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31jul08
En Colombia asesinan a otro integrante del grupo paramilitar de Macaco
El doble crimen del shopping Unicenter se constituyó en la punta del iceberg de una venganza entre mandos medios de un grupo paramilitar por adueñarse del control del negocio del narcotráfico. Ahora, la "guerra" se cobró otra víctima en la ciudad de Medellín.
Mientras, en la Argentina, los fiscales Jorge Apolo y Diego Grau avanzan en la investigación para tratar de dar con el sicario que mató a Héctor Edilson Duque Ceballos y a Jorge Alexander Quintero Gartner. Ahora saben que el killer disparó con dos pistolas calibre 40, un arma poco común en la Argentina. Por eso creen que el asesino puede ser un extranjero que contó con apoyo local.
Por su parte Julián Andrés Jiménez Jaramillo (el sobreviviente del ataque) sigue con custodia policial, aunque algunos investigadores sospechan que pudo haber actuado como entregador.
"El asesinato de 'Monoteto' (Duque Ceballos, ex mano derecha del jefe paramilitar Carlos Mario 'Macaco' Jiménez) en la Argentina, nos permitió inducir la existencia de una guerra interna entre quienes fueron antiguos mandos medios de las AUC -Autodefensas Unidas de Colombia- y que tras la desmovilización y extradición de sus jefes a los EE.UU. se creen con el derecho de seguir manejando el negocio del narcotráfico en Colombia. Lo que estamos viviendo es una verdadera guerra de poder entre mafiosos", dijo a Clarín una fuente policial colombiana.
"La muerte de 'Monoteto' nos dio indicios de que algo extraño pasaba dentro de los ex paramilitares. Ahora, el asesinato en Medellín de Antonio López, (alias 'Job' quien fue vocero político de las AUC) nos confirmó que se desató una guerra por el control de las drogas", añadió la misma fuente.
En tanto, el comandante de la Policía de Medellín, Dagoberto García, señaló que "Monoteto" y "Job" eran considerados lugartenientes de Jiménez y de Diego Fernando Murillo ("Don Berna"), respectivamente, dos de los 14 jefes paramilitares que el gobierno colombiano extraditó en mayo hacia Estados Unidos, por considerar que seguían operando pese a haber entregado las armas, en un proceso que concluyó en 2006.
Otro ex paramilitar, Nelson Vanoy -hermano de otro de los extraditados- fue asesinado hace dos semanas en una zona rural del departamento de Antioquia. Ese crimen se sumó al asesinato de siete personas -el 21 de julio- en el departamento de Córdoba, antiguo enclave de los escuadrones de ultraderecha.
"La explicación es simple: se están disputando las representaciones, los activos, las rutas y el control de las oficinas de cobro de extorsiones", aseguró Frank Peral, alto consejero presidencial para la Reintegración. El defensor del pueblo, Volmar Pérez se declaró extremadamente preocupado.
"Las luchas por el poder van a significar sangre. En estas estructuras, donde no hay unidad de criterio e interés ideológico-político, los liderazgos se gestan con balas", concluyó.
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 31jul08]
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