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24jul10


Las magras pruebas de Colombia ante la OEA


Antes de que empezara la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA agendada para éste jueves 22 de julio, se respiraba un ambiente tenso en el Salón Libertador Simón Bolívar, en Washington DC. Aunque la reunión estaba pactada para las 10:30 am, desde muy temprano la sala estuvo llena de periodistas de diversos medios, personal de la OEA y equipos de las misiones permanentes.

La sesión inició a la hora en punto: se le daba la palabra a la Misión Permanente de Colombia en la OEA para "considerar el tema de la presencia de grupos narcoterroristas en territorio venezolano, que afecta la seguridad nacional de Colombia". El asunto era muy atractivo porque se mostrarían pruebas "contundentes" sobre la presencia de las FARC en Venezuela o peor aún, de cómo el gobierno venezolano apoya el terrorismo.

La sesión se prolongó sin pausa hasta más allá de las dos de la tarde. Hubo tiempo para anunciar durante la Sesión, que el presidente venezolano Hugo Chávez rompía las relaciones diplomáticas con Colombia. A nadie le causó sorpresa. Y aunque la intervención del Embajador de Colombia ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos fue escuchada con ansia a la espera de aquellas pruebas "contundentes", el ambiente en el salón se desinfló mucho. No hubo ni expresiones de sorpresa, ni bocas abiertas o cejas enconadas cuando se mostraron las diapositivas con las fotos y videos. La desazón fue quizá porque el contenido de las fotos no demostraba nada nuevo: que los guerrilleros de las FARC hacen comilonas, que asan cerdos, que se sientan a fumar puros, que visten camisetas del Che Guevara, que se ríen mientras hablan. Los vídeos fueron mostrados sin audio, según Hoyos, para respetar la investigación judicial del caso. Fueron precisos con las coordenadas geográficas de los campamentos, e insistieron con los mapas y la descripción precisa de la zona en cuestión.

Una vez expuestas las "pruebas", vino la intervención de Roy Chaderton Matos, Embajador de Venezuela ante la OEA, quien empezó diciendo: "La montaña parió un ratoncito. Aquí no hay ninguna evidencia. Son fotos tomadas no sé dónde. (…) En Venezuela decimos ante una mentira evidente: Ahora cuéntenme una de vaqueros".

La sorpresa real estaría en realidad, a punto de llegar: Ningún país, de los 33 miembros activos, apoyó a Colombia en su solicitud de constituir una comisión internacional para que viaje a las coordenadas suministradas y revise el sitio. Venezuela se negó a dar el permiso, como era de esperarse. Lo que no era de esperarse era que ningún embajador criticara ésta actitud, la mencionara en su discurso, o insistiera en la necesidad de conformar esa comisión internacional. Colombia recibió el apoyo de 22 países, con el único fin de establecer el diálogo con Venezuela y la cooperación entre ambos gobiernos. Un pedido sin piso, teniendo en cuenta la ruptura de las relaciones diplomáticas anunciadas durante la sesión. Bolivia fue el único país en apoyar públicamente el argumento de Venezuela. No se sabe que postura hubiera tenido Ecuador, quien no tuvo representante hoy en el Consejo, después de que el Embajador de la Misión permanente, Francisco Proaño, presentara su carta de renuncia pocas horas antes de la sesión.

Quienes critican la posición de Colombia y su pedido ante la OEA, hablan sólo de un "circo mediático" generado por el presidente Uribe. También recalcan la falta de apoyo en la región y su escaso resultado positivo. Por su parte, el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, resumió en su intervención lo dicho ya todo el día: "Hacemos un llamado al diálogo. Más que eso, no podemos hacer".

Quienes conocen el mundo de la diplomacia saben que ésta respuesta era de esperarse. El Consejo Permanente de la OEA tiene como función "velar por el mantenimiento de las relaciones de amistad entre los Estados miembros". Fin. Su función no es intervenir, ni tampoco resolver ya que no es un ente judicial y no tiene ningún tipo de poder que le permita obligar a un país miembro a respetar el derecho internacional. La función de la OEA es simplemente diplomática. Para mediar, el estatuto de la OEA requiere que el 100% de las partes esté de acuerdo con el arbitraje, hecho que no se presenta en ésta oportunidad.

La Sesión Extraordinaria pedida por Colombia, basó toda su posición en la credibilidad de las pruebas. Pero el material expuesto, deja muchas inquietudes. Si bien las fotografías presentadas pueden ser interpretadas como prueba de que las FARC están en Venezuela, Colombia acusa al gobierno de Hugo Chávez de permitir que las FARC operen desde territorio venezolano. De ésto último no hay pruebas. En ninguna de las fotos, o videos se relacionan a los guerrilleros con la policía o el ejército venezolano, o algún miembro del gobierno de Chávez. Afirmar que la sola presencia de las FARC en territorio venezolano es prueba de que el gobierno vecino es un cooperante de las FARC y el ELN es un argumento débil. Hace muchos años que es de conocimiento público que la guerrilla ha surcado las fronteras con Ecuador y Venezuela, para colonizar nuevos territorios en su emancipación.

A propósito del tema, la Embajada de Venezuela en Estados Unidos, hizo entrega de un documento de 4 páginas titulado: "Las Falsas acusaciones del Gobierno de Uribe en contra de Venezuela". Léase bien: Gobierno de Uribe. No de Colombia. Según el documento, Uribe ha denunciado a Venezuela ante la OEA para garantizar la firma del TLC con Estados Unidos. El documento explica que Barack Obama necesita distraer al Congreso norteamericano, (quien tiene la última palabra para su aprobación) de los problemas en Derechos Humanos que tiene el país, asegurando que el TLC frenaría la potencial amenaza que representaría Venezuela en la región.

Se crea o no en las afirmaciones de la embajada de Venezuela en Washington DC, el hecho es que Colombia no logró vender adecuadamente su tesis. Se mezclaron dos argumentos muy parecidos pero que tienen implicaciones diametralmente opuestas: Uno: que las FARC opera desde Venezuela y posee campamentos en el país vecino. Dos: que el gobierno venezolano, conoce ésta conducta, la aprueba y la protege. Para el primero, sobran evidencias. Evidencias que brillaron por su ausencia para el segundo argumento, sin duda el más importante y el motivo por el cual Colombia pidió la Sesión Extraordinaria en la OEA. El único resultado visible, fue la consecuente ruptura de relaciones con el vecino país.

[Fuente: Por Carolina Osorio Duque, La Silla Vacía, Bogota, 24jul10]

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