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10feb10
¿Y el Procurador?
No me explico por qué el procurador Ordóñez, en vez de decirle a Uribe que no salga por televisión, no toma medidas para que cese su afrentosa intervención en política.
Si otro fuera el jefe del Ministerio Público, no le habría resultado indiferente que apenas se conoció el proyecto de sentencia adversa al referendo, la 'Casa de Nari' se convirtiera en sede política. Filtrada a los medios la ponencia del magistrado Humberto Sierra, inmediatamente Uribe convocó a su oficina a los candidatos Juan Manuel Santos y Andrés Felipe Arias, dizque para diseñar el Plan B.
El malhadado Plan B del uribismo ante la devastadora noticia de que al menos ya un magistrado de la Corte Constitucional le sacó tarjeta roja al tramposo referendo reeleccionista, no es otra cosa que una peligrosa intervención en política. Si como se ha conocido, en ese aquelarre presidencial se decidió promover entre los partidarios de La U, que apoyen a Arias en la consulta conservadora, eso fue una decisión electoral en la que por ningún motivo debió intervenir Uribe.
¿Tienen, acaso, idénticos privilegios los candidatos de oposición, de concurrir al despacho presidencial a organizar estrategias electorales, para enfrentar los riesgos de un eventual fallo adverso de la Corte Constitucional? Por supuesto que no.
La violencia de los años 50 se suscitó cuando unos funcionarios irresponsables creyeron legítimo hacer política desde sus puestos. El germen de la discordia creció en las oficinas estatales, para extenderse luego en forma de abuso a lo largo y ancho de la geografía. Fueron años terribles que nadie quiere volver a vivir. Entonces, como hoy, no hubo un Procurador que a tiempo llamara la atención de la opinión pública, o que sancionara a los responsables de haber roto la tranquilidad política. Los resultados fueron nefastos, aún la sociedad no ha saldado esa incancelable deuda con la paz.
Siendo presidente Carlos Lleras Restrepo, dejó conocer sus simpatías por el candidato Misael Pastrana. El procurador Aramburo protestó por la actitud presidencial y renunció a su cargo. Claro, eran otros los personajes, pues Lleras pidió excusas, no le aceptó la renuncia a Aramburu, a quien todavía se recuerda con respeto.
El procurador Ordóñez pretende hacernos creer que está controlando la intervención en política del Mandatario, sólo porque le ha pedido que no salga por televisión. Cualquiera sabe que Uribe le está sacando el cuerpo a esa 'prohibición' de no salir por televisión, dando extensas ruedas de prensa en las emisoras locales o en los canales privados de televisión, y lo que es peor, restableciendo la perversa manía de hacer política desde los despachos oficiales.
Y todo eso tan grave, ocurre en las narices de un Procurador que como Ordóñez, es otro alfil en la estrategia electoral del Gobierno que pretende perpetuarse en el poder.
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Apéndice. Impresionantes las revelaciones de los periodistas Hollman Morris y Claudia Julieta Duque, sobre las maniobras para intimidarlos, seguirlos e interceptarles sus comunicaciones, ejecutadas ilegalmente por el DAS del gobierno de la seguridad democrática. ¡Qué horror!
[Fuente: Por Ramiro Bejarano, El País, Cali, 10feb10]
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