EQUIPO NIZKOR |
|
19jun05
A juicio ex directora de Fiscalías de Cúcuta por nexos con paramilitares.
‘Batichica’, ahora en líos por muerte de su esposo
Hasta el último trimestre de 2003, Ana María Flórez Silva era una de las funcionarias más destacadas de la Fiscalía General de la Nación. Es más, todo el mundo la relacionaba directamente por la amistad que unía a su padre, álvaro Flórez Bernal, con el fiscal Luis Camilo Osorio. Pero los tiempos cambiaron y la noche se le vino encima a la mujer que durante casi un año fue la jefa de fiscalías de Cúcuta.
Hoy, aparte de que huye de la justicia y de que fue llamada a juicio (el jueves pasado) por sus relaciones ilegales con los paramilitares de Norte de Santander y de entregarles a éstos información que sólo debía ser manejada por las autoridades, Ana María Flórez afronta nuevos líos jurídicos. Tan delicados, que los hechos por los que deberá comparecer en juicio ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia parecieran ser un simple juego o, mejor dicho, una metida de pata.
En efecto, a la jefa de la Unidad Nacional de Lavados de Activos y fiscal delegada ante la Corte Suprema, María Cristina Chirola, no le tembló la mano y mandó a investigar a Flórez por dos historias trágicas que desde hacía mucho rato sólo hacían parte de la memoria de los cucuteños. La primera es el asesinato del abogado Alfredo Flórez Ramírez, esposo de Ana María Flórez; y la segunda son las desapariciones de un funcionario del CTI de Cúcuta, Carlos Alberto Pinzón, y su novia Carolina Osma Claro.
Matan a su “maridito”
La historia delincuencial de Ana María Flórez Silva (que se sepa) empezó a llegar a los estrados judiciales el 12 de diciembre de 2003. Ese día, una fiscal de la Unidad de Derechos Humanos escuchó en indagatoria a Magally Yaneth Moreno, ex funcionaria de la Fiscalía de Cúcuta y mano derecha de Flórez Silva.
Moreno no dudó en afirmar que su jefa le había ordenado que se infiltrara entre los paramilitares de Norte de Santander. “Yo recibí órdenes de ella de infiltrarme en un grupo paramilitar y las estaba cumpliendo”, dijo. Como era de esperarse, las acusaciones de su otrora subalterna fueron negadas de tajo por Flórez. Primero lo hizo en una entrevista con El Espectador (7 de marzo de 2004) y días después ante la propia Fiscalía, que ante semejante escándalo, no tuvo otra alternativa que llamarla a indagatoria.
Y mientras avanzaban las investigaciones contra Ana María Flórez, Magally Moreno y un abogado llamado Alexi Rafael Sandoval (ya condenado luego de acogerse a sentencia anticipada), el país también empezó a conocer una serie de interceptaciones telefónicas en las que estas tres personas hablaban de sus fechorías y de sus relaciones con cuanto jefe paramilitar había en Norte de Santander.
Precisamente en una de esas interceptaciones (del 22 de septiembre de 2003), en la que hablan Alexi Rafael Sandoval y Magally Moreno, se hace referencia a un hecho que sucedería 14 días después: la muerte de Alfredo Flórez. “No, y es que también me contaron que de pronto era... porque necesita deshacerse del maridito”, le dijo Magally a su interlocutor en referencia directa a Ana María Flórez y a “su maridito” Alfredo Flórez.
Esta conversación y otras, así como algunos testimonios de personas que no dudaron en sostener que desde el mismo día en que fue asesinado Alfredo Flórez en toda Cúcuta se regó el cuento de que detrás del hecho estaba su esposa, llevaron a la fiscal María Cristina Chirola a compulsar copias para que se investigue si Ana María Flórez tuvo que ver algo en el asesinato de “su maridito”.
Como hecho curioso, además, algunos de los amigos paramilitares en el Catatumbo de Ana María Flórez terminaron salpicados en el asesinato de Alfredo Flórez. Así lo denunció en su momento Yonathan Sepúlveda, quien dijo haber participado en el crimen de Flórez.
Con nombre propio, Sepúlveda señaló a alias El Gato, quien tenía una relación amorosa con Magally Moreno, es decir, la mano derecha de Ana María Flórez, quien en Cúcuta se hizo conocida como La Batichica, porque a toda hora se le veía en un carro blindado, con un chaleco antibalas, revólver al cinto y con no menos de ocho escoltas.
¡Qué diálogo!
Dentro de las muchas conversaciones que las autoridades interceptaron a los ‘paras’ de Cúcuta, hay una que llama la atención. Es entre Magally Moreno y álvaro Flórez (padre de la hoy prófuga Ana María Flórez Silva), en la que éste le exige a su interlocutora que a como dé lugar debe conseguir los cheques, las cuentas en el exterior, el pasaporte y demás documentos importantes de su asesinado yerno, el abogado Alfredo Flórez Ramírez. La interceptación se produjo el 10 de octubre de 2003, es decir, cuatro días después del asesinato de Alfredo Flórez. Otro hecho para destacar dentro de la investigación es que las pesquisas se iniciaron en mayo de 2003, cuando se produjo la desaparición del investigador del CTI Carlos Alberto Pinzón y su novia. En ese momento, todo el que estaba en contra de los ‘paras’ en Norte de Santander pagaba con su vida. Por la desaparición de Pinzón también será investigada Ana María Flórez. Durante esa época aciaga para Cúcuta se calcula que fueron asesinadas unas 70 personas.
Resolución de acusación del jueves
En la providencia de llamamiento a juicio del pasado jueves, la Fiscalía sostiene que Ana María Flórez llevaba una especie de doble vida judicial. Por un lado, impartía justicia; por otro, estaba aliada con los paramilitares “a quienes debía perseguir”. En esa connivencia, les entregaba información a los delincuentes sobre los expedientes que tenía a su cargo.
Así lo confirmaron varios fiscales de Cúcuta, quienes sostuvieron que Magally Moreno —la mano derecha de Ana María Flórez— hacía lo que le daba la gana con los procesos que tenían a su cargo. Ella siempre decía que tenía autorización de su jefa. Para la Fiscalía, finalmente, no tiene asidero la defensa de Ana María Flórez, en el sentido de que si alguna vez tuvo acercamientos con paramilitares, fue por físico miedo.
[Fuente: El Espectador, Redacción Judicial, Bogotá, Col, 19jun05]
This document has been published on 15ago05 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |