Equipo Nizkor - Van al monte y dicen no a la paz que sí quiere el país.

Desde las montañas que alguna vez albergaron al poderoso Bloque Oriental de las Farc, y que ahora le sirven para hacerse clandestino, alias Iván Márquez confirmó lo que por mucho tiempo se sospechó en el país: volvía a las armas como aquel 11 de octubre de 1987, cuando por orden de Jacobo Arenas, tomó el camino a Sumapaz y se fundió por 30 años en la selva.

Con el tono arrogante que siempre lo ha caracterizado anunció que "ha comenzado la segunda Marquetalia bajo el amparo que asiste a todos los pueblos del mundo a levantarse en armas contra la opresión. Es la continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado al Acuerdo de Paz de La Habana", y con voz desafiante avisó el nacimiento de una nueva Farc.

Ante esta nueva ofensiva anunciada por quien fue el jefe negociador de las Farc en la mesa de diálogos en Cuba, y que incluye una amenaza de extorsión a los comerciantes y empresarios del país "para financiar la rebelión", el presidente Iván Duque envió un mensaje de tranquilidad: "Los colombianos debemos tener claridad de que no estamos ante el nacimiento de una nueva guerrilla, sino frente a amenazas criminales de una banda de narcoterroristas".

Como parte del plan para perseguir a Márquez, Santrich, y "el Paisa", Duque ofreció una recompensa por cada uno de $3.000 millones, y ordenó "la conformación de una unidad especial para la persecución de estos criminales con capacidades reforzadas de inteligencia, investigación y movilidad en todo el territorio colombiano".

Se reconfigura el conflicto

El llamado a las armas de Iván Márquez y Jesús Santrich desde uno de los bastiones del antiguo Bloque Oriental, acompañados de otros excabecillas representativos de la antigua Farc como alias "Romaña" y alias "el Paisa", tiene una lectura en la reconfiguración del conflicto armado en esa zona.

El especialista del conflicto armado, Juan Carlos Ortega, considera que esta camada de comandantes reúne todas las características necesarias para encabezar una estructura armada ilegal.

"Este nuevo grupo tiene en Márquez y Santrich un ala política y de adoctrinamiento de masas para volver a llegarle a la gente, además, cuentan con el poder de convocar a aquellos que estuvieron bajo su mando y que piensan en retornar a las armas; con 'el Paisa' tienen el lado militar más radical, y cabe recordar que sobre él pesan varios de los ataques más cruentos en los años de conflicto; y con 'Romaña' tienen el ecónomo perfecto para conseguir los recursos necesarios para esta organización armada", dijo Ortega.

Aunque, como lo afirma Ortega, este grupo armado puede perfilarse fuerte pero en el territorio hay presencia de las disidencias manejadas por Gentil Duarte y John 40.

Estas estructuras no estarían prestas a ceder ni terreno ni el mando obtenido en el tiempo que Márquez estuvo bajo el Acuerdo, más cuando el narcotráfico les representa millonarias ganancias.

"La situación es que ahí no están ni Iván Mordisco ni Gentil Duarte ni John 40, entonces se habla de una resurrección de Farc que no tiene buenas relaciones con los que están metidos en los GAOR (grupos armados organizado residual)", expresó un agente de Inteligencia de la Policía a

Siempre hay disidentes

Después de todo proceso de negociación entre un Estado y un grupo armado ilegal, siempre quedan remanentes que no se acogen a lo acordado y vuelven a las armas.

Colombia no ha sido la excepción, y en experiencias pasadas en negociaciones con otros grupos, ha tenido que enfrentar los reductos. Sucedió tras los diálogos con el Epl, de los cuales nació la estructura "los Pelusos", y el Acuerdo de Paz con los bloques paramilitares, del cual nacieron las bandas criminales que se diseminaron por todo el territorio con el Clan del Golfo como el grupo ilegal más visible.

"Era previsible que en este proceso con las Farc se quedaran algunos frentes sin desmovilizar porque detrás estuvieron algunos negocios rentables para ellos como el narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión, que con el proceso de paz no se acabaron. Estos se quedaron como grupos armados ilegales, no como guerrilleros", explicó a Colprensa el analista de seguridad, Hugo Acero.

29ago19

Van al monte y dicen no a la paz que sí quiere el país

[Fuente: Por Javier Alexander Macías y Olga Patricia Rendón, El Colombiano, Medellín, 30ago19]

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