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20jun11


El Cauca y una dura historia de guerra


La presión militar al narcotráfico, a las minas ilegales y a los cultivos ilícitos son el detonante de una lucha que parece no tener fin.

Mientras la Policía despejaba el área, el carro bomba explotó. Fue en la noche del sábado, metros antes de llegar al sector conocido como el puente de las Garzas, en Popayán (Cauca). El vehículo, cargado con 70 kilos de explosivos R1, lo detectó la Policía en un retén en la vía que conduce de la capital del Cauca al municipio de El Tambo. El carro lo conducía Édinson Rengifo Peña, natural de Planadas (Tolima), quien fue detenido. Tras la explosión, murió Jairo Muñoz y quedaron siete heridos, dos de gravedad.

Durante el consejo de seguridad, que se realizó ayer en Popayán, las autoridades le atribuyeron el atentado al frente Manuel Vásquez, del Eln, que opera en El Tambo y ofrecieron una recompensa de $300 millones. Las conclusiones de la Fuerza Pública y los mandatarios locales hacen pensar que este tipo de acciones corresponden a retaliaciones por la erradicación de cultivos ilícitos, al cierre de minas ilegales y a los golpes dados al narcotráfico.

El general Leonardo Barrero, comandante de la Tercera División del Ejército, expresó su preocupación por el hecho de que la gente de El Tambo se oponga a la erradicación de coca. “Estos escenarios podrían ser aprovechados por los terroristas para este tipo de acciones”, dijo. Pero más preocupado lo tiene la posición del alcalde de El Tambo, quien supuestamente ha alentado esta reacción de la comunidad. “Supremamente grave es la campaña liderada por el mandatario, quien no ha sido solidario con la decisión del Estado de atacar el narcotráfico y se ha prestado para liderar grupos que, incluso, pretenden llegar hoy a la ciudad de Popayán en una marcha contra la erradicación. Ésta no está autorizada por la Gobernación ni por la Alcaldía de Popayán”, concluyó.

Con este hecho el conflicto en el Cauca se vuelve cada vez más delicado y se confirma lo que analistas y las propias Fuerzas Armadas han dicho: “La estrategia de las Farc y el Eln cambió. Hay una “guerra de guerrillas” que implica no un enfrentamiento sostenido sino, más bien, acciones aisladas con pocos hombres”.

Guerra en norte y sur

Cuando los cilindros y tatucos (morteros de fabricación artesanal) empezaron a caer sobre el pueblo, la gente corría en medio de estallidos y ráfagas de fusil. Al instante la noticia: un mortero había explotado en la estación de Policía, matando a cuatro jóvenes patrulleros. Sucedió el pasado lunes 6 de junio en el corregimiento de El Mango, en Argelia (Cauca), donde los frentes 8 y 49 de las Farc operan.

En Timbío (Cauca), cerca de Popayán, el 27 de mayo el frente Camilo Cienfuegos del Eln incineró dos camiones de carga. Del mismo modo, en Florencia (Cauca), el mismo grupo atacó una patrulla de la Policía, causando la muerte a un agente y heridas a otros ocho uniformados.

Al otro lado, en el norte del Cauca, la guerra sigue más viva que nunca. Titulares de prensa así lo constatan: “Santander de Quilichao se salvó de un atentado” o “la explosión los mató en un cuartel”. A la par, la radio relata noticias que parecen fábulas: “Andrés tiene un año y una historia de violencia sobre su cuerpo. Un impacto de bala atravesó su cabeza, pero está vivo”, decía una emisora.

En el norte operan el frente 30 de las Farc, las columnas Jacobo Arenas y Gabriel Galvis del Eln. Su acciones se centran en ataques con carros bomba, atracos con artefactos explosivos a helicópteros y carros transportadores de valores, campos minados y enfrentamientos a mano armada, evidencia una estrategia del grupo guerrillero en el Cauca.

La estrategia de la guerra

El comandante de la Policía de este departamento, coronel Carlos Ernesto Rodríguez, atribuye estos hechos a la presión militar que se está haciendo a los cultivos de uso ilícito a través de fumigaciones y erradicación manual, al cierre de minas ilegales y a la desmantelación de laboratorios del narcotráfico. “Les estamos quitando mucha fortaleza a los grupos en materia de recursos económicos. Al quitarle esos recursos, lo que se ha visto, es que han pasado a hurtar los dineros de las empresas financieras”, expresó.

Pero, analistas como Alfredo Rangel, a través de un estudio que realizó para la Fundación País Libre, argumenta que lo que se evidencia actualmente en el conflicto armado colombiano es una guerra de guerrillas: “Las Fuerzas Armadas han explicado que el denominado ‘Plan Renacer’ de las Farc introdujo de nuevo la llamada ‘guerra de guerrillas’, que implica no un enfrentamiento sostenido, sino, más bien, acciones aisladas realizadas con pocos hombres”. Eso es, básicamente, lo que está sucediendo en el Cauca, en donde campos minados, emboscadas y ataques con cargas explosivas arremeten constantemente contra la Fuerza Pública.

En este departamento, más de 10 mil hombres de la Fuerza Pública permanecen acantonados en todos los municipios. Escuadrones móviles de carabineros se ubican en regiones estratégicas del Cauca, como Jambaló, Caldono, Argelia y Caloto. La Policía suma un total de 3.800 hombres, que se encuentran distribuidos así: 2.500 en las cabeceras municipales y 1.300 en las zonas de combate. Por su parte, el Ejército tiene más de siete mil hombres en todo el departamento.

Sin embargo, nuevas estrategias de las Fuerzas Armadas se consolidarán este año con el fin de recuperar territorios en donde las Farc quieren imponer su ley. “Ya no serán los comandos operativos los que entran y salen de la zona para combatir a la insurgencia y al narcotráfico, sino que habrá un batallón de más de 600 hombres con todo el equipamiento para corresponder a una unidad táctica que tenga dominio territorial sobre el nudo que hacen los departamentos del Valle, Tolima, Huila y Cauca”, expresó Guillermo Alberto González, gobernador del departamento, al explicar que se va a instalar un batallón de alta montaña en Tacueyó, en el nororiente del Cauca, donde habitan los indígenas nasa. “Este territorio también es el corredor más importante de esta región para el tráfico de ilícitos, como armamento y cocaína, hacia otros departamentos”, puntualizó el mandatario.

A esta medida los pobladores se han opuesto, ya que saben que las balas y las bombas no vendrán solas, pero el mandatario ha dicho que lamenta mucho no sólo la muerte de civiles, sino también la de los militares. “Lo que debemos tener claro es que no debe haber ningún lugar vedado para la Fuerza Pública, por lo tanto, no les cederemos ni un centímetro de territorio a las Farc”.

¿Por qué hay guerra en el Cauca?

Al estar cerca del océano Pacífico, el Cauca es un territorio estratégico tanto por su riqueza natural como por su conexión fluvial con otros países. Por eso está casi sitiada por los grupos ilegales. En esta región no sólo operan las Farc, sino bandas criminales, el Eln y los narcos. Zonas como Argelia y sus corregimientos son una ruta hacia la Costa Pacífica. Según el comandante de la Policía del Cauca, coronel Carlos Rodríguez, por ahí se transportan la base de coca, los insumos para procesarla y dinero ilegal.

Las bandas criminales operan en Balboa y Argelia. “También en zona rural de Timbiquí, dedicadas a la minería ilegal y el narcotráfico. ‘Los Rastrojos’ están exclusivamente para cuidar laboratorios y cultivos”, indicó Rodríguez.

[Fuente: Por Édinson Arley Bolaños, El Espectador, Bogotá, 20jun11]

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