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30may11
María del Pilar Hurtado, una huésped incómoda en Panamá
Por estos días es quizá la mujer más buscada de Colombia. Su nombre aparece en los noticieros constantemente y su foto no deja de tener un espacio en la portada de los diarios. Está acusada de, al menos, tres delitos en su país por haber liderado una red de espionaje que violó las comunicaciones a magistrados de la Corte, periodistas y políticos opositores al gobierno del expresidente Álvaro Uribe, donde se desempeñó como directora del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
María del Pilar Hurtado, quien desde noviembre pasado goza de asilo territorial en el país, tiene una vida apacible, anónima y tranquila en suelo panameño.
Se mueve como pez en el agua por las calles capitalinas, centros comerciales y centros educativos, con la certeza de ser una persona libre, así como lo hacen también el expresidente guatemalteco Jorge Serrano, el exmandatario ecuatoriano Abdalá Bucaram y el exgeneral golpista haitiano Raoul Cedras, tripleta que está asilada en Panamá desde hace varios años.
Personas cercanas a su entorno relataron a este diario que ella vive en un edificio modesto ubicado en una zona de clase media de la capital, en un área céntrica.
En ocasiones se la ve acompañada de un hombre de unos 50 años, con “pinta de colombiano”.
No tiene vehículo propio, por lo que se moviliza en taxi y suele caminar largas distancias sola o en compañía del hombre descrito anteriormente. Tampoco está custodiada por personal del Servicio de Protección Institucional, como han afirmado grupos adversarios al presidente, Ricardo Martinelli, quien ha defendido a capa y espada su asilo, hasta el punto de decir que “Hurtado se queda en Panamá”, cuando es requerida por la justicia de Colombia.
En la Latina
Otra fuente muy cercana a la exjefa del DAS aseguró a este diario que podría estar vinculada con el sector portuario del país. Especificó que el pasado miércoles 25 de mayo asistió en horas de la noche al ciclo de conferencias que se llevaron a cabo en el marco del Encuentro Logístico Internacional que organizó la Universidad Latina, la Autoridad Marítima de Panamá y la Zona Libre de Colón (ZLC).
Al auditorio de esta universidad donde se desarrollaron las conferencias, Hurtado llegó sola y puntual. A las 6:00 de la tarde. Escuchó atentamente a los panelistas que expusieron sobre abanderamiento de naves, seguridad portuaria y los beneficios de la ZLC; y a las 9:30 p.m., cuando terminó el evento, la mujer volvió sola y en taxi a su casa.
“En el evento se le vio hablando cordialmente con un hombre y una mujer joven, con los que incluso compartió un café”, dijo la fuente.
A principios de año, el político venezolano José Vicente Rangel dijo que Hurtado tenía un negocio relacionado con seguridad portuaria aquí en Panamá.
De ‘shopping’
La misma fuente dijo que otro de los sitios que suele frecuentar Hurtado es el centro comercial Multicentro, ubicado en Paitilla. Allí visita tiendas por departamento y ocasionalmente asiste al cine. También saca tiempo para ir a un centro de belleza cercano al lugar donde vive, y suele hacer las compras domésticas en un supermercado ubicado en el centro comercial El Dorado.
Mientras disfruta de los días tropicales panameños, sus víctimas no dejan de pedirle que regrese a Colombia a enfrentar la justicia. El periodista de investigación Hollman Morris es uno de ellos: “Nosotros tenemos claro que los delitos que usted cometió, doctora María del Pilar, no eran en beneficio suyo, eran en beneficio de su jefe directo. Usted está a tiempo de decir la verdad, de confesar y de regresar a Colombia. Su familia, el país, se lo van a agradecer, usted está a tiempo... No puede seguir llevándose el agua sucia de unas faltas y una presión que ejercieron contra usted”, dijo a este diario.
Sin peleas
Ahora que la justicia colombiana ordenó su captura, el proceso podría tomar dos caminos. El primero es que la Interpol emita una circular requiriéndola, la que solo se haría efectiva si ella sale de territorio panameño, pero ya Martinelli ha dicho en más de dos oportunidades que no tiene intención de revocarle el asilo.
La otra opción es que Colombia la pida en extradición, pero ya la Cancillería de ese país, a cargo de María Ángela Holguín, funcionaria que ocupó altos cargos en los gobiernos de Álvaro Uribe, dijo que no se va pelear con Panamá por ese tema.
Mientras que en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá dijeron que no han recibido ninguna comunicación del vecino país al respecto.
Por lo pronto, la justicia colombiana tendrá que seguir con la búsqueda de otras piezas importantes para armar el rompecabezas que dé con el responsable de la trama de los pinchazos telefónicos; pues la ficha principal vive plácidamente en Panamá. Y, según Martinelli, aquí se queda.
Panamá por cárcel
Justo el pasado sábado, el periodista colombiano Daniel Coronell publicó un artículo titulado Panamá por cárcel que hace referencia a la vida que ha dejado Hurtado en Colombia, y la que le espera en Panamá.
“Quizás ahora la exdirectora del DAS empiece a percatarse del contraste entre la vida que lleva y la que se dan quienes pelechan gracias a su silencio”, anota.
Coronell, quien es vicepresidente de la cadena de noticias Univisión, dice en su escrito que Hurtado dejó de ser la promisoria abogada que escaló importantes peldaños de la vida pública y ahora solo queda el recuerdo. Ahora es una fugitiva. El periodista analiza la decisión del gobierno de Ricardo Martinelli de no extraditarla. En su artículo, Coronell comenta, haciendo referencia a Panamá, que ya hay voces internas que preguntan si una administración –con tantos asuntos por resolver– debe pagar el costo de mantener un asilo territorial por un tema que nada tiene que ver con delitos políticos. “No han encontrado un solo respaldo en la comunidad internacional a la decisión de asilo”. María del Pilar, pieza minúscula en un tablero de grandes intereses, podría perder su cuestionado amparo en un abrir y cerrar de ojos, concluye Coronell.
Los pecados de María del Pilar Hurtado
El pasado martes 24 de mayo, un juez colombiano ordenó la captura de la exjefa de inteligencia colombiana, que está asilada en Panamá, María del Pilar Hurtado, y ordenó su captura por los delitos de concierto para delinquir, peculado y falsedad en documento público.
Todo a raíz de haber comprobado su participación en una red de espionaje que afectó a magistrados de la Corte Suprema de Justicia, periodistas y opositores al gobierno del expresidente Álvaro Uribe, donde está fungió como directora del Departamento Administrativo de Seguridad.
Ese mismo día, Luis Fernando Ramírez, juez de la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá, negó la detención del exsecretario general de la presidencia Bernardo Moreno, a quien también se le investiga por este caso, alegando que no era un peligro para la sociedad. Sobre Hurtado dijo: “la medida de aseguramiento resulta necesaria ante su ausencia, al haberse acogido al asilo en un país extranjero, que a la vez demuestra su facilidad para abandonar el país”.
La Fiscalía General de Colombia había manifestado días atrás que Hurtado participó en “un complot contra la Corte, desde la Casa de Nariño [Presidencia de Colombia]”.
‘Yo no hablo con los medios’: Hurtado
La exjefa de inteligencia colombiana María del Pilar Hurtado, asilada en Panamá desde noviembre pasado y a quien la justicia de su país le sigue un proceso por espionaje contra magistrados, periodistas y políticos, se negó a hablar de su caso en momentos en que un juez colombiano ordenó su captura.
“No señora, le agradezco mucho pero yo no hablo con los medios de comunicación, ... no me insista, no hablo de mi caso”, dijo la exdirectora del Departamento Administrativo de Seguridad al ser abordada por este diario sobre el tema.
Es la primera vez que un medio de comunicación tiene acceso a Hurtado luego de que en noviembre pasado el presidente, Ricardo Martinelli, le otorgara el polémico asilo que levantó críticas en Colombia y Panamá.
Fuentes ligadas a su entorno dijeron que la colombiana tiene una vida apasible, anónima y tranquila en suelo panameño. Se mueve como pez en el agua por calles capitalinas, centros comerciales e incluso asiste a conferencias. Hasta el momento no goza de protección gubernamental como se había especulado.
[Fuente: Diario Panorama, Panamá, 30may11]
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