EQUIPO NIZKOR |
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10dic03
Aprueban una nueva ley de excepción el día de los Derechos Humanos.
No deja de ser una ironía que el Estatuto Antiterrorista fuera aprobado por el congreso de Colombia el mismo día y a la misma hora en que la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos celebrara el día internacional consagrado al aniversario de la Declaración de 1948.
Mientras en el congreso los senadores le daban el octavo y último debate a la iniciativa del gobierno en contravía de las recomendaciones, en el Museo Nacional el señor Michael Fruhling advertía que "no hay una vida pacífica allí donde las personas carecen de protección contra las injerencias ilegales o arbitrarias en su vida privada, su domicilio o su correspondencia, o allí donde la libertad de expresión se ve condicionada por la censura o la autocensura".
Mientras el Senado votaba las funciones de policía judicial a la fuerza pública, el señor Fruhling inisitía que " no hay vida libre allí donde las personas pueden ser privadas de la libertad por meras sospechas, o allí donde la tarea de los defensores de los derechos humanos se ve obstaculizada por la intolerancia y la intimidación"
Y como una premoción, en el acto de los derechos humanos se hizo énfasis en que "frente a ciertas recomendaciones de índole internacional cabe recordar que la propia Corte Constitucional colombiana reconoce una fuerza especial a la interpretación que de los tratatos de derechos humanos hacen los órganos e instrumentos a cuyo cargo está proteger y promover esos derechos"
Así que las recomendaciones de Naciones Unidas en temas de derechos humanos no son consejos o insinuiaciones que se pueden acatar o no por parte del gobierno, son mandatos que se sustentan en tratados internacionales que tienen que ser cumplidos por un Estado que se dice social y de derecho.
Sin embargo, el gobierno y el Congreso, aduciendo una supuesta soberanía, decidieron crear este estatuto que se convierte en un instrumento para restringir las libertades y crea un espacio favorable para la agudización de la crisis de derechos humanos en Colombia.
Derrotar el terrorismo o cualquier manifestación de violencia contra la población civil en medio del conflicto es una tarea que se sustenta en la democracia y los derechos humanos, en la inversión social y en la justicia. Nuncia ha sido buen augurio enfrentar la arbitrariedad con arbitrariedad.
Bogotá, 10 de diciembre de 2003
CODHES.
Este
documento ha sido publicado el 15dic03 por el Equipo
Nizkor y Derechos Human
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