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23ago02
Uribe anuncia la incorporación de 15.000 campesinos a las fuerzas de seguridad a partir de diciembre.
El gobierno de Alvaro Uribe avanza a pasos acelerados en su decisión de involucrar a la sociedad en la lucha contra la guerrilla: ayer, anunció la incorporación de 15.000 campesinos a las fuerzas de seguridad, a partir de diciembre, que serán adiestrados y armados por el ejército.
Así, el presidente Uribe busca conformar su anunciada red de un millón de colaboradores civiles en la lucha contrainsurgente, pese a las críticas de distintas entidades humanitarias.
El Ministerio de Defensa, cuya titular es Martha Lucía Ramírez, anunció que unos 15.000 jóvenes campesinos de diferentes regiones del país ingresarán a las filas para prestar el servicio militar obligatorio, con la novedad de que éstos no serán trasladados de las poblaciones donde residen y dormirán en sus hogares. La decisión se tomó ante la falta de hombres en las fuerzas de seguridad, alrededor de 130.000 efectivos, frente a los 22.000 que tienen todas las organizaciones insurgentes.
El Comando de las Fuerzas Militares evaluó los pro y los contras de la medida y concluyó que esa es una solución transitoria al problema de inseguridad que viven muchas regiones aisladas del país.
Estos jóvenes, que portarán armamento y uniforme del Ejército, serán reclutados por las diferentes brigadas. Prestarán su servicio militar en el mismo municipio o corregimiento de origen y dormirán en sus casas. Los soldados podrán llevarse el fusil a su hogar y, de ser necesario, en caso de un ataque guerrillero responderán al fuego desde su vivienda. También recibirán un salario mensual, según lo confirmaron fuentes del ministerio de Defensa.
"Es preocupante que se siga armando el país, que esto se siga convirtiendo más en una guerra civil que otra cosa. Las condiciones de violencia han llevado a situaciones tan dramáticas como estas", dijo la directora de la ONG de derechos humanos Redepaz, Ana Teresa Bernal al diario El Espectador de Bogotá.
Según una fuente militar consultada por el diario El Tiempo, inicialmente se recibirán a todos los campesinos que quieran hacer parte de las filas, sin atender impedimentos físicos o personales, como se acostumbra en el reclutamiento normal.
"Sabemos que se presentarán muchachos infiltrados de la guerrilla, que no faltará el que una noche se emborrache y le dé por disparar, entre otros riesgos, pero hay que correrlos y estamos listos para afrontarlos", aseguró la fuente castrense.
Además, el Ministerio de Defensa evalúa cuáles serán esas primeras zonas en las que patrullarán los soldados campesinos, aunque se especula que será en unos 500 de los 1.098 municipios que hay en el país: "No es descabellado pensar que deben ser los municipios que han protagonizado la resistencia civil, y que han sido los más atacados y hostigados por la guerrilla", indicó otro alto oficial del Ejército consultado por el diario.
Estos nuevos militares, que recibirán un adiestramiento récord, estarán comandados por un teniente, que dependerá de la correspondiente brigada. En el caso de los oficiales que estarán a cargo de la nueva tropa, el Ejército tiene previsto un plan de contingencia que incluye la posibilidad de adelantar los ascensos de los cadetes de las promociones más nuevas.
El Ejército, además, inició un plan de reincorporación de oficiales que se retiraron del servicio por voluntad propia o circunstancias no graves y quieren su reintegro a las filas.
En la parte logística, se trabajará en jornada doble para fabricar los uniformes y botas que los militares requieren. De igual forma habrá una compra extraordinaria de armamento y equipos de campaña. Para tal efecto, se están cotizando con diferentes proveedores de Estados Unidos y Europa la adquisición de fusiles Galil, ametralladoras M-60, lanzagranadas de 40 milímetros y morteros.
El ministerio también estudia las últimas normas y reglamentaciones que tendrá este reclutamiento para que sea puesto en marcha el próximo mes.
"Estamos preparados para que este reclutamiento se tilde de ronda campesina o Convivir disfrazada, pero en realidad es un excelente proyecto para aumentar el pie de fuerza y garantizar la seguridad de los colombianos", concluyó la fuente del Ejército.
Las rondas campesinas fueron tristemente célebres en Perú durante los primeros años del fujimorismo para combatir a Sendero Luminoso y también en Guatemala durante la guerra civil que provocó millones de muertos y desplazados y que se cerró tras la firma de los acuerdos de paz, el 29 de diciembre de 1996 entre la guerrilla y el Estado. Esos grupos terminaron engrosando las filas de escuadrones paramilitares, sin control por parte del gobierno.
Lo mismo ocurrió con las cooperativas Convivir en Colombia, creadas por ley en el departamento de Antioquia en los años 80 y 90, cuando Alvaro Uribe era gobernador de la provincia más importante del país: fueron el caldo de cultivo para las organizaciones paramilitares, responsables de la mayoría de las violaciones a los derechos humanos en el país.
[Fuente: Diario Clarin, Bs As, Arg, 23ago02]
DDHH en Colombia
Este documento ha sido publicado el 24ago02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights