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03may09


La ex directora del DAS, María del Pilar Hurtado, habla por primera vez sobre el escándalo del DAS


SEMANA: Comencemos por la pregunta que todo el mundo se está haciendo ¿Quién es el Montesinos de este escándalo?

MARÍA DEL PILAR HURTADO: Esa expresión es malévola porque parte de la premisa de que si hay un Montesinos, tiene que haber un Fujimori. Y eso no es así. Se lo puedo asegurar yo, que he trabajado con el presidente Uribe. En este caso no se pueden hacer simplificaciones de esa naturaleza. La cosa es más complicada.

SEMANA: Si usted lo dice, hay que creerle, porque usted se encuentra en la actualidad en una situación bastante complicada.

M.P.H.: Me parece bien que usted toque este punto. Comencemos por hablar de mi situación. Hasta donde yo he podido enterarme, el 80 por ciento de todas las irregularidades mencionadas en los medios, en lo que ustedes consideran este escándalo, se refiere a la época de Jorge Noguera. Entonces, independientemente de qué se pruebe eventualmente como verdad o mentira, lo que me corresponde a mí es sólo el 20 por ciento, y daré las explicaciones cuando me las pidan las autoridades que adelantan las investigaciones. En eso estoy muy tranquila.

SEMANA: El hecho es que todos los ojos están puestos en usted y usted hasta ahora no había abierto la boca, ¿por qué?

M.P.H.: Estaba esperando ser vinculada a un proceso, hoy ya he sido notificada por la Procuraduría, y me parecía un acto de respeto con las autoridades esperar una notificación oficial. Sin embargo, ha sido muy duro porque mientras yo permanecía callada, se filtraban informaciones injustas a los medios, que me estaban haciendo daño. Es como un 'teléfono roto', porque al transmitirse la información se deforma la versión final y uno se siente impotente para contrarrestar esa bola de nieve. Se afirma y se dan por ciertas muchas cosas gratuitas. Estoy muy sorprendida del desfase que hay entre la realidad y las cosas que se comentan y me parece oportuno aclararlas desde el inicio.

SEMANA: ¿Cuál es la diferencia entre lo que se comenta y lo que usted vivió?

M.P.H.: Son tantas, que no sé por dónde empezar. Pero voy a comenzar por aclararles lo que yo considero que es mi responsabilidad directa.

SEMANA: ¿En lo que se refiere al tema del espionaje?

M.P.H.: Esa es una palabra que usan ustedes los periodistas. Para evitar sugestiones con esa palabra, le precisaría que una de las funciones constitucionales del DAS es la actividad de inteligencia y yo veo las cosas como una servidora pública que actúa dentro del marco de la ley.

SEMANA: Todo eso suena muy patriótico, pero usted está acusada de mentir a la Corte y a la Procuraduría en dos ocasiones.

M.P.H.: Todavía no estoy acusada. Pero lo cierto es que yo no le he mentido ni a la Procuraduría ni a la Corte. Le voy a explicar dos casos a los que se podría estar refiriendo esa noticia. En una primera ocasión solicité en el interior del DAS certificaciones ante las inquietudes planteadas públicamente por el presidente de la Corte Suprema de Justicia, quien se quejó sobre unos supuestos seguimientos; como directora del DAS, por iniciativa propia, ordené a los respectivos jefes de las dependencias del DAS que me informaran por escrito si Inteligencia o Policía Judicial estaba haciendo esos seguimientos. Con base en las certificaciones escritas expedidas por el director de Inteligencia y por la directora general operativa, le dirigí una carta al presidente de la Corte en donde le repetía lo que me habían afirmado formalmente mis subalternos. Al mismo tiempo le pedía a la Procuraduría y a la Fiscalía que se investigaran las denuncias al presidente de la Corte.

En la segunda ocasión, y ante un requerimiento de la Procuraduría, utilicé el mismo procedimiento, es decir, certificación de la mismas personas y lo que hice fue informar esto a la Procuraduría.

SEMANA: Entonces ¿por qué está acusada de mentir?

M.P.H.: Obedece a una confusión. Aparecieron unos expedientes que nada tienen que ver conmigo y se ha generado la idea de que yo sabía que existían y los negué cuando me preguntaron. Si de verdad existen, me enteré por la prensa.

SEMANA: Entonces, según usted, ¿nunca investigó a un magistrado? La razón por la cual la acusan de mentir es que se afirma que hay pruebas de que usted ordenó investigaciones.

M.P.H.: Sobre este asunto quiero ser muy concreta. Por mis manos sólo pasó una información de un magistrado de la Corte y llegó indirectamente por la investigación a una persona que supuestamente tenía nexos con el narcotráfico.

SEMANA: Denos los nombres.

M.P.H.: Hay uno que no les puedo dar porque es información que sólo entregaré a las autoridades, el del magistrado. Lo que sí puedo aclararles es que se relacionaba con unas averiguaciones que se hicieron sobre el señor Ascencio Reyes, quien en un momento dado tuvo una relación comercial con una persona que fue extraditada. Me tomo la libertad de dar esos nombres porque es de conocimiento público y ese caso fue archivado por la Fiscalía.

SEMANA: Entonces, ¿la investigación no tiene nada que ver directamente con la Corte, sino simplemente con un personaje con posibles nexos con el narcotráfico?

M.P.H.: Sí. A mí me citaron en Palacio para decirme que había una preocupación por informaciones de que la Corte era un objetivo del narcotráfico y la Fiscalía un objetivo de los paramilitares, y se pensaba que existía el riesgo de que se estuviera tratando de infiltrar en esas dos instituciones. El único nombre que me dieron fue el del señor Ascencio Reyes, quien era un personaje que se movía como pez en el agua en los círculos judiciales del país. No sé si ustedes se acuerdan, ese fue el famoso señor que denunciaron por hacerle un homenaje a la Corte en pleno, en Neiva, pagando todos los gastos. Por cuenta de esos episodios en la Casa de Nariño aumentó la preocupación.

SEMANA: Usted se refiere a la Casa de Nariño, pero eso no soluciona el gran interrogante, ¿quién en la Casa de Nariño?

M.P.H.: Lo primero que hay que dejar claro es que no fue el Presidente. La persona que me citó a mí para plantearme estas inquietudes fue Bernardo Moreno, el secretario general.

SEMANA: ¿Y a usted no le parecía exótico, o no tuvo algún tipo de reserva?

M.P.H.: No tiene nada de exótico. Es algo muy normal. Es obvio que instituciones democráticas, como la Corte o la Fiscalía, tengan amenazas latentes, y el DAS debe recoger información para establecer si esas amenazas se traducen en acciones de la delincuencia. Esa es la función esencial del DAS, averiguar asuntos de inteligencia como este, que tengan que ver con la seguridad nacional. A mí en Palacio no me dijeron que fuera a espiar a nadie, simplemente me plantearon la necesidad de verificar la relación entre el narcotráfico y la Corte Suprema de Justicia, una preocupación que en ese momento me pareció legítima.

SEMANA: Entonces, ¿usted investigando al señor Reyes llegó a establecer una conexión por un lado con un narcotraficante y por otro lado con un magistrado?

M.P.H.: Sí, pero nunca se cruzaron. No hubo ninguna prueba que el magistrado tenía que ver con el narcotráfico, ni tampoco Ascencio Reyes, quien llegó a ser socio en una propiedad con el extraditado..

SEMANA: Y si la cosa es tan sencilla , ¿por qué el Fiscal dice que todos los magistrados de la Corte fueron seguidos y 'chuzados'?

M.P.H.: Reitero lo que dije anteriormente. Yo sólo conocí del caso que acabo de mencionar, en el que no hubo 'chuzadas'. Nada tuve que ver con las supuestas investigaciones de otros magistrados, porque para mí siguen siendo supuestas.

SEMANA: Pero entonces, usted no lee la prensa. Está totalmente documentado y probado por la Fiscalía que los otros magistrados también fueron objeto de investigaciones financieras, 'chuzadas' y seguimientos.

M.P.H.: Ese 'también' puede crear el malentendido de que en el caso que yo manejé del magistrado y de Ascencio Reyes hubo seguimientos y 'chuzadas'. Ya dije que no las hubo. Lo único que se hizo fue verificación de bases de datos. Y estas son muchas. Por ejemplo, las bases del DAS, con información de inteligencia, movimientos migratorios, antecedes judiciales; las de las Superintendencias, etcétera. Además, la Unidad de Análisis Financiero (Uiaf) también nos mandó alguna información.

SEMANA: ¿Y usted nunca ordenó interceptar el teléfono de ese magistrado?

M.P.H.: No. Y no sólo no lo intercepté a él, sino que nunca en todo el tiempo que estuve en el DAS ordené interceptar el teléfono de absolutamente nadie.

SEMANA: Pero eso no significa que el DAS no haya interceptado porque eso está demostrado.

M.P.H.: Yo respondo en lo que se refiere a mí, y en eso me reitero. Pero aprovecho para aclararles que ustedes tienen una confusión con respecto al concepto de inteligencia en términos generales. Ese concepto está satanizado en la actualidad y en realidad, todos los Estados del mundo lo requieren y lo importante es que se utilice en forma correcta.

SEMANA: ¿Qué considera usted que sea forma correcta?

M.P.H.: En primer lugar, no hay que confundir las funciones de inteligencia de Estado con investigación criminal. La investigación criminal corresponde a la Fiscalía y, por ley, el DAS le ayuda. En cambio, la función de inteligencia de Estado le corresponde al gobierno y tiene como fin obtener información para poder proteger las instituciones democráticas. Por ejemplo, sin la función de inteligencia no habría sido posible la ejecución de la Operación Jaque.

SEMANA: ¿Y qué tiene que ver eso con la pregunta de las 'chuzadas'?

M.P.H.: Que una cosa es que yo nunca haya ordenado una 'chuzada', y otra cosa es que dentro de las actividades de Policía Judicial puede haber interceptaciones legales hechas por el DAS. Sólo se pueden hacer por autorización de la Fiscalía.

SEMANA: Y siendo usted la directora, ¿nunca pasó por sus manos una sola interceptación?

M.P.H.: La interceptaciones judiciales van directamente del Fiscal a la Policía Judicial. La responsabilidad de los directores de esas Policías Judiciales, DAS, CTI y Policía Nacional, es de velar porque ese procedimiento se cumpla, hacer controles y, sobre todo, velar porque la información sea debidamente asegurada. Los resultados de esas interceptaciones se reportan al fiscal responsable del caso.

SEMANA: Pero usted, como directora del DAS, ¿podía estar informada?

M.P.H.: Sí, es cierto. Pero estar informado no tiene nada que ver con ordenar.

SEMANA: ¿Estuvo usted alguna vez informada de una interceptación a un magistrado?

M.P.H.: No.

SEMANA: Aceptemos su versión, entonces, ¿cuál sería, según usted, la explicación de que los otros magistrados fueran objeto de interceptaciones y seguimientos, como afirma la Fiscalía? ¿Ovejas negras dentro del DAS?

M.P.H.: Voy a reconocer que he leído en la prensa unas cosas que me parecen aterradoras. Si es verdad que sucedieron, me parecería gravísimo. Pero no conozco los detalles de esa información y no quiero especular sobre el tema.

SEMANA: Usted al comienzo de esta entrevista pasó muy por encima de unas reuniones en la Casa de Nariño con el secretario general, pero existen registros de más de una reunión, ¿cuántas fueron las suyas?

M.P.H.: Obviamente, como directora del DAS, sostuve múltiples reuniones con el secretario general. Sobre el tema específico que les interesa a ustedes, yo recuerdo unas tres. Además, les voy a aclarar que una de esas reuniones ocurrió por cuenta de la revista SEMANA, cuando ustedes denunciaron los supuestos nexos de Ascencio Reyes con la Corte.

SEMANA: ¿Qué llama usted reuniones sobre este tema? ¿Qué se discutía con Bernardo Moreno?

M.P.H.: Como les dije anteriormente, había una preocupación de una posible infiltración del narcotráfico en la Corte. Yo le comenté lo que habíamos avanzado en la investigación de Ascencio Reyes. La única pieza que había era el señor Ascencio Reyes, entonces yo le informé lo que habíamos encontrado sobre ese señor, a lo que ya hice referencia.

SEMANA: El señor Fernando Tabares le dijo a la Fiscalía que en una ocasión estuvo en la oficina del doctor Bernardo Moreno para discutir asuntos de inteligencia acompañado del director de Contrainteligencia, Jorge Lagos, por instrucción suya. ¿Es verdad?

M.P.H.: Sí, pero eso no tiene ningún misterio. Está dentro de las funciones de ambos.

SEMANA: Sin embargo, el doctor Moreno ha dicho que no se acuerda mucho de esa reunión y que no conoce a Lagos.

M.P.H.: Tal vez Bernardo no se acuerda, pero los dos estuvieron en su oficina.

SEMANA: Pero nos hemos saltado muchos temas. Se reveló la semana pasada que hubo seguimientos e interceptaciones al ex presidente Gaviria, a Francisco Santos, a Andrés Peñate, a varias ONG, a Rafael Pardo, al general Naranjo.

M.P.H.: No tengo conocimiento de ninguna de esas cosas, y creo que si tuvieron lugar, no fue por orden mía y estoy segura de que tampoco de Andrés Peñate.

SEMANA: ¿Se siente usted un chivo expiatorio?

M.P.H.: No. Yo entiendo que hay un escándalo y me parece normal que se quiera establecer la verdad. A mí me interesa más que a nadie saber cuánto de todo esto es político, cuánto es de los medios y cuánto es real.

[Fuente: Revista Semana, Bogotá, 03may09]

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