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27sep02
El sometimiento de Castaño.
Algunos sectores de la opinión pública colombiana estarán "descrestados" con las recientes afirmaciones del señor Carlos Castaño, en donde ha manifestado que está listo a someterse a la justicia norteaméricana, quien lo acaba de pedir en extradición por haber introducido algo así como 17 toneladas de cocaina a ese país en los últimos años.
Muchos pensarán que el tristemente celebre jefe paramilitar es « todo un varón » y que su actitud es una muestra de coraje y de valentía. Los grandes medios de comunicación, empeñados desde hace algún tiempo en lavar su imágen para presentarlo como un luchador político y casi como un estadista, no han ahorrado espacios para destacar las declaraciones de tan siniestro personaje. Obviamente dentro de esta campaña publicitaria se destacan como siempre el diario ELTIEMPO y la cadena R.C.N., quien ha procedido una vez mas a pasar al aire su ya consabida entrevista en directo con quien se supone es « buscado exhaustivamente por todos los cuerpos de seguridad del Estado desde hace bastante tiempo ».
Sin embargo las cosas no son evidentemente tan claras en este novelón que ocupa hoy las primeras planas de la actualidad nacional.
Para comenzar es necesario recordar que desde hace un cierto tiempo para acá el señor Castaño comenzó sospechosamente a hablar en contra del narcotráfico y protagonizó inclusive una supuesta crisis al interior de las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia, acusando a algunos de sus socios de estar metidos en el negocio de las drogas. Esta actitud fué interpretada por sus corifeos de la gran prensa como una muestra de que Castaño era el único, de los llamados actores del conlficto colombiano, que había interpretado correctamente lo ocurrido el 11 de septiembre del año pasado cuando fueron destruidas las torres gemelas de Nueva York y atacado el pentágono norteaméricano. Sus críticas al narcotráfico mostraban, según EL TIEMPO, R.C.N. y el infaltable Mauricio Vargas, director de CAMBIO, la actitud de deslinde de los paracos frente al problema del tráfico de estupefacientes.
Luego, y « coincidiendo » con la visita del Presidente Uribe Vélez a Washington, el Fiscal General estadounidense John Ashcroft, anunció la petición formal de extradición de Castaño y el mismísimo George W.Bush dejó por unos minutos de lado su obsesion por Sadam Hussein para referirse también al tema. Castaño respondió diciendo que su décisión de entregarse a las autoridades gringas sigue vigente.
¿Qué hay detrás de todo este novelón?
Sin duda alguna que lo que está en marcha es la ejecución de un acuerdo pactado de antemano entre tres actores que han sido socios de una misma empresa : el Gobierno norteaméricano, el Gobierno de Colombia y el señor Castaño, criatura esta última creada por el mismo Estado Colombiano y sus Fuerzas Armadas para ser puesta al frente de la mas tenebrosa campaña de guerra sucia contra los sectores populares y campesinos del país llevada a cabo durante los últimos 15 años. Castaño fué en un momento dado la invención perfecta del Estado Colombiano, quien lo construyó y lo presentó como un simbolo de una lucha contrainsurgente llevada a cabo por supuestos sectores de la sociedad colombiana que, organizados en las llamadas autodefensas, han sido utilizados por el Estado para cometer las peores aberraciones en contra de los sectores de oposición y de sus mismas bases sociales, fingiendo de manera cínica una ajenidad a todas luces inexistente.
Hoy, cuando la criatura ya ha cumplido al pié de la letra con el libreto asignado y no conviene mantenerla mas en el escenario, de común acuerdo intentan una salida que los deje a todos contentos. Y allí es en donde entra a jugar el socio mayor : Los Estados Unidos, quienes siempre han apoyado esa misma guerra sucia protagonizada por el Estado y sus mercenarios, y quienes de inmediato ofrecen su respaldo y su participación en la comedia, escogiendo para ello el camino de la extradición del « pelao ».
Lo que seguirá de ahora en adelante no es nada difícil predecirlo : El señor Castaño viajará y se presentará directamente ante una corte de justicia norteaméricana si bien ninguna autoridad colombiana lo verá salir de ningún aeropuerto del país, hará una « negociación » supremamente rápida con las autoridades gringas, seguramente delatando a unos cuantos de sus socios en el narcotráfico para darle mayor presentación a la cosa. Obviamente no será condenado a pagar ni un solo día de cárcel en aquel país y quedará libre gozando además, él y su familia, de la protección del FBI y disfrutando de su cuantiosa fortuna, viviendo en un exclusivo condominio de Key Biscaine u otro en la Florida. Obviamente dentro de esas delaciones no se referirá para nada a los generales, políticos y empresarios que fueron sus socios en la ralización de masacres y asesinatos de líderes sindicales y activistas de derechos humanos. No, eso no importará para nada. Además los gringos no solamente lo saben sino que lo han apoyado abiertamente.
En este caso, ni el Fiscal General de la Nación, ni el Procurador, ni la Corte Suprema de Justicia, ni el Defensor del Pueblo, ni etc., etc., absolutamente nadie dentro del Estado Colombiano, saldrá con el cuento de que Castaño deberá pagar primero sus crímenes aquí en Colombia para luego ir a los Estados Unidos. No, ya el superministro Londoño lo ha dicho: El Gobierno Colombiano está de acuerdo en que el señor Castaño vaya de inmediato a USA. Aquel cuento que se aplicó cuando España pensaba extraditar a Gilberto Rodríguez Orejuela y a Jorge Luis Ochoa hace algunos años hacia los Estados Unidos no se repetirá esta vez. En aquella ocasión el Gobierno exigió una y mil veces que los dos narcos fueran primero enviados a Colombia, para lo cual se montaron a las volandas sendos procesos chimbos por contrabando de unos toros de lidia en juzgados colombianos. Ahora, nadie dentro del Estado dirá que Castaño deberá primero pagar en Colombia por la muerte de Manuel Cepeda, Carlos Pizarro, Bernardo Jaramillo, ni por el genocidio cometido en Urabá en donde con su socio Rito Alejo del Río sembró la muerte y la desolación en cada uno de los municipios de aquella región.
No, Castaño se va a vivir a Estados Unidos porque el ya cumplió con su parte y ahora recibirá el justo premio de parte de sus jefes. El problema de su reemplazo al frente de las AUC es lo de menos, para eso cualquier Pedro Juan Moreno Villa se encontrará en cualquier esquina de Medellín.
[Fuente: Juan Manuel Escobar, Anncol, 27sep02]
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Este documento ha sido publicado el 30sep02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights