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05dic07
Jefe paramilitar Ernesto Báez, no ha confesado ninguno de sus crímenes
Quienes asistieron ayer a la versión libre de Iván Roberto Duque Gaviria, alias Ernesto Báez, desmovilizado del bloque Cacique Pipintá de las autodefensas, se siguen preguntando cuál es la razón para que el mencionado se postulara a la Ley de Justicia y Paz.
La duda les surge porque las reglas de juego de esta ley son claras: los desmovilizados deben respetar y acatar los principios de verdad, justicia y reparación, y desde que Duque Gaviria comenzó a rendir sus versiones libres ante la Fiscalía el pasado 22 de marzo, no ha reconocido ningún delito de lesa humanidad ni ha entregado, a decir de las autoridades, bienes destinados a reparar a sus víctimas.
Ayer, por ejemplo, la Fiscalía le preguntó por los homicidios de Leonardo Díaz Becerra, ocurrido en Riosucio, Caldas, el 24 de noviembre de 2001; los indígenas embera chamí del resguardo de Quinchía, Risaralda: Rogelio Becerra (10 de febrero de 2002), Óscar Enrique Hincapié Ocampo (22 de octubre de 2002), Omar Hincapié Ocampo (23 de octubre de 2002), Aníbal Vinasco Chiquito (11 de mayo de 2003) y de William Ruiz (11 de mayo de 2003).
Báez aseguró no saber nada sobre esos hechos.
También lo cuestionaron por la masacre de cinco miembros de la familia Cárdenas García en Riosucio, Caldas: el padre de familia Eduardo Aníbal, y sus hijos Francisco Javier, Eduardo Aníbal, Miguel Antonio y Jesús, ocurrida el 14 de septiembre de 1999 y cuyos cuerpos fueron hallados en el sector de Orofino. Esta pregunta fue hecha por los familiares de las víctimas que viajaron desde Caldas, pasaron la noche en el Terminal de Transportes del Sur y se regresaron sin saber la verdad sobre la muerte de sus seres queridos porque Báez tampoco supo dar razón de estos homicidios. "Yo no fui"
Iván Roberto Duque argumentó todo este desconocimiento porque, según aseguró, él nunca estuvo al mando de ningún bloque ni eran sus responsabilidades las que tuvieran que ver con las operaciones militares.
En ese orden de ideas sostuvo que desconocía las razones, los autores materiales e intelectuales del asesinato del periodista Orlando Sierra Hernández, del periódico /La Patria/, cometido el 30 de enero de 2002.
"No tuve cercanías al bloque Cacique Pipintá en lo relacionado a sus agendas militares. Me produce zozobra responder siempre lo mismo ante las diez o quince muertes por las que usted (el Fiscal) me pregunta, pero si no sé tengo que repetirlo. Así digan 'Ah, pero es que no reconoce ninguno'", dijo Báez.
Agregó por demás que frente a los testimonios en poder del ente acusador que lo incriminan como comandante de este bloque de las autodefensas, él también tiene pruebas para demostrar que hubo presiones por parte de otra Fiscalía para que entregaran una versión mentirosa.
"Ni fui comandante ni dueño del bloque Cacique Pipintá. Yo era comisario político del grupo y mis actividades eran de tipo político", señaló.
Alias Ernesto Báez se refería a los testimonios del presbítero Javier Salazar Gómez, Alexánder Franco Osorio, Pedro Pablo Molina Borja y Óscar Andrés Gutiérrez Salazar, quienes manifestaron al ente judicial que las actividades del postulado en el grupo ilegal eran las correspondientes a las de un comandante. También se refirió a una persona a quien identificó como Carlos Mario Enríquez Vélez, alias Víctor, como aquella que lo está incriminando directamente.
Hasta el momento, Duque sólo ha aceptado su responsabilidad por los delitos de concierto para delinquir, porte ilegal de armas y uso de prendas privativas del Ejército.
Hoy continuará su diligencia judicial a las 8:30 de la mañana.
[Fuente: El Colombiano, Medellin, 05dic07]
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