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DERECHOS


08oct03


Texto del documento de las Autodefensas Unidas de Colombia sobre las solicitudes de extradición.


Nos dirigimos hoy, mediante esta Nota Editorial, que recoge el pensamiento de la dirigencia nacional de las AUC, al pueblo colombiano y a los líderes del Estado:

La política: el arte de hacer posible aquello que resulta necesario.

Nuestra intención es poner en conocimiento público las cartas que hemos puesto sobre la Mesa de Negociación y compartir con los colombianos nuestros sueños de continuar trabajando por Colombia. Nuestra desmovilización sólo será posible ofreciendo el Estado garantías de seguridad a las regiones golpeadas por la guerrilla y dándonos la sociedad, a nosotros, la garantía de nuestra reinserción a la vida civil con dignidad.

Las AUC recibimos con beneplácito el necesario y saludable debate nacional que ha originado el proyecto de ley de alternatividad penal. El intenso intercambio de ideas y su repercusión internacional son índices elocuentes acerca de que el proceso de Paz total que anhela el dolido cuerpo social colombiano está comenzando a dar -con la participación activa inicial del Gobierno nacional y de las AUC- sus primeros pasos en firme, aunque todavía las guerrillas se rehúsan a dar el primer paso después del nuestro.

Las AUC podemos afirmar, con orgullo, que estuvimos en la línea de partida de este camino de Paz, hace casi un año ya, desde el primero de diciembre pasado, cuando hicimos públicos nuestra decisión de silenciar las armas y nuestra disposición inmediata para un diálogo serio y fundamentado con el Gobierno nacional. Lamentamos la imposibilidad que hemos tenido para cumplir plenamente este compromiso de cese de hostilidades, pero celebramos su casi cumplimiento, no logrado completamente debido a la agresión que continúa ejerciendo la guerrilla sobre nosotros y contra los habitantes de las regiones que hemos protegido, sumándose a esto los embates militares y verbales que hemos contenido de algunos grupos de autodefensas disidentes que se oponen a nuestro proceso de paz y lo sabotean insistentemente.

Por distintas razones, ni las Farc ni el Eln han querido sumarse aún a la construcción de paz y persisten en su afán de someter a Colombia a punta de violencia y terror. Sin embargo, el proceso de negociación con las AUC avanza en la dirección correcta y aun con todas sus dificultades nadie podrá negar que este ejercicio del diálogo constituye el paso inicial en la búsqueda de la Paz total, que es un clamor nacional que despierta cada vez mayor interés nacional y audiencia internacional.

Hay oídos siempre atentos en el mundo para saber si es posible una Colombia en paz y sin drogas ilícitas. Las AUC hemos dicho que sí es posible en Colombia vivir en paz y sin narcotráfico y que hacia allá vamos, y allá llegaremos los colombianos más temprano que tarde. Este es el desafío y es el compromiso, y el norte de las AUC como identidad política, conscientes que en esto se decide la viabilidad de Colombia como un país serio.

La especial atención que concentra el proyecto de ley de alternatividad penal radica en que el marco jurídico que cobije las negociaciones de paz -sea para las autodefensas, sea para las guerrillas- no existe todavía y deberá ser diseñado dentro de las instituciones del Estado -ajenas a cualquier presión de cualquiera de los actores del conflicto- por quienes son autoridad profesional y académica en estos temas y pueden dar fe ante Colombia y el mundo que los valores de verdad, justicia y reparación serán debidamente respetados para las víctimas y para todos y cada uno de los actores participantes actuales o futuros del proceso.

Las AUC esperamos de parte del Gobierno nacional que el marco jurídico pertinente, para las condiciones particulares e inéditas del conflicto armado colombiano y su feliz superación, pueda brindar las debidas garantías a los distintos actores que decidan cambiar las armas por el ejercicio de la política, para que cada cual sepa a qué atenerse y bajo qué reglas precisas pueda disponerse a dar el gran salto desde el campo de batalla a la mesa de negociaciones. Salto que es sumamente complejo porque entran en juego el pasado vivido, las convicciones asumidas, las lealtades debidas y un cambio radical en las prioridades y los comportamientos habidos hasta aquí.

(Razones como estas nos llevan a no aceptar tratamientos discriminados hacia la comandancia de las AUC. En este sentido, respaldamos y reconocemos el mando y el carácter de Autodefensa de nuestro amigo y compañero de causa comandante Adolfo Paz. Igualmente manifestamos que afectan el proceso en curso los anuncios hechos por algunos medios de comunicación que advierten sobre inminentes expediciones de nuevas órdenes de extradición para comandantes de Autodefensas, inconvenientes desde luego. Nosotros queremos la paz de Colombia, y también anhelamos vivir en paz).

Todo esto lo enfatizamos porque no a todos, ni dentro ni fuera de las AUC, les resulta sencillo asimilar la naturaleza del cambio radical y sus implicaciones. Jugarse por la paz y dejar las armas de lado sin que ello signifique renunciar a los ideales, ni a la lucha desarmada por concretarlos, eso sí que es de veras revolucionario; mucho más que cambiar un Gobierno por otro, y por ello exige valentía y no simple temeridad.

El asunto jurídico es importante para las AUC pero, obviamente, quienes hemos estado alzados en armas por la defensa de la vida y de la libertad no vamos a dejar vulnerables a las comunidades, que comparten codo a codo su lucha con nosotros, por la sola existencia de un marco jurídico favorable, si fuera el caso, que no lo es el actual, con el proyecto que se ha conocido de alternatividad penal. No le hemos dedicado tantos años y tanto esfuerzo a esta lucha que consideramos legítima y necesaria para dejarlo todo a la deriva y a las carreras para conseguir una solución jurídica conveniente. Quien piense así de las AUC se equivoca completamente y desconoce la actitud enemiga de las guerrillas que está enraizada en el pueblo colombiano, actitud de defensa de la vida y de la libertad sin la cual las AUC no hubiéramos existido nunca.

(Más importante que esto, para el buen desarrollo del proceso en curso, es la suspensión de las órdenes de captura para el equipo negociador, lo cual el gobierno no acepta aún como lo contempla la ley 782, y que no sería utilizado -de ninguna manera- para desplazamiento sin acompañamiento de alguna autoridad, y permitiría el trabajo nacional de concentración y traslado de tropas que corresponde a los comandantes que están en la mesa de negociación. Los colombianos lo entenderían).

A propósito de lo anterior las AUC celebramos que el Informe Nacional de Desarrollo Humano Colombia-2003, producido por tan calificados investigadores, con el auspicio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, haya legado para el análisis desapasionado y crítico de la realidad del conflicto colombiano y sus posibles salidas un documento de estudio y análisis que, sin dudas, es polémico y pisa callos pero lo hace de un modo serio y bien estructurado.

De tal Informe extractamos el siguiente párrafo textual del capítulo 17-D. Acerca de la negociación Estado-autodefensas:

"Más adelante estará el tema del tratamiento de los desmovilizados. Por un lado estarán los privilegios jurídicos (amnistía, indulto), políticos (cupos en el Congreso, financiación del partido…) y económicos (reinserción) que por supuesto deben extenderse a las autodefensas que culminen el proceso".

Las AUC coincidimos plenamente con este aparte del Informe porque consideramos que lo político, lo social y lo económico constituyen tres campos de opinión y de acción sobre los cuales las AUC no podemos ni debemos permanecer ajenos, sin que ello signifique que vayamos a convertir nuestra agenda de negociación de paz en una agenda de reivindicaciones a modo de lista de mercado porque en nuestro caso no se trata de eso, dado que será en la arena de la democracia colombiana, participativa y representativa, y en el marco del Estado Social de Derecho -esperanza viva de todos los colombianos- donde ejerceremos nuestros plenos derechos individuales y de asociación política. Pero tampoco se trata de que en los actuales caminos de paz con el Gobierno nacional podamos pasar de agache ante materias tan sensibles que preocupan a los colombianos, buena parte de los cuales habitan los territorios donde han trabajado todos estos años nuestros líderes y colaboradores, con los cuales las AUC hemos adelantado inevitablemente gestiones de naturaleza social, política y económica que han servido de remedio allí donde el tejido social se deshacía y no podíamos ni debíamos permanecer indiferentes.

Al contrario de las guerrillas que pretenden eliminar la democracia y la Constitución vigentes para sustituirlas por su dictadura, las AUC tenemos convicciones democráticas y fe en la Constitución, y es en defensa de ellas y de la vida y las libertades que nos alzamos en armas frente a la agresión guerrillera.

Hoy que el Gobierno nacional manifiesta su decisión de llevar la presencia del Estado a todo el territorio nacional, con el compromiso ineludible de que no puedan subsistir a futuro santuarios donde la subversión guerrillera pueda montar sus fortines, las AUC consideramos que están comenzando a darse las condiciones mínimas necesarias para que clausuremos dignamente -dentro de los plazos previstos en el Acuerdo de Santa Fe de Ralito- la actividad militar adelantada hasta aquí y podamos dedicar nuestro esfuerzo al trabajo en el campo social y económico.

Octubre 8 de 2003

Autodefensas Unidas de Colombia -AUC
Salvatore Mancuso Carlos Castaño; José Vicente Castaño Jorge Cuarenta; Adolfo Paz Ramiro; Vanoy; Diego Vecino Francisco García; Jorge Pirata Pedro Ponte; Hernán Hernández René y Luis Cifuentes Francisco Tabares.

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Este documento ha sido publicado el 10oct03 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights