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26sep02


La visión de los paramilitares: historia de una infamia.


Nunca antes, Colombia había encontrado una salida a la situación de violencia que desangra y empobrece a toda la nación. En el actual momento la sociedad ha entendido que a su enemigo hay que enfrentarlo con valentía y fuerza suficiente que aplaste sus intereses narcoterroristas.

Luego de habérsele dado la oportunidad a la narcoguerrilla de hacer propuestas políticas y de solución al conflicto en una mesa de negociación, que utilizaron para burlar y afrentar al país de la manera más descarada, los colombianos identificamos la verdad de la que siempre hemos sido testigos: Que no pueden esperarse propuestas políticas de quienes tienen como doctrina el terrorismo y no pueden esperarse soluciones de quienes están embriagados del poder que les da el dinero obtenido con acciones de narcotráfico, secuestro, extorsión y muerte.

Colombia entera sabe de esta realidad y valientemente ha tomado la decisión de no silenciar más su dolor.

Como consecuencia de esta actitud, miles de colombianos también optamos por tomar una determinación más radical: empuñar las armas para contrarrestar el accionar terrorista. Empuñar las armas, con la convicción de defender una patria que sentimos y que nos duele. La diferencia de nuestra posición, fue que aprendimos a construir nuestro sentido patriótico como una propuesta de dignidad y entrega por el futuro de un país, donde pueda caber la posibilidad de vivir colombianos en paz, seguros y productivos.

La construcción de esa convicción no ha sido simplemente la identificación de un discurso, ha sido realmente la construcción de un sentimiento de autodefensa, autodefensa por la dignidad y la vida de nuestras familias, de nuestro pueblo y de nuestra patria. En este camino que hemos recorrido con orgullo y con la certeza de no habernos equivocado en nuestra determinación, muchos ciudadanos nos hemos convertido en soldados de una propuesta de lucha y nos hemos, por convicción, identificado con un pensamiento político. Hoy la organización de autodefensas en Colombia, se ha constituido en una fuerza política y militar capaz de desterrar los focos de terror y dolor en que se habían convertido las bandas de delincuentes y narcoterroristas en cada rincón de la geografía nacional.

En esta propuesta, nos hemos encontrado hombres y mujeres con un alto sentido de dignidad y compromiso por Colombia, hemos tenido maestros, amigos y comandantes a quienes les cabe el país que soñamos en su pensamiento y con quienes hemos aprendido a amar más a la patria. Ellos nos han dado lecciones de sacrificio y de entrega por una sola causa llamada Colombia.

La decisión de sometimiento del comandante Carlos Castaño, es una muestra de hasta donde un hombre puede ser capaz de entregarse por la patria, porque está convencido y eso hemos aprendido de él, que la lucha que enfrentamos debe hacerse con un alto sentido de dignidad. Esta decisión, en consecuencia ha despertado en los colombianos, no solo muestras de solidaridad sino un profundo cuestionamiento acerca de lo que representa para el alcance de su libertad, el sacrificio de uno de sus mejores hombres.

Todos los miembros de las autodefensas, hemos aprendido de él y estamos dispuestos a responder por nuestros errores, pero por los errores que hemos cometido en el desarrollo de la guerra que le declaramos al terrorismo ejercido por la narcoguerrilla. Ha sido el Comandante Castaño quien nos enseñó a enfrentar la lucha lejos del narcotráfico, porque nuestro pensamiento jamás ha sido compatible con este nefasto negocio. Y lo hemos hecho así. Por eso, nos desconcierta el pedido en extradición hecho por el gobierno norteamericano de un colombiano, que precisamente ha liderado una guerra abierta contra la subversión terrorista y el narcotráfico como su fuente de financiamiento. Para nadie es un secreto que los más grandes carteles de la droga en el mundo son las FARC y es precisamente a sus cabecillas a quienes se deben llamar a responder por ese delito. No encontramos ninguna explicación al silencio que se guarda frente a esta verdad que todo el mundo conoce.

¿ Llamar al Comandante Castaño a responder por delitos de narcotráfico ? es el mayor absurdo que pueda haber creado la mente humana.

O lo que es aun peor, es sacar del camino de la manera más infame al único hombre capaz de proponer una salida negociada al conflicto que vive Colombia. Al único hombre que ha sido capaz de orientar la lucha de quienes estamos en la guerra para alcanzar la paz.

Dirección Política, Estado Mayor Conjunto Calima, 26sep02

DDHH en Colombia

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Este documento ha sido publicado el 30sep02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights