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07may11
DAS ofreció excusas públicas
Entre el 15 y el 18 de marzo de 1994 fueron secuestrados Julio Édgar Galvis Quimbay, Rafael Enan Lora Mendoza y Aidé Malaver Salamanca. Sus cadáveres fueron hallados el 21 de ese mes en una vía que conecta a los municipios de Facatativá y La Mesa (Cundinamarca). Tenían signos de "violencia extrema", amordazados y atados de pies y manos. Presentaban señales de ahorcamiento y múltiples impactos de armas de fuego.
Una sentencia del Consejo de Estado, del pasado 21 de febrero, ordenó al Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) realizar un desagravio para con las familias de estas personas, pues se comprobó que agentes de la institución fueron los responsables del crimen. Este acto se cumplió el pasado jueves en el Archivo Histórico de la Nación.
Alirio Uribe, abogado del Colectivo José Alvear Restrepo, asumió el caso. Él reconoció la importancia de las excusas públicas y de las condenas proferidas. "Obviamente hay un problema, porque hay muchos familiares que se quedaron sin reparación, pero digamos que esta medida de satisfacción es muy importante", dijo.
Las dos condenas proferidas dentro del caso fueron de 50 años de prisión contra Germán Cuéllar Manrique, jefe de turno de seguridad del DAS. La otra (cuya extensión no fue mencionada en el informe), para un agente de la misma entidad de seguridad llamado Martín Sierra.
Las familias se pronuncian
Los familiares de Galvis Quimbay no se presentaron, por considerar que hay falta de garantías para ellos.
Para Aurora Malaver, hermana de Aidé, esta ceremonia significa la oportunidad de que un hecho atroz como este no se vuelva a repetir y "que las instituciones tengan claro que fueron creadas para proteger la vida y derechos de todos los ciudadanos sin importar raza, credo o posición política y no para hacer justicia de manera selectiva y por mano propia", señaló al hacer memoria de su hermana.
Jesús Lora recordó a su familia de médicos y manifestó su sentir frente al caso.
"Me hubiera gustado que la sentencia hubiese ordenado que el director del DAS de la época estuviera aquí. De pronto, verlo a los ojos, pero sin rencores. Solo decir que mi hermano era 10 años mayor y que me hubiera gustado compartir con él 10 años más", señaló.
Agregó que "este es un principio y de parte de mi familia agradezco, más que la sanción penal, este acto".
[Fuente: El Colombiano, Colprensa, Bogotá, 07may11]
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