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01ago17
Los engranajes de la JEP
Entre la polvareda que levantó el presidente Juan Manuel Santos con el ajuste de su gabinete y la salida del comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, el Ejecutivo decidió aprovechar la oportunidad para radicar la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), la iniciativa más esperada por la opinión pública y, sin duda, la más importante para dejar marchando la implementación del Acuerdo de Paz con las Farc.
Se trata de un documento de 79 páginas en el que quedan expuestos los engranajes del Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. Es la letra menuda del contrato de cierre del conflicto armado colombiano, es decir, la filigrana de lo que será el juzgamiento de los casos más graves y representativos ocurridos en más de medio siglo de confrontación entre el Estado y la insurgencia. Aquí quedan claros los tiempos, las rutas y los desagües de quienes voluntariamente se presenten a la JEP o sean llamados por esta para saldar sus cuentas con la justicia y la historia.
El proyecto de ley estatutaria, que de alguna manera es una iniciativa que reglamenta los procedimientos de una entidad o sistema, fue radicado ayer por el Gobierno, a través de sus ministros del Interior, Justicia y Defensa. El Ejecutivo tendrá que seleccionar un coordinador ponente, parlamentario que tendrá que pertenecer a las comisiones primeras de Senado y Cámara. Y aproximadamente en una semana, el designado deberá rendir el informe de ponencia.
Inmediatamente después se iniciará el trámite del proyecto en el Congreso. Inicialmente se dará un debate en las comisiones primeras conjuntas. Una vez surtido ese trámite, una semana después, el texto entrará a debate en las plenarias de cada corporación, lo que podría ser incluso de manera simultánea. Lo que implica que, según el procedimiento especial legislativo o fast track, esta iniciativa podría ser evacuada por el Congreso en lo que queda de agosto. De forma tal que el proyecto sería ley para el mes de septiembre, cuando el comité seleccionador haya elegido a los magistrados de las salas y el tribunal de paz, así como los comisionados de la verdad y los directores de las unidades de investigación y de búsqueda de personas desaparecidas. Pero esto no implica que el debate en el Congreso será sencillo, con un Gobierno al que el sol ya le da en la espalda.
[Fuente: Por Alfredo Molano Jimeno y Santiago Martínez Hernández, El Espectador, Bogotá, 01ago17]
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