomalías en el pago de impuestos, y de la Superintendencia de Sociedades, que le ha abierto ocho investigaciones por falta de claridad en la propiedad de las filiales de la empresa matriz (cuatro fueron archivadas y cuatro derivaron en una multa). También tiene problemas contractuales con Ecopetrol y un control de advertencia de la Contraloría, que encontró anomalías en las instalaciones del campo La Creciente (Sucre) y equipos inadecuados de muestreo en varias estaciones, lo cual afectaría la información sobre la producción de hidrocarburos y el cálculo de las regalías en detrimento de la Nación y de las regiones productoras.
Para rematar, ha sometido a un acoso judicial al periodista Héctor Mario Rodríguez, editor del portal de noticias económicas y de negocios PrimeraPágina.com, y quien en los últimos tres años ha tenido que enfrentar cuatro demandas: una por injuria y calumnia; dos por difamación ante cortes de Ontario y Miami, y la cuarta por pánico económico. Acusan al periodista de causar un bajonazo del 50% en el precio de las acciones de Alange el año pasado, situación que derivó en una demanda por US$50 millones contra sus directivos, entablada por inversionistas que se sintieron engañados porque compraron acciones con información falsa aportada por la propia compañía. Rodríguez, quien rindió indagatoria ante la Fiscalía hace una semana, sostiene que le quieren echar la culpa de los errores que cometieron los directivos de Alange y que les costaron la cabeza.
Pacific, que impúdicamente nos satura de publicidad engañosa y que persigue a periodistas que publican información que no le conviene, avanza como un pánzer, no sólo en el sector de los hidrocarburos. También en minería, en el campo de la energía y en la producción de caucho y palma de aceite. Pero lo más preocupante de todo es su decisión de entrar de lleno en los medios de comunicación, y no sólo con pauta, sino apropiándose de ellos. Algunos socios venezolanos ya son accionistas de Cablenoticias, y todo apunta a que, luego de fracasar en el intento de comprar El Tiempo (el presidente Santos habría hecho saber que no veía con buenos ojos esa operación), la multinacional se propone adquirir Caracol Radio, del Grupo Prisa. Si el negocio cuaja, que tiemblen los periodistas o, mejor, que compren bozales, porque a Pacific no le gusta que metan las narices en sus negocios.
[Fuente: Por María Elvira Samper, El Espectador, Bogotá, 17jun12]
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